La secta XXX

Pasaron varios días y a diario cogíamos Esther y yo, a ella le encantaba que le mamará la concha y mamarme ella a mí hasta tragarse mi semen, la comencé a instruir en las artes del sexo después de que terminaba su tarea, nos sentábamos a ver películas o revistas y mi pequeña novia fue aprendiendo poses, tendencias, secretos que la iban despertando cada vez más, una ocasión que veíamos una película en que se cogían a una nena por el culo ella me pidió que se lo hiciera, le dije que si pero la tenía que preparar muy bien, también me pregunto sobre las orgías y el sexo homosexual ya sea entre hombres o mujeres pues vimos varias películas de este generó, le dije que si ella lo deseaba podríamos practicar todas las variantes y que ella iría escogiendo las que mas le gustaran, le expliqué que para el sexo la única limitante es la imaginación y las ganas de realizar tal o cual acto.

Pasaron un par de semanas antes de iniciar a mi pequeña novia de 18 añitos al siguiente paso, era un sábado por la tarde y estaba afuera lloviendo, estábamos viendo una película pornográfica y ella me masturbaba con su manita sentada a mi lado. En una escena comenzaron a coger a la actriz por el ano y entonces Esther volteándome a ver preguntó.

No tubo que decir más, me levanté y fui a la recamara por el pomo de vaselina, regresé y me desnude rápidamente, ella estaba en el sillón observándome aun con su ropa puesta, la hice ponerse de pie y la desnudé lentamente besando cada parte que descubría, la hice tener un orgasmo por mamarle la rajada así parada como estaba y yo sentado en el suelo, me bebí cada gota de su néctar que salía de su panochita, puse mis manos en sus nalgas y las acaricie como de costumbre, luego embarré uno de mis dedos en vaselina y se la unté en el ano, ella no respingo, mi dedo se introdujo en el agujero trasero de mi niña y poco a poco se fue perdiendo hasta que lo recibió completo, yo por delante no paraba de mamarle la vagina y su clítoris; mi dedo entraba y salía de su ano y en cada embestida lo giraba un poco tratando de dilatar más su culito, ella lo disfrutó bastante y me regalo un nuevo orgasmo.

Me puse de pie y la bese en los labios, nos separamos y la acomode sobre el sofá a modo que quedara recargada en el respaldo del sillón y con sus nalgas apuntándome, le incliné un poco el cuerpo para que su culito quedara paradito y tuviera a la disposición su pequeño huequito, me hinque detrás de la niña y comencé a besar los cachetes de sus nalgas uno a uno y en toda su longitud, luego pasé mi lengua por todo do largo del canal que separa las nalgas hasta que llegué a su ano, se lo lamí por varios minutos luego le introduje la lengua lo más profundo posible, continué también clavándole mi dedo e intenté meterle dos pero me costó un poco de trabajo, por fin conseguí que ella se tragara dos de mis dedos y nuevamente la comencé a bombear por largos minutos hasta conseguir una dilatación más o menos satisfactoria. Nuevamente le mamé el culo y se lo lamí mientras que con la otra mano acariciaba su panochita y sus senos. Ella no se quejó en ningún momento cuando le estuve clavando los dedos en verdad lo disfrutaba, me paré detrás de ella y apuntando mi pene a su ano empujé con fuerza y la punta de mi pene se clavó hasta perderse en el agujero, la presión sobre mi glande era increíble y su calor aun más. Un nuevo empujón y otro poco de pene entró, en un espasmo de su esfínter mi pene salió de su anito y tuve que volver a acomodarlo en su lugar, el arrugado agujerito se abrió de par en par recibiendo de nuevo la gruesa cabeza sus carnes se iban adaptando a cada segundo al contorno de mi palo y si este se engrosaba su ano se ensanchaba y si yo empujaba un poco su piel se aferraba fuerte a mi verga y se metía un poco junto con la macana. Como me costaba trabajo entrar en tan apretado agujerito tuve que sacar mi verga y ponerle más vaselina para que no fuera a rozarla; pude ver como sus manitas apretaban fuertemente el respaldo del sillón y sus ojos estaban cerrados fuertemente tratando de resistir el dolor que sentía, sus labios también estaba apretados. Tarde cerca de veinte minutos en lograr meterle la mitad de mi garrote y hasta este punto tuve que cambiar de estrategia para agenciarme por completo su agujerito trasero, bombeé despacio, entrando y saliendo tratando de ensanchar poco a poco el culito de mi hermosa niña, fue en verdad un reto difícil pero por fin logré que mi pene entero se enterrara en las profundidades del anito, ella estaba llorando pero aguantó toda la verga hasta que se fue lentamente acostumbrando al tamaño y grosor.

Siguiendo las instrucciones de mi niña lentamente comencé a sacarle la verga pero solo hasta la mitad y de nuevo regresé hasta que mi vientre chocó con sus nalgas, puse mis manos en sus caderitas y seguí con el lento movimiento, ella se comenzó a relajar y la verga penetró con un poco de más facilidad, ahora aumenté la velocidad sin que ella lo notara y a los pocos minutos ya la estaba culiando rítmicamente, sus cabellos dorados caían por su espalda haciendo mi visión perfecta, mi verga ahora entraba y salía con más prisa y pronto ella me dijo que se venía, llevé una de mis manos hasta su panocha y acaricié su clítoris acelerando el momento de su orgasmo, al instante en que se venía su esfínter me apretó aun más fuerte la verga proporcionándome intensas sensaciones de grato placer. Nos quedamos quietos después de su orgasmo pero solo por un par de minutos pues enseguida su cuerpo se comenzó a mover de adelante para atrás, clavándose ella solita, yo ahora acariciaba su cabello y su espalda y de vez en cuando sus senos pequeños con sus pezones puntiagudos completamente erectos.

Yo ya estaba cerca de eyacular así que le pedí que se detuviera y me zafé del apretado abrazo que su esfínter le daba a mi pene, me recosté sobre la alfombra y ella comprendió que se tenía que montar, así lo hizo poniéndose de pie sobre mi, con sus pies a los lados de mi cintura y viendo hacia mi cara, lentamente descendió hasta que quedo encuclillada sobre mi pene, con su manita tomó la verga y la dirigió a su ano, se fue sentando poco a poco mientras la verga se le iba abriendo el ano y se clavaba cada vez más, por fin sus nalguitas aplastaron mis bolas y entonces ella solita comenzó a subir y bajar a lo largo de mi tronco, mis manos se apoderaron de sus senos y así estuvimos cogiendo hasta que comencé a sentir como los calientes chorros de leche llenaban el interior de sus entrañas, ella al sentir mi venida también comenzó a experimentar su orgasmo y los gemidos de ambos se mezclaron por toda la sala; mi leche le salía del ano y resbalaba por mi tronco, bajaba pesadamente hasta mis bolas y luego caía en pesadas gotas sobre la alfombra, después de que nos venimos ella se quedo sentada con mi verga profundamente clavada en su culo, poco a poco se fue poniendo de pie hasta que la macana se zafó de su ano. Desde mi posición pude ver como tenía abierto completamente su culo y de el seguía escurriendo mi semen. Me levante y tomándola por la cintura la hice empinarse y comencé a mamarle su colita, me trague los restos de mi semen y alivié con la frescura de mi saliva su ahora candente y ensanchado ano que poco a poco fue recuperando su tamaño normal.

CONTINUA