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Encuentros familiares (07)

en Amor filial

Encuentros familiares VI

Iniciaba la semana y todos nos fuimos a nuestras respectivas labores, después de las tres de la tarde fui a recoger a las chicas al colegio como de costumbre y enseguida nos fuimos a la casa, ellas muy responsables inmediatamente se pusieron a terminar de sus labores escolares y conforme iban terminando bajaban al estudio en donde yo me encontraba, la primera en bajar fue mi hija Viridiana de trece años, se sentó a mi lado todavía con el uniforme de la escuela, su camisa blanca que dejaba apreciar bajo de ella el blanco corpiño que cubría sus bellos senos, su falda lisa de color azul con vivos rojos y sus tobilleras blancas con zapatos negros, sus piel apiñonada y su cabello enmarcaban su linda carita que con una sonrisa muy grata me brindo una agradable sonrisa a la cual yo respondí con un delicado besos sobre sus lindos labios, ella tomo mi cara e introdujo su lengua dentro de mi boca, en cuestion de segundos nuestras lenguas se enredaban y mis manos empezaron a urgar bajo su falda, sus bragas me impedían llegar directamente a su sexo pero por sobre la prenda inicie a masturbarla con movimientos circulares en la parte que mas o menos calculaba estaba su clítoris, ella empezó a gemir y en segundos supe que iba por el camino correcto, mi hija se separo de mi y se empezó a desabotonar la blanca camisa, se la quito y sus hermosas tetas quedaron sólo bajo el corpiño, me agache para besar las dos protuberancias que sobresalían en la parte alta de la prenda, pase mis labios y mi lengua por sobre la joven piel de los senos de mi pequeña y luego fui subiendo hasta llegar a su cuello, ahora las manos de Viridiana me bajaron el cierre del pantalón y sacó mi verga para sin mas miramientos metersela en la boca e iniciar con una rica mamada que me estaba transportando al cielo, su pequeña boquita me apretaba ricamente mientras que su lengua daba ligeros giros sobre la piel del mi glande. Así semi acostada como estaba tuve más libertad para poder levantarle la falda y bajarle las bragas blancas que traía, su piel fue quedando a mi vista y empecé a meterle un dedo en su anito al cual nunca había profanado, su esfínter me apretaba fuertemente el dedo y en ese instante ella se separó de mi verga para decir:

[Viridiana] -¡Quiero que me lo metas por ahí, como mi tío se lo mete a mi hermana.-

[Armando] –Si tu gustas te lo hago así, pero quiero que sepas que eso duele mucho al principio.-

[Viridiana] –Lo sé papá, la otra vez me lo platico ella... pero me dijo que ya que te acostumbras es algo riquísimo.-

[Armando] –Muy bien pequeña, pero primero te debo de preparar muy bien para que el dolor sea menor.-

[Sonia] -¿Qué están haciendo picarillos?-

[Armando] –Estamos platicando de lo que duele la primera vez por el culo, pero tu hermana quiere que se lo meta por ahí.-

[Sonia] –Ya lo habíamos platicado en alguna ocasión... ¿Quieren que les ayude?-

[Viridiana] –Si papí anda, vamos a intentarlo.... Sí.-

[Sonia] –Anda papá, déjame... yo la preparo.-

[Armando] –Esta bien, no crean que me voy a hacer del rogar con algo tan sabroso como eso, pero si le duelo mucho nos paramos ¿esta bien?-

Ambas vitorearon al unísono y entonces Sonia se acerco al sillón en donde estábamos, tomo por una mano a su hermana y la pudo de pie para darle un beso en la boca, sus lenguas se enredaron mientras que sus labios sorbían y chupaban los de la otra, las manos de Sonia se posaron bajo la falda de su hermana menor acariciando sus nalgas y las manos de Viridiana buscaron los senos para sobarlos sobre la tela de su camisa. Me coloque atrás de mi hija Sonia y empecé a desnudarla, sus senos quedaron libres después de que le quite su camisa y su soten, las manos de Viridiana volvieron al ataque en los senos de su hermana y los pezones de está se erectaron a su máxima capacidad. Los labios de mis dos hijas seguían pegados como si solo se tratara de uno, las manos de Sonia quitaron la falda de Viridiana quien ya gemía de placer, yo me empecée a desnudar al instante de que venía ajando por las escaleras mi sobrina Teresa, al vernos y sin hacer ruido se acerco y se comenzó a desnudar, se acerco a mi y empezamos a besarnos.

