Cuando sonó la campana salí corriendo de clase de Lengua, no soportaba al profesor, me daba asco, lo odiaba. Baje las escaleras del segundo piso llevándome a todo el mundo por delante y cuando por fin atravesaba las puertas del módulo alguien me cogió de la muñeca.
Era Roberto, me había estado llamando pero yo no le hice ningún caso, llevaba unos días sin dejarme en paz y no sé por que.
-Sofía quería hablar contigo.
-Hazlo andando, tengo prisa.
-Últimamente estas muy extraña ¿te pasa algo conmigo?
-No y ¿por qué parezco extraña?
-Ya no sales nunca por ahí y no te vemos el pelo.
-Es que estoy muy ocupada.
-¿Con qué?
-A ti que te parece, cosas mías.
-Bueno, yo tengo que ir a coger el bus, nos vemos mañana ¿vale?
-Vale si.
Lo que yo digo, el raro es él.
Llegue a casa en cinco minutos, comí deprisa y me prepare para marcharme.
-¿Vas a algún sitio?
-Si, he quedado con Marta y unas amigas para hacer un trabajo, vendré por la tarde. Ciao.
Mi madre no me hizo más preguntas por que no la deje, antes de que le diera tiempo a replicarme yo ya había salido corriendo de casa y todo para estar sentada más de diez minutos en la parada del autobús. Mi pueblo es muy pequeño, no en tamaño, lo que ocurre es que prácticamente se ha convertido en un pueblo dormitorio, la gente vive allí sí, pero se va del pueblo para trabajar, salir o cualquier otra cosa. Yo hacía lo mismo. Cogía el autobús que me llevaba a la ciudad, tardaba otros diez minutos y luego andaba siete minutos más hasta llegar al apartamento de Frank.
Frank era un alemán que había conocido una noche en una discoteca, lo típico.
-Hola ¿cómo estas?
-Bien le dije mientras bailaba y él seguía acercándose más a mí.
-Estas muy buena ¿lo sabías?
-Sí, gracias.
-Yo soy director de películas X ¿te gustaría trabajar conmigo?
-Si es de actriz vale pero si tu eres el actor no.
-Ja, ja. Tranquila, yo sólo dirijo, para chupármela ya tengo a otras.
En ese momento nació nuestra relación, en realidad Frank no estaba mal y yo le dije aquello sólo para que tuviera claro que yo no me acostaba con cualquiera, a no ser que lo exigiera el guión ja, ja.
Nada más llegar al apartamento todo el mundo me recrimino por haber llegado tarde.
-Pues lo que podéis hacer en vez de estar aquí aguantándoos una erección del quince es ir a buscarme, así no tendría que coger un autobús y llegar tarde les eche en cara.
-Bueno, tranquilidad dijo Frank -. Tú ve ahora mismo a que te maquillen y luego cámbiate y los demás a trabajar.
Me quite la ropa y me puse un uniforme escolar, con su faldita, su camiseta blanca, las medías altas de colores y unos tenis. Antes de vestirme, las maquilladoras me cubrieron el cuerpo con una crema bronceadora, de esas que automáticamente te dejan el cuerpo como si hubieras estado diez días en Cuba tostándote al sol. Después me senté y me maquillaron, resaltaron mis labios con un rosa extremadamente líquido luego me hicieron dos ridículas coletas y lista para rodar.
Niñatas de instituto toma.
Se suponía que yo estaba estudiando en el salón de mi casa, muy aburrida y lamiendo un lápiz de manera muy sutil, aunque después de unos segundos me pasaba de descarada. De pronto llamaban a la puerta y yo me levante de un saltito para ver quien era. Al abrir la puerta me encontraba con mi vecino, que se encontraba ridículamente apoyado en la pared, se trataba de Thomas, un actor que llevaba ya algunos años metido en el mundo del porno y que era un íntimo de Frank. Tenía la cabeza rapada, lo cual no significa que estuviera completamente calvo, se le notaba donde había tenido el pelo y donde no, llevaba una camisa con un estampado salvaje y casi sin abrochar y unos vaqueros muy ceñidos.
-¿Esta tu madre? me pregunto con la voz que habitualmente se usaría para flirtear con alguien.
-No, no esta ¿querías algo?
-Si, veía por si teníais leche, estoy haciendo un pastel y cuando me he dado cuenta no tenía leche.
-A mi me encantan los pasteles aunque estoy segura de que tú tienes más leche en estos momentos que yo en aquel momento yo me pase la lengua por entre los labios y Thomas tenía que hacer como que aquello que turbaba en demasía -. Siento mucho no poder ayudarte.
