Me sorprende tu frialdad. Has sido capaz de trastocar todos mis esquemas. Estas ahí, indiferente ante mí y sólo me queda llamar tu atención como pueda. Si me acuesto con mil almas, seguro que te enfadas, si no hago nada tú ya lo haces todo pero sin mí.
Harta de todo salgo de casa con un pedo increíble y busco al primer maromo que sea capaz de satisfacerme. No tardo mucho la verdad, no estoy en plan exigente y él anda desesperado perdido. Hablamos nada y de momento entramos al terreno de la intimidad. Él me besa y yo le respondo, nos acariciamos y él busca mi coño pero yo, le doy mi culo sin pensarlo. Ya mismo me encuentro agarrándome a un cubo de basura, aferrándolo como si no hubiera más vida mientras él, amante momentáneo, desconocido perpetuo, me folla con todas sus fuerzas y yo le digo y le repito sólo quiero tu leche dentro de mí.