Para estos momentos Sonia había colocado a su hermana de a perrito sobre el sillón y empezó a besarle las nalgas y su vagina, su lengua se regodeaba con los labios vaginales de su pequeña hermana y luego subía hacia su ana al cual le pasaba la lengua y trataba de introducírsela, uno de sus dedos se fue perdiendo dentro del ano de su hermanita quien con una mano se masajeaba las tetas para que la satisfacción fuera mucho mayor, Sonia y Viridiana se habían acoplado perfectamente en la preparación, ya eran dos los dedos de Sonia que se perdían dentro de su hermana, entrando y saliendo con gran suavidad, dilatando su pequeño agujerito virginal.

Mi verga ya se había perdido dentro de la vagina de mi sobrina que estaba ya gimiendo acercándose a su orgasmo, nuestros jugos se mezclaban dentro de su concha, yo todavía no me venía pero gran cantidad de liquido lubricante me había salido por la calentura de ver a mis dos hijas que estaban en el otro sillón, para no venirme me separe de Teresa y la pare a ella, me senté en el sofá y le dije a ella que se sentara sobre mi verga y frente a mi. La verga iba penetrando lentamente la bella vagina de mi sobrina quién se tragaba todo mi garrote, cuando los dos estuvimos completamente acoplados nuestros labios también se sellaron y nustras lenguas se enredaron ansiosas de sentir la del otro. La cadera de Teresa se comenzo a mover en forma circular para darse satisfacción ella misma con mi palo dentro.

Sonia continuaba mamando y metiendo ahora ya tres dedos dentro del agujero trasero de su hermana mientras que con la otra mano se estaba dando masajitos sobre el clítoris en una rica masturbación que a proposito me dejaba ver en su totalidad con las piernas completamente abiertas y los labios húmedos expuestos gracias a las caricias que de vez en vez pasaba sobre ellos. Ahora los pechos de mi sobrina se restregaban contra mi cara y mi lengua ni tarda ni perezosa les dio una rica chupada para hacerla acabar nuevamente en un bestial orgasmo que me empapo el garrote y las bolas. Sonia se separo de su hermana y y dijo:

[Sonia] –¡Papí ya esta lista tu pequeñita!-

Teresa se separo de mi y se sentó justo frente a Viridiana y la beso en los labios, yo de pie tome por las caderas a mi hijita con ambas manos para dirigirla bien hacia el centro, Sonia tomo con su mano mi pene y lo fue apuntando al agujero de su hermana, empuje mis caderas y el glande clavo su puntita en la arrugada abertura. Yo empuje y entonces con un poco de fuerza la cabeza de mi pito entró, Viridiana dijo que le dolía un poco, note que faltaba algo de lubricación y se lo saqué, Sonia también se dio cuenta y entonces tomo mi verga con las manos y la dirigió a su boca, la empezó a chupar ensalivando muy bien todo el garrote. Reiniciamos con la tarea y de nueva cuenta su mano dirigió mi verga a el ano de su hermanita, impulse mis caderas dentro del agujerito y otra vez la cabeza se perdió dentro de ese apretado huequito que lo recibió muy bien. Lentamente mi verga se fue perdiendo dentro de ese apretado huequito, milímetro a milímetro vi como mi barra se perdía en ese cálido y apretado culo, su esfínter me estrujaba haciéndome sentir que me acercaba a mi venida, pero trate de contenerme los más que pude, Viridiana se aferraba fuertemente de el respaldo del sillón demostrando que le dolía un poco pero no soltó ni un solo grito ni gemido de dolor. Mi verga llegó por fin a lo más profundo del ano de mi querida hija pequeña, sin esperar más inicié un lento movimiento de mete-saca, a los pocos minutos Viridiana empezaba a gemir en señal de satisfacción y entonces el movimiento de entrada salida se fue incrementando. Mis manos se aferraban a su cadera para ir guiando el trasero de mi niña, podía ver como su culito se tragaba mi palo, se veía como se abría a su máxima capacidad para recibirme.

