A la mañana siguiente que desperté papá ya estaba abajo en la sala desayunando, no supe a la hora en que él se retiro a su habitación, tenia en el cuerpo una grata sensación de satisfacción por lo que había ocurrido la noche anterior, me encontraba muy feliz, pero me intrigaba saber en donde estaba Fabián ya que no lo había visto y quería que el me hiciera ahora el amor como siempre.

Salí de mi cuarto un poco adormilada y me metí a la bañera, la ducha fue muy vigorizante ya que me encontraba un poco aletargada por todo lo que estaba sucediendo, todavía no lo podía creer, pero algo en mi me decía que era el comienzo de algo maravilloso y placentero.

Cuando baje a desayunar ya se encontraban allí todos, mi mamá, papá y mi gran amor Fabián, mi hermano. Salude un poco tímida y entonces me senté a tomar mis alimentos mientras mi mirada se perdía en la de mi hermano, poco rato después mi padre rompió el silencio para preguntarme que como había dormido, yo le conteste que bien con un tono de complicidad en mi voz. Mamá se veía como siempre, feliz.

Terminando de desayunar me lave los dientes y me dirigí al cuarto de mi hermano verificando que no anduviera nadie por ahí, me introduje rápidamente y él se sorprendió de verme, me tomo en sus brazos y me dio un agradable beso en la boca, duramos unos minutos besándonos y él me dijo que no me preocupara, después se dio la vuelta y salió del cuarto dejándome allí bastante desconcertada. Me dirigía hacia la puerta de la calle cuando mi papá me alcanzó y me dijo que él me llevaría a la escuela en el carro. Salimos de la casa después de que él se despidió amorosamente de mamá y no puedo negar que sentí un poco de celos, pero después me controle.

Durante el trayecto a la escuela papá me pregunto si lo de anoche me había agradado y si me gustaría seguirlo haciendo a lo que por supuesto conteste que si, pero le dije que me darían celos de que el estuviera con mi madre y de que me gustaría seguirlo haciendo también con mi hermano. Papá me explico entonces que yo fácilmente podría compartir su amor con mi madre y que él compartiría el mío con Fabián, lo cual sonaba a permiso de seguirlo haciendo con mi querido hermano.

El día en clase transcurrió normalmente pero las muchachas notaron que venía muy alegre, por la tarde una de mis amigas me invito a comer a su casa y ver si después podríamos ir al cine, hable a mi casa y pedí permiso, mi madre me dijo que si y que no me preocupara de llegar tarde ya que ella iba a salir a ver a su madre y que no llegaría hasta mañana, que papá y Fabián se iban a quedar en casa y que ya les había preparado algo para la cena. Así que saliendo de la escuela me fui a comer a casa de Sandra una de mis mejores amigas, nos la pasamos muy bien y después por la noche nos fuimos al cine las dos con sus hermanos.

Ya eran las nueve cuando la película terminó y ellos muy amablemente me fueron a dejar a la casa, yo me moría de ganas de ver a mi papá y a mi hermano, cuando llegamos a casa solo estaba prendida la luz de la sala, me despedí de mi amiga y de sus hermanos y entonces me vino a la mente la idea de si ella alguna vez ella habría echo el amor con alguno de ellos.

Bien pues me despedí y me metí a la casa, todo estaba muy callado y la sala estaba sola, como entre muy silenciosa creí que ellos estarían arriba platicando así que quise sorprenderlos, lentamente fui subiendo las escaleras, todo estaba a oscuras, despacio me dirigí al cuarto de mi hermano y lo abrí pero allí no había nadie, luego camine hacía la habitación de mis padres pero tampoco, no había nadie allí, entonces baje a la sala y me dirigí a la cocina, cuando pasé por el pasillo que da al jardín vi que una luz de la casa de huéspedes estaba encendida, despacio y tratando de no hacer ningún ruido me acerque, la puerta estaba entreabierta, me introduje en la casa y alcancé a escuchar unos murmullos en una de las habitaciones que están al fondo, camine por el oscuro pasillo que para fortuna esta alfombrado y entonces vi que la luz salía de una de las habitaciones que están allí. Lentamente me fui acercando pero no alcanzaba a descifrar los sonidos que provenían de la habitación.

