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Fuga de casa a los 10

en Amor filial

Fuga de casa a los 10

Esa tarde acababa de escapar de la casa, apenas tenia años pero ya me había cansado de estar siempre discutiendo con mi mamá, eran las ocho de la noche y no sabía hacia donde dirigirme así que lo primero que se me ocurrió fue tomar el metro para ver hacia donde me podría llevar, la cosa era alearse lo más posible de este lugar.

Primero debo de presentarme, me llamo Natalia y tengo diez años, soy una chica morena de cuerpo delgado, cabello corto por debajo de los hombros de color azabache y lacio, mis ojos son café y mido 1.54 de estatura. Me gusta la música pop y las películas de acción así como las comedias.

Bien volvamos a donde me había quedado, eran ya las ocho treinta de la noche y yo me dirigía con rumbo enteramente desconocido quién sabe a donde, iba sentada en el vagón del metro mirando a la gente que ya se dirigía hacía sus casas, pasaron un par de horas y a las diez y cuarto de la noche un poco de miedo ya estaba empezando a hacerme dudar de que estuviera haciendo lo correcto, la gente que viajaba en el metro había disminuido notablemente en numero y ahora ya eran muy pocos los que viajaban en el tren, la mayoría hombres, solo unas cuantas mujeres. Empecé a dudar y a espantarme un poco, así que decidí que debería de regresar a casa aunque para estas horas y al notar mi ausencia se me iba a armar un buen alboroto.

Estaba a punto de bajarme del tren cuando una mujer que estaba sentada en una de las bancas del metro me pregunto:

-¿Estas bien niña, te noto un poco alterada?-

-S... si... si, señora.- alcance a responder un poco nerviosa y apenas levantando la cara para mirar a la mujer que me lo estaba preguntando.

Era una mujer de aproximadamente 35 años, blanca y de agradable presencia, su rostro reflejaba mucha calma y eso me alivio un poco.

-¿Hacia donde te diriges?-

-Est... este... yo... bueno, la verdad, no sé.-

-Escapaste de tu casa ¿no es así?-

-Si.- respondí casi en un susurro.

-¿No crees que ya es demasiado tarde para que una bella joven como tu ande en la calle?-

-Si... la verdad tengo un poco de miedo...-

-¿En donde vives?-

-En la colonia roma.-

-Bueno eso queda un poco lejos ahora ¿no crees?-

-Si...-

-Bien, te sugiero algo... mira me acompañas a mi casa a la cual ya casi llegamos y mañana ya veremos que hacemos para que regreses a tu casa ¿te parece?-

Yo lo único que hice fue asentar con la cabeza y me senté a un lado de la bella mujer que ahora era mi acompañante. Pasaron como unas cuatro o cinco estaciones más y nos bajamos del metro la verdad que yo tenía demasiado miedo y ya no me abría podido regresar sola además pensé que sería mejor acompañar a esta bella dama que quedarme sola a dormir quien sabe en que lugar de la calle. Saliendo de la estación caminamos por algunas calles tranquilas de quien sabe que barrio y después entramos a un edificio de apartamentos bastante grande. En la entrada el vigilante saludo a la dama y después nos dirigimos hacia el elevador; ella apretó el décimo piso y la maquina comenzó a subir. Llegamos al piso diez y descendimos del elevador, nos dirigimos al departamento 1007 y nos detuvimos frente a la puerta, durante el trayecto habíamos platicado un poco de que era lo que me había obligado a salir de mi casa.

Carina, así se llama ella, abrió la puerta y me ofreció entrar, ella me siguió; al entrar la casa estaba a oscuras y no pude ver nada, cuando mi nueva amiga encendió las luces pude ver que era un departamento demasiado acogedor y bastante limpio. Me tendió la mano para que le diera el morral que venía cargando.

-Bien, Natalia vamos a ver como nos acomodamos para dormir, ya que solo hay una habitación con cama.-

-No te preocupes, yo puedo dormir en el sofá.-

-Como crees, mira la cama es bastante grande y cabremos las dos. Ven vamos a ver que tengo para que te puedas poner.-

-Está bien, gracias eres muy linda. No se que habría echo yo sola en la calle.-

Nos encaminamos hasta la recamara, y en verdad que su cama era grande, la recamara estaba muy bien decorada y en el fondo de la habitación había una pequeña puerta en la cual se metió Carina. Desde dentro me llamo, era un vestidor bastante grande y el baño con un enorme jacuzzi. Entre y ella buscaba algo de ropa en uno de los cajones.