Sonia y Teresa ya se estaban mamando sus conchas para esos momentos, mientras que sus manos se acariciaban el culo. La escena de todo esto era calientísima y aparte las sensaciones de sentir como mi hijita me apretaba con su esfínter me estaban llevando a una muy fuerte venida, empecé a sentir como en mis bolas se formaba la eyaculación, trate de contenerme los mas posible hasta que Virirdiana tuvo su primer orgasmo y justo en ese instante fue que empecé a soltar todos mis mocos dentro de su culo, un gran gemido de satisfacción escapo de nuestras bocas y mis últimos movimientos dentro de esas ricas nalgas continuaron para dejar completamente seca mi barra.

Mi sobrina y mi hija mayor continuaban amándose en el sillón contrario sus lenguas se devoraban las vaginas en forma deliciosa y como vi que Viridiana se les quedaba viendo con ganas de entrar en el juego entonces la recosté en el sofá y le empecé a comer su conchita, sus labios gruesos fueron separados por mi lengua, recorrí de arriba abajo su vagina lamiendo cada pedacito de ella, los jugos de su primera venida fueron devorados por mi en pocos segundos y nuevas emanaciones de ese rico néctar empezaban a manar del interior de su rica rajadita, con mis labios tomaba los suyos y los chupaba para que las sensaciones en ella aumentaran, por el momento deje el clítoris libre y continué con los masajes sobre sus labios vaginales y en el interior de ella, mi lengua se introducía los más que podía para masajear sus paredes vaginales, mis manos no se separaban de sus senos sobando y masajeando las dos pequeñas carnosidades mientras que mis dedos tomaban sus pezones para que estos no perdieran su erección, pronto un pequeño río de jugos brotaron de su interior y los gemidos aumentaron, su venida le tensaba el cuerpo en su totalidad mientras que sus manos se aferraban a mi cabeza pegándola contra su vagina, la deje descansar por unos minutos y después reinicie con mis mamadas sobre su panochita, ahora fui directamente a su clítoris mientras que uno de mis dedos se perdió dentro de sus labios vaginales, con la otra mano y dos de mis dedos abrí el capuchón que cubría el hermoso órgano y esté salió erguido y rozado, mi lengua se poso sobre la pequeña carnosidad y la empezó a masajear, inmediatamente los gemidos de placer escaparon de la boca de mi pequeñita y sus manos fueron de nueva cuenta a mi cabeza para pegarme más a su cuerpo, las chupadas que le daba la estaban llevando nuevamente a un tumultuoso orgasmo que en pocos segundos invadió el cuerpo de mi niña, después de su venida mi verga ya estaba completamente dura de nuevo, me levante y la tome de sus piernitas, apunte mi herramienta y mi garrote se fue perdiendo dentro de su vagina, lentamente la barra carne se introdujo hasta que las bolas chocaron en su culo y empecé a cógermela deliciosamente, gracias a lo lubricado de su panocha mi verga se paseaba dentro de ella con toda tranquilidad y nuevamente en un simultaneo gemidos nuestros cuerpos explotaron en la venida final que ambos podíamos soportar y quedamos completamente rendidos en el sofá en el cual nos dormimos hasta la llegada de mi mujer.

Cuando llegó hasta donde estábamos nosotros nos despertó y nos dijo que fuéramos a bañarnos, también Sonia y Teresa dormían en el otro sofá, completamente desnudas y abrazadas. Cuando bajamos para cenar ya estaba ahí mi hermano Rubén y fue él quien nos dijo que la casa olía a sexo entonces entre risas y bromas mi esposa le comentó que era que no los habíamos esperado al festín y que nos habíamos comido el pastel antes de la fiesta, Sonia se acerco a su mamá y le dijo, pues no tienen de que preocuparse ya que entre los dos se pueden comer el postre, Marta se acerco a mi hermano y sin decir más lo beso en los labios, él no se hizo del rogar y respondió a la caricia con la misma intensidad sus manos se posaron sobre las nalgas de mi mujer levantando su falda y mostrándonos a todos las bragas de ella que traía puesto también un ligero que la hacia verse súper excitante.

