miprimita.com

Sorpresas (02)

en Amor filial

Sorpresas II

Durante un par de semanas estuve pensando de que manera podría yo unirme a los encuentros que mi hija Sandra y mi esposo, Roberto, mantenían. Por supuesto que se me ocurrieron varias ideas pero a decir verdad me daba un poco de vergüenza ponerlas en practica, las cosas deberían parecer naturales y no creadas, pues, de esta manera ellos lo iban a negar todo. Por el momento no me iba yo a atrever a hacer algo, así que decidí esperar para ver que era lo que sucedía en los días siguientes.

En lo que algo nuevo sucedía continué grabando los encuentros que se suscitaban cuando yo no estaba, obviamente que también empecé a ausentarme más seguido de casa con cualquier pretexto para propiciar que ellos se encontraran, de esta forma mi colección de videos fue creciendo rápidamente; los veía a solas y me masturbaba ya sea con la mano o con un consolador que tenía hasta quedar completamente exhausta y sudorosa sobre la cama, respirando con gran dificultad debido al grado de excitación que alcanzaba.

Así las cosas, yo continuaba con mi vida normal cuando nos encontrábamos todos juntos y ellos fingían muy bien su papel de padre-hija. En una de las ocasiones en que decidí dejarlos hacer sus cosas yo fingí salir de casa pero en realidad lo que hice fue esconderme en una de las habitaciones de la casa y esperar para ver que era lo que sucedía. Cuando yo salí ellos esperaron por algunos minutos, lo que no sabían, por supuesto, es que yo solamente había abierto y cerrado la puerta pero sin salir, antes le había dicho a Roberto que iba a casa de una de mis amigas a platicar un rato.

Bien, ellos esperaron por algunos minutos, mi esposo estaba en nuestro cuarto arreglando sus cajones de ropa, Sandra estaba estudiando en su habitación, luego de varios minutos Roberto salió de la habitación y se sentó en el sofá de la sala encendiendo el televisor, a los pocos minutos Sandra salió de su habitación y se sentó junto a su padre.

-¿Mamá?- pregunto mi hija.

-No, esta amor... salió a visitar a unas amigas.-

Yo estaba escondida en la cocina y desde ahí podía observar toda la sala por detrás de la ventanilla de la puerta que se encontraba cerrada. Terminando de contestarle, él abrazo a Sandra y deposito un apasionado beso sobre sus labios, ella inmediatamente se prendió de su cuello y pegó más su cuerpo contra el de su padre, sus lenguas se enredaban y acariciaban mutuamente mientras que sus labios se restregaban y apretaban, chupando y sorbiendo con exquisita satisfacción. Las manos de mi marido se perdieron dentro de la blusa de su hija e inmediatamente comenzó a sobar ese par de pequeños pero sabrosos senos, mi hija se echo un poco para atrás facilitándole a su padre el acceso a esta zona. Sandra soltó el cuello de su padre y sus pequeñas manos buscaron la entrepierna de él, localizó el cierre del pantalón e inmediatamente lo bajo, su mano se introdujo y a los pocos segundos vi como apareció el duro miembro de mi marido sujetado por la mano de Sandrita que ya comenzaba a masturbarlo; movimientos lentos y suaves comenzaron a menear la piel caliente de la verga de mi marido, de arriba para abajo la mano de mi hija se meneaba por todo el largo tronco, mi marido separándose se puso de pie y se quito por completo el pantalón y la camisa, quedando prácticamente desnudo, Sandra por su lado también comenzó a quitarse las prendas que traía puestas, sus bellos senos quedaron a la vista, redonditos y con su pezón completamente erecto por la excitación que estaba sintiendo. También su falda cayó al piso y solo se quedo con unas bragas de color rosa puestas. Roberto entonces se posó frente a ella y se agacho para besarla nuevamente, luego la acomodo en el sofá y se acomodo para comenzar a mamarle los hermosos senos a nuestra hija, su lengua recorría con maestría las redondas carnes de la niña y se detenía especialmente en cada uno de los duros pezones, los rodeaba con su lengua y luego los chupaba tiernamente proporcionándole inimaginables sensaciones a su propia hija.

