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Fiesta familiar (07)

en Amor filial

Fiesta familiar VII

Después de descansar unos instantes los dos nos volteamos a ver, sus lindos y picaros ojos me observaban tiernamente a la vez que un poco de morbo se dibujaba en ellos. Tomé la carita de Montserrat y me acerque hacia ella, luego la bese tiernamente en los labios y despacio le fui introduciendo la lengua, invadiendo la intimidad de su boca fui recorriendo sus dientes, sus muelas y luego me empecé a enredar contra su lengua; en pocos instantes la lengua de mi sobrina me correspondió el beso, su delicada lengua se enredaba junto con la mía mientras que nuestros labios se juntaban chupando y absorbiendo nuestras salivas.

Me puse de pie y me dirigí al escritorio quitando todas las cosas de encima, mi sobrina me observaba morbosa, le tendí la mano para que se acercara hasta donde yo estaba y ella así lo hizo, se veía hermosa aun con sus playera por encima de las tetas y su minifalda un poco arrugada por las manoseadas que le di minutos antes. Yo en lo que ella llegaba termine de desvestirme y cuando ella llego hasta donde yo me encontraba la tome por los costados y la subí al escritorio dejándola de pie, la fui acariciando lentamente desde los pies y subiendo por sus tobillos, sus piernas y hasta llegar a sus lindas nalguitas en las cuales me detuve por largos minutos para acariciar, besar y chupar. Luego le quite la minifalda y ella sin esperar más se quito la playera que traía, ahora por fin mi sobrinita estaba completamente desnuda ante mis ojos, era una belleza virginal, su delgado y blanco cuerpo contrastaban contra la oscuridad de la pared del fondo.

Me quede parado por unos instantes sin saber que hacer mientras que mi sobrina se sentó en la orilla del escritorio y me pidió que me acercara, con su mano tomo mi verga y la estuvo mirando y acariciando hasta que esta se puso de nueva cuenta muy dura, la roja cabeza saltaba amenazante cuando mi sobrina corría el cuero que la cubría y algunos hilillos de leche se reventaban mientras se estiraban por el movimiento de la minita de Montserrat.

La niña acerco su boca a la roja cabeza que se balanceaba delante de ella y lentamente se la fue introduciendo en la húmeda y tibia cavidad, luego, despacio, fue meneando su cabeza de arriba abajo por todo lo largo del tronco de mi macana a la que apenas y podía engullir hasta la mitad, la sensación era muy placentera y mi sobrina la estaba disfrutando tanto como yo.

Pocos minutos duro la mamada ya que yo estaba sintiendo que pronto me iba a venir y le dije a Montserrat que se detuviera, me senté en el sillón que se encuentra frente a el escritorio y le dije a mi pequeña amante que se acostara sobre el mismo, mi sobrina se recostó y subió los pies en la orilla lo que me permitía apreciar su panochita en su máxima expresión, su rosada rayita se apreciaba completamente, sus labios vaginales un poco húmedos y bajo de ellos el ano, sus dos nalgas se perdían bajo la madera del escritorio, la observe por algunos segundos y no puede evitar que mis manos acariciaran ese delicado manjar, la suavidad de su vagina era enloquecedora, sus nalgas eran de lo más exquisito y el olor que de su sexo escapaba me estaba transportando a otro mundo, la blancura de su pie y la suavidad de la misma, todo se juntaba, la juventud de mi sobrinita y sus ansias de aprender más sobre el tema sexual. Yo no iba a dejar pasar esta oportunidad y ahora me iba a preparar para enseñarle algo nuevo.

Me agache hasta que mi boca quedo a la altura de su vagina y entonces saque mi lengua para que esta atacara directamente sobre los labios vaginales de mi pequeña sobrina, de arriba hacia abajo iba lamiendo esos pliegues de carne, primero uno y luego el otro para después incrustarme un poco en medio de los dos y saborear la calidez del jugo que manaba del interior, mis manos entre tanto iban subiendo por sus costados hasta que llegue a sus axilas y de allí me pase a sus senos, palpando suavemente con mis dedos la tersura de los erectos pezones que me recibieron gustosos, luego con los dedos los apretaba y acariciaba en círculos para luego pasar a sobar toda la masa de carne de sus senos, ella gemía y suspiraba dándome a entender que estaba recibiendo mucho placer.

Mi lengua se seguía moviendo sobre la panocha de Montserrat, ahora ya empezaba a acariciar la parte alta de su conchita en busca de su botoncito de placer, baje una d

e mis manos y con dos dedos separe los labios vaginales para poder apreciar por completo el interior rosado, su agujerito se veía claramente y un poco más arriba el capuchón que oculta su clítoris, mi lengua se dirigió a este punto para empezar a acariciarlo y tratar de que el clítoris saliera de su escondite, mi sobrinita empezó a respirar más de prisa y en pocos segundos un orgasmo la invadió y entonces la humedad en su puchita aumento permitiéndome sorber más de ese delicioso jugo.

