Fíjate tú, estabas tan tranquilo en Madrid y de buenas a primeras te surge un viaje a Berlín, vas para el día siguiente volverte, casi no llevas equipaje, ya estas en el aeropuerto y esperas a que te llamen para embarcar, vamos, un coñazo. No tienes absolutamente nada que hacer y lo único que se te ocurre es trastear con el móvil. Juegas al zuma o al pang, en cualquier otro momento te tirarías horas y horas embobado con esas trivialidades, pero en el aeropuerto el tiempo parece que pasa más despacio.
Sigues un rato trasteando con el móvil y te das cuenta de que no tienes a nadie a quien llamar y pasas de mandar un mensaje, aunque por otra parte no te parece una idea tan mala.
Coges esa revista que ya has leído cinco veces y buscas un anuncio que antes te ha llamado la atención, te has fijado por que aparece una chica muy mona, medio desnuda que anuncia sus videos eróticos para móvil, piensas que por que no y mandas un sms. Antes de que el móvil se te bloquee instantáneamente ya has recibido la respuesta.
La respuesta es un video que dura cuatro minutos en el que yo soy toda tuya.
Estoy tumbada sobre una superficie blanca que bien pudiera ser un plumón nórdico, no llevo absolutamente nada salvo un tanga negro, mis ojos intenta dominarte e intento decirte con mi mirada "mírame pedazo de cabrón, mírame".
Con mis brazos aprieto mis pechos el uno contra el otro y teniéndolos así juntos te muestro como soy capaz de lamer uno de mis propios pezones. Te gusta ¿verdad? Claro que si.
Toqueteo toda mi silueta sólo para ti, me pellizco un pezón y te muestro lo mucho que me gusta y no dejo de mirarte fijamente aunque yo no sé si tú te das cuentas. La visión baja a la vez que mis manos y llego hasta donde se encuentra mi tanga, ocultando lo que tú quieres. Me rozo, me toqueteo por encima de la fina tela.
Hago a un lado el tanguita y como de la nada hago surgir un consolador negro, ya te puedes hacer una idea del tamaño cuando uso las palabras, consolador y negro a la vez No me lo meto, no es esa mi intención, lo restriego contra mi coño a la vez que froto con furia mi clítoris.
Cojo el consolador con las dos manos y después de lamerlo un par de veces por completo lo untó de lubricante y lo introduzco poco a poco en mi culito, ves mi cara que sigue buscándote incesantemente mientras me introduzco por completo el consolador negro, cuando ya lo tengo dentro de mí comienzo a sacarlo hasta hacerlo casi por completo para justo después volver a introducirlo en mí a la vez que sigo frotando mi clítoris.
El video acaba con un primer plano de mi cara desencajada por el placer. Tú, no puedes evitarlo y vas al lavabo, volverás a ver mi video esta vez, sentado en un retrete, con algo más de intimidad y sujetando con tu mano a tu amiguito, quieres presentármelo y tiene que ser ya. Ya no estas tan aburrido.