Sandra se recuperó un poco de las deliciosas mamadas que su padre le había dado a sus senos y ahora la que tomó la iniciativa fue ella, se sentó sobre el sofá y jalo por las nalgas a su padre que ahora quedo justo en frente de ella, su dura verga estaba apuntando amenazadoramente a la pequeñita, la boca de mi hija se abrió y se acercó lentamente a la púrpura cabeza del tolete de su padre, lo fue engullendo con suma satisfacción, lentamente, sus labios se fueron adaptando a la dura tranca mientras que ésta iba desapareciendo en el interior de su boca; más de la mitad de la verga de Roberto ya se encontraba dentro de la cálida y húmeda boca de su hija, entonces, ella comenzó a menear su cabecita de adelante para atrás logrando con esto que la macana entrara y saliera de su boca, la mamada que ella le proporcionaba a su padre era en si de toda una experta, la cara de mi marido estaba agachada viendo como su hija le hacia la felación que lo estaba elevando al cielo mismo. Varios minutos Sandra continuó mamándole el garrote a su padre hasta que él la detuvo antes de que se viniera.

Roberto entonces se acostó en la alfombra de la sala y le pidió a su hija que se colocara encima de él, ella así lo hizo y abriendo un compás moderado de sus piernas quedó justo sobre la cara de su padre, ella esperó a que su padre apreciara bien sus formas y en pocos segundos las manos de Roberto comenzaron a acariciar sus tobillos y lentamente fueron subiendo por sus piernitas, acarició los muslos internos y subió más todavía hasta toparse en la entrepierna de ella con sus bragas, paseó su mano por toda la prenda, las nalgas y la vagina de mi hija fueron recorridas en su totalidad con suma delicadeza, luego lentamente fue bajando la prenda para dejar a ella completamente desnuda, sus piernitas se levantaron una a una para dejar que por último las bragas salieran y fueran a caer al sofá que ahora se encontraba a un lado de ambos. Pasó nuevamente sus manos por las mismas zonas pero a ahora tocando directamente la suave piel de la pequeñita, jugó por algunos minutos con su rajadita, pasaba su dedo por todo lo largo de la bella hendidura y se detenía en la parte alta para jugar con el clítoris de la pequeñita, de vez en vez el dedo se hundía un poco dentro de la rayita, ya un poco de humedad salía junto con el dedo que se había enterrado.

Roberto le pidió a su hija que se fuera sentando sobre su cara, la niña lentamente fue descendiendo y mientras lo hacía iba dejando completamente expuestas sus partes intimas, desde mi posición yo podía apreciar claramente como su vagina y su ano se iban exponiendo completamente ante la extasiada mira de su padre el cual tenía sus manos puestas sobre sus nalguitas para irla guiando en el descenso.

Por fin sus nalgas quedaron completamente sobre la cara de Roberto, Sandra prácticamente en cuclillas se apoyo con ambas manos en el suelo, su padre comenzó a darle tiernos besos en las nalgas y los muslos, con sus manos la sostenía a la altura deseada y la meneaba un poco para alcanzar las zonas a las que no tenía acceso, con muy pocos movimientos de su cabeza Roberto lograba alcanzar cualquier punto de las nalgas de Sandra, ella echaba su cabecita hacia atrás al sentir los besos que su padre le estaba dando en su trasero; los besos se hacían más y más atrevidos en esta zona, ahora con su lengua, mi marido iba lamiendo despacio el canal que separa las nalgas de la niña y cuando llegó hasta su ano se detuvo unos instantes para introducir su lengua profundamente dentro de éste, luego continuó con sus lamidas por todas las nalgas. Sandra ahora movía su trasero en forma circular sobre la cara de su padre y se fue acomodado para indicarle a Roberto que quería sentir más de su lengua dentro de su anito. Mi marido entendió bien en mensaje y se dedico con más detenimiento a este apretado agujerito, nuevamente lo fue recorriendo por todo su circunferencia con su lengua, lo besó y lo mamó, su lengua se perdió varias veces dentro del agujerito que poco a poco se iba dilatando, una de las manos soltó las nalgas de Sandra para apoyar en la zona de batalla, con su dedo medio Roberto comenzó a jugar en la entrada del agujerito de su hija, la puntita del dedo se incrustaba en el arrugado huequito y poco a poco iba entrando más y más hasta lograr que la mitad se introdujera y un rítmico movimiento de entrada salida se inició. La niña ahora meneaba su cabeza de adelante para atrás, su cabello se balanceaba junto con sus movimientos y bruscamente se detenía, algunos gemidos ya comenzaban a escapar de la garganta de mi pequeña niña.

