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Sobre el intercambio de pareja o swinging

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Sobre el intercambio de pareja o swinging

El intercambio de parejas o swinging, es un fenómeno social que de declaró en España nada más desaparecer la Dictadura; y al instaurarse la Democracia, decenas de publicaciones ofrecían a los matrimonios, parejas y demás adultos a través de sus secciones de contactos, relaciones sexuales de todo tipo.

El intercambio de parejas, se puede contemplar desde diversas inquietudes, y que suelen ser distintas en el hombre que en la mujer; y sin duda, el morbo, es lo que más prima en el hombre.

El deseo de estar en la cama con otra persona distinta a tu pareja, es algo inevitable al cabo de cierto tiempo de matrimonio, que mentalmente tanto en ella, como en él, lo piensen. El pensamiento es tan libre, que nada, absolutamente nada divino ni humano, lo puede coartar. Solamente la mente del propio individuo, es el que puede ponerle freno a su pensamiento; nadie más. Por lo que llegar a la realización del cambio de pareja, llegará o no llegará en consecuencia de los valores espirituales de ambos cónyuges.

Generalmente es el hombre el que inicia el proceso; se supone que conoce bien a su esposa, y busca la forma más sutil de iniciarlo. Es muy normal, que aquellos "polvos" de recién casados, ya no sean igual hoy, al cabo de varios años de convivencia; por los que el marido busca la forma de "revivirlos" con otras mujeres. La mujer, mucho más reflexiva que el hombre, aunque la idea de "cambiar de burro", le seduce, no le produce tanto morbo como al esposo; no le ciega el deseo, ya que ve la parte negativa o las consecuencias posteriores que conlleva, y eso le llega a retraerle hasta negarse al cambio. Ve más inconvenientes que ventajas.

Los matrimonios que han llegado a realizar el cambio de parejas, generalmente ha sido, porque el marido ha convencido a la esposa, y seguro que ha recurrido al argumento de que él nunca le será infiel ni se irá con otra sin que ella lo sepa; pero que necesita "aires nuevos" a su vida sexual, pero con la promesa de amarle toda la vida.

Este deseo de cambiar de pareja, se da igualmente en los matrimonios muy felices y estables; para ellos es un juego en donde sin ánimo de destruir sus lazos, se lo pasan divinamente, y lo suelen hacer juntos, no separados, pues tienen muy claro a lo que juegan. Y lo más positivo para ambos, es que después ellos solos, recordando "aquella batallas con otros enemigos" echan unos "polvos" bestiales.

Una pareja muy mal avenida, y al borde de la separación, nada positivo les va a reportar el cambio de parejas. Ya he dicho, que el MORBO es el motor que mueve a los esposos a realizar el cambio, y una persona que deteste a su pareja, para nada siente ese morbo; y se "buscan la vida sexual" por separado.

El swinging puede reactivar la vida sexual de ese matrimonio que había caído en la rutina. ¿Y cómo? Muy sencillo: POR LOS CELOS. Me explico:

Ese marido desea con fervor follar con otra mujer, pero por amor y fidelidad a la suya no le permite engañarla; si consigue que su mujer participe en el juego, va a ser para él una prueba de fuego, ya que no puede prever las reacciones ulteriores que indefectiblemente se van a dar, y que son éstas:

*Desencanto total. Aquella mujer de otro con la que hace el cambio, no cubrió sus expectativas que en mente tenía, y hasta es muy posible, que de "un gatillazo" ante una situación inesperada.

*Le sobrevengan unos celos terribles. Celos que en su ofuscación en "follarse a otra" a cambio de que su mujer "fuera follada por otro", no había contemplado como posibles,

De producirse esta situación, sería muy beneficiosa para ese matrimonio, ya que el hombre había comprobado los efectos que le produjeron el cambio, y "los fantasmas" sobre el tema se le disiparán de su mente, y volverá a hallar en su mujer el encanto que creía haber perdido.

Hay matrimonios que se han ...digamos... profesionalizado en el cambio. Viven juntos, se respetan, y tienen que conservar en común ciertos aspectos legales. Son como compañeros que por separado buscan placeres en otros matrimonios. A estos no les mueve el morbo ni los celos, simplemente, "van de putas y de putos".

CONCLUSIONES

Si sois un matrimonio bien avenido, os respetáis, os amáis, tenéis una familia que os llena de felicidad, pero a él, a ella, o a los dos, os ha entrado "el sarampión" de tener relaciones con otras parejas, y al fin os animáis a hacerlo, seguir estos consejos.

1º Nunca hacer el cambio sin estar ambos de acuerdo el realizarlo con la pareja que habéis contactado. Es muy posible, que a uno de los dos os guste la persona que habéis conocido, pero al otro no le guste la suya. Absteneros de sacrificar al cónyuge en beneficio propio. No es justo.

2º Mejor hacerlo por separado, por aquello de: "ojos que no ven corazón que no siente". El hacerlo por separado, es asumir la propia responsabilidad, y ya no caben reacciones de última hora.

3º Una vez realizado el cambio, si de verdad, de verdad ese matrimonio se aman, se darán cuenta, que, el cambiar de pareja, era una fantasía, una quimera, una vana ilusión, y volverá la normalidad a sus mentes. Los conceptos normales de la relación en pareja volverán a su sitio, y sólo les servirá de recuerdo esa experiencia que tanto desearon vivir.

La vida de una persona no la cambia otra, puesto que es "más de lo mismo". Somos nosotros los que debemos darnos cuenta de nuestros fallos y errores con respecto a nuestros cónyuges, e intentar cambiarlos y remediarlos para ser felices. El intentar ser feliz con otro u otra, la mayoría de las veces es como decimos acá en España:

"Salir de Málaga para entrar en Malagón".

FIN DEL ENSAYO.

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