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Las niñas consentidas (05)

en Amor filial

Las niñas consentidas V

El cumpleaños de Juanita era el día de mañana, tendría que ser algo especial para ella ya que iban a ser sus trece, en mi mente ya había una idea de lo que quería para mi pequeña amante, por lo pronto esta noche me dispuse a no tener ninguna relación sexual para que el día de mañana fuera de lo más fructífero en cuanto a esta materia se refiere.

Cuando llegue a casa ya eran casi las nueve de la noche y después de cenar me subí al cuarto y me acosté, a todos les extraño que me fuera tan temprano a la cama pero supusieron que estaba algo cansado. Dormí profundamente hasta casi las ocho de la mañana, me levante y me fui a trabajar como de costumbre. Un amigo me había prestado una casa que tiene a las orillas de la ciudad, Juanita se iría a mi oficina después de clases ya que yo le había pedido a su mamá para que me la permitiera por toda la noche ya que habría mucho trabajo en la oficina por un supuesto inventario que haría y necesitaba de un poco de ayuda para contar algunas cosas, todo por el momento iba a la perfección, la mañana transcurrió como de costumbre.

Cuando se llego la hora de la comida yo ya estaba esperando la llegada de mi pequeña amante y por supuesto que no me decepciono, puntualmente llego, pero no me esperaba lo que a continuación vendría ya que Juanita venia acompañada de Paula.

[Paula] –Hola papi, mi mamá me platico que tendrías mucho trabajo el día de hoy y entonces decidí venir con Juanita para que te ayudemos entre las dos.-

[Gerardo] –Pe… pero hija, no te hubieras molestado, con Juanita es más que suficiente…-

[Paula] –No como crees papá, ya sabes que me gusta ayudarte en todo.-

Por lo pronto esto se había salido de mis planes y tenía que encontrar una solución, así es que decidí llevar a mi hija a la oficina para contarle lo que sucedía entre Juanita y yo y cual era la sorpresa que le tenía preparada.

Paula se sorprendió un poco de lo que le conté pero después de un rato de estar en silencio me dijo que le encantaría acompañarnos y que no nos molestaría mientras que hacíamos el amor. Entonces ella y yo quedamos de acuerdo y nos dispusimos a salir.

Juanita se sorprendió cuando noto que no había tal trabajo en la oficina y entonces pregunto hacia donde íbamos, yo le dije que era una sorpresa.

Cuando llegamos a la cabaña ya estaba oscureciendo un poco, entramos en la sala y encendimos la chimenea, todos nos sentamos en un gran tapete que hay frente a la chimenea mientras felicitábamos a la niña que estaba feliz por los regalos que le empezamos a dar entre Paula y yo, claro que estos regalos yo los había comprado unos días antes. Las cajas eran de todos tamaños y colores y Juanita no dejaba de sorprenderse cada vez que íbamos por una nueva caja al auto. Por fin terminamos de entregarle todos los regalos a la pequeña y entonces sacamos un pastel que traíamos, pusimos un poco de música y mientras bailábamos entre los tres comimos un poco de este.

Mientras bailábamos Paula puso de pretexto que tenía que ir al baño y salio de la sala, entonces yo me pegue más a mi Juanita y puse mis manos sobre sus nalgas mientras danzábamos suavemente, nuestros labios se juntaron por unos segundos pero ella se separa por temor.

[Juanita] -¡No… nos puede ver Pau!-

[Gerardo] –No te preocupes ya vez que ella se tarda mucho en el baño, por lo menos toda esta pieza.-

Nuevamente pegue mis labios a los suyos y mi lengua exploro el interior de su húmeda boca, inmediatamente ella respondió a mi besos y nuestras lenguas se enfrascaron en una ardiente batalla, mis manos no dejaban de acariciar su espalda y sus nalgas. Juanita estaba un tanto distraída pues solo estaba cuidando el regreso de mi hija y seguimos bailando normalmente, luego nos sentamos en la mullida alfombra frente a la chimenea hasta que llego Paula.