-Ven mira vamos a ver que te puede quedar.-

Saco varias prendas del cajón y las puso en una pequeña repisita, yo entre tanto estaba abobada viendo el enorme jacuzzi que estaba a unos pasos de ahí.

-Ha vaya... veo que te gustaría tomar un baño en el jacuzzi ¿verdad?-

-Si... la verdad que si me gustaría.-

-No te preocupes, lo voy a preparar y sirve que así platicamos un rato más, al fin que hoy es viernes y podemos desvelarnos ¿no crees?-

-Si... eso sería algo fantástico.- comente emocionada.

Carina comenzó a llenar la tina mientras que yo la observaba. Su cabello de color castaño le caía hasta la mitad de la espalda, de piel blanca y ojos color miel, cara delgada, alta y muy bonito cuerpo que tenía sus curvas en donde debían estar a pesar de estar delgadita.

Mientras que la tina se estaba llenando ambas platicamos de lo que nos gustaba y cosas de esas, luego ella me comento que era ejecutiva de una empresa que fabrica autos y que había tenido que dejar su auto en casa de su madre ya que ella lo iba a ocupar al día siguiente y que por eso es que decidió regresar en metro. Por fin el jacuzzi se lleno y Carina comenzó a desnudarse, bajo de sus ropas traía puesto un conjunto de tanga y brasier bastante bellos, de color negro y encaje.

-Se te ve muy bien ese conjunto Carina... a mi me gustaría poder verme como tú.- comente.

-Ha, gracias... mira vamos a relajarnos un rato en la tina y al salir te presto algunos para que veas como te vez con unos ¿te parece?-

-Si, claro... ¿de veras?-

-Por supuesto... ya veras lo bien que te ves.-

Así ella se termino de desnudar y se metió en el jacuzzi y yo la seguí, me senté frente a ella y comenzamos a platicar de diferentes cosas, sus piernas estaban abiertas y yo me senté en la misma posición poniendo mis piernas encima de las de ella, Carina estiro la mano y tomo una botella de shampoo espumoso que regó generosamente en el agua del jacuzzi. Mientras que platicábamos ella se restregaba con una suave esponja todo su torso, sus senos asomaban un poco por encima del agua, sus pezones eran de color café claro y estaban muy puntiaguditos, sus senos tenían un tamaño normal pero estaban bastante firmes, yo por mi parte tengo unos senos pequeñitos y mis pezones están ya bien formaditos pero no tan puntiagudos como los de ella.

-Hazte para acá.- me dijo haciéndome una señal para que me acercara a ella.

Yo flexione mis piernas y me acerque a ella quedando todavía de frente pero casi a mitad de la tina, me acaricio la cara con una de sus manos y me comenzó a pasar la suave esponja por mi brazo izquierdo, yo le sonreí y ella viéndome a los ojos continuo avanzando por mi brazo hasta llegar a mi mano y luego pasar por la parte interior en sentido contrario, así también lo hizo con el otro brazo y después empezó a lavar mi cara, sus ojos no se pedían de los míos y esto hizo que una pequeña punzada se generara en mi corazón, era algo que nunca había sentido. Terminando de enjuagar mi cara fue bajando por mi cuello y suavemente me enjuago los pechos, esto hizo que mis pezones se pusieran tan duros como el acero pero calientes como el sol, mi respiración se acelero un poco mientras que fuertes punzadas me golpeaban entre las piernas. Termino de pasar la esponja por mis senos y continuo con mi estomago, después me hizo que inclinara el cuerpo para poder lavar mi espalda, cuando ella termino de lavar mi espalda yo me puse de pie frente a ella para que pudiera continuar pasando la suave esponja por mis piernas, así lo hizo, la esponja se deslizo por todo el largo de mis piernas, primero por la parte exterior y luego ella se esperó unos instantes como dudando en continuar, yo en esos momentos separe las piernas para que ella pudiera continuar, Carina me miro a los ojos y me sonrió para después comenzar a pasar la esponja desde mis pies hasta mis muslos, cuando termino de hacerlo puso la esponja en la parte baja de mi vagina y despacio la fue moviendo por encima de mis labios hasta llegar por debajo del ombligo y luego de regreso, era una sensación riquísima. Para terminar ella me enjuago mis nalgas, poniendo la esponja en la parte baja de mi espalda fue descendiendo hasta llegar a mi ano y ahí dio varios giros. Luego yo le quite la esponja de las manos y repetí paso a paso lo que me hizo ella pero ahora en su cuerpo, todo esto paso en un encantador silencio en el que solo sus manos sobre mi cuerpo y las mías sobre el de ella eran las que se comunicaban.