Yo ya no pude contenerme más y entonces desabotone el botón de mi pantalón e introduje una de mis manos en mi parte frontal, comencé a sobar mi vagina sobre mis bragas que noté ya se encontraban completamente mojadas por la humedad que escapaba de mi interior, mi respiración estaba totalmente agitada y mis senos firmes se agitaban al ritmo de ésta; mis pezones completamente rígidos se dibujaban en la tela de mi blusa y no pude evitar con la mano que tenía libre jugar con ellos, era delicioso ver a mi hija cogiendo con su padre allí tan cerca de mi y en vivo y a todo color, y masturbarme al mismo tiempo.

Después de que Roberto terminó de mamar el culo de su hija se dedicó a besar nuevamente las nalgas y poco a poco se fue acercando a la rajadita que tenía ahora en frente, los regordetes labios fueron atacados por la lengua de él, lentamente y con movimientos circulares las carnes canelas de la niña fueron humedecidas e invadidas por la boca de mi marido, las manos de él ahora acariciaban los senos de la niña que más paraba su pecho para resaltar sus dos hermosas masas de carne, los pezones estaban completamente erectos y los dedos se enredaban en ellos para en pocos minutos y en conjunto con las lamidas en la pepa un fuerte orgasmo explotara en el cuerpo de mi hija; con fuertes gemidos Sandra nos anunciaba la llegada de su venida y la boca de Roberto se dedicó por completo a el deleite de la niña. Mamando con sumo deleite mi marido se esforzó por proporcionarle a su pequeña hija una mamada descomunal que la hiciera hervir por dentro y con ello beber todos los jugos que comenzaban a escurrir de su interior, la lengua de él se perdía profundamente dentro de su vagina mientras que con los labios jugaba con los pliegues de ella.

Terminado el orgasmo Sandra se dejó caer a un lado de su padre y ambos se besaron apasionadamente en los labios mientras que las manos de ambos comenzaron a recorrer sus cuerpos por todos lados, fueron solo un par de minutos lo que ambos descansaron y Roberto entonces susurro algo al oído de su hija, enseguida ella se montó sobre su padre quedando de espaldas a la cara de él, la niña monto sobré su pecho y con una manita tomo la verga de su papá, la meneó por algunos segundos y luego se agacho para comenzar a darle una deliciosa mamada, a la ves y gracias a la posición en la que estaba mi marido levanto su cabeza y también mamó en la panochita de ella. Un sesenta y nueve delicioso, yo entonces hice a un lado mis bragas y comencé a introducir unos de mis dedos dentro de mi vagina, metiéndolo y sacándolo con fuerza y velocidad logre por fin alcanzar el tan ansiado orgasmo que fue tan intenso que algo de mis jugos comenzó a bajar por mis muslos y también tuve que contener mis gemidos tapándome la boca con la mano que antes acariciaba mis senos. En tanto Roberto y Sandra continuaban muy entretenidos con sus respectivas mamadas, por la forma en la que mi hija comenzó a mover las caderas mientras su padre le chupaba la rajada se veía que lo estaba disfrutando completamente y ahora un dedo de Roberto también se comenzó a incrustar en su ano, ahora ya muy profundamente, tragándoselo ella por completo, esto provocó que la pequeña comenzara a experimentar su segunda venida de esa tarde pero aún así no dejó de mamar la verga de su padre hasta que por fin seso su éxtasis.

Sin más esperas Sandra se incorporo y esta vez sin cambiar su posición se movió un poco hacia abajo quedando su entrepierna a la altura de los genitales de su padre, con su pequeña manita agarró la dura macana de su padre y la fue dirigiendo a su entrada vaginal, colocó la gruesa cabeza del pito entre sus labios y estos lo recibieron con satisfacción, se abrieron un poco y alojaron la cabeza, junto con esto Sandra ya comenzaba a sentarse lentamente y la tranca se fue clavando en su húmeda panochita, Roberto subió sus manos hasta los senos de la niña y comenzó nuevamente a jugar con ellos, mientras que desde su posición podía apreciar completamente la espalda de ella y como su verga se iba enterrando en la deliciosa panochita de su hijita de 14 añitos.

