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Los ángeles de Charly (04: Delia)

en Amor filial

Los ángeles de charly IV (Delia)

Desperté a Italia para que continuara con su trabajo, ahora ya la pequeña Delia le iba a poder explicar mucho mejor lo que el aparato reproductor es. Las niñas continuaron con su trabajo por aproximadamente una hora más y luego se pusieron a jugar un rato en la computadora, la noche iba cayendo y como a las seis de la tarde llegó mi mujer y después de cambiarse de ropa y darse un fresco duchazo bajo a la cocina y ahí le ayude a preparar la cena para como a las ocho de la noche llamamos a las pequeñas para que se sentaran a cenar junto con nosotros, estuvimos platicando algunos minutos después de la cena y luego sacamos algunos juegos de mesa para divertirnos un rato.

Eran ya las diez y media de la noche cuando ya el sueño nos estaba venciendo, yo me fui a acostar mientras que mi mujer fue a acostar a las pequeñas; me desperté en la madrugada para tomar un poco de agua pero claro que esa no era mi única intención. Camine sigilosamente hasta la habitación de las chicas y me introduje sin hacer ruido, con sumo cuidado cargue a la pequeña Delia y así me la lleve hasta la sala, la recosté en un sillón y entonces la comencé a besar tiernamente para que fuera despertando, la pequeña empezó a despertar y cuando se dio cuenta de que no estaba en la cama le hice una seña con el dedo sobre mi boca en señal de silencio; Delia comprendió y solo me sonrió tiernamente, luego se levanto ella misma el camisón que traía puesto mostrándome sus sedosas piernitas y su lampiño sexo, este se apreciaba apetecible y sin pensarlo hice que se acostara sobre el sofá, ella sin dudarlo lo hizo y abrió sus piernitas ampliamente para que yo pudiera ver bien el fabuloso panorama de su vaginita.

Me hinque sobre el suelo y me agache para poder aspirar el aroma que expedía su sexo, luego comencé a reconocer la zona circundante con mi lengua, Delia soltó un par de risitas que trato de ahogar con sus manitas sobre la boca, luego su respiración comenzó a agitarse un poco y paso de las risas a los gemiditos. Los cálidos labios de su vagina me recibieron con su calidez, saboreé cada milímetro de la rosada piel, de los pliegues y sus labios externos e internos; ni lengua iba recorriendo cada palmo de sus carnes mientras que Delia se comenzaba a retorcer por las nuevas sensaciones que comenzaba a experimentar. Con mis manos separe aún más sus piernitas dejando completamente expuesta su rajadita, ahora podía ya apreciar que algo de humedad comenzaba a manar del interior de la caliente cuevita de la pequeñita. Pocos minutos continué allí ya que después busque la parte alta de los labios para poder localizar su pequeño clítoris y cuando mi lengua se posó sobre esté ella dio un pequeño saltito. Comencé a atacar el sabroso miembro de la niña con lengüetazos a su alrededor y de arriba hacia abajo, Delia comenzó a experimentar las primeras contracciones que indicaban que pronto le llegaría su orgasmo. Mis lamidas sobre su clítoris continuaron por algunos segundos más y de pronto con fuerte gemido la niña exploto en un terrible pero placentero orgasmo con el cual sus mieles comenzaron a escapar por su agujerito vaginal e inmediatamente los comencé a recolectar con mis labios y lengua. Deje que la pequeña descansara por algunos segundos mientras que me desnudaba y sentaba a un lado de ella.

Pasados algunos minutos le dije que se colocara de espaldas a mi y se fuera sentando sobre mi garrote, Delia se paro sobre el sillón poniéndome en la cara sus pequeñas nalguitas y luego fue descendiendo lentamente, con una de sus manitas tomo mi garrote y lo dirigió hasta la entrada de su panochita. La gruesa y rojiza cabeza de mi pito toco por fin las tiernas carnes de la niña y se encajo un poco en esa rajadita, ella se detuvo por algunos segundos pero luego continuó bajando lentamente mientras que la gruesa cabeza abría de par en par los labios vaginales de la pequeñita. Gracias a la humedad que minutos antes se había generado por su venida la verga avanzaba sin tanta resistencia y ya la mitad de esta se encontraba clavada en la cálida y apretada gruta de la niña, solo avanzó algunos milímetros más y se detuvo, coloque mis manos sobre su cinturita y entonces comencé a guiarla en el bombeo, de arriba para abajo ella con sus piernitas me iba ayudando en este movimiento, en mi verga podía sentir el roce de su ahora expandida vaginita y lo apretado que estaba su interior me proporcionaba las sensaciones más deliciosas que se puedan imaginar, ambos tomamos un rítmico movimiento por algunos minutos y así permanecimos cogiendo hasta que la pequeña tuvo otro orgasmo más.