Por fin terminamos de bañarnos y salimos, yo la comencé a secar con una de las toallas que estaban dobladas sobre el piso y luego ella me secó a mi. Poco después nos dirigimos hacia el vestidor y ella nuevamente abrió uno de los cajones y empezó a sacar varias prendas de ropa interior cumpliéndome la promesa que me hizo de dejarme probar algunas para poder ver como me veía.

Lo primero que tome fue un conjunto de algodón blanco, el brasier no era muy diferente de los corpiños que yo usaba pero las bragas me encantaron, se ajustaban muy bien a mi cuerpo haciendo que mis aún ligeras curvas se dibujaran muy bien y sobre todo en mi rajadita, aunque se me introducía un poco mostrando un poco separada mi panochita.

Luego me quite esos para probarme algo más atrevido, un conjunto de color rojo con el brasier transparente, se me veía muy bien dibujando mis senos perfectamente y levantándolos un poco haciendo que se me vieran más grandes, las bragas, vaya, por la parte de enfrente también transparentes, se podía apreciar perfectamente mi rayita y por la parte trasera un hilo dental dejaba al descubierto los dos cachetes de mis nalgas. Carina se acerco a mi y paso sus dedos delicadamente por el brasier, cuando se encontró con mi pezón lo recorrió despacio haciendo que se me pusiera de nuevo completamente duro, luego con el mismo dedo recorrió toda la orilla de la braga desde mi cintura hasta llegar a la parte baja de mi panochita.

-Se te ven demasiado bien.- me comentó ella.

Me paseé por la habitación como si estuviera modelando moviendo mis caderas coquetamente para mi nueva amiga. Después me probé un conjunto negro que para mi sorpresa tenía un liguero, esta vez Carina me ayudo con los accesorios extra, cuando me mire al espejo no pude más que admirar lo bien que me veía. El brasier juntaba mis senos y así se veían demasiado grandes, las bragas de encaje ocultaban mi panochita pero se dibujaba perfectamente en ellos mi monte de Venus y atrás mis nalgas se veían francamente deliciosas, también de hilo dental pero que en la parte alta tenía un pequeño triangulito, luego por encima el liguero que se ajustaba muy bien a mi cintura y bajaban los broches con los cuales sujetaba las medias también de color negro y con unos grabados, las medias se amoldaban perfectamente a mis delgadas piernas y terminaban casi al ras de el comienzo de mis nalgas, esta vez volvía a caminar por la habitación con aquellas prendas puestas pero me pase varias veces frente a Carina sin dejarla de mirar a los ojos. Ella me sonreía y me aplaudía demostrándome lo mucho que le había gustado mi pasarela, luego ella se puso de pie y saco otras prendas de color blanco de otro cajón y se vistió con ellas, prácticamente el conjunto era parecido al que yo traía puesto, solo que a ella se le veía mucho mejor que a mi, sus senos rellenaban por completo el sostén y se juntaban coquetamente en el centro de su pecho haciéndolo ver más grande, su panocha se perdía bajo las bragas blancas que también eran de hilo dental por la parte de atrás, sus nalgas se veían perfectamente delineadas en dos globos firmes y suaves. También sus largas piernas eran acentuadas perfectamente por las medias que se extendían hasta la parte baja de los cachetes de sus nalgas. Las dos nos modelamos mutuamente hasta que por fin nos encontramos en el centro de la habitación, quedando de frente una y otra.

