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Los ángeles de Charly (03: Delia)

en Amor filial

Los ángeles de Charly III (Delia)

 

Al siguiente día que pase por las niñas a la escuela ellas iban comentando acerca del trabajo que les habían dejado, se trataba del aparato reproductor femenino y masculino. Pasamos a casa de Delia, su amiga de 9 años y la mamá de ella me comentó que iban a salir a una reunión de emergencia que les había salido en el trabajo de su papá para el día de hoy por la noche que si sería mucho pedirme de favor el cuidar a la niña.

-Por supuesto que no, además Delia e Italia se llevan muy bien. No será ninguna molestia.-

La madre de delia ya tenía las cosas de la niña empacadas para pasar una noche fuera de casa, me las dio y las subí al automóvil, la niña se despidió de su madre y luego todos salimos de regreso a la casa de Delia que era la siguiente en el trayecto, ella tiene 13 años, ya nos esperaba su madre en la puerta de la casa, nos despedimos de ella e inmediatamente partimos a casa para dejar a Lucrecia por último.

Ya por fin en nuestra casa las niñas se fueron a la sala mientras que yo terminaba de bajar las cosas del auto, las subí a la habitación de Italia ya que Delia se quedaría a dormir en su habitación, luego de que baje vi que ambas estaban haciendo parte del trabajo que les dejaron en la escuela, buscaban en Internet la información que necesitaban, yo entre tanto me dedique a terminar un escrito para la oficina, me encontraba ya terminando mi trabajo y decidí que debería de bajar para ver como estaban las niñas, cuando entre en el estudio vi que mi hija Italia se encontraba dormida en uno de los sillones mientras que Delia estaba leyendo un grueso libro.

-¿Qué haces Delia?- pregunte susurrando para no despertar a Italia.

-Estoy tratando de buscar algo sobre el aparato reproductor… pero la verdad es que no entiendo casi nada de lo que viene en el libro.- me dijo igualmente susurrando.

-Ven, no te preocupes yo te voy a enseñar todo lo que quieras.- le dije tendiéndole la mano para que me acompañara.

Me la lleve para la sala y la senté en el sofá, a su lado me senté yo y comencé a explicarle las cosas que quería saber. Ella me ponía mucha atención para no perder detalle de mi explicación, para sus años la niña era muy despierta y demasiado bella, una linda morenita con su cuerpo bien proporcionado, cabello largo hasta la cintura y de color oscuro, piernas largas, piel de seda y ojos color miel que en verdad reflejaban un bellaza extraordinaria.

Sentada como estaba y yo pegado a ella le puse mi mano sobre su rodilla y se la empecé a acariciar despacio en pequeños círculos, luego fui aumentando el radio hasta poder abarcar su piernita, ella seguía viéndome mientras que le estaba explicando, entonces y después de que termine mi explicación le dije.

-Mira vamos a ser más claros para que lo entiendas definitivamente, ahora no te pongas nerviosa ni tengas miedo.- al momento que le decía esto la puse de pie y luego le levante inmediatamente la falda tomándola por sorpresa.

La pequeña no supo que hacer y se quedo inmóvil lo cual me permitió continuar con mi labor, pude apreciar la belleza de sus piernas y bajo sus bragas se apreciaba un abultado monte de Venus. Sin saber que decirme Delia se quiso echar para atrás pero yo se lo impedí sujetándola por la cintura a la vez que desabotonaba su falda y está caía al suelo dejándola solo con la camisa de su uniforme, le empecé a explicar de nueva cuenta lo que era el aparato reproductor femenino pero ahora tocándole la parte que explicaba; le explique lo que era el monte de Venus, y la vagina, pero ahora faltaba explicar las partes en detalle y sus funciones así que nuevamente y para sorpresa de la niña le baje las blancas bragas que contrastaban contra su morena piel.

Inmediatamente le explique lo que eran cada una de las partes, los labios vaginales, el ano, la vagina, el clítoris y para que servia cada uno de estos. Ella se quedaba inmóvil sin saber que decir pero para mi sorpresa ella pregunto algo que me dejó sorprendido.