Mientras me iba acercando más y más mi sorpresa se iba incrementando ya que ahora podía alcanzar a ver parte de lo que estaba sucediendo, mi padre y mi hermano estaban sentados en la cama besándose apasionadamente en la boca. Mi corazón empezó a latir aceleradamente mientras me iba acercando y tratando de ponerme en una posición en la que no fuera vista, afortunadamente la oscuridad que reinaba en la parte donde me encontraba me permitiría pasar desapercibida, las manos de mi padre estaban acariciando la espalda de mi hermano sobre su camiseta y las manos de Fabián estaban alrededor del cuello de mi padre, el beso era largo y pude notar que sus lenguas se divertían de lo lindo mientras sus labios se restregaban candentemente.

Las manos de mi padre fueron buscando meterse debajo de la camiseta de mi hermano para tocar su piel y ahora podía ver como se movían balo la delgada tela blanca. El beso continuaba y solo se separaba para tomar un poco de aire y continuar, las manos de mi papá tomaron el dobladillo de la playera blanca y la fueron levantando dejando al descubierto la tibia y blanca piel de Fabián quien al parecer disfrutaba las sabrosas caricias de mi padre, los labio de papá se posaron sobre los pezones de mi hermano y los succiono con devoción provocando que en la cara de Fabián se reflejara la excitación del momento, mis manos recorrían ahora mi entrepierna por encima del pantalón de mezclilla, las habiles manos de papá desabrocharon el pantalón de su hijo y lo fue bajando lentamente mientras sus labios continuaban lamiendo los pezones ahora erectos por la acción.

Mi hermano ahora solo estaba en calzoncillos y se podía apreciar claramente que de bajo de ellos su erección era enorme. Las manos de mi progenitor recorrían su espalda y bajaban hasta sus nalgas acariciándolas con largos movimientos circulares, las manos de mi hermano intentaban quitarle la camisa a papá sin tener mucho éxito que digamos. Papá le ayudo un poco y se quito la camisa para continuar lamiendo los pezones y empezar a bajar por su estomago, luego su ombligo y después sacar la dura verga que se escondía tímida bajo el calzón y empezar a mamarla dulcemente, para esto él ya estaba hincado en el piso mientras mi hermano estaba sentado en la orilla de la cama, despacio el fue tragándose la gran cabeza del pene de mi hermano y luego fue descendiendo por el largo tronco para llegar hasta sus pelotas y regresar lentamente, ensalivando el hermoso garrote de Fabián, la boca se me hacía agua, pero me tenía que contener para no perder la cordura y salir corriendo a unírmeles.

Papá continuaba mamando la verga de mi hermano mientras que mis manos ya habían abierto la bragueta de mi pantalón de mezclilla y se introducían traviesas por ella rozando la tela de mis bragas y haciendo que la humedad que escapaba de mi panocha se impregnara en ella.

La trusa de mi hermano se perdió muy pronto quedando su cuerpo de doce años completamente desnudo ante la mirada de mi padre y la mía. La boca de mi papá continuó tragándose la hermosa verga de mi hermanito, claramente yo podía ver como se perdía en su garganta y la iba sacando de su boca mientras que con su mano lo masturbaba rápidamente. Después de un rato de estar mamando mi padre se puso de pie y se desnudo, su verga salió portentosa después de que se quito los pantalones ya que él no usa calzones, el enorme pito que la noche anterior se había perdido en mis entrañas ahora estaba justo frente a la cara de mi hermano que durante unos minutos lo aprecio y después le dio el mismo tratamiento que instantes antes el hubiera recibido, su pequeña boca tragaba lo que podía de ese enorme garrote cabezón, su saliva lubricaba el pito y este se perdía cada vez más entre sus labios, los ojos de mi hermano de vez en cuando miraban hacia los de mi padre que no perdía detalle de la gran mamada que le estaban dando, con sus manos sobre la cabeza de Fabián el dirigí el ritmo de la felación.

