Me siento mariposa y muevo mis alas para llegar a ti. Por desgracia siempre, siempre que se habla de mariposas hay un capullo que se queda mirando, un capullo anormal que se cree díos pero en el que yo me meo y me carcajeo, tranquila mariposa como yo, que para ti también tendré de mi lluvia de oro que no dorada.
Estoy sobre ti pero no me hallas, tonta estas dormida, deja que te despierte con las mínimas partículas de un polvo de hada que encontré después de atropellar a una.
¿Me oyes dulcinea? Secreta princesa de mi dormitorio quédate quieta que ya te desvisto. No me siento abusadora si siente que tu carne levita cuando la toco, mínimo roce que te hace inhalar mis quejidos insofocables. Una lágrima surge de pronto y soy capaz de verme en ella, me refleja más bella y más dulce, más agradable y sensual, no puede ser que me odies, será que por algún motivo inexplicable te gusto.
Pechos contra pechos, suena peor de lo que es. Por favor mi vida, no te quedes quieta cuando me froto contigo y, después de salivarlos bien, te meto los dedos. No temas mi mariposa halada, por ser largos e introducirse en ti no son hirientes, te juro que te gustara casi tanto como a mí.
Al tomar un trago de ti me doy cuenta de lo fuerte que sabes, me mareo y todo, muñequita desvalida has abierto las alas y me siento casi engañada, más fuerte, mucho más que yo, tan divina y poderosa.
Nunca vi un rojo tan intenso en un pliegue no sangrado ¿Cuál es tu secreto?
-¡Ah! Siento yo al ver realizarlo en mi piel.
No me vas a domar, no soy tan mansa pero si un poco cobarde. Entre unas piernas me puedo perder si no llevo conmigo el mapa de puntos señalados que en otro momento me conseguí, ya sabes de qué hablo, una gruta mal escarpada.
¿Qué tienes ahí? ¡Una red! No juegues con esas cosas o te voy a quemar. Es en mi pecho descubierto donde el Vesubio se cargo, si quieres escupitajos sólo pídelos.
¡No toques ahí! Es el arañazo de un gato mal parido, no lo lamas, no lo hago ni yo, cada escozor me recordara a quien debo yo acercarme, mariposa de madrugada.
Te escucho y luego te contesto, te hablo y mis palabras no son ruido ignorado, me doy cuenta de que la vida no es un ensayo, mañana ningún director engreído de teatro nos vendrá a dar las últimas correcciones, lo vivimos ahora, la vida esta pasando y no puedo permitirme ni un segundo malgastado.
Muerdo tu barbilla en espera de un mal aullido pero coges tu manito y la haces desaparecer, en posición fetal, cuan indefensa ante ti, diablillo alado, me encuentro así. ¿Me quieres más sonriente? ¿Quieres ver lo picara que soy? Gánatelo, piensa que soy como lienzo en blanco, cualquier cosa que me hagas, ya me valdrá. No me malinterpretes, no soy exigente pero al despertar mil recriminaciones te voy a lanzar.
¡Oh! Tu pelo es tan bonito, ni cubriéndolo de especias mejoraría su olor y que tacto Miénteme y dime que te gusta la caricia del mío, que no notas el cabello caído, que me quieres más.
En tus pies encuentro líneas desconocidas que puedo leer a la perfección, las sigo y me vuelvo a perder, mujer complicada, me asombra haberte encontrado pues ya somos dos.
Dime ¿Cuándo estas de rodillas, entre mis piernas, que es lo que sientes? Me muero por saber si cuando sacas la lengua es lo mismo que para mí. Pudiera ser ¿No? Lo quiero saber y resulta tan imposible. Estando así de limitada te agradezco que estés a mi lado, a mi vera moral, completamente enyerbada.