-¿Y el del hombre?- dijo con un poco de timidez.

Pero entonces reaccione rápidamente y me baje los pantalones y luego la trusa, mi verga apareció ante su mirada atónita e incrédula, Delia se quiso tapar la cara pero entonces le dije que pusiera atención, tome su mano con la mía y a detalle le fui explicando las partes del Hombre, por supuesto que con su mano iba tocando cada una de las partes que le estaba explicando: los testículos, el pene, el glande y después que había en cada uno de ellos y para que servían. Le dije que el pene se pone duro porque es cuando una mujer excita a un hombre y esté quiere tener relaciones con ella, entonces Delia con un poco de curiosidad me pregunto.

-¿Tu ya haz tenido relaciones?-

-Por supuesto que si… y ¿sabes?... son muy ricas…- conteste inmediatamente.

La niña entonces algo curiosa llevo su manita hasta mi pene de nueva cuenta y comenzó a manipularlo observándolo detenidamente por todos lados.

-¿Esto es lo que le meten a la mujer?-

-Claro… mira acompáñame.. te voy a enseñar algo…- dije mientras la jalaba de la mano.

Subimos a la planta superior de la casa y nos metimos en mi habitación. La niña me miraba nerviosa a la vez de curiosa mientras que yo buscaba algo en los cajones de mi buró. Por fin saque del cajón un par de revistas y las puse en la cama, le dije que subiera para que pudiéramos verlas los dos juntos, ella me obedeció y se subió en la cama se acostó boca abajo frente a las revistas, yo me senté a su lado y empecé a acariciarle el culo con una de mis manos mientras que con la otra tome una de las revista e inicie con la primera pagina. Una hermosa joven estaba parada en la puerta de lo que parecía ser un departamento, luego tocaba el timbre y así sucesivamente, le abría un señor y la hacía pasar, después comenzaban a besarse, luego el le mamaba la rajada que tenía depilada, ella hacia lo mismo con su pene y después él la comenzaba a penetrar por la vagina y después por el culo.

Delia no perdía detalle de lo que iba sucediendo en la fotonovela y mi mano no dejaba de acariciar sus nalgas y sus piernitas, ahora ya le había empezado a levantar la blusa escolar que aún traía puesta y le acariciaba su espalda. Ella no se inmutaba y seguía observando las detalladas fotos de la penetración que el sujeto le hacía a la joven de la revista.

-¿Y a poco todo eso le cabe a mi cosita?- preguntó tiernamente.

-Pues eso abría que verlo… ¿pero si tu quieres podemos intentarlo?- le dije.

-Pues no sé… cómo que me da miedo… no sé si entre…- Ella contesto curiosa.

Yo en lugar de seguirle contestando la voltee cara arriba y con ambas manos tome sus piernitas y se las separe, ella abrió unos enormes ojos y no perdió detalle de lo que le estaba haciendo. Incline mi cabeza sobre su vaginita y le empecé a pasar la lengua por toda su rayita, al sentir mi húmeda lengua rozando su panochita la niña dio un pequeño brinquito y cerro un poco las piernitas pero después se contuvo y volvió a abrir sus piernas, esta vez ella las pego casi a su pecho y con sus manos sostuvo sus muslos; Delia estaba empezando a disfrutar de las caricias que mi lengua le estaba proporcionando y su cuerpecito se relajo, luego de pasar varios minutos chupándole y mamándole la pepita me dedique unos cuantos minutos más a su ano, la niña ahora respiraba con dificultad y un brillo especial se encendió en sus lindos ojos verdes.

