Contemplando las terceras puertas para el Baptisterio de Florencia , llamas por Miguel Ángel Puertas del Paraíso compruebo que mi idea de paraíso es completamente diferente a la de Ghiberti. Mientras en 10 recuadros representa escenas en bronce del Antiguo Testamento yo sólo hubiera puesto placeres, no todos sexuales, sino placeres tanto del alma como del cuerpo.
Pero acaso el primer beso, deseado, ansiado, querido... no merece un recuadro en el paraíso. Cuando desesperadamente te enamoras de alguien que crees inaccesible y pones todo tú corazón en algo que sabes perfectamente que no pasara pero la vida de muchas vueltas e inesperadamente te encuentras con los ojos cerrados y pegando tus labios a los suyos mientras te rodea con sus brazos. Labios calientes, cortados, lamidos, aliento de menta o de fresa, suaves movimientos de lengua, las narices encontrándose e intentando rozarse con extremo cuidado ¿No puede ser eso el paraíso?
El primer amor, las primeras palabras dulces, los primeros mensajes al móvil y los primeros coquetos y sonrisas idiotas. No sabes que hacer ni como actuar, sólo puedes ser feliz y llorar, reír, no sabes... ¿No puede ser eso el para
Un escalofrío recorre todo tu cuerpo, tienes la carne de gallina y el vello erizado. Sientes su aliento detrás de ti, con miedo se acerca a ti, no sabes quien de los dos esta más asustado, emocionado. Te coge de la mano con delicadeza, no quiere romperte, te acaricia, sientes sus manos tentándote, es lento pero es así como te gusta. ¿No puede ser eso el paraíso?
Un cuerpo desnudo, los ropajes se desprende por gracia y obra de la bendita gravedad. Un pecho y otro, un muslo, un brazo, un sexo. El primer desnudo, vergonzoso, iracundo, irrisorio, amable, cariñoso. Los primeros abrazos sinceros, contemplando toda la plenitud del ser humano, su fuerza y vigor tanto como su debilidad. ¿No puede ser eso el paraíso?
Corazón roto que es el tuyo, jamás podrá recuperarse y de manera melancólica recorres todas las partes de tu ser intentando encontrar un sentido. Pero no lo hay y se debe ser fuerte, salir a emborracharse y buscar un buen sustituto. Cuando lo superas y te sientas genial ¿No puede ser eso el paraíso?
Penetras en tu propio cuerpo por vez primera, agarras con fuerza tu miembro erecto, arriba y abajo, adentro y afuera. Los primeros placeres en solitario, los tabúes, los que todos saben a voces, los estrafalarios, los sencillos. Unos dedos, una mano, un vibrador, consolador, escobilla, fruta... ¿No puede ser eso el paraíso?
Con miedo, angustia, intima curiosidad abres la boca no crees ser capaz, te estas comiendo una polla. No sabes donde te introduces, no sabes donde llegaras, el sexo oral... Hasta donde metes la lengua, no acerques demasiado los dientes. Hay miedo, claro, mamá decía que no se debe jugar con la comida. ¿No puede ser eso el paraíso?
Encuentras a alguien, lo es todo para ti, tú lo eres todo, ya no sólo es sexo, es una relación liberal, sana, en la que hay muchas cosas y no sólo lo que se ve, sino mucho más. La gente intenta comprenderlo, pero no pueden, intentan joderlo, pero tampoco pueden hacerlo. ¿No pude ser eso el paraíso?
Con sangre sellas una penetración brutal, doloroso, gustosa, placentera. Más fuerte o más débil que más da cuando sientes algo que no es tuyo y que no puedes controlarlo dentro de ti, una fuerza, otro cuerpo, empujando, exprimiéndose para sacar el máximo gocé. ¿No puede ser eso el paraíso?
Arrodillado, amordazado y vendado. Flagelas un cuerpo inútil hasta ver aparecer la sangre, ríes, llora, te diviertes viendo tú poder. De negro, de rojo o violeta, da igual tu vestimenta, te sientes poderosa con un trozo de cuero en tu mano, con unas esposas, con un portento de tacón. ¿No puede ser eso el paraíso?
No de bronce sino con Oro haría yo las Puertas del Paraíso, no habría evangelistas ni gente de ninguna iglesia. Sólo estarías tú y yo. Sólo estaríamos desnudos, con la verdad presidiéndonos y la imaginación penetrándonos. Cariño, me encantaría poder atravesar las Puertas del Paraíso contigo, sabes que soy tuya y que pase lo que pase aquí me tendrás siempre.