Mujer fatal...
Existe una clase de mujeres que hagan lo que hagan, estén donde estén siempre tienen problemas. Mujeres que sonríen, mujeres que sollozan, mujeres que mientras bailan encienden pasiones y provocan iras, mujeres que rozan, mujeres que muerden...
Muchos las detestan, muchos las envidian, algunos las imitan pero jamás las igualan y ni digo que las superan. Unos dicen que locas como cabras, sirenas con las piernas separadas, un volcán en erupción, lava caliente que adorarías que por tu pecho resbalase.
Ellas siempre victoriosas, sonriendo, bebiendo y marcando territorio, prepotencia a la vista y ¡menuda vista! Un tanga o ninguno, negro blanquecino y piel rasurada, mucho, poco, todo.
Derraman lagrimas y conmueven las piedades más absolutas, tú, si tú te mueres por estrecharlas entre tus brazos y consolarlas, ofrecerles tu hombre y que contigo se desahoguen.
Estas mujeres aman y por ello las odian, odian y el mundo decide amarlas, queriéndolo o no parecen divas siempre altivas y alejadas de todo aquello que las rodea, que a veces viene a ser nada. No pasan desapercibidas para absolutamente nadie aunque casi todos las ignoran.
Luchan contra el destino y la vida, defensoras de causas perdidas por vocación y pura diversión, cuanto peor es el enemigo más se inflama su pecho inventando, imaginando irrealidades que jamás se cumplirán. Unas gotas de ilusión, un poco de inocencia infantil más perversión y tierna crueldad, así son.
No sabe a donde va pero sabe que llegará, no tiene ni zorra de quien es pero sabe que es, no ríe pero no llora, ama y esclava.
Locura la que las rodea, mas por impulsos ellas se mueven, corren cuando sienten que la falta de libertad les agobia y les arrincona en la miseria, gritan cuando les mandan callar, no mandes que no escuchan.
Un momento de gloria fulgurante y una sombría existencia, lo que pronto viene pronto se va, más vale quemarse que no apagarse lentamente. Ondina y Ninfa mójate con vodka los labios y cuéntame tus problemas.
No sé como lo hago pero siempre tengo problemas...