Ambas nos quedamos mirando por algunos segundos, por supuesto ella es mucho más alta que yo, llevo su mano hasta mi carita y me acaricio la barbilla, el roce de su mano provoco que mi corazón saltara repentinamente acelerando me respiración. Carina se agacho un poco sin dejar de mirarme a los ojos, yo no lo dude entre abrí mis labios imaginando lo que a continuación venía; nuestros labios se juntaron delicadamente y nos empezamos a dar dulces apretones con ellos, era algo que nunca antes había echo pero que ahora no podía evitar, sus carnosos labios se restregaban en los míos y de repente su lengua se introdujo en mi boca, por un momento no supe que hacer pero a los pocos segundos e instintivamente mi lengua busco la suya para enfrascarse en una tierna y húmeda lucha, sus manos se posaron sobre mi espalda y me atrajo un poco más hacia su cuerpo.

Nuestras bocas no se despegaron por largo rato y ahora mis manos se pasearon por su espalda, luego baje y empecé a acariciarle las nalgas, ella hizo lo mismo y suavemente paso sus dedos sobre mis nalgas haciendo que la piel se me erizara. Nuestras lenguas continuaban en batalla sin dejar de enredarse la una en la otra, yo sentía el pecho me iba a reventar por la excitación que estaba experimentando, mi corazón latía fuertemente. En un instante en que nos separamos ella me tomo de la mano y me encamino hasta la recamara, nos quedamos de pie a un lado de la cama y seguimos besándonos, ahora Carina fue bajando sus labios por mi cuello dándome ligeros chupetones y paseando su lengua por toda mi piel, sin quitarme el brasier me beso los senos y luego bao por mi estomago poniendo especial atención en mi ombligo, en el cual introdujo su lengua y beso a su alrededor, luego paso sus labios por encima de las bragas haciendo que me mojara por completo.

-Así mi niña... gózalo, ya te estas mojando... ¿dime que estas sintiendo?-

-¡Ho... es algo riquísimo, sigue, no pares... te amo!- dije casi en un suspiro.

Carina continuó besándome la papayita por encima de las bragas y luego bajo más para apoderarse de una de mis piernas y recorrerla desde arriba hasta la rodilla. Nuevamente se puso de pie y esta vez me pidió que le quitara el brasier, obedientemente lleve mis dedos a los broches de la prenda y lo fui desabrochando hasta que por fin logre hacerlo, lentamente fui quitándoselo y cuando tuve sus senos frente a mi los aprecié por unos instantes.

-Chúpamelos... ya veras que te van a encantar.-

Torpemente los empecé a besar pero no sabía muy bien como hacerlo.

-Tranquila, usa tus labios y tu lengua... despacio.. sin prisa... recorre toda sus superficie, disfruta de la piel... luego mete los pezones en tu boca y recorrerlos con tu lengua... despacio, recuerda que no tenemos prisa... ¡disfrútalo!- me fue guiando.

Yo por supuesto que seguí sus indicaciones al pie de la letra y mientras que con las manos iba acariciando suavemente el senos con la boca lo iba paladeando despacito, recorriendo cada milímetro de su piel, suave y fresca. Luego introduje su puntiagudo pezón y con los labios lo mame despacio, mi lengua entro al poco rato en acción y lo recorrió de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, para luego chuparlo tiernamente.

-¡Así chiquita... eres una gran alumna... me gusta... sigue!-

Continué mamándole los pechos, primero uno y luego el otro y de repente haciendo pausas para besarla en la boca, mi vagina ya estaba completamente húmeda que puedo jurar que hasta un poco de mis líquidos ya se escurrían por mis piernas.

Por supuesto que luego Carina fue la que continuó este mismo trabajo con mis pechitos, me quito el brasier y primero me acarició tiernamente mis senos para luego pasar su cálida boca por ellos, me mamo los pezones uno y luego otro y chupo todo mi seno, sus manos entre tanto no dejaban de masajear mis nalgas, luego suavemente me tomo de ambas manos con las suyas y me fue empujando con su cuerpo hasta que lentamente me deposito sobre la cama, se montó sobre de mi y me beso nuevamente en los labios, luego bajo y continuó mamándome las tetas, fue bajando más y más hasta mi estomago y en ese instante hizo una pausa, se hinco delante de mi y desabrocho la media de mi pierna derecha, con delicados movimientos fue enrollando la media por mi piernas hasta que por fin está salió, luego hizo lo mismo con la otra, cuando termino me empezó a besar cada una de las piernas desde la parte alta hasta los dedos de los pies, para este entonces ya mis jugos se escurrían por mi panocha y mojaban mis nalgas y la colcha de la cama.

