miprimita.com

Horrible dream

en Fantasías Eróticas

A golpe de tambores electrónicos muevo mis caderas y arrastro tras ellas todo mi cuerpo. Me dejo llevar por el sonido que martillea mi cabeza, un eco lejano retumba cerca de mí, todos me miran y yo cierro los ojos. Siento que algo grande y osado se acerca poco a poco, crece con cada uno de mis suspiros y se acerca a gran velocidad, es más rápido que el sonido y tiene su misma consistencia, no abro los ojos y aún así sé que en cuanto llega a mí aquel gigante, se marchita con mayor celeridad.

Me envuelve un color que es puro, lo noto, va degenerando al entrar en contacto conmigo, me rodea, me abruma, estoy dentro de él y nadie salvo yo lo nota. ¿Qué es? Da igual. Yo sigo bailando.

Abro los ojos y pérfidos ángeles me toleran por ignorancia, hacen como que no me ven y siguen a lo suyo. Silban, silban todo el rato, juntan lo suficiente sus labios para que un sonido elevado escape de entre ellos, así se comunican, así sé que cada uno de sus silbidos es por mí.

La música continua, no ha cesado en ningún momento, cada vez esta más y más alta pero soy capaz de escuchar los incontables latidos de mi corazón. De pronto siento frío, pero es que yo estoy sudando, cuando con mis dedos alcanzo a tocar mi frente, noto el tacto salado de la incomodidad. Un líquido espeso e incoloro cae desde el techo, lo embadurna todo sin excepción, mi piel bajo aquellas gotas se vuelve de gallina. Los tambores continúan sonando y yo intento seguir el ritmo.

En un parpadear el suelo se vuelve de pirita, los ángeles han volado ya que no hay pared alguna y en cambio el techo parece flotar. Tan negro, tan asqueroso como si estuviera pegajoso.

Un fuerte olor a gas hace que todo me empiece a arder, babeo de pensar tan sólo en la carne. Carne cruda, carne pintada, carne desnuda, carne jugosa, carne y más carne, tentadora y fogosa, voluptuosa entre mis manos. ¿Dónde hay carne?

El calor cesa y comienza de nuevo el frío. No me entero hasta que ya ha sucedido, el suelo de pirita sobre el que bailaba desciende y yo con él. Caemos y caemos mientras yo de rodillas intento aferrarme a la tierra que pasa justo frente a mis narices. Sangran mis manos y se pelan mis rodillas. Los tambores siguen sonando y yo ya no caigo más.

Todo a mí alrededor es tan extraño… En el cielo criaturas fugaces prenden fuego al cielo y en la tierra inerte, el suelo brilla. Nuevamente me siento observada, casi rodeada, corro desconcertada, corro sin saber hacía donde, sólo huyo muerta de frío y de miedo, corro y al girarme pierdo los ojos.

Inmediatamente llevo mis manos hacía ellos, nadie me los ha sacado, no tengo cuencas, no tengo pestañas, donde antes tenía ojos ahora tengo carne. Caigo al suelo y siento una punzada de dolor tan intensa como si me conectarán a algo, como si me cayera un rayo y me traspasará su energía, que en mí es calor.

Algo desgarra mi ropa. Contra el suelo, no puedo moverme. Mis extremidades se separan suavemente unas de otras hasta abrirse al extremo. Jamás mi pasividad había llegado a tal límite, inmóvil, semi-inconsciente y en shock tras perder mis ojos, dejaba que un millón de manos hicieran y deshicieran a su antojo sobre mi cuerpo. Desnuda, frágil y asustada sentía cada caricia como un torbellino de arena, y eran miles, por todo mi cuerpo, siguiendo un aleatorio ritmo por mi geografía. Ahora tenía toda la carne que había querido, ahora disfrutaba...

La temperatura de mi cuerpo volvió a cambiar y ahora me abrasaba. Me sentía tan caliente que no me hubiera extrañado que mi cabeza ardiera en esos momentos. Por la comisura de mis labios descendía un hilillo de saliva tan espesa como la sangre, nunca llego a caer, por que algo parecido a una lengua, según sentí, lo recogió se lo trago, el tacto fue momentáneo pero el escalofrió que recorrió mi alma fue permanente en todo momento, sólo que... se transformo, primero en un apabullador miedo, después en fuente incansable de excitación.

Olí a menta en todo momento, menta fresca como mojada por el roció de la mañana. Eran los alientos de lo que fuera que me tenía presa. Notaba la menta en mi cara, la notaba en mi cuello, rodeando mis pechos y centrándose en mi entrepierna. Fue como si me introdujeran un gigantesco miembro erecto, se abrió solo, en un instante, como jamás se había abierto. Y de pronto, una brutal embestida tras otra, no tenía tiempo de disfrutar lo que me introducían cuando ya lo sacaban y no me maravillaba al cerrar mi vagina y notar como salía cuando volvía a entrar y yo era incapaz de controlar los músculos de mi cuerpo.