-¿Y que haces? Si puede saberse.
-Estoy estudiando.
-¿Solita?
-Mucho.
-Yo en el instituto sacaba buenas notas, si quieres podría ayudarte.
-¿De verdad? Eso sería genial paso conmigo al salón.
-¿Y que estudias?
-Ahora mismo biología.
-¿Y que tal te va?
-Fatal, hay muchas cosas que no entiendo eso lo dije sacando morritos y como si estuviera tremendamente preocupada.
-¿Cuáles?
-La reproducción humana, quizás tú puedas ayudarme a que la entienda mejor.
-Si, quizás pueda.
Tras eso me cogió de la cintura y mientras comenzaba a tocarme la parte superior de mi cuerpo nos besamos. Después de unos diez minutos besándonos me arranco la camiseta y dejo al descubierto mis pechos, los miro por un instante y después de decirme cuanto le gustaban empezó a tocármelos y comérmelos, me los levantaba con los labios y con sus dedos me pellizcaba los pezones. Todo siguió así hasta que el guión me obligo a decir una frase bastante jocosa.
-¡Mmm! Los exámenes me ponen tan nerviosa que a veces olvido usar ropa interior ¿quieres comprobar si llevo bragas?
No, claro que no llevaba. Me llevo hasta el sofá y metió su cabeza en mi falda, entre mis piernas. Su lengua jugaba con mi clítoris, lo lamía, le daba golpecitos, lo metía dentro de su boca e incluso lo mordía suavemente, mientras hacía todo eso con su boca procuraba también rozarlo con sus dedos, yo simplemente me deja llevar por que realmente me daba placer, un gran placer que se reflejaba en mi cara y que llegaría a los espectadores que me vieran.
Después de un rato así, me di la vuelta y le enseña a Thomas un primer plano de mi culo, lo abría e introducía las yemas de mis dedos a la espera de que el continuara, después de que la cámara lo enfocará bien durante un rato, Thomas comenzó a lamerlo y a meterme los dedos, yo gemía a la espera de que se bajara los pantalones y se pusiera un condón. Cuando por fin lo hizo me la metió directamente por el culo mientras mi cara quedaba estampada en el sofá, me follaba deprisa y con fuerza, tanto que mis pechos parecían cocos en mitad de una tormenta que colgarán de una palmera, pues el ritmo frenético los movía locamente, mi boca abierta y gimiendo quedo muy bonita contra el sofá y al cámara pareció gustarle mucho que sacará la lengua y mojara mis labios.
Thomas saco un poco la polla de mi culo hasta tener tan sólo su capullo en mí. Yo me gire como pude retorciéndole todo el miembro, sabía cuanto le gustaba aquello a Thomas, sabía cuanto le gustaba a Frank, tenía mis piernas sobre su cuello y mientras me follaba le arañaba el pecho o le pellizcaba los pezones atrayéndolo a mí, me gustaba comerle la boca, morderle los labios, a la vez que me follaba con fuerza, no sé por que pero esa fuerza con la que me penetraba lo hacía de distintas formas ja, ja, ja.
Cuando Frank nos hizo una señal, Thomas paro y yo me arrodille ante él, se quito el condón y me lo paso por la cara un instante. Según el guión Thomas tan sólo se pajearía mientras yo me dedicaba a poner caritas, a sacar la lengua y poco más la verdad, ya que Frank me había dicho que hoy no comería polla por que "te gustan demasiado y ya mañana, cuando rodemos la siguiente escena, tendrás tiempo de hartarte a pollas".
Era cierto que me gustaban demasiado y por ello no estaba especialmente contenta cuando tuve que recibir la corrida de Thomas en mi cara y nada más. Una corrida, larga y abundante, una corrida que me mancho la cara y que a duras penas conseguí captar con mi lengua.
Aquel día el rodaje termino temprano, me di una ducha y me vestí.
-¿Quiere que te acerque a casa?
-A buenas horas mangas verdes. Déjalo, todavía hay autobuses y no tengo ganas de ir con maniacos sexuales.
Al llegar a la estación de autobuses, me di cuenta lo duro que era ser una actriz porno, todavía tenía que llegar a casa, hacer los deberes del instituto, e intentar arreglar las cosas con Roberto, prepararme para una escena en la que sería follada por cuatro tíos era la menor de mis preocupaciones y así, como estaba, me fume un cigarrillo mientras esperaba al autobús.