Esta vez Carina me bajo el liguero hasta que me lo quito por completo, luego las bragas hasta que llegaron a mis rodillas, a su merced quedo mi panochita, se agacho en frente de ella, sacó su lengua y recorrió de arriba para abajo sobre los labios exteriores, sus manos se fueron a parar en mis senos acariciando los pezones con sus dedos, su boca se fue apoderando por completo de mi panochita virgen y sin bellos, la mamo completamente luego fue tomando mis labios vaginales con los de su boca y dándoles pequeños apretoncitos hasta que por fin sentí como su lengua fue a anidarse en la parte alta de mi vagina, justo donde se esconde mi clítoris al cual comenzó a sobar con la punta de la lengua haciendo que en pocos segundos el primer orgasmo de mi vida estallara fuertemente en el interior de mi panocha, fuertes gemidos y gritos escaparon de mis labios sin poder evitarlo, fue una experiencia fabulosa, mis manos se agarraban fuertemente de la colcha mientras que mis caderas estaban levantadas para permitirle a Carina mamar más profundamente en mi interior, ella se detuvo después de que seso mi orgasmo y me dejo descansar varios minutos.

-Quiero hacerte lo mismo.- le dije a mi maestra.

-Claro mi pequeña... no comas ansias... veras que rico.-

Se paro y frente a mis ojos que se abrieron ampliamente se fue despojando de las medias poniendo su pie sobre la cama, una a una las medias desnudaron sus piernas de suave y blanca piel, luego el liguero salió de su cintura hasta caer al suelo y pon fin se quito las bragas mostrándome nuevamente su vagina con un bello en forma triangular que se le veía demasiado embriagador, me pidió que me sentara y se acerco más a la cama de forma que mi cara quedo justo frente a su panocha. Me acerque despacio y pude apreciar el cálido aroma que despedía, sus manos se posaron en mi nuca y tiernamente me empujaron hasta que tuve la papaya enfrente de mi.

-Obsérvala bien, ve su forma... descubre sus labios... todo con suavidad.-

Lleve mis manos hasta sus bellos y delicadamente los acaricié para luego ir bajando y palpar los calientes labios vaginales, vaya, que delicia hurgue un poco abriendo su rayita con mis dedos y pude apreciar lo rosado de sus interior, luego acerque más mi cara y despacio comencé a besarle toda la rajada, saque un poco mi lengua para paladear los cálidos jugos que también escurrían de su interior. Era un néctar delicioso y probándolo ya no me pude detener, ella abrió un poco más el compás para permitir que mi cara se introdujera bien, mi lengua hurgo entre los labios y se hundió un poco en ellos la suavidad de esa piel y su humedad son difíciles de explicar en palabras pero fue algo increíble sentir esa parte de otra mujer en mi lengua, nunca en mi vida me imagine haciendo esto y ahora estaba aquí con una perfecta desconocida gozando de algo que me imagino muy pocas niñas de mi edad pueden experimentar. Logre hacer que Carina tuviera un fuerte orgasmo el cual me bebí por completo, saboreé cada gota de los líquidos que me iba regalando y esto me gustaba de sobremanera.

Carina se dejo caer a mi lado cuando tuvo su orgasmo, nos volteamos a ver ambas y nos besamos en la boca disfrutando de nuestros propio sabor que estaba en los labios de la otra.

-Es hora de que ambas gocemos al mismo tiempo...- dio Carina después de unos minutos.

-Si... eso me gustaría mucho...- le dije yo dándole un pequeño beso sobre los labios.

