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Nora y Paloma

en Lésbicos

Nora y Palma

Por fin las vacaciones y Nora parecía no podía estar muy feliz de estar libre de las ocupaciones escolares, no, definitivamente las cosas no iban a salir bien este verano. Sus padres no podrían salir pues el nuevo negocio comenzaba a marchar y no podían detenerse ahora; salían temprano por la mañana y no regresaban hasta muy tarde. Nora todo ese tiempo no podía salir de su casa más que a la tienda o a casa de una de sus vecinas que además no le caía muy bien.

Ya habían pasado dos semanas así y la verdad es que la niña preferiría regresar lo más prontamente al colegio para evitar esas tardes tan aburridas que se pasaban tan solo viendo la televisión o platicando con la vecina ("claro de cosas tan bobas que a ella no le interesaban"), pero que podía hacer ella. La tercer semana comenzaba y desafortunadamente Nora no veía una escapatoria. Así las cosas el día miércoles darían un giro inesperado. La tía de Nora, Antonia llamó a su casa preguntando por sus padres, Nora le notificó que no se encontraban y entonces después de platicar un rato con su tía le dio el teléfono del negocio y hasta allí quedaron las cosas.

Por la tarde cuando escuchó que la puerta de la calle se abría supo que eran su padres y medió levantando la cabeza los saludó.

¿Cómo les fue mamá? – gritó desde el cuarto de la tele.

¡Bien hija!... y tú… ¿Te aburriste mucho?

Sí… cómo todos los días…

¿No fuiste a ver a tu amiguita?

No ya me aburrí de platicar cosas que ni me interesan… ¡Ya sabes!

Oye hija… ¿por que no vienes a saludar?

Ya voy… ya voy…

Nora se levantó un tanto molesta pues nunca se levantaba de su lugar pero como no quería tener problemas se levantó y caminó rumbo a la cocina que era de donde provenía la voz de su madre. Al entrar en la cocina una gran sonrisa se dibujó en sus labios y corrió abriendo los brazos…

¡Paloma!... ¿Pero que haces aquí?... ¡No lo puedo creer!

¡Hola niña!... Tengo que pasar unos días aquí para arreglar unos papeles… Para eso te habló mi mamá… pero no te dijo nada para que fuera una sorpresa.

Carmen la madre de Nora y su padre que estaban ahí vieron cómo las dos chicas se saludaban y después de despedirse se retiraron a la sala a platicar, Nora se había alegrado mucho de ver a su prima, pues ya habían pasado un par de años sin verse. E padre de Nora llevó las cosas de Paloma al cuarto de su hija pues allí se instalaría el tiempo que estuviera en la ciudad.

Las chicas se quedaron mirando la televisión hasta muy tarde y luego se metieron juntas al baño, llenaron la tina y se comenzaron a desnudar. Nora de piel blanca, cabello lacio y rubio que termina hasta su cintura, ojos azules, labios gruesos y bien delineados, senos pequeños apenas nacientes, su cintura es leve y sus caderas aun poco pronunciadas, su vagina presenta apenas unos vellos en su parte superior. Paloma a sus 16 años tiene la piel ligeramente más morena que su prima de 13, senos regulares, redondos y firmes con unos pezones puntiagudos y de color clarito; sus caderas son pronunciadas y su cintura muy delgadita lo cual acentúa la curva de las caderas, su entrepierna esta tupida de un vello espeso pero hermosamente recortado (no por ella, por la naturaleza de su cuerpo), su cabello igualmente lacio pero de color oscuro le llega un poco por debajo de unos delicados hombros que hacen a su cuello delicado y largo.

Las dos primas se metieron en la bañera, quedando una frente a la otra, sus piernas se rozaban y entonces comenzaron a platicar, del tiempo en que no se veían, de las cosas del colegio, los novios y todas esas cosas que se platican cuando se tiene la confianza suficiente. Ya casi a la media noche las chicas salieron de la tina y Paloma tomando la iniciativa se acercó a las toallas tomándolas. En lugar de tenderle una a su prima se colocó a su espalda y comenzó a secarla, primero fueron los hombros, la espalda, hincándose prosiguió con las nalgas y las piernas delgadas de Nora, luego sin levantarse secó las piernas por la parte frontal, subió y sin tapujos secó la vulva de la niña. Se levantó y acercando su cuerpo al de su prima continuó secándola, subió al estomago y luego a los pequeños senos, toda esta operación en el silencio más absoluto, sólo se escuchaba la toalla al rozar el cuerpo de la chiquilla. Nora permanecía en silencio y dejaba a su cuerpo experimentar agradables sensaciones gracias a los toque de la toalla sobre su piel.