Mientras era penetrada con fuerza, fui girada hacía un lado y allí volví a ser penetrada. Cuando una entraba la otra salía pero ninguna de las dos se tocaba, llevaban caminos diferentes y yo quería gritar pues me sentía morir de placer pero ni un sólo gemido escapo de mi garganta. Garganta que fue también abierta brutalmente y que se tapo un instante después. Mi lengua parecía muerta pues no podía saborear absolutamente nada, con mi boca tan sólo era capaz de tragar y tragar. Al igual que con mis orificios inferiores, todo era más fácil, todo más grande, todo más profundo…

Después de girar varias veces perdí por completo el sentido de la orientación, no sabía como o donde me encontraba. Tampoco percibía sonido alguno, excepto los incansables tambores. De pronto, algo ocurrió. No puedo saber con certeza lo que era pero sé lo que sentí, lo que me pareció. Fue algo completamente extraño, tan loco y descabellado.

Mi carne se desgarró y de la nada me crearon dos nuevos pares de piernas, con todo lo que ellas conllevan. Dos nuevos labios. Dos nuevos clítoris. Fue como si hubiera superado el ser multiorgasmica, fue como si antes de eso no hubiera sentido absolutamente nada. Si hubiera sido virgen.

De mi cabeza luchaba por salir otra yo. Se separo de mi cuerpo otra yo. ¿Conoces a esos dioses de la india que tienen 16 brazos y 8 piernas? Yo me concebía igual. Era tres, cuatro y cinco veces todo más intenso. Concentrando en un momento lo que serían semanas de noches apasionadas.

Ocho criaturas me hacían suya, sólo era capaz de percibir sus cuerpos sudorosos, el olor a menta que me embriagaba y el sonido incesante de los tambores que parecían marcar el ritmo de las embestidas que me propinaban.

Inmóvil como me encontraba no era capaz de expresar mis deseos y ganas. Todo era tan rápido que sólo podía dejarme hacer... sin previo aviso todo ceso. Todo en mi cuerpo pudo cerrarse y acto seguido me vino un enorme pinchazo en la espalda. Pude moverme y arrastrándome me aleje de cualquier manera. Aún a ciegas no sabía a donde iba.

Con rapidez mi cuello se irguió sin yo quererlo y fui alcanzada por un líquido que a su paso por el aire lo cortó. Un tsunami me alcanzo arrastrándome sin contemplación.

Mas de Sonya

Sudoración

Mi rato

Me siento mariposa

El hombre demonio

La suave caricia

Introducción Secundaria

Liquido transparente

El piropo

Inconexión

Lo que necesito es...

El fetiche

Todo en la cara

Alcoholizada

El no ego

Momento en la noche

Ya lo sabes

Aquellos que no miraban

Dulce melodia

El suprahombre

Deseo

Despertar

Cuestión de formas

El objeto de mi deseo

Todos los fluidos

El chupito

Sobre dos muletas

Esclavos del Imperio

Zapatos rojos

No es Amor, es obsesión

En nombre de la Diosa

Transparente

Cazadores capullos

Un cierto símil

El beso negativo

Mamada a un amigo casi desconocido

Press

Niñas malas

Absolutamente todo

Colegiala

Ocho de la mañana

Publicidad

Vía móvil

Esmalte rosado

La comida del hospital no es la de un restaurante

Mi vida no tiene tonos pastel

Stella: Nada por detrás

Stella: Streptease

I need your love

Mi niño

3 nenas

Dedos y demás

Inventando o no Japón

Simple anhelo de una perra

Producto del insomnio

Soledad

Querído mío, mi primer amor.

Estación de autobuses

Acuérdate

¡No!

El hombre de la mascara de látex

Un chico

Viendo como se lo traga

Cristo

Sexo público

Y salto el contestador

Señora

Madura

Putada de Inditex y Visa

Chica desnuda con sombrero de vaquero y...

Fuego

Mi mejor fetiche

Aix

Una polla sobre mi cara

En los lavabos

Cotilleos: ¿X-tina lesbi tú?

Un frio coño

...Siempre con problemas

Cotilleos: por detrás

Cada vez que llegó al orgasmo...

Le ciel dans une chambre

Breve paraiso

San valentín o un timo comercial y cristiano

Monólogo de una virgen

Tango

Amanecer

Mujer policia

Historia de una mamada rápida

Puto Poder: Tony Blair

Paños mojados

PunX

Sección contactos, me siento ausente

Evita, siempre calentita

Punkorreo

Quiero amar

Caperucita

Me gusta ser zorra

Leyendas Urbanas: Vampiro sexual

Electra

Dolor (2: La leche correra por tu dolorida gar...)

El hada triste

Hadas

En la orilla de la playa

Hazmelo suave

Carta a mis padres

Gallito de pelea

Cosas de adolescentes (2)

Cosas de adolescentes (1)

Escenas

Fuck it!

Leyendas Urbanas: Flor de un día

Hadas del placer

La ventana indiscreta

Exceso

Cruda realidad o un sueño imposible

Leyendas Urbanas: El poder de la venganza

Te perdí

Dolor (1: Los sentimientos del ama)

Clase de escultura. Puertas del Paraiso

Leyendas Urbanas: Desde Rusia con Amor

J.J.

Leyendas Urbanas: Violación

Zorra, zorrae

Puto Poder. Ana Botella

Baño de sangre

Quelqu`un m`a dit

Eres una zorra si...

Emmanuel

Look at me (2)

Look at me (1)

D.A.