Por fin Sandra se logró sentar con la verga completamente clavada en su interior y ahora se echó un poco para adelante apoyando su manos en los tobillos de su padre, sus caderas comenzaron a menearse de arriba para abajo, primero con movimientos lentos y pausados que al poco rato tomaron un ritmo más o menos normal. Desde mi posición podía apreciar claramente como la verga de mi marido entraba y salía de su panochita mientras que ella misma se meneaba montada sobre su padre. Sandra se estuvo moviendo por varios minutos a un ritmo regular y de pronto los movimientos de sus caderas se comenzaron a hacer mucho más rápidos, su espalda se comenzó a perlar con su propio sudor y sus gemidos de satisfacción fueron en aumento hasta que por fin con un fuerte grito anunció que estaba consiguiendo tener un orgasmo más; la niña se movió hasta que por fin seso su venida y luego cayó rendida sobre las piernas de su padre, su panocha continuó con la verga de su padre dentro completamente empapada de sus jugos y yo la podía apreciar ahora.

Roberto se desacopló de la pequeña Sandra y la hizo ponerse empinada, con sus manos sobre el suelo y sobre sus piernas, luego él se colocó detrás y se acomodo para quedar a la altura de sus desnudas y bien formadas nalguitas, metió su palo nuevamente en su vagina y solo dio dos o tres arremetidas, lo volvió a sacar y esta vez apuntó la gruesa cabeza en el apretado orificio del ano, empujó con delicadeza y la cabeza se introdujo lentamente en la cavidad posterior de la pequeña, tardó varios minutos pero al final la verga terminó completamente sepultada en el ano de la pequeña hija de Roberto, con movimientos lentos fue iniciando el bombeó en su culito, las caderas se menearon de adelante para atrás en lentos movimientos que poco a poco fueron aumentando de velocidad, las manos de mi marido se sujetaron de las caderas de la pequeña quién solo gemía por el placer obtenido, de vez en cuando algunas palabras que no alcanzaba a escuchar salían de la garganta de ella.

El ano de Sandra se abría y cerraba a cada una de las arremetidas que su padre le daba, bocanadas de aire eran tragadas por la boquita de mi hija quién gemía ahora fuertemente en señal de que comenzaba a sentir los inicios de un nuevo orgasmo y comenzó a aventarse en contra de la verga de su padre para tenerla lo más adentro posible, cosa que también comenzó a acercar a Roberto a su venida, asiendo fuertemente las caderas de su hija mi marido comenzó a menearse también más rápidamente en contra del culo de su pequeña hija y casi al mismo tiempo los dos comenzaron a experimentar su orgasmo, gruesas gotas de esperma empezaron a escapar del culo de mi pequeña niña y fueron escurriendo por sus piernitas hasta que por fin se despegaron de su piel y cayeron al suelo pesadamente, mientras que la verga continuaba entrando y saliendo del ano de Sandra fuertes chasquidos se escucharon mezclados con los gemidos de mi marido y nuestra hija, los últimos movimientos de ambos fueron lentos como queriendo que eso no terminara; luego ambos se acostaron sobre el sofá y comenzaron a besarse abrazados estrechamente, sus lenguas se entrelazaban y sus labios se restregaban ardientemente.

Por fin se separaron y permanecieron acostados durante varios minutos más en los cuales solo acariciaban sus cuerpos mutuamente y en lo que ellos estaban en eso yo me encontraba terminando de masturbarme, por mis piernas escurrían ríos de jugos vaginales que manaban de mi interior, mis senos estaban hinchados y los pezones completamente duros, mi respiración agitada delataba también mi fuerte estado de excitación. Por fin llegó mi orgasmo, tan fuerte como el anterior y posiblemente casi cerca del de ellos, tuve que morder mis labios para evitar que los gemidos y gritos que quería proferir escaparan; mis dedos se meneaban rápidamente sobre mi clítoris y ya por último los enterré profundamente dentro de mi vagina, saliendo completamente empapados con mis jugos, luego los llevé a mi boca y los lamí hasta beberme toda mi miel, una, dos y tres veces, luego medio acomodé mis ropas y continué observando.