Me hizo que me levantara de la cama y ella se acostó boca arriba abriendo sus piernas ampliamente dejándome ver toda su rajada a plenitud. Luego me pidió que me montara sobre de ella en forma que mi panocha quedara a la altura de su cara y la suya a la altura de la mía, por primera vez la veía en toda su extensión ya que al principio no tenía mucha vista de ella, una larga rajadita rosada con labios gruesos y su clítoris escondido dentro de su bolsita en la parte alta de la rajadita, de pronto sentí como su lengua comenzaba a invadir mi intimidad, no me quise quedar a tras y empecé a hacer mi labor con la suya. Mi lengua empezó a recorrer sus gruesos labios de arriba a abajo hasta llegar a la parte trasera que dejaba a mi vista su ano, arrugadito y apretado. Por su parte Carina estaba metiendo y sacando su lengua de mi agujerito a un ritmo que me iba a llevar pronto a un orgasmos, yo me dedique a chupar y mamar su clítoris ya que era la parte que más se me antojaba de ella, mis dedos comenzaron a introducirse en su rajadita, nuestras caderas comenzaron a girar instintivamente debido a la satisfacción que nuestras bocas se provocaban. Uno de los dedos de Carina se empezó a abrir paso en mi culo, se empezó a introducir tiernamente la puntita de esté y a los pocos minutos ya tenía dentro la mitad, empecé a hacerle lo mismo y su culo recibió mi dedo con un poco de dificultad pero también pasados unos minutos ya se lo metía por completo, al mismo tiempo que ella de repente empecé a sentir como un orgasmo se empezaba a producir en mi y ambas nos mamamos más y más rápido hasta que estallamos casi al mismo momento en la boca de la otra, fue una sensación extraordinaria sentir como nuestros cuerpos se respondían uno al otro y se entregaban en un cálido orgasmo que ambas bebimos hasta dejar completamente sin jugos la vagina de la otra y creo que fueron como tres o cuatro los orgasmos que siguieron de este.

Esa fue la primera vez que tuve sexo, fue algo encantador que llevare con migo por el resto de mi vida, nos quedamos profundamente dormidas y abrazadas las dos hasta la mañana siguiente, temprano nos levantamos y ella me llevo hasta mi casa, me dio su numero de teléfono y yo quede de hablarle para repetir de nuevo esta extraordinaria experiencia. Eran las nueve de la mañana, por lo general los sábados en casa nos levantamos demasiado tarde como a eso de las once así que procure no hacer ruido, Carina me observaba desde la esquina. Por fin con bastantes nervios entre y no había nadie en la sala, me asome por la ventana y me despedí de mi amiga. La seguí con la mirada hasta que se perdió por la calle que conduce al metro.

Me encaminaba a mi cuarto cuando de pronto una voz a mis espaldas me dejo completamente helada.

-Vaya... que bonitas horas de aparecerte...- me dijo en tono algo enojado.

Era mi hermano Pablo quién estaba recargado en el marco de la puerta de su habitación y viéndome mientras yo trataba de encaminarme a mi habitación. Me quede congelada y sin articular una palabra y con cara de susto.

-¿En donde te metiste?- pregunto mi hermano con insistencia.

-Este... la verdad... me quede en casa de una amiga y este... est... bueno... es que...-

-No te preocupes... mis papás no se dieron cuenta... Les dije que te habías dormido temprano porque te sentías mal y ya no insistieron.- me dijo y yo volteé a verlo aliviada y con una leve sonrisa en los labios.

-¿¡Tú hiciste eso por mi!?- pregunte sorprendida.

-Claro, espero que algún día tú lo hagas por mi.-

Me acerque a él y le di un fuerte beso en el cachete, estaba salvada gracias a que él se había dado cuenta de que me salí y cuando llegaron mis papás no se dieron cuenta de mi ausencia así que estaba en deuda con él. Lo tome de la mano y lo jale hasta mi habitación.