Todos estábamos platicando alegremente el calor que nos proporcionaba la chimenea era demasiado agradable mis manos se posaron sobre la rodilla de Juanita y despacio iba dibujando círculos, note un poco el nerviosismo en mi pequeña amante y me resulto un poco chistoso ya que mi hija hacia como si nada pasara, pero pude notar lo excitada que estaba ya que en su blusa se marcaban sus pezones al máximo, estaba vestida con una falda larga de color azul y su blusa color crema, Juanita llevaba puesta una playera sin mangas y una falda negra también larga.

Poco a poco fui subiendo su falda hasta la mitad de sus pantorrillas, luego deje de acariciar su rodilla y fui subiendo por su pierna, ahora todo estaba en silencio, todos estábamos expectantes a lo que iba a suceder, el ambiente se empezó a cargar de electricidad y entonces acerque mi cara a la de mi pequeña amante y puse mis labios sobre los de ella, al principio se quedo helada, no respondió a mi beso, Paula no perdía detalle de lo que estaba sucediendo, después de que Juanita noto que mi hija no decía nada por lo que estaba yo haciendo sus labios se abrieron y su lengua salio al encuentro de la mía, con sus manos se abrazo de mi cuello y fue en ese instante que ya nada le importaba, mis manos comenzaron entonces a acariciar sus pequeños senos, bajo la tela de la blusa podía sentir como sus pezones ya estaban erectos y entonces me dedique a pellizcar delicadamente estos dos calidos botoncitos.

De reojo alcanzaba a ver que mi hija estaba disfrutando del espectáculo que le ofrecíamos, puse mis manos en los costados de la playera y lentamente la fui levantando, la piel desnuda de Juanita fue quedando a la vista y pronto la prenda salió por la parte alta, sus pequeños senos erectos impúdicamente se mostraban a nuestra vista, la recosté lentamente sobre la alfombra y me incline sobre su cuerpo, mis labios buscaron sus senos y empecé a mamárselos con total calidez, mi lengua se enredaba en los erectos pezones y luego recorría en su totalidad las dos masas de tibia carne que se me ofrecían, algunos gemidos empezaban a escapar de la garganta de mi chiquita.

Mis manos buscaron el botón de la falda y lo desabroche, muy lentamente la prenda iba descendiendo al mismo tiempo que mi boca devoraba la parte de piel que iba descubriendo sus blancas bragas pronto salieron a la luz y después sus delicadas piernas, puse especial atención en besar y oler su entrepierna, ya empezaba a manar el olor a hembra, continué bajando la falta hasta que por fin termine de sacarla, regrese por el camino antes recorrido disfrutando del sabor de la piel de esta niña tan hermosa, sus pantorrillas, sus muslos, su entrepierna, su estomago, sus bellos senos y por último sus calidos labios que se unieron nuevamente a los míos ya sin ningún pudor.

Yo comencé a desnudarme ahora por completo, mi barra estaba tiesa como una pieza de metal, estaba de pie con el falo extendido a su máxima, le hice una señal a Juanita para que se hincara enfrente de mi, ella ya sabía que era lo que tenía que hacer, sus delicados labios se abrieron y sin chistar se introdujo mi verga en la boquita comenzando a mamar inmediatamente, su pequeña cabecita se movía de atrás hacia adelante rápidamente, con su lengua masajeaba al mismo tiempo mi falo y una de sus manitas acariciaba mis bolas mientras que la otra se recreaba en mis nalgas. Paula continuaba en su sitio sin perder detalle de lo que la pequeña cumpleañera y yo hacíamos.

