Hace ya varios días que hablamos del tema, hace semanas que te excitas antes de llegar a casa, hace un mes y pico que lo esperas y cuando ya creías que no iba a llegar nunca y que yo te había engañado, te encuentras con el cartero de "correos" frente a los buzones y te dice que hay una carta que no cabe en el buzón, lo miras extrañado, es un sobre tamaño folio y en cuyo reverso sólo aparece una palabra "Murcia", tu polla pega un respingo y no sabes como deshacerte del cartero, cariño, creeme bien cuando te digo que conozco esa sensación, por que adoro producirla.
Le das al puto ascensor, va despacio, no hay tiempo, pasas de él y subes corriendo por las escaleras, son 5 pisos y cuando lees "Primer piso" oyes abrirse a las puertas del ascensor, da igual, corres acelerado, metes la llave como puedes y te encierras en tu cuarto sin saber ni importante que haya alguien en el piso, tu compañero, tu madre, tu novia
Destrozas el enorme sobre y lo que te encuentras la verdad es que es algo cutre, pero te encanta, no podría ser más perfecto, quizás si contuviera un pequeño pelito, un detalle muy, muy sucio que te hace lamerte los labios pues te entran ganas incluso de tragarte uno de esos pelitos.
En un folio amarillo lees con enormes letras de viva adolescente:
ESPERO QUE TE GUSTE MI TANGUITA
Y ahí, en el suelo, por tu dichosa desesperación esta mi tanga negro, esta vez es de ese color, pero podría ser transparente y estar medio roto por que sería el que use aquella noche en que aquel idiota me pajeo en su coche mientras el semáforo estaba en rojo, bajo mi falda vaquera o podría haber sido un tanga blanco con dibujitos, tan infantil
Lo recoges del suelo y entonces caen tus pantalones y tu ropa interior, tu polla sigue dura, durísima y te la machacas mientras te llevas mi tanga a tu cara y lo pasas por toda ella, lo lames y te vuelve loco la mezcla de algodón y elastano, exactamente no sé lo que es el elastano, pero da igual, da igual por que el tanga es cómodo y tú lo sabes por que lo llevo a todas horas y entonces por tu mente surge la perversa idea de provocártelo, quieres saber lo que yo siento o saber que se siente llevando el mismo trocito de tela que ha aprisionado mi sexo y que ahora aprisionará el tuyo, tan calientes ambos, tan húmedos no, antes de eso tienes que pararte con detenimiento y olerlo, acercarte así un poquito más a mi, a mi interior, a lo que tengo entre mis piernas y a ti tanto te gusta.
Te la machacas, te la cascas, en fin, como quieras llamarlo, te corres quizás pensando en mi, quizás en el tango o en cualquier compañera de trabajo cuya imagen se haya cruzado en tu mente, al final te has dado placer aunque tienes las manos algo sucias, eso da igual, más tarde cojeras el tanga, lo guardarás y no volverás a pensar en e él hasta que tengas ganas d volver a correrte o hasta que vuelvas a leer uno de mis relatos.