Mi padre separo a Fabián de su verga y lo puso de pie, se besaron en la boca nuevamente y después papá se puso de rodillas en el piso y su cuerpo lo recargo sobre la cama, mi hermano tomo del tocador un bote de vaselina y se la unto en todo el pito, luego se hinco en el piso justo atrás de mi papá y dirigió muy despacio su verga hacia el ano de su propio padre, coloco la cabezota del garrote en la diminuta entrada y empezó a empujar, la diminuta entrada un poco resistente no permitía el paso del intruso pero después de un poco más de fuerza la cabeza avanzó y se perdió en el pequeño hueco y lentamente el tronco fue penetrando más y más cada vez.

Después de unos instantes de permanecer completamente dentro de papá como para que se acostumbrara al tamaño del instrumento Fabián comenzó a moverse hacia fuera y de nuevo hacia adentro de nuevo tomado un ritmo más o menos regular, la satisfacción en su rostro era evidente y la de mi padre también se notaba, el culo de mi papá estaba siendo invadido por el pito de su hijo y ellos lo estaban disfrutando al máximo, los movimientos de mi hermano empezaron a tomar velocidad, claramente alcanzaba a escuchar los chasquidos que escapaban del culo de papa mientras la verga de mi hermano entraba y salía cada vez con más velocidad, así a ese ritmo continuo durante un buen rato hasta que oí como le decía a papá que se los iba a aventar en lo más profundo y luego vi como su cara cambiaba de expresión mientras los gemidos se intensificaban y su verga depositaba una gran cantidad de esperma en el ano de papá, lo sé porque pronto restos de esperma escapaban por el ano y se escurrían por sus piernas, mi hermano continuo moviéndose hasta que su erección se perdió.

Mis bragas ya estaban completamente húmedas y mi pantalón hasta mis rodillas, mis manos se perdían entre mis piernas frotando febrilmente mi vagina sobre la tela mis rosadas bragas que estaba ardiendo. Mi clítoris estaba siendo molido por la tela de algodón que se humedecía más y más en cada frotada que me daba.

Entre tanto en la habitación mi hermano se salía del culo de mi padre con la verga completamente flácida y llena de esperma y vaselina, se recostó en la cama a un lado de papá quien ya se encontraba acostado de lado y nuevamente se comenzaron a besar. Sus manos recorrían sus cuerpos desnudos ardientemente, poniendo especial atención a sus nalgas.

Mi hermano se quedo acostado mientras que mi padre se hinco sobre la cama y comenzó a besarle el cuello y la espalda mientras sus manos acariciaban sus costados desde las axilas hasta sus piernas. Los besos que mi papá le prodigaba a su hijo fueron descendiendo hasta que llego hasta las nalgas y los besos se hicieron mas profundos y largos su lengua recorría la piel de las nalgas de Fabián delicadamente, luego pude ver que la lengua de papí empezó a rondar la zona del ano de mi hermano, y poco a poco fue lubricando ese pequeño huequito, papá metió de improviso la lengua en el ano de mi hermano y este respingo por la sorpresa. Ahí estuvo jugando papá por largo rato, metiendo y sacando la lengua de la apretada gruta anal.

Luego de un rato mi padre se puso de pie y tomo es frasco de vaselina y se la unto en el ano a Fabián y luego se embarro la vega con la sustancia. Fabián continuaba recostado boca abajo, pero ahora abrió las piernas como para dejarle más campo de maniobra a su padre. Papá se coloco detrás de él y entonces fue descendiendo con su pene apuntando hacía la entrada trasera de Fabián, la punta del garrote llego al agujero y la presión creció sobre este, el enorme garrote de papá parecía que nunca iba a entrar por ahí, pero pronto el agujero recibió la enorme cabeza que despacio fue despareciendo en el interior, cuando la cabeza completa fue devorada por el diminuto ano de mi hermano papá se detuvo unos instantes y después muy despacio continuo metiendo lo que quedaba afuera.

Para mi sorpresa Fabián logro tragarse toda la enorme verga que yo me había podido tragar por la vagina la noche anterior, pero que dudaba que pudiera entrar en mi ano. Ahora ya me había quitado las bragas y mis dedos masajeaban directamente mi clítoris desnudo y un dedo se introducía en la intimidad de mi húmeda y cálida vagina calva todavía por mis diez años.