La pequeña sintió sobre su espalda como se pegaban ligeramente los pezones de su prima y una sensación extraña recorrió su cuerpo, supo inmediatamente lo que era, sí, los roces que su prima le proporcionaba la estaban excitando. Sintió cómo levemente su entrepierna se humedecía y su respiración se agitaba un poco.

Paloma entonces dejó sus senos con los pezones completamente erectos y pasó a secar su cabello, lo hizo delicadamente y a cada mecha que secaba el dorso de su mano acariciaba la suave espalda de Nora.

Lista prima… ahora es tu turno. – dijo paloma tendiéndole otra toalla.

Sí… - alcanzó a decir la niña con la voz entrecortada por su respiración agitada.

Nerviosamente las manos de Nora se posaron en la espalda de su prima y fue haciendo pequeños circulitos, secando así la piel aun húmeda por ligeras gotitas aquí y allá. El olor del jabón combinado con el aroma de Paloma la envolvía y dos veces la toalla se le resbaló de las manos hasta quedar completamente sobre el suelo. La sensación de lo prohibido llenaba el ambiente en esos momentos, con las pupilas dilatadas completamente Nora admiraba cada una de las curvas en el hermoso cuerpo de su prima, cuando de la cintura a las caderas no pudo evitar sentir un espasmo delicioso que le recorría la espalda y mojaba más su ya encharcada vagina. Acarició con la toalla esas abultadas nalgas por más tiempo de lo normas y luego descendió por los muslos y las pantorrillas para aplicar el mismo trató que Paloma le había dado por la parte frontal.

La niña subió hasta la entrepierna de Palma y secó la mata de vello con excesiva lentitud, Paloma suspiró levemente. Las manos luego subieron por el plano vientre hasta los erguidos senos y Nora pudo notar como poco a poco los pezones se iban poniendo duros, esta vez los nervios la hicieron dejar la zona para continuar con el cuello y cara rápidamente y después con el cabello oscuro.

Terminando la operación las dos primas sin decir nada se metieron en sus respectivos camisones de seda color blanco y sin mirarse se encaminaron hasta el dormitorio. Después de entrar y cepillarse el cabello ambas se sentaron en la cama, una al costado derecho y la otra al izquierdo. Apenas e intercambiaron un par de palabras y luego se acostaron, la cama es matrimonial así que había espacio suficiente. Nora apagó la luz de la lámpara que las iluminaba y las cobijas las cubrieron pero ambas permanecieron con los ojos abiertos, sin ver nada; poco a poco sus pupilas se fueron acostumbrando a la oscuridad y apenas y se dibujaban las siluetas de los muebles y paredes.

¡Buenas noches prima! – dijo por fin Nora.

Buenas noches.

Paloma se incorporó y entonces se acercó hasta donde estaba Nora, ella también se medio levanto acercando su cara a la de su prima, los labios de Paloma se depositaron en la mejilla de Nora y el beso se prolongó por unos segundos, mientras se iba retirando muy levemente los labios de ambas se llegaron a rozar.

Por fin todo quedo en silencio y oscuro, las chicas con mil sensaciones cerraron sus ojos imaginando cada cual su sentir y pronto se quedaron profundamente dormidas. Durante la madrugada Nora se despertó y se dio cuenta de que abrazaba a su prima, espantada se separó y giró al otro lado. Un poco más tarde Paloma se despertaba igualmente sintiendo como abrazaba a su prima menor, se giró y volvió a dormirse. El reloj digital del buró marcaba las tres treinta y cuatro minutos cuando Nora se despertó nuevamente, unos sonidos apagados se escuchaban muy quedamente.