A pesar de lo cansado mi verga se puso totalmente tiesa de nueva cuenta mientras veía a mi hermano cachondear con mi mujer, les sugerí entonces a todos que nos fuéramos a una de las habitaciones para estar más cómodos y las niñas salieron corriendo a la habitación de nosotros, Marta y Rubén sin dejar de besarse y acariciarse subieron las escaleras y fueron hasta donde las niñas se habían metido yo los seguí para no perder detalle de esa deliciosa escena, cuando entré en la habitación y a todas las chicas estaban desnudas y besándose sobre la alfombra, todas en circulo, Rubén y Marta se quedaron parados frente a la cama sin dejar de acariciarse y besarse, la falda de mi mujer cayo al suelo y pocos segundos después su blusa, su formidable cuerpo solo en ropa interior se apreciaba apetecible, yo solo continuaba observando.

Las manos y la boca de Rubén se pasearon por las bellas carnes de mi amada esposa y fue desabrochando las medias del liguero, mi mujer se dejo hacer todo hasta que sus bragas cayeron al suelo y entonces ella fue la que empezó a desnudar a mi hermano, su lengua y sus labios besaban su cuerpo sin dejar un solo milímetro sin atención. Los pantalones de mi hermano bajaron y escondida bajo su truza se apreciaba una formidable erección, los labios de mi mujer palparon la erección sobre la tela del calzón y luego subió hasta el elástico de la prende para con los dientes bajarla un poco hasta que la cabeza de pito asomo su boca atrapo la barra de carne y lentamente se la fue devorando mientras la truza iba desenciendo hasta que resbalo a las piernas de él, mi esposa lamía, succionaba y chupaba intensamente esa verga dándole especial atención al glande. Las manos de Rubén se posaron en la cabeza de mi esposa y la iban guiando en la mamada que le daba, las manos de Marta fueron a parar a las nalgas de él como para agarrarse.

Las niñas se estaban dando lengua entre todas sobre la alfombra al mismo tiempo que sus manos buscaban cualquier parte del cuerpo libre de otra, yo estaba solo ahí mirando como mi esposa le hacia una felación de campeonato a mi hermano.

Rubén se recostó en la cama y entonces mi esposa fue la que se monto sobre esa verga que lentamente se fue perdiendo dentro de su vagina, el mete-saca comenzó entre gemidos de placer y el movimiento de caderas de ella, sus nalgas se meneaba mientras que la macana entraba y salía de su rica vagina, mi verga que ya estaba dura ahora se había puesto como un pedazo de acero, Marta se recostó sobre el cuerpo de mi hermano y su hermoso ano quedo al descubierto, entonces me acerque y empecé a prepararle el culo, uno de mis dedos penetro el esfínter de mi mujer quién al sentir la invasión pego un pequeño brinco pero continuo en lo que estaba, con un poco de vaselina que tomé del buró embarre su ano y ahora la penetración de mi dedo se volvió más placentera, dos dedos eran los que ya se estaba tragando mi esposa por su rico ano mientras un intenso orgasmo la invadía de pies a cabeza, gran cantidad de jugos salían de su vagina al instante que la verga emergía de su interior totalmente embarrada de estos líquidos, descansaron ellos por un instante pero yo no deje de penetrarla con mis dedos y ya estaba casi lista. Me levante y me acomode detrás de ella, apunte mi garrote a la entrada posterior y el glande choco con su ano, ellos se esperaron a que yo terminara con la maniobra y pronto la cabeza de mi barra ya se había perdido dentro del culo de mi mujer, lentamente me deslice completamente en el interior de ese apretado agujero y cuando estuve ya ahí los tres empezamos un rítmico movimiento de entrada y salida, mi mujer meneaba las caderas en forma circular en tanto que Rubén y yo metíamos y sacábamos nuestras respectivas vergas de esos ricos agujeros, los labios de mi hermano y mi esposas no se separaban mientras que sus lenguas se enrollaban la una con la otra en una cara muestra de amor y cachondería, mis manos acariciaban los costados de las nalgas de mi mujer mientras que mis labios se pegaban a su espalda, las sensaciones iban en aumento los mismo que los apretones de su culo sobre mi verga, una venida invadió el cuerpo de mi mujer que se convulsionaba de placer entre los cuerpos de nosotros dos, mi hermano se detuvo unos instantes para dejarla descansar de su orgasmo en tanto yo disminuí el ritmo de mi arremetidas en su ano.

Las niñas continuaban chupándose sus ricas panochas tiradas en el piso, pude ver en ese instante como Teresa se paraba y acomodaba a Sonia colocando sus piernas entre las de mi hija para juntar sus rajaditas y empezar a restregárselas entre las dos con miovimientos de sus caderas, circulares y de arriba abajo, mientras que Viridiana se paro sobre sus rodillas y a la altura de la cara de su prima quién no dejaba de mamar esa rica conchita sin bellos de mi pequeñita.