Sandra y Roberto se levantaron, se vistieron y continuaron haciendo sus cosas, ya después de que ellos se descuidaron yo hice como que llegaba abriendo y cerrando la puerta de entrada para que ellos se percataran, mi hija salió corriendo a saludarme y me dio un beso en la mejilla, yo la abrace fuertemente para sentir el calor de su cuerpo y aspirar el aroma que su padre había dejado en ella, luego fui con mi marido y lo abracé de igual manera.

 

CONTINUA

Mas de Cazzique

Belisa

Amanda

Odette

Las primas

Magnolia

Kimy

Alejandra

Kimberly

Ximena

Maite

Verónica

Tempranos inicios lésbicos (04)

La secta (32)

Tempranos inicios lésbicos (03)

Tempranos inicios lésbicos (02)

La secta (30)

Tempranos inicios lésbicos (01)

Una después de otra

La secta (26)

Junta vecinal

La farmacia

Nora y Paloma

Una tarde en el cine

La secta (19)

De regreso a casa

La marca de ese día

Vaya madrugada

La mejor amiga

Flavio, mi cuñado

El viaje

La secta (14)

La secta (11)

Reprobar historia

Laura

Aventón

La secta (07)

En un barco

La secta (05)

La secta (02)

Bajo el puente

Dos amigos (09)

Fiesta familiar (39)

Confesión

Fiesta familiar (35)

Miedo

Fiesta familiar (32)

Fiesta familiar (33)

Fiesta familiar (31)

Fiesta familiar (30)

Fiesta familiar (29)

Viajar ilustra

Fiesta familiar (27)

Fiesta familiar (28)

Sorpresas (03)

Marcela (04)

Fiesta familiar (26)

Fiesta familiar (25)

Fiesta familiar (23)

Fiesta familiar (24)

Los ángeles de Charly (08: Italia)

Fiesta familar 24

Los ángeles de Charly (07: Italia)

Los ángeles de Charly (06: Erika y su mamá)

Los ángeles de Charly (05: Erika)

Los ángeles de Charly (04: Delia)

Los ángeles de Charly (03: Delia)

Los angeles de Charly (01: Lucrecia)

Los ángeles de Charly (02: Lucrecia)

Fiesta familiar (22)

Marcela (03)

Fiesta familiar (20)

Fiesta familiar (19)

Sorpresas

Fiesta familiar (18)

Fiesta familiar (17)

Fiesta familiar (16)

Fuga de casa a los 10

Fiesta familiar (15)

Marcela (02)

Fiesta familiar (14)

Fiesta familiar (13)

Marcela (01)

Fiesta familiar (12)

Fiesta familiar (11)

Fiesta familiar (10)

Fiesta familiar (09)

Fiesta familiar (08)

Fiesta familiar (07)

Fiesta familiar (06)

Fiesta familiar (05)

Encuentros familiares (07)

Fiesta familiar (04)

Las niñas consentidas (05)

Fiesta familiar (03)

Maria Fernanda (04: Anal)

Encuentros familiares (06)

Las niñas consentidas (04)

Fiesta familiar (02)

Maria Fernanda (03: La penetracion)

Las niñas consentidas (03)

Fiesta familiar (01)

Maria Fernanda (02: El cunilingüs)

Encuentros familiares (05)

Maria Fernanda (01: La iniciación)

Encuentros familiares (04)

Las niñas consentidas (02)

Las niñas consentidas (01)

Encuentros familiares (03)

Vacaciones, las mejores de mi vida (02)

Encuentros familiares (02)

Tío Rodrigo

Encuentros familiares (01)

Vacaciones, las mejores de mi vida (01)

Ayer y hoy en la vida de un bisexual

Sabrina

Noemi

Los amantes perfectos

Lidia

La niña de catorce

La niña

Hermana

Aprendiendo en familia

¡Que descubrimiento! (VI)

¡Que descubrimiento! (V)

¡Que descubrimiento! (IV)

¡Que descubrimiento! (III)

¡Que descubrimiento! (II)

¡Que descubrimiento! (I)