Mis manos llevaban el ritmo de la mamada que me proporcionaba Juanita para evitar que me fuera a venir antes de tiempo, Con los ojos le indique a mi hija que se podía unir a nosotros, ella se puso de pie y se acerco a mi, los dos nos empezamos a besar desaforadamente, nuestras lenguas se buscaban con gran pasión y pronto estuvieron en la lucha, nuestras salivas se empezaron a mezclar. Juanita separo unos instantes su cara de mi verga para ver lo que arriba sucedía y luego de unos segundos continuo con su mamada, mis manos fueron desabrochando la blusa de Paula y se perdieron dentro de esta cuando estuvo completamente desabotonada buscando sus senos a los cuales empecé a masajear muy suavemente, poniendo las yemas de mis dedos sobre los erectos pezones que clamaban ser aplacados. Separe a Paula de mi y le pedí que se colocara en la espalda de Juanita y empezara a masajearle los senos y a besarle la espalda, por unos instantes ella dudo pero la anime a que continuara, ella se hinco detrás de la niña y sus manos buscaron sus pequeños senos, sus labios se posaron en su cuello y entonces su lengua recorrió por primera vez la piel de otra mujer, Juanita se sorprendió un poco y dejo de mamar pero yo le dije que todo estaba bien que continuara, que esto le iba a encantar.

Después de algunos minutos ya mi hija recorría con sus manos y sin ningún pudor el cuerpo de Juanita, sus labios recorrían la espalda de la niña haciendo que se estremeciera de pies a cabeza, las manos de Paula bajaron las bragas de la niña y entonces ella se agacho para besar esas nalgas hermosas, sus dedos buscaron entonces la entrepierna de la niña y delicadamente empezó a masajear el clítoris, las deje continuar hasta que Juanita tuvo su primer orgasmo, luego les dije que entre las dos me chuparan el pene, ambas hincadas frente a mi empezaron con su labor, las dos pequeñas bocas me empezaron a chupar el pito mientras al mismo tiempo se besaban, sus lenguas salían a recorrer la totalidad de mi tronco para luego entre ellas enredarse en un calido forcejeo, las manos de ambas acariciaban sus senos, la una a la otra, la cosa no podía ir mejor.

Por la forma en que me la estaban mamando yo ya sentía que mi orgasmo se acercaba así que las detuve y les pedí que me dejaran recostarme. Junto a ellas, Luego le dije a Juanita que se acostara a mi lado y yo me baje para empezarle a mamar su rajadita, ya estaba completamente empapada, antes de comenzar le pedí a mi hija que se desnudara completamente y entonces me dedique a la vagina de Juanita, con mis labios fui besando los labios mayores de mi bella niña, su clítoris ya sobresalía en la parte alta de su panocha pero no lo toque por el momento, primero me dedique a sus labios, lamiéndolos y chupándolos a mi antojo, mis manos estaban masajeando sus senos, sus jugos pronto aparecieron inundando su rayita, Paula se acerco y entonces comprendí que ella también quería probar a mi amante, le deje libre el camino y sus labios buscaron la vaginita que estaba completamente expuesta. Su lengua recorrió todos los pliegues de esta estrecha cavidad sorbiendo lo que podía de sus jugos, me retire un poco para apreciar el espectáculo, mi hija de quince años comiéndole el chocho a mi pequeña amante de trece que estaba acostada en la mullida alfombra frente a una chimenea ella tenía sus piernas completamente abiertas permitiendo que su vagina quedase a disposición de mi hija que estaba empinada mamándosela con su bello culo expuesto y meneándose de forma tentadora. Me coloque detrás de ella y mi lengua busco su ano al cual empecé a lamer, de vez en cuando introducía mi lengua lo mas adentro que podía, Paula se retorcía en señal de que le estaba encantando la rica mamada de culo que le daba, mis manos buscaron su vagina y uno de mis dedos comenzó a seguir el canal que dejaban sus labios, pronto sus jugos me permitieron introducirle el dedo y me la empecé a coger con esté.

