En un principio solos los dos, ocultos tras una alambrada de rosas, en invierno nos abrazábamos para darnos calor, en otoño jugábamos a apartar las hojas caídas de nuestros cuerpos desnudos, en verano no hacíamos nada salvo prestar atención a los latidos de nuestros corazones, todo era bello en nuestro mundo, nuestro mundo único tesoro terrenal en el que no había cabida para nadie más, pero vino por sorpresa la primavera y en ella florecieron los capullos, rojo intenso, rosa pálido, virginal blanco los que fueron arrancados por los que te reclamaban, por aquellos que te querían lejos de mí y no dudaron en clavarse las espinas para arrancarte de mí lado, fue atroz la persecución que termino y se cumplió por los límites que nosotros mismos habíamos impuesto en nuestro reino de caricias.
Allí, en los límites, yo gritaba y tú no me oías pues aquellos ángeles maliciosos te comían la oreja susurrándote palabras tan bellas que incluso a mí me temblaron las piernas, mi desesperación lucho contra su pasión pero mis manos no consiguieron hacer la fuerza de ocho extremidades, brazos musculados y manos anchas que abarcan tu cuerpo por completo llevándoselo muy lejos de aquí, a donde yo no puedo alcanzarlo.
No, no, no puedo culpar solamente a esas odiosas criaturas, cada instante que trascurre en este paraíso, ahora un infierno sin ti, se vislumbra con mayor facilidad la cruel verdad, tan sólo estuviste conmigo durante el tiempo más duro, difícil, querías que yo estuviera a tu lado y así lo hice pero ahora me das la patada para vivir tu propia primavera, dejante adular, llevar, servir pues has encontrado la efemeridad que no obtuviste a mi lado.
Siento el vació. Siento el desasosiego, el dolor de no saberte mío, te dejaste llevar, me tapaste la boca y siento clavadas todas las espinas que un día me protegieron y que ahora me atornillan y me hieren, me hacen sangrar y trasportan por todo mi cuerpo el oxido que acabara matándome y deshaciendo mi carne sin poder coger un último aliento y gritar que te quiero aunque ya sé que te he perdido para siempre y ya no volverás a mi lado.