-Ven... te voy a contar lo que paso.-

Entramos en la habitación y él se sentó en la orilla de mi cama, yo me quede de pie por unos minutos en lo que buscaba mi pijama, mientras que le platicaba una historia completamente diferente a lo que en realidad había pasado, le comente que una de mis amigas había tenido una fiesta y que como sabía que mis padres no me dejarían ir me salí y les iba hablar desde casa de mi amiga pero que se me olvido hacerlo y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde así que mejor esperaría el regaño en lugar de perderme la fiesta de una de mis mejores amigas. Al mismo tiempo que le contaba esto me estaba desnudando para ponerme mi pijama, él me observaba pero sin mayor morbo. Me puse una playera cota y me quede en bragas, por supuesto las bragas blancas de algodón que me había probado la noche anterior y las cuales marcaban perfectamente mi rayita y dejaban desnudas mis nalgas. Claro que seguí fingiendo que buscaba algo y procuraba empinarme lo suficiente como para que Pablo tuviera una espectacular vista de mi trasero y mi rajadita, yo estaba sumamente caliente y el que la noche anterior haya aprendido ciertas cosas me calentó todavía más, estaba en deuda con mi hermano y pensaba pagársela.

Cuando me volteé para continuar platicando con Pablo pude ver que ya su palo estaba completamente duro bajo del pantalón de su pijama, claro que yo ya había visto películas porno y sabía que es lo que hacen un hombre y una mujer y lo que la noche anterior aprendí me dio mucha más seguridad y confianza para saber lo que alguien quiere. Me acerque coquetamente a mi hermano procurando que el tuviera una vista plena de mi vagina que se escondía bajo esa prenda pero que se dibujaba perfectamente en la superficie de la misma.

Pablo tiene quince años, es más alto que yo por supuesto, el color de su piel es el mismo que la mía, esta un poco marcado ya que hace ejercicio tiene el cabello corto y no es mal parecido pero tiene una novia que me cae gorda porque se siente la máxima hermosura.

Llegue hasta donde estaba sentado mi hermano y me plante frente a él, se quedo paralizado y sin decir nada, solo me observaba los pezones erectos que se marcaban perfectamente en mi playera, lo mire a los ojos y el me miro, le sonreí coqueta y tome su mano con la mía, la guié hasta mi panocha y puse su mano ahí, el inmediatamente comenzó a moverla un poco torpemente.

-Despacio Pablo... despacito... no tenemos prisa.- Le dije al oído.

El fue siguiendo mis instrucciones mientras yo acercaba mi boca a la suya y lo empezaba a besar, él claro que respondió a mi beso y nuestras lenguas se juntaron empezaron a rozarse su mano ahora se movía con más delicadeza sobre mi panocha; yo por mi parte comencé a acariciar su verga sobre la tela del pantalón pero como no la podía sentir plenamente desabotone su pantalón y se la saque, era gruesa y larga, me dio un poco de miedo pero la excitación que sentía era mucho más grande. Me hinque delante de él y me introduje su palo en la boca y suavemente se lo comencé a mamar como la noche anterior había aprendido con la panocha de Carina, su sabor era diferente al de la panocha pero no era desagradable, continué chupándoselo y mamándoselo hasta que él me lleno la boca con su leche caliente, procure tragarme todos sus jugos pero era demasiado y deje que algunos se escaparan de mi boca, él viéndome con cara de satisfacción me levanto y me beso tragándose el resto de sus mocos de mi boca.

-Que rico me la chupaste hermanita... mira que rico...- dijo mientras volvía a besarme.

-Quiero que me la metas.- le dije.

Pablo se puso de pie y se desnudo por completo, luego me hizo que yo me pusiera de pie y me desnudara frente a el, su palo no perdió la erección y nuevamente me hinque para mamárselo otro poquito, después de un rato Pablo me tomo de los hombros guiándome a mi cama, yo me recosté y le abrí las piernas ampliamente para mostrarle mi panochita completamente, el se acomodo entre mis piernas y con una mano guió su pene a la entrada de mi vagina, lo puso entre los labios y empujo un poco, la cabeza del pito de mi hermano penetro pero mi himen lo detuvo, el me miro.

-Empújalo... no te detengas...- le dije con la excitación en la voz.

Pablo embistió con un poco de más fuerza y su verga me rasgo el himen provocándome un fuerte dolor, pero no se detuvo hasta que sus bolas chocaron contra mi culo, ya que estaba completamente en mi interior lo abracé con mis piernas por su cintura.