Sin moverse y prestando más atención reconoció los chasquidos que se escuchaban, sus sentidos se despertaron inmediatamente y su corazón se desbocó en intensos latidos, su respiración se agitó al máximo pero por todos los medios procuró no moverse ni delatarse. Ella estaba recostada de lado opuesto al de Paloma pero siguió escuchando atentamente, si era indudable, los roces de la mano de su prima contra los vellos de su vagina provocaban ese sonido y uno que otro chasquido de los jugos que de su panocha manaban, la mano se movía lentamente, posiblemente con uno de sus dedos o dos estaba dando vueltas alrededor de su clítoris. Nora lo había ya echo varias veces y sabía lo que se sentía y como se escuchaba. Los movimientos aumentaban a veces levemente y un apagado gemido escapaba de los labios de su prima. Nora tenía unas ganas increíbles de masturbarse también pero no quería delatarse, esperó y escuchó durante largos minutos como su prima se masturbaba a su lado y aunque no veía nada la sola imaginación y los sonidos y movimientos casi imperceptibles lograban que su vagina se humedeciera muchísimo.

Por fin los movimientos cesaron y luego Nora escuchó la respiración pausada y suave de su prima al quedarse nuevamente dormida, se giró quedando boca arriba y bajó sus manos hasta los costados de sus caderas, lentamente levantó su camisón hasta dejar su vagina descubierta y comenzó a darse masajes en el erecto clítoris, logró un intenso orgasmo a los pocos minutos y volvió a quedarse dormida.

El día les llegó a las jóvenes a eso de las diez y media de la mañana, se levantaron alegres y sin comentar nada de lo ocurrido durante la noche se levantaron, esta vez se ducharon en la regadera y a pesar de que se bañaron juntas no hubo nuevos incidentes, luego de vestirse y desayunar Nora acompañó a su prima hasta donde tenía que arreglar sus documentos y regresaron a su casa a eso de las tres de la tarde.

Antes de llegar compraron unas palomitas de microondas y toda la tarde se la pasaron viendo películas, recostadas en el sofá cama del cuarto de la televisión, por la noche los padres de Nora las invitaron una pizza en un lugar cercano y muy agradable en donde todos platicaron muy a gusto.

Cuando regresamos a casa mis padres se fueron a su cuarto y nosotras nos quedamos en la sala, se repitió poco después lo de la noche anterior en el baño y después de esto nos fuimos a acostar, sin palabras y con los camisones de seda blanca puestos nos recostamos. Todo se encontraba a oscuras, yo me giré hacía el lado contrario de Paloma quedando en posición fetal, sentí cerca de mi cuerpo el suyo, tenía los ojos abiertos y mi corazón acelerado. Unos minutos pasaron y con un leve movimiento por parte de mi prima sentí como se acomodaba boca arriba. Debajo de las sábanas una de sus manos quedó cerca de mis nalgas y sentí un leve rocé de ésta, mi corazón brincó y paré un poquito más las nalgas sintiendo más de cerca sus dedos, muy lentamente Paloma movía arriba y abajo sus dedos sobre una de mis nalgas, oí entonces su agitada respiración, sus dedos entonces abarcaron un poco más de superficie deslizándose muy cerca del canal que separa las nalgas. No me moví, dejé que poco a poco sus dedos fueran tomando confianza y a los pocos minutos pude sentir ya toda su mano sobre mi trasero, entonces con la vagina completamente humedecida me gire sin decir una sola palabra y acaricié su rostro, ella se acercó al mío y depositó un beso tierno sobre mis labios, estos se abrieron levemente y se pegaron más de lleno contra la boca de mi prima, no hubo más que suponer. Nuestros labios se abrieron de par en par y nuestras lenguas se unieron, los senos de mi prima se pegaron a mi cuerpo y nos perdimos en una frenética lucha lingual por mucho, mucho tiempo.

