Muchas veces me preguntan que si mis relatos son reales o ficticios, yo siempre digo que hay de todo, relatos completamente reales, que me han ocurrido a mi, a mis amigas, cosas que llegan a mis oídos, me interesan y las cuento y relatos parcialmente ficticios, inspirados en conocidos, anuncios y por supuesto en música. Me gusta dejarme llevar por el ritmo y escribir lo que me sale aunque como en este caso no sea nada erótico. Casi todos mis relatos deberían escucharse con música, yo así los vivo con mayor intensidad. Éste relato esta inspirado en una canción de Anna Suchiya, Rose, además, esta canción es el opening de la serie anime Nana, aquí os dejo la letra por si os da por buscar la canción.
When I was darkness out of town furueteru kuchibiru
Hey, I`m like a dancing lady and I cry
Muketereba mukeru hodo hikisaru kono kisu
Yaburareta yakusoku hey hey
Nobody kissing me kamisama hitotsu dake
Bara saku you na my love
I need your love
Like a broken rose
Machi no kanashii yosou
Watasenai kore kara my life
I need your love
Like a broken rose
Come baby heal me from frozen pain
It`s my life, save me just from it
I wanna need your love
I`m like a broken rose
I wanna need your love.
Lloro y a veces no sé por que, todo me duele demasiado, todo me afecta en exceso. No sé lo que pasa. Si dicen derecha, rauda voy a la derecha, si dicen izquierda, corro hasta estar en la izquierda y siempre, siempre, llego tarde, llego cuando ya han cambiado de opinión, haga lo que haga no valgo y nadie me quiere.
Me queda la soledad que para mí no es una opción y eso es como sentirse un naufrago, no en una isla, sobre una tabla de madera en un mar de ácido, no puedes salir de la tabla, cuando el sol es rey toca abrasarte y cuando la noche reina sentir el frío, el miedo, tus pensamientos martilleándote hasta casi romperte. Duele el cuerpo, duele el alma, duele el corazón.
Amigas o enemigas, da la mismo, no ven con mis ojos, no ven lo que para mi es tangible como la realidad misma. Llega un momento, siendo extremadamente cruel, en el que necesitó que se sientan infelices para que así se acuerden de mí, vengan hasta donde yo estoy y pudiéramos ser como antes.
A ti que he llegado a quererte, antes me hastiabas y ahora te echo de menos. En un parpadear me has olvidado y ni siquiera me has utilizado, ¿ni para eso valgo? Tan triste y sola estoy que me dicen adiós antes de echarme un polvo, no puedo ser una mujer objeto cuando no ven ni como mujer ni como objeto.
Por las noches no duermo, de día estoy en la cama, salgo y bebo y fumo y bailo de la forma más absurda, nadie se queda detrás de mí, nadie pasa por delante, se me acercan para mostrarme sus carcajadas para pedirme por otros, soy como un fantasma que vive en las sombras de los demás, un fantasma que agota, que harta, que acaba con las energías de todos, completamente inútil.
No quiero estar sola, odio la noche en que no siento a nadie a mi lado. Odio reír por no llorar. Envidio a los que son felices y se olvidan de los que no lo son, de mí. Odio odiar y envidio a los que no lo hacen. Quiero estar con alguien pero no me vale cualquiera.
Agarro las tijeras, las que tengo junto a la cama, no me protegen, no me custodian si no que me gobiernan a su antojo. Las miro fijamente, extiendo mis brazos y el acero oxidado corta mi piel como si se tratase de mantequilla casi derretida, la sangre brota lentamente al principio y luego mucho más rápido, se mancha la alfombra y mi alma se alivia. Mis ojos llenos de lagrimas no pueden parar y mi cuerpo no sabe que hacer.
Me levanto decidida, sacudo el polvo de muerto que llevo encima, bajo las escaleras de dos en dos, corro por la calle llevándome a todo el mundo por delante, soporto insultos y miradas mientras el goteo incesante de mis brazos marca el camino de regreso al infierno. Corro y corro, mis piernas dirigen el camino y cerrando los ojos sólo espero que vaya a donde vaya al abrirlos estés tú allí.
Cruzo una plaza y las palomas levantan el vuelo, el suelo esta sucio y resbaladizo, lleno mis pulmones y acelero, te busco, te ansío y voy a ti. Te alcanzó al salir del trabajo y me lanzo a tu cuello, te rodeo con mis torturados brazos y con mis atormentados labios te susurro confusas palabras al oído.
Necesito tu amor
Como una rosa marchita
Por favor dios mío,
Permíteme que mi amor florezca.
Tienes mi corazón en tus manos, me he mostrado débil y frágil, por favor no me partas el alma.