El otro día un tío me agrego al msn pero prácticamente sólo me dijo dos cosas:
"Eh tú, grabate gimiendo y mandamelo" Y "Tú, puta hazlo".
Después de decirle que quien le hubiera enseñado a tratar así a una mujer sólo quería reírse de él cuando todas lo mandaran a la mierda y después de, lógicamente, mandarlo a la mierda, me quede pensando.
El sexo se ha convertido en un producto de consumo masivo y que ha perdido prácticamente todo su valor. Es un producto que queremos, lo queremos ya y después de "usarlo" lo tiramos a la basura. El sexo lo impregna todo y ha perdido su primigenia naturaleza como acto reproductivo y acto supremo de amor, amor hacía la pareja, amor hacía el propio cuerpo y amor hacía la naturaleza misma del ser humano.
Ya nadie se esfuerza lo más mínimo por "conquistar", ya casi nadie intenta dar placer a la otra persona, sólo esperan recibirlo y recibirlo en cantidades masivas y de forma rápida.
Ante esa realidad ¿Qué puedo decir? Pues que el sexo puede dar mucho más de sí, sin querer menospreciar "el aquí te pillo aquí te mato" de toda la vida.
Mira a tu pareja, no la desnudes con la mirada, el desnudo esta ya tan completamente infravalorado, mira a tu pareja vestida. Después, cerrad los ojos y acariciaos mutuamente vuestras formas, vuestros contornos, luego desnudaos el uno al otro despacio y repetid lo mismo que habéis hecho antes de forma pausada, con ritmo pero sin prisas, sentid vuestra respiración, que sea profunda, cuanto más mejor, sentid la de vuestra pareja, al tocaros deberíais llegar a sentir como fluye la sangre dentro de vuestros cuerpos.
Concentraos en vuestros labios e intentad captar ese olor que tanto os gusta, puede ser la fresa, puede ser la lavanda, el que más os guste. Buscad un sitio cómodo y manteniendo vuestros ojos cerrados besaos. Hacedlo pasionalmente, como si vuestra vida dependiera de ello, dejad que vuestras manos recorran el cuerpo de vuestra pareja, no os pongáis límites y explorad la inmensidad de la sexualidad.
Uno de los dos, puede colocarse en cuclillas mientras el otro acaricia su entrepierna desde atrás. Quien este en cuclillas o de rodillas debe confiar todo su placer a su pareja, debe soltar la más mínima duda que tenga sobre su cuerpo y dejarse llevar por los dedos de su pareja, quien con la otra mano debe explorar el resto del cuerpo de su amante. No perdáis vuestra respiración, seguidla siempre por muy acelerada que esta sea.
Si estáis con un hombre, su eyaculación no debe llegar nunca. Descargar placer al instante es agradable, es excitante, pero atrasar la eyaculación el mayor tiempo posible dará mucho más placer a ambas partes. Cuando el hombre vaya a correrse detened lo que estéis haciendo, acariciad los testículos y apretad en la base del pene, después de un instante, continuad. El propio miembro tendrá un tacto diferente, el hombre sentirá diferente cada uno de los estímulos.
Si queréis mantened relaciones sexuales largas, prolongadas y placenteras, no os concentréis en el coito, olvidaos de la eyaculación masculina y parad para regocijaros en vuestros cuerpos.
El orgasmo no es la eyaculación, en el caso del hombre, tanto para la mujer como para el hombre el orgasmo debe ser desde el momento en que esta con la persona con quien quiere practicar sexo. Debe serlo todo, cada instante, cada segundo. El sexo revela nuestras almas, nuestros miedos, todo cuanto somos, en el sexo dejamos de ser viejos, feos, vergonzosos e inmaduros, el sexo es un juego muy serio pero hay que vivirlo con plenitud. En el sexo no debe haber tapujos, no están tus padres para recriminarte, la sociedad no entra en tu sexo, nadie te señalará con el dedo.
La mujer gana belleza mientras copula, se convierte en una diosa pues florece su total naturaleza femenina, el hombre debe satisfacerla al máximo, hacer que se corra cuantas más veces mejor, por que existe una verdadera diferencia entre el hombre y la mujer. El hombre eyacula y su polla baja, la mujer puede correrse una vez y otra y otra. No existen mujeres frigidas, existen hombres que no saben tocar a una mujer. Cuando dos mujeres emprenden una relación lésbica, en casi todos los casos resulta ser una relación mucho más plena y satisfactoria que una relación heterosexual. Eso es, debido a que sus naturalezas son iguales. El hombre debe olvidar su propio placer puesto que al conseguir que la mujer goce él también gozará, al conseguir que la mujer se sienta satisfecha él también se satisfará.
El cerebro es el órgano sexual más potente, él hará bello lo que no lo es, hará agradable lo que no lo es, el cerebro os dará autocontrol y el autocontrol os dará placer, no penséis en el autocontrol como algo negativo, pensad que es el orden que se esconde dentro del propio caos pues el mayor de los caos responde a un orden propio.
Podéis no verlo así, pero antes de discutidlo, os ruego lo probéis.