Abrazaba yo a Paloma acariciando su cabello mientras que ella acariciaba el costado de mi cuerpo desde mi axila hasta la nalga, poco a poco mi camisón se fue levantando y pude sentir las manos de mi prima sobre mi ardiente piel, me incorporé en la cama y entonces terminé de quitarme el camisón sacándolo por mi cabeza, ella me acariciaba la cintura y cuando me vio así se recargó sobre su codo, se acercó a mi pecho y comenzó a besar mis senos, su boca me estaba sacudiendo completamente y me estremecí al sentir como su lengua se enredaba en mi pezón derecho para de ahí pasar al izquierdo. Yo estaba completamente caliente y mi vagina no dejaba de rezumar jugos. Paloma se levantó y me tendió boca arriba en la cama, se encaramó sobre mi cuerpo y sujetando por los costados su camisón lo sacó por su cabeza, sus hermosos senos se dibujaron en las sombras y bajé la mirada hasta encontrar su vulva. Mi prima se posó sobre mi cuerpo sosteniéndose sobre sus manos y agachó su cabeza para besarme nuevamente, su boca bajó luego por mi cuello y no paró hasta llegar a los senos; nuevamente me regaló las caricias más hermosas que su boca expresaba sin reparos. Dejó los senos y continuó bajando y bajando hasta alcanzar mi monte de Venus, lamió mis vellos y luego sin más se dedicó a lamer mi clítoris, no tardé ni un minuto en experimentar un delicioso y explosivo orgasmo que me hizo gemir con intensidad.

Pero Paloma no dejó de mamarme la panocha, no, por el contrario su lengua recorrió la separación de mis labios vaginales y después de varias pasadas se incrustó entre ellos, palpó con ella las paredes interiores y procuró introducirse lo más profundamente, no dejaba de moverse y bebió todos los jugos que manaban de mi interior, no pude soportarlo más y entonces nuevamente me vi asaltada por un sin igual orgasmo que mi prima se bebió enteramente. Luego llegando de nuevo hasta mi cara me besó con intensidad recostando su cuerpo sobre el mío, mi propio sabor vaginal invadió mi paladar excitándome más si todavía era posible. Sus tetas se aplastaron contra las mías y su vientre se restregó contra mi vulva, las caderas de mi prima entonces comenzaron a subir y bajar como si me estuviera cogiendo un hombre, este movimiento hacía que nuestras vulvas se rozaran y como si se besaran, pronto las dos nos venimos.

El roce de nuestra piel no podía compararlo con nada antes sentido, su calor, su textura. No podía detenerme, no podía dejar a mi prima así, le pedí que se recostara boca arriba y me abalancé sobre sur hermosos senos, comencé besando la masa de carne, desde arriba, los lados y la parte de abajo, subí luego para lamer y chupar su aureola dejando para el final unas deliciosas mamadas a los erectos pezones, mientras lamía una la otra era masajeada por una de mis manos, jugaba con el pezón y lo pellizcaba levemente. Baje por su estomago hasta el ombligo y se lo lamí para continuar mi camino rumbo al oasis de su entrepierna, sus vellos revueltos olían exquisitamente, su sexo estaba ya en mi boca, mis labios besaron sus labios vaginales, luego mi lengua siguió los pasos que antes me regalara mi prima, su clítoris fue atacado sin misericordia mientras que sus caderas subían y bajaban a cada lengüetazo que le daba. Sus manos amasaban mis cabellos y sus piernas se encogieron cuando sintió el orgasmo, inmediatamente sentí como la panocha me regalaba todos sus ardientes líquidos de delicado sabor, mamé y mamé hasta sentir que sus contracciones menguaban.

Paloma sujetándome de la mano me dejó recostada sobre su cuerpo y nos volvimos a besar, nos tapamos con las colchas que estaban en el borde de la cama y tapándonos quedamos profundamente dormidas, desnudas, sintiendo nuestros cuerpos unidos.

Me despertó Paloma como a eso de las diez, nos levantamos y desnudas anduvimos por la casa, mis padres obviamente ya no estaban. Luego del desayuno nos metimos a bañar y no dejamos de besarnos y acariciarnos. Después sin secarnos regresamos a mi habitación. Ahora con plena luz reconocimos nuestros cuerpos palmo a palmo, nos recorrimos por delante y por detrás y tras mucho tiempo de estar así nos comenzamos a besar nuevamente.