Con uno de mis dedos comencé a jugar con la capucha del clítoris y este de pronto salió mostrándose tierno y rojizo, inmediatamente mi lengua se apodero de él haciendo que mi sobrina soltara un fuerte gemido cuando comencé a atacarlo. Lamiendo y chupando el órgano hice que mi pequeñita llegara a un orgasmo más, largo y prolongado hizo que unos cuantos grititos salieran de la garganta de Montserrat.

La deje descansar por unos instantes después de ese fuerte orgasmo mientras me levanté para poder besarla, inmediatamente sus labios y lengua me recibieron ofreciéndose abiertamente, sus bracitos me rodearon abrazándome y pegándome con fuerza a su cuerpecito desnudo y caliente; nuestros besos continuaron por largo rato más hasta que yo me separe de ella.

Nuevamente me volvía a sentar en el sillón y a acercar mi cara al sexo de mi sobrina, solo que ahora la tome por las piernas y la levante un poco más para que en esta ocasión su ano fuera el que quedara a mi merced. La pequeña cavidad quedo expuesta y mis labios comenzaron a besar las nalgas y el canal que las separa mientras que mi lengua lubricaba cada parte del culo de Montserrat, cuando llegaba a su ano solo lo rodaba sin tocarlo, mi sobrina se estaba acariciando las piernas mientras yo me entretenía en su bonito culito.

Ya que las nalgas de mi sobrina estaban completamente lubricadas mi lengua se coloco sobre el ano de ella e hice un poco de presión para comprobar que estaba completamente cerrado, hice un poco más de presión y así más y más hasta que por fin la punta de mi lengua se introdujo en la apretada cavidad, le fui dejando ir poco a poco más y más lengua hasta que se perdió dentro de su culito gran parte de ella. Me quede con la lengua dentro de su culito por unos instantes y luego comencé a meterla y sacarla del apretado agujero hasta que por fin se fue venciendo un poco la resistencia que su esfínter ofrecía.

En una de esas al instante que saque la lengua le metí mi dedo medio y continué bombeándola lentamente con este mientras que mi boca pasaba a besarle las piernas. Su culo apretaba fuertemente mi dedo pero este ya se iba perdiendo todo poco a poco dentro del ano de Montserrat como ya se estaba perdiendo un poco la lubricación saque mi dedo y lo embarre muy bien con saliva, luego lo volvía a meter pero ahora tratando de insertar otro más y así poder dilatar lo más posible esa deliciosa entrada.

Poco a poco los dos dedos se fueron abriendo paso dentro del ano de mi sobrinita de once añitos y aunque hubo algunos quejidos de dolor por parte de ella me permitió proseguir con mi labor y ahora ya los dos dedos se perdían en el apretado hueco trasero de mi sobrina, me puse de pie frente a ella y le pedí que se tomara las piernas con las manos para que estas permanecieran abiertas ampliamente.

Con una de mis manos agarre mi garrote y dirigí la cabeza a la entrada del ano que ya se encontraba bastante bien lubricado con saliva y dilatado. Apunte bien a la entrada y coloque la punta de mi verga en el orificio trasero de mi sobrina, poco a poco fui empujando mi cadera hacía el frente y el ano recibió en principio mi glande, allí me detuve por algunos segundos y empecé a empujar despacio para que el dolor en mi pequeña sobrinita fuera mínimo, ella se comenzó a quejar mientras que la verga se le iba incrustando en el culo pero yo no me detenía hasta que ella me lo pedía, ya se había tragado la mitad de mi garrote y continuaba avanzando, la sensación de cómo los pliegues de ese ano me apretaban la verga era fantástica parecía que un guante caliente se iba acoplando a mi pito, cuando ya estaba a un cuarto de entras ella me pidió que me detuviera y yo así lo hice.

Por unos segundos permanecí quieto disfrutando de cómo me apretaba, luego comencé a sacarle la macana lentamente para evitar que ella misma la expulsara con la fuerza de ese ano tan apretadito, cuando la cabeza comenzaba a asomarse entonces reinicie el regreso hacia el interior de ese lindo culito y ya cuando iba a llegar a los tres cuartos de verga regresaba a la entrada, así me la pase por algunos minutos pero poco a poco iba avanzando más y más hasta que por fin mis huevos chocaron contra sus nalgas.

Desde las alturas podía apreciar como su cuerpo se balanceaba a cada una de mis embestidas, sus pechos subían y bajaban rápidamente por lo agitado de su respiración, sus ojos se posaron sobre los míos como tratándose de explicar de donde sacaba yo tanto placer para darle. Los movimientos de mi cadera se aceleraron y cada vez iba más y más aprisa, mi sobrina estaba teniendo un orgasmo y las contracciones en su culo se hicieron más intensas, esto me obligo a acercarme precipitadamente a mi propia venida, en pocos segundos gruesos chorros de esperma se depositaron en lo más profundo del culo de mi pequeñita, la cual al sentir como sus intestinos se llenaban de jugo caliente tuvo otro orgasmo seguido, mis últimas gotas fueron depositadas también con los últimos movimientos de mi cadera, fue sensacional, una venida formidable, el esperma le escurría por el culo cuando le saque el pene. Los dos nos besamos y abrazamos totalmente felices y nos quedamos acostados por algunos minutos.

 

CONTINUA

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