Quería meterle la verga pero eso sería más tarde ya que ahora venía la parte más importante de esta fiesta, separe a Paula de Juanita que seguía con las piernas completamente abiertas y su sexo escurriendo líquidos, completamente abierto.

[Gerardo] –Ahora si pequeña, lo que una vez de prometí te lo voy a cumplir.-

[Juanita] -¡Ho si, lo he deseado tanto! Vamos…-

Me coloque entre las piernas de Juanita y mi hija comprendió lo que venia, tomo mi pene con sus manos y lo dirigió a la entrada de la vagina de la niña, puso la cabeza entre sus labios y luego la restregó de arriba hacia abajo para que los líquidos lubricaran bien la entrada, Juanita no quitaba su mirada de la mía y después de unos segundo me cerro los ojos en señal de lo que se avecinaba, mi cadera dio un leve empujón y la cabeza de mi pene se introdujo haciendo que los labios vaginales se expandieran, continué metiendo mi pito hasta que me tope con el himen.

[Gerardo] –Tranquila preciosa, viene lo más importante, solo relájate.-

Sin decirle más empuje de un solo golpe mi miembro en su interior, un pequeño gritillo escapo de sus labios y unas cuantas lagrimas se escaparon de sus ojos mientras que sus manos se aferraban fuertemente a mis brazos. Un pequeño canal de sangre indicaba que por fin su virginidad era cosa del pasado, me quede completamente inmóvil en su interior dejando que sintiera al invasor en su total dimensión para que se fuera acostumbrando a la nueva sensación que experimentaba. Fueron varios los minutos, mi hija se acerco a su cara para limpiar sus lagrimas y reconfortarla, ambas se besaron tiernamente, mi verga continuaba en el fondo de la niña, lentamente empecé a retirar mi verga, iba saliendo despacio y cuando ya la cabeza comenzaba a asomar el retorno inicio con la misma lentitud, así la empecé a limar lentamente hasta que los quejidos de dolor fueron convirtiéndose en gemidos de placer, cuanto esto sucedió aumente un poco más la velocidad, mi pequeña niña tenía una vagina muy estrecha que me apretaba el pene de una manera increíblemente satisfactoria, podía sentir las contracciones de su vagina mientras la penetraba hasta el fondo, era algo riquísimo, sus jugos hacían un poco mas fácil la penetración ya que si ella no se mojara tanto me costaría muchísimo penetrarla.

Unos cuantos minutos más y ya estábamos cogiendo como locos, mi verga entraba y salía rápidamente de su interior y no paso mucho tiempo en que ella lograra tener su primer orgasmo con un pene dentro, sus gemidos y gritos se escuchaban por toda la casa, mi hija no pudo contener su calentura mientras que nos veía y se masturbaba frente a nosotros de una manera deliciosa, sus dedos restregaban frenéticamente su vagina en especial la parte de su clítoris, sus jugos escurrían por su ano de manera fantástica, parecía un río.

Esto hizo que mis movimientos se hicieran más y más rápidos en la vagina de Juanita, la vista de mi hija y lo apretado de esta panocha iban a lograr que mi orgasmo fuera de los mas placentero, ya empezaba a sentir como mis mocos se estaban formando en mis bolas, las sensaciones se acumulaban más y más, Juanita gemía y gemía de manera incontrolable, pronto ella también tendría su segundo orgasmo y cuando ella se empezó a venir ya no pude contenerme más, con gran fuerza mis mocos salieron de mi verga y se fueron a estrellar en las paredes vaginales de mi niña, cuando ella sintió el liquido invadiendo su interior otro gran orgasmo le pego desde lo más hondo de su cuerpo, estallo en risa al mismo tiempo que yo y mis últimos movimientos en su interior se hicieron casi imposibles por la grata acumulación de sensaciones. Después de este estrepitoso orgasmo los dos nos quedamos completamente rendidos y abrazados mientras que mi hija continuaba masturbándose.