Deje que mi pequeña amante descansara por algunos segundos pegada a mi cuerpo mientras que mis manos jugaban con sus pequeños senos, luego saque mi verga de su vaginita y sin cambiar de posición se la coloque en la entrada del ano, nuevamente pase mis manos a su cinturita y comencé a guiarla ahora para que me diera su culito, definitivamente no iba a poder meterle el pito por el culo si no la preparaba ya que lo tenía demasiado estrecho y los primeros intentos que hice fueron un fracaso. Levante a la pequeña Delia con mis manos y ella estiro sus piernitas hasta que quedo de pie sobre el sillón y frente a mi estaban ahora su ricas nalguitas, se las comencé a besar, primero pasando por los cachetes y encaminándome poco a poco por el canal que separa a estos, luego fui hasta su ano y comencé a besarlo y a lamerlo, Delia poco a poco empezó a inclinarse hacia el frente dejando a mi completa disposición su rico culo, ahora y gracias a su postura un poco inclinada sus nalguitas se abrían de par en par y me permitían trabajar en su ano completamente. Mi lengua se empezó a introducir en el pequeño orificio y luego de unos minutos ya uno de mis dedos se estaba metiendo en la apretada cuevita; prepare a la niña de esta forma unos minutos más hasta que considere que ya estaba lista y nuevamente le pedi que se fuera sentando sobre mi verga.

La niña comenzó a sentarse de nueva cuenta sobre mi verga, desde mi posición podía apreciar como su culito se iba abriendo al momento de irse sentando, cuando la cabeza de mi pene toco su culito ella se detuvo por algunos segundos, yo sujete con un poco de fuerza mi verga para impedir que se moviera de su posición. La cabeza de mi garrote se comenzó a encajar lentamente en la entradita de la pequeña pero ahora le faltaba un poco de lubricación así que le puse un poco de saliva a la cabeza rojiza de mi pene y luego continué con la operación. Ahora la cabeza fue entrando con más facilidad en el apretado rincón de la niña, cuando la gruesa cabeza de mi pito se perdió por completo en su ano, la niña comenzó a quejarse un poco y puso sus manitas sobre mis piernas para detener la penetración. Le susurre al oído que aguantara un poco, que le iba a doler pero poco a poco el dolor se le iría pasando como la vez pasada. Ella lo dudo por algunos segundos pero en pocos instantes retiro sus manitas y me permitió continuar con mi labor.

La verga inició de nueva cuenta con su lento camino hasta las entrañas de la pequeñita, con mucho cuidado empecé a empujar y milímetro a milímetro la estrecha entrada trasera de la niña su fue abriendo más y más dando alojamiento a mi barra carnal. Delia se seguía quejando pero ya no me impedía continuar su culito se veía extraordinario mientras que iba siento penetrado por mi gran tranca que apenas iba a la mitad, a estas alturas ya podía comenzar a bombear en esa apretada colita. Con mis caderas inicie con lentos mivimientos arriba y abajo y en cada vez empujaba más cuando llegaba al tope, y así poco a poco logre hacer que la tranca se incrustara en la niña por completo; cuando por fin estaba completamente empalada la deje con mi verga adentro por algunos minutos, solo moviendo las caderas en forma circular para que ella se acostumbrara a sentir mi grueso cañon en su culito.

Delia fue la que comenzó a moverse esta vez, sus nalguitas comenzaron a subir lentamente y luego a bajar, las sensaciones en mi tronco eran formidables, la niña apretaba su culito llevándome casi a la eyaculación, mis manos sobre su cinturita entonces comenzaron a moverse para acrecentar el placer, ella ya no se quejaba y ahora por el contrario comenzó a gemir, aunque el bombeo era lento y pausado su culito me estaba acorralando cada vez más y en cada nueva arremetida tenía que contenerme con todas mis fuerzas para no abandonar tan pronto la maravillosa sensación que estaba experimentando. Para evitar venirme me tuve que desacoplar de la niña y le pedí que cambiáramos de posición, entonces la coloque en cuatro sobre el sillón, su culito quedo completamente expuesto a mi disposición, pude apreciar lo dilatado que en esos momentos tenía su anito; me coloque detrás de ella y apunte la cabeza de mi pito a su entrada, la cabeza se anido entre sus nalguitas y luego comencé a penetrarla de nueva cuenta por su ano.

La apretada cavidad se fue ensanchando mientras que mi palo la penetraba, ahora ya estaba yo un poco más calmado y entonces comencé a bombear a la pequeña con un ritmo más rápido, era formidable, la niña había aprendido sola a apretar su culito para proporcinonarme una deliciosa sensación y esto nuevamente me comenzó a encaminar a mi orgasmo, esta vez no lo iba a evitar así que tome de la cinturita a la pequeñita y comencé a menear mis caderas rápidamente en contra de las nalguitas de Delia.

La explosión que comencé a sentir cuando mis mocos escaparon de mi pito fue algo completamente sensacional, todo el cuerpo se me erizo y grandes descargas de esperma estaban siendo depositadas en el culito tan apretadito de mi bella acompañante; gruesas gotas de mis mocos salieron de su ano y cayeron sobre la tela del sillón. Mis movimientos en esos instantes se hicieron lo más profundo posibles para tratar de dejar en lo más hondo de la pequeña mi semen y cuando por fin termine de eyacular permanecí encajado en ella por largos segundos hasta que los dos caímos rendidos sobre el sofá.

Descansamos por algunos minutos y luego nos pusimos de nueva cuenta nuestras respectivas pijamas, platicamos unos minutos más y luego subimos para méternos en nuestras habitaciones y no despertar hasta el siguiente día.

 

CONTINUA

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