-Espérate... deja que me reponga unos minutos... me dolió mucho.-

-Si... que rico me lo aprietas hermanita...-

Así durante un par de minutos permanecimos completamente quietos, luego le indique con la cabeza que podía continuar, su verga empezó a salir lentamente de mi panocha y cuando ya estaba a punto de escapar por completo inicio el camino de regreso, un bombeo pausado inicio, las caderas de mi hermano me estaban embistiendo mientras que yo trataba de apretar mi panocha lo suficiente para que el sintiera lo rico que cogía su hermanita menor. Varios minutos continuamos cogiendo en esa posición hasta que él me pidió que cambiáramos, me puso de a perrito y me la dejo ir hasta el fondo, ahora ya el dolor se estaba convirtiendo en completa satisfacción, sus caderas se movían cada vez más y más rápido, un orgasmo me invadió el cuerpo pero tuve que ahogar mis gemidos para no despertar a nuestros padres. Nuevamente cambiamos de posición después de que me vine, esta vez mi hermano se acostó en la cama boca arriba y yo me monté sobre él, solita me clave su verga hasta las bolas y me comencé a mover sobre su palo, él me jalo y me beso en la boca, nuestras lenguas se enredaron y así seguimos cogiendo, sus caderas se movían debajo de mi cuerpo haciendo que la verga se enterrara en mi panocha hasta el tope, que rico es coger así. Pablo me mamo las tetas, los pezones y lo que pudo en esta primera vez, sus manos acariciaban mis nalgas sin descanso; nuestras bocas no se despegaban y ambos nos empezábamos a acercar a un orgasmo, lo note porque los movimientos de la cadera de mi hermano se hicieron más y más rápidos.

Fuertes chasquidos se escuchaban por toda la habitación ya que mi panocha no dejaba de manar líquidos que estaban mojando las bolas de mi hermano y luego se escurrían hasta la colcha de mi cama, el característico olor de una parchada invadió mi habitación y el calor de nuestros cuerpos se volvió casi insoportable, necesitábamos descargar toda esta pasión y eso no tardaba en pasar, las caderas de mi hermano hacían movimientos más profundos y rápidos a la vez que rotaban un poco para tratar de llegar a lugares que no había tocado, las sensaciones se agolpaban en mi cabeza y el la de él, nuestras bocas no se soltaban y de pronto un fuerte golpe de calor comenzó a inundar mi panocha, fuertes gemidos se escaparon de nuestras gargantas sin poder evitarlos; gruesos chorros de leche estallaban dentro de mi vagina a la vez que está segregaba grandes cantidades de mis propios jugos, fue un largo y fuerte orgasmo, continuamos moviéndonos hasta que por fin de nuestros cuerpos no escaparon más líquidos, mi hermano trataba de encajarme su verga lo más profundo que podía pero por fin el cansancio nos venció y yo me deje caer encima de él, nos miramos por largos minutos en espera de que nuestros padres se aparecieran por el ruido que habíamos echo, pero afortunadamente no se despertaron. Nos besamos nuevamente y luego nos quedamos profundamente dormidos.

Desde ese día yo sigo teniendo relaciones con mi hermano y por supuesto de vez en cuando me quedo de ver con Carina y nos pasamos unas increíbles noches, mi hermano desde entonces esta completamente enamorado de mi, ahora ya no tiene novia, solo vive para mi, yo ya tengo 15 años y el 20; pensamos vivir juntos algún día ya que yo siento lo mismo por él y para no ser injusta y engañarlo le platique lo de Carina, así que de vez en cuando el se va a coger con quién quiere pero siempre me lo cuenta. Nunca se nos a ocurrido hacer un trío pero bueno esa posibilidad queda latente por si algún día se plantea la posibilidad.

 

FIN

 

 

 

Natalia 10: (morena delgada cabello lacio oscuro ojos café, cuerpo delgado).

Carina 36: (blanca, alta, delgada, cabello largo a mitad de espalda lacio, ojos miel)

Mas de Cazzique

Belisa

Amanda

Odette

Las primas

Magnolia

Kimy

Alejandra

Kimberly

Ximena

Maite

Verónica

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La farmacia

Nora y Paloma

Una tarde en el cine

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La marca de ese día

Vaya madrugada

La mejor amiga

Flavio, mi cuñado

El viaje

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Laura

Aventón

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Bajo el puente

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