Cuando termine de mamarle el culo me incorpore un poco y ensalive uno de mis dedos al cual lleve hasta la vagina de la pequeñita y empecé a introducírselo lentamente, varios minutos mas tarde metiendo la puntita de mi dedo hasta que por fin lo fui introduciendo más y más hasta que me tope con su himen, en este punto empecé a meterle otro dedo más tratando de ensancharle la vagina, algunos minutos más y ya estaba lista, me incorpore y ensalive muy bien la punta de mi pene, coloque en la entrada de esa pequeña vaginita la gran punta de mi pito, ella seguía viendo el acto sin perder nada de nada, el glande de mi pene se introdujo un poco dentro de su gruta, los ojos de Delia me pedían más, empuje otro poquito y la punta de la verga fue arropada por la conchita calienta de esta pequeñita, mi sangre hervía demasiado y ya mi excitación era bastante como para echar marcha atrás, la pequeñita entonces me dijo.

-Se siente muy rico… siga Sr. Pablo… me gusta…- dijo con voz cortada por su respiración.

-Claro que si mi pequeña… vas a ver como te gusta…- le dije mirándola a sus lindos ojos.

Saque un poquito mi verga y la seguí empujando hasta que la punta topo con el himen, pensé por unos segundos que sería peligroso continuar ya que podía causarle un desgarre a la pequeñita, volvía para atrás y luego regrese hasta topar de nuevo con la delgada telita de su virginidad, como a ella le gustaba continué bombeándola de esa manera y a los pocos minutos ella empezó a generar humedad, lo cual me indicaba que le estaba encantando lo que le estaba haciendo. Mi boca se pegó a los pequeños pezones de la niña y se los empecé a chupar hasta que estos se pusieron completamente duros, sus senos pequeñitos se irguieron gustosos en busca de más caricias de mi boca, sus pequeños pezones estaban tan duros como el acero pero calidos y suaves a la vez como la seda; mamé de ellos ricamente hasta que de pronto una de mis rodillas resbalo junto con la colcha y…

-¡Hayyyy… me dolió… me dolió…sáquemelo…. sáquemelo…- grito ella.

No pude hacer nada más, su virginidad estaba echa trizas, lo único que se me ocurrió fue detenerme ahí para no seguir metiendo más la verga, mire para abajo y más de la mitad de mi garrote estaba incrustado dentro de esa pequeña vagina que se expandía lo más posible para recibir el ancho de mi pito. Ya nada se podía hacer, así es que decidí que lo mejor para ella y para mí sería continuar, espere por algunos minutos y lentamente le fui empujando más y más verga hasta que solo una cuarta parte de mi palo estaba fuera de esa apretada conchita que me succionaba gratificantemente.

Con lentos movimientos de mis caderas comencé a bombear en la pequeña panochita que acababa de desflorar, ella seguía quejándose pero ya no mucho, su respiración era agitada y su carita estaba inclinada observando a detalle como ese grueso tronco de carne penetraba en su tierno cuerpecito. Poco a poco fui adquiriendo velocidad en el vaivén, las sensaciones eran formidables, podía apreciar como los pliegues internos de la pequeña se adherían fuertemente a mi garrote y me costaba un poco de trabajo moverme en esa ahora húmeda cuevita. Delia comenzó a los pocos minutos a dar pequeños grititos lo que me indicaba que ahora ya comenzaba a gozar y que el dolor había pasado. Esto me permitió ir haciendo movimientos cada vez más rápidos y por fin en pocos minutos logre hacer que la pequeña tuviera su primer orgasmo con una verga en su interior, sus gritos y gemidos podían escucharse por toda la habitación, en esos momentos yo ya no pude contenerme más y explote junto con la niña, su vagina fue en esos momentos invadida por gran cantidad de semen que no dejaba de escapar de mi barra, gruesas gotas escaparon de entre los labios vaginales y mi verga, escurrieron por sus nalgas y por fin mojaron la colcha de la cama. Fue una venida realmente sensacional y agotadora, ambos nos quedamos completamente inmóviles por algunos segundos hasta que por fin me logre desacoplar de esa rica panochita.

Después de algunos minutos de estar recostados en la cama nos levantamos, yo ayude a Delia a que se vistiera y luego me vestí, salimos de la habitación y fui a ver si ya mi hija se había levantado, pero aún seguía profundamente dormida.

 

 

CONTINUA

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