Clara había acompañado a Patricia a su casa, necesitaba unos apuntes de filosofía y de paso aprovechaba para recoger algo de ropa que tenía en casa de su intima amiga.
Patricia era francesa, del sur, sus carnes estaban bañadas por el mediterráneo, pero aún así, su piel era pálida como pálido es el semen, y algunas pecas salpicaban graciosamente su rostro. Sus pechos eran normales, tal vez algo caídos y en profundo contraste con su perfecto culo, el mismo que no se molestaba en moldear y el que muchos chicos habían sobado ya y el que otros deseaban. Era una chica fácil, tanto como programar un video o hacer una maleta, unas veces sale bien, otras veces sale fatal, le iba lo de reírse de la gente, y aunque testaruda podía cautivar con su voz. En cambio Clara, mucho mas morena no conseguía el azabache de su amiga y se conformaba con un intenso castaño, rizado hasta la medula. Su 95, aparentaba una 100 o incluso una 105, aunque ninguno de sus novios la había deseado por sus pechos, algo incomprensible incluso para mí, aunque tal vez fuera una mentira masculina más, pero sí es cierto, que todos sus novios y sus rollos le habían deseado por sus labios, para algunos tal vez demasiado carnosos y rojos, para otros perfectos, en su jugo.
Al entrar a la habitación de Patricia, tiraron sus cosas al suelo, la cama estaba desecha y los restos de la noche anterior aún permanecían allí, la sucia ropa interior y el pueril pijama de Patricia. Clara puso música en la radio mientras Patricia buscaba los apuntes de filosofía que no eran otra cosa que una hoja arrugada y cuatro anotaciones al tum tum.
Clara cogió sus mallas negras, sus deportivas volaron y sus vaqueros también, dejando al descubierto el echo de que no estaba depilada y su minúsculo tanga rosa. Patricia abrió la ventana de su habitación, la que se encontraba frente a su cama, y subió la persiana, allí, en una obra cercana, unos mongolos del instituto estaban bebiendo y diciendo chorradas. Clara tiro entonces sus mallas y subiéndose encima de la cama empezó a hacer el tonto para intentar llamar la atención de los chicos, no le importo no tener las piernas depiladas ni que conocía perfectamente a los chicos que bebían cerveza y otros alcoholes en botellas de Fanta limón. Paco López, "Tudela", "Richard", Samuel y Rodrigo. Todos eran mierda, excepto Paco y "Tudela". Paco tenía un culo que muchos gays desearían, desean y desearan, y con el que yo misma he fantaseado en mas de una ocasión, aunque en mis fantasías, yo llevaba una porra de policía y se la introducía directamente por el culo, sin ninguna contemplación, y "Tudela", era una cara bonita, un trofeo que muchas chicas deseaban.
En un primer momento Patricia se quedo flipando, no sabía sé bajar la persiana corriendo y esconderse o subirse la camiseta y enseñar las tetas. Tras unos comentarios de Clara, decidió subirse la camiseta y enseñar las tetas, por que, estaban lejos, bebidos y ni siquiera se estaban dando cuenta y eso que tenían la ventana abierta y estaban chillando como desesperadas. Uno de los cinco, jamás se sabrá quien, levanto la vista de su botella y vio a las chicas pegando botes, saltando y gritando como monas en celo, sonrió y se lo dijo a sus amigos que acto seguido, se comportaron exactamente igual que las chicas, dando botes, saltando y gritando como monos en celo. Uno de ellos fumaba, y se quemo en la rodilla al hacer como que se masturbaba.
Los chicos les gritaban cosas como "Venid para aca que os vamos a enseñar lo que es bueno" o "¿cómo os llamáis? Dadnos vuestros móviles". A lo que las chicas aceptaron de buen grado, en un cartón escribieron el teléfono de Patricia: 6669##### y lo pusieron en la ventana.
<Patricia, no lo van a ver, no ves que son idiotas> Le chilló Clara, a lo que Patricia respondió tirando el cartón a la obra.
Los chicos llamaron inmediatamente al teléfono de Patricia y después de intentar sacarles su verdadera identidad, decidieron seguir jugando con ellas.
<¿Por qué no os quitáis los pantalones?> Pregunto Paco. A lo que Patricia respondió bajándose los pantalones.
<¿Por qué no os quitáis las camisetas?> Las chicas se miraron y con amplias sonrisas en sus rostros se quitaron las camisetas y quedaron en ropa interior. En la obra los chicos excitados aguantaban como podían sus erecciones.
<¿Por qué no jugáis entre vosotras?> Esta vez las tías dudaron, pero eran amigas y querían divertirse, empezaron a besarse en la mejilla y poco a poco fueron acercándose a sus bocas, a sus labios, se besaban y se lamían, sacaban sus lenguas y se quedaban mirando a la ventana. Clara deslizo sus dedos por la espalda de su amiga y le arrebato el sostén que cayó al suelo. Clara había sido una chica mala, así que le dio la espalda a su amiga y esta comenzó a azotarle con los apuntes de filosofía.
Algunos de los chicos, sacaron sus pollas y comenzaron a masturbarse. No sé quien fue, ni cuanto tipo, ni cuantas veces, pero al final la cerveza acabo teniendo mucha espuma.
<¿Queréis que os echemos una mano?
<Bueno, si vienes tu sí> respondieron las chicas.
En ese instante, todo el mundo dudo. Las chicas pensaban que Paco tenía novia, lo habían visto más de una vez con ella, y les extrañaba que hubieran roto por que se llevaban muy bien, además, solo estaban jugando y no les apetecía tener nada con ninguno de los chicos, a lo más un rollo, pero no había ganas. Por su lado Paco, pensaba en su novia, Cristina. Cristina solo le hacía pajas y nunca podían hacer nada más, era demasiado santurrona, demasiado boba para él y no pensaba desaprovechar una posible mamada o algo más.
Patricia desapareció por un instante de la habitación y Clara comenzó a contonearse y pegar saltitos en la cama, sus tetas rebotaban hacía arriba y hacía abajo y a petición de los chicos se quito el sujetador. Paco salió de la obra a toda prisa y se dirigió hacía la ventana de Patricia. Cuando estaba debajo de ella, ambas chicas se asomaron por la ventana.
<Hola >dijeron con sus melosas voces. <¿A dónde vas guapo?
<Vengo a jugar con vosotras, ¿me dejáis?
<Nosotras te vamos a desnudar y tumbar en la cama, te vamos a lamer y besar todo el cuerpo. ¿Tu que vas a hacer?
<Os voy a penetrar con todas mis fuerzas.
<¿Podrás tu solo?
<Por supuesto.
<¿Y que más vas a hacer?
<Os voy a dejar sin respiración y también, os voy a comer el coño a las dos.
<Pues antes, comete esto, ¡so cabron!> y las chicas le tiraron dos huevos a la cabeza y le dieron de lleno.