Separándose por unos segundos de mi Paloma fue hasta el cajón donde guardaba su ropa, regresó con un aparato en la mano, sí, un largo y grueso pene artificial, me lo entregó y lo pude apreciar por todos lados, entonces ella me pidió que lo mamara como si se lo chupara a un chico, con un poco de vergüenza lo metí en mi boca y comencé a mamarlo como lo había visto varias veces en las películas de mi padre, luego de unos minutos Paloma que estaba al frente de mi abrió sus piernas, ella se encontraba sentada, se recostó y me dijo:

Métemelo, lentamente…

Sí, amor – le respondí.

Me acomodé entre sus piernas metiendo las mías por debajo de las suyas y entonces apunté la gruesa cabeza del pene contra sus labios, luego lo restregué de arriba para abajo lubricándolo de esta manera con los propios jugos de Paloma, empujé levemente y los labios se fueron delatando poco a poco, el glande artificial se perdió entre sus labios y poco a poco le fui dejando ir el resto. Unos minutos después cuando el consolador estaba completamente incrustado comencé a sacarlo lentamente viendo como los labios de ella se extraían al mismo tiempo que la daga. Iniciaba entonces un bombeo lento y rítmico en la panocha de mi prima con ese grueso instrumento, los jugos interiores salían a cada momento de su concha y se regaban entre sus nalgas, mientras que con una mano metía y sacaba esa verga de hule con la otra le acariciaba el clítoris. No tardó Paloma en venirse gimiendo y gritando abiertamente mientras sus caderas giraban al ritmo de mis movimientos con el pito plástico.

Dejé descansar a mi prima que después de recuperarse me preguntó si me gustaría sentirlo. Viendo la verga de hule en mi mano me dio miedo y además yo era virgen, no se me hacía la mejor forma de perder mi virginidad.

Paloma no se ofendió ni insistió y se montó sobre mí cogiéndome como la noche anterior, restregando su vulva contra la mía, luego del orgasmo cambiamos de posición, ella me dejó recostada y me pidió que me incorporara quedando ahora sostenida por mis codos, ella se recostó frente a mí de la misma forma y metiendo una de sus piernas pode debajo de una de las mía, la otra quedó sobre mi otra pierna, de esta manera nuestras vulvas se encontraban frente a frente y Paloma comenzó a mover las caderas; sentí los labios de su vagina pegarse a los míos y por decirlo de una forma besar mi panocha con la suya. Mis caderas también se movieron, la sensación fue increíble y explotamos ambas en un mojadísimo orgasmo. Los líquidos mojaban mis nalgas y las de ella y además se habían formado dos pequeños charquitos debajo de nosotras.

Luego me mamó y la mamé en un delicioso sesenta y nueve, me pidió meterle un dedo y gustosa lo hice y le pedí que hiciera lo mismo. Ella con cuidado me lo metió pero no más allá de donde era posible, gozamos intensamente un orgasmo tras otro que nos bebimos sin reparos cada una, así pasaron cerca de dos horas y terminamos completamente saciadas, cansadas y ricamente relajadas, nos dormimos y no despertamos hasta la llegada de mis padres. Rápidamente nos vestimos y salimos a recibirlos.

Paloma no se fue de casa hasta que las vacaciones terminaron, todos los día eran de sexo, la despedida de mi prima fue muy severa, lloré por días completos su ausencia y ella otro tanto por mí, nos llamábamos pero eso no apagaba nuestra sed de amarnos, por qué en realidad eso había pasado, nos habíamos enamorado. El tiempo no pudo mitigar nuestro amor y cada que podíamos viajar nos encontrábamos para tener días de amor y sexo. Así pasamos años y cuando Paloma cumplió la mayoría de edad se vino a vivir a esta ciudad pues aquí consiguió un buen empleo. Obviamente vivió en mi casa pues además estaba terminando sus estudios, no pudo decirles lo hermoso que fue el tenerla de nuevo a mi lado, mi prima me quitó la virginidad a mis 16 y nunca más nos hemos vuelto a separar. Ahora vivimos juntas, independientes y aunque a veces traemos a alguna otra chica a nuestra cama nunca hemos dejado de ser felices entre las dos.

 

FIN

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Kimberly

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