Luego los tres nos quedamos dormidos completamente desnudos en la alfombra de la sala y con el tibio calor de la chimenea cubriendo nuestros cuerpos, ya un poco mas noche desperté cuando escuche unos gemidos. Juanita y Paula estaban haciendo un rico sesenta y nueve, sus lenguas se perdían dentro de sus vaginas ahogando los gemidos que de su garganta escapaban.

Mi hija estaba abajo y Juanita arriba de ella, me acomode para poder ver mejor como mi hija le devoraba su sexo, inmediatamente se me puso dura la macana pero me espere hasta que ellas terminaran, luego le dije a mi hija que le quería estrenar el culo y ella acepto, juanita me ayudo a prepararla metiendo sus dedos en el ano de mi niña al mismo tiempo que la lubricaba con los propios jugos que escapaban de su panocha, con su boca chupaba mi verga y la ensalivaba bien, cuando ya todo estuvo listo yo coloque la punta de mi verga en el ano de mi hija y lentamente empuje, mis manos se recreaban en sus senos, un poco de dolor hizo que ella empujara su cuerpo hacia delante y mi verga se escapara de su ano, nuevamente continuamos con la operación, puse mi verga en la entrada de su ano y empuje un poco permitiendo que la cabeza se introdujera, mi hija se aguanto el dolor y despacio le fui metiendo el resto de mi pito, ella se quejaba por el intenso dolor que sentía pero me decía que continuara, después como de veinte minutos por fin la logre penetrar completamente, nos costo mucho hacer que mi verga le partiera su lindo culo a mi niña Paula pero por fin llegue hasta el fondo, lentamente inicié el bombeo en su interior y después de otros diez minutos ya las cosas funcionaban bien, ella apretaba su esfínter y esto hacia que fuera mucho más agradable la sensación en mi pene, ahora ya entraba y salía rápidamente de su culito, Juanita y Paula se besaban entre tanto para no perder el tiempo mientras que una de las manos de mi hija acariciaban la panochita de Juanita, mi venida se acercaba y les dije a las dos que se prepararan para recibirla en sus bocas, mientras que penetraba a Paula Juanita se hinco frente a mí en espera, cuando le di una nalgada a mi hija para que se safara y se acomodara ella rápidamente se incorporo y se puso a un lado de Juanita, yo me puse de pie y me empecé a menear la verga mientras espesas gotas de semen salían disparadas y se perdían en las bocas de mis nenas, unas gotas les pegaban en las caras y ya estaban todas bañadas, las últimas gotas cayeron en la boca de mi hija y cuando por fin termine, ellas se unieron en un largo beso para compartir mi semen, sus lenguas se enredaban en el interior de sus bocas mientras sus salivas se mezclaban con mis jugos y eran absorbidas por ambas.

El día nos sorprendió aún besándonos y acariciándonos, después de dormir unos pocos minutos nos levantamos y nos fuimos a bañar, nos vestimos y las lleve a desayunar a el lugar que ellas escogieron, luego todos nos fuimos a la casa para descansar largamente de esta grata juega que nos había dejado completamente exhaustos.

En el futuro más sexo nos esperaría a todos, hasta ahora tenemos encuentros, ya mi hija tiene 25 años, se recibió en administración de empresas y ya se encarga del negocio, Juanita ya es toda una profesionista y ahora ya tiene un novio, los tres de vez en cuando nos juntamos para seguirnos amando o a veces solo Juanita o Paula vienen por su ración de sexo, en otras ocasiones solo ellas dos se satisfacen, mi esposa nunca se entero de lo que sucedía entre mi hija, Juanita y yo y así seguirá. Mientras esto nos dure, ellas seguirán siendo mis niñas consentidas.

FIN

Mas de Cazzique

Amanda

Belisa

Las primas

Magnolia

Odette

Alejandra

Kimy

Kimberly

Maite

Verónica

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