Allá en el cuarto mi papá ya comenzaba a moverse dentro del culo de su hijo quién estaba feliz por la expresión en su cara, la verga de papá entraba y salía del agujero de mi hermano a una velocidad más o menos normal. La piel del garrote se encogía y se estiraba mientras se iba moviendo en el interior de ese pequeño túnel. Los suspiros y los gemidos de placer no se hicieron esperar y después de unos instantes el cuarto estaba lleno de ellos.

El olor a sexo estaba por todos lados, adentro ellos hacían el amor mientras afuera yo me masturbaba mirándolos, los líquidos me escurrían por las piernas y producían deliciosos chasquidos que ellos no podían oír gracias a sus propios gemidos y suspiros.

Mi hermano le decía a papá que más rápido, mientras que papá seguía sus instrucciones, las nalgas de mi padre se movían cada vez más rápido empujando la mayor cantidad de verga posible dentro del apretado agujero de Fabián quien a su vez se movía hacia atrás para encontrarse con la dura y grande verga de papá. Al parecer papá estaba a punto de venirse y entonces se salió de entre las nalgas de mi hermano y este voltio para ver lo que sucedía, papá le hizo una seña y mi hermano se acomodo para quedar ahora acostado de espalda a la cama, mi padre se agacho y comenzó a besarlo en la boca, sus lenguas se enredaban, sorbían y lamían, sus manos se acariciaban por todos lados. Papá se separo un instante de su hijo y entonces con una mano tomo la punta de su pene erecto y lo dirigió hacía la entrada todavía abierta del culo de mi hermano y fácilmente lo penetro, las bolas de él pegaban en las nalgas de mi hermano, los movimientos eran suaves y con un ritmo pausado, nuevamente sus labios se volvieron a juntar y los besos continuaron.

El bombeo del pene de papá en el ano de mi hermano pronto fue tomando velocidad, las caderas de mi padre trabajaban empujando la larga macana en el interior del cálido agujero, abrazados y besándose como estaban se veían fantásticos, el pito de mi hermano se apachurraba entre el estomago de papá y el suyo. De repente, mi padre le susurro algo al oído y se separo de él, se hinco en la cama y se empezó a masturbar mientras mi hermano se movía para que su cara quedara a la altura del pito de papá que después de unos instantes empezó a disparar su carga de semen en la cara y en la boca de mi hermano, tratando de que ninguna gota de semen se escapara Fabián se movía cuando veía que otro chorro más escapaba del garrote de mi amado padre, luego llevo sus labios alrededor de la verga que mamo como loco hasta dejarla flacida, los dos se acostaron uno al lado del otro y entonces yo decidí que era el momento ideal para la graciosa huída, me puse las bragas y con los pantalones en la mano salí directo a mi cuarto para masturbarme mientras pensaba en las escenas que acababa de apreciar.

Me estuve masturbando aproximadamente como media hora cundo escuche que ellos ya venían de regreso a la casa, rápidamente me puse mi pijama y entonces me senté en mi banco de estudio e hice como si estuviera leyendo un libro por si a ellos se les ocurría entrar a verme.

Entraron a la cocina y después de tomarse algún refrigerio oí que se dirigían hacia mi habitación, papá toco y le dije que podía pasar, atrás de él venia Fabián, yo me puse muy contenta al verlo, entonces papá me dijo que teníamos que hablar muy seriamente de algunas cosas, se sentó en mi cama y entonces comenzó a decirme que pronto estaríamos muy juntos todos, que lo que había pasado anoche entre los dos fue algo maravilloso y que ya sabiamos que las cosas iban a cambiar de ahora en adelante, que yo podía tener sexo con Fabían y con él las veces que quisiera, pero que teníamos que cuidarnos para no que no tuviera un embarazo. En ese instante Fabián se acerco a mi y me dio un beso en los labios él cual yo correspondí ardientemente, después papá continuo diciendo que pronto me iban a dar una gran sorpresa que me iba a encantar y se puso de pie, me dio un gran beso en la boca y se fue hacía su habitación.

Fabián se quedo un rato conmigo, platicamos mucho y nos acostamos en mi cama, después de cachondearnos un largo rato nos quedamos dormidos.

CONTINUA