Entre tanto los movimientos dentro de los agujeros de mi mujer continuaron nuevamente mi verga y la de mi hermano salían hasta los limites de la cabeza y de nueva cuenta recorrían el camino de regreso a esa cálida humedad de su concha, que delicia sentir como las paredes vaginales de mi mujer eran taladradas por la verga de mi hermano en el mismo momento en que los músculos de su culo apretaban con gran fuerza mi macana como exprimiéndola para sacarle los jugos que ya se estaban formando en mis bolas, varias metidas más y de pronto en un simultaneo orgasmo los tres nos empezamos a correr, con gran fuerza los mocos de mi pito estallaron en las entrañas de mi mujer y mientras entraba y salía gruesas gotas corrieron de su ano hasta las bolas de Rubén, de su vagina salían los jugos mezclados de ella y de mi hermano que también había tenido una gran venida los gemidos de todos se confundían mientras que cesaban en nuestros cuerpos las gratas sensaciones que nos acabábamos de regalar, yo caí rendido a un lado de ellos dos que continuaron abrazados y besándose, él todavía sin dejar de moverse dentro de la rica panocha de mi mujer hasta que su verga quedo completamente flacida.

Teresa y Sonia continuaban frotándose las vaginas y sus jugos producían ricos chasquidos que se escuchaban por toda la habitación ahora que ya nosotros estábamos en silencio, Viridiana estaba ahora teniendo un orgasmo más gracias a las chupadas que su prima le daba sobre el clítoris que estaba completamente fuera de su capuchón ya que mi hija se separaba los labios vaginales con sus manitas para facilitar tan exquisita labor,. Pronto ella se dejo caer en la cama a un lado mío completamente satisfecha. Mi sobrina y mi hija mayor continuaban moviendo sus caderas en cachondísimos giros con los cuales sus labios vaginales y su clítoris se frotaban, más rápido y más rápido se veían sus movimientos al instante que sus gemidos también aumentaban y en segundos un gran orgasmo las invadio, sus jugos brotaron como si de un río se tratara y escurrieron pos sus nalgas hasta su ano. Descansaron unos instantes y luego formaron un rico sesenta y nueve para disfrutar de las mieles que sus cuerpos habían expulsado. Luego todo se quedo en calma, ellas se subieron a la cama junto con nosotros y así todos apretados nos quedamos profundamente dormidos.

Despertamos como a la media noche y yo cargue a Viridiana para llevarla a su cama mientras que Teresa y Sonia se fueron a el cuarto de esta última, Marta, Rubén y yo nos quedamos dormidos en la misma cama hasta el día siguiente que nos despertó la luz del sol.

Ese día todos nos fuimos a nuestras labores después de esa agradable noche, ahora teníamos que continuar con nuestros trabajos rutinarios, las niñas a la escuela y nosotros a nuestras oficinas. A partir de ese día nuevas cosas se vinieron en nuestras vidas y aceptamos que Sonia se fuera a vivir con su tío siempre y cuando no se embarazara hasta que terminara su carrera, ellos estuvieron totalmente de acuerdo y nos dijeron que a pesar de que ya vivirían juntos seguiríamos juntándonos para tener encuentros como esté.

Los años pasaron y nuestras familias se unieron siempre en todo, ahora ya Sonia termino su carrera y pronto se casara con su tío, Teresa se recibió junto con nuestra hija mayor y pronto se va a casar con un guapo chico que conoció en la universidad, por supuesto que él sabe lo de Teresa y su tío que siguen haciendo pareja en la cama, el chico se llama Cristian y él mantiene también relaciones con su madre. Viridiana es ahora toda una mujercita que hace mucho ejercicio y su cuerpo es el de toda una diosa, muchos chicos han querido pasar por ella pero hasta el momento me sigue siendo fiel a mi, su padre y a su familia, dice que por el momento lo único que le interesa es terminar de estudiar y aprender muy bien los secretos del sexo conmigo que la trató como a mi niña consentida. Mi mujer Marta y yo todavía nos amamos mucho y pensamos hacer un viaje junto con nuestra hija menor a Europa, para disfrutar de ella antes de que se case.

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