Mis ligues por Internet
Primera entrega - Aquella preciosa chilena.
Creo que soy uno de los primeros internautas a nivel particular de España; ya que empecé a navegar por la Red, a mediados de los años noventa, o sea: hace quince años. Mi nombre y nicks figuran en los buscadores hasta en chino y japonés; ya que he tenido varios blogs, he colaborado en numerosos foros de diversa índole y tendencias, y sobre todo, he sido uno de los "reyes de los chats" de habla española.
He ligado todo lo que he querido a través de los mismos por mis dotes de escribir; sabido es, que a la mujer se le llega muy bien "regalándole" el oído; y mi especialidad era la de llevar al ligue (en este caso mujer) fantasías virtuales. Puedo componer un soneto o una odas en dos minutos elevando sus virtudes.
Mis ligues por la Red, han sido virtuales, porque no podrían ser de otra manera los de allende del Atlántico, y bastante reales los de España. Empezaré a relatarlos por orden cronológico, y espero que no me falle la memoria.
Correría el año 1995, cuando conocía a una señora de Valparaíso Chile, profesora de Instituto, según me dijo y le creí, porque la cultura que denotó el tiempo que estuvimos escribiéndonos, lo certificaba. Soltera y de 45 años.
Ella era reacia al principio a mantener cibersexo, pero al hacernos cibernovios, porque los dos así lo deseábamos, le dije que en Chile no sé, pero en España los novios tienen relaciones sexuales. Ella me dijo que en Chile también, pero que le deba un poco vergüenza y que le parecía muy frío, además no disponía de webcam.
Nos conocíamos por fotos, ya que el intercambio era casi continuo, y los dos nos gustábamos físicamente, además de identificarnos intelectualmente. Cuando nos vimos por la cam, reforzamos nuestras expectativas eróticas el uno sobre el otro, y a partir de ahí, es cuando de verdad empezó nuestro ciber idílio. Las pajas que nos hacíamos uno frente al otro del monitor eran brutales. Ella me pedía que le enfocara mi polla, cuando iba a correrme, le excitaba verme eyacular, y a mi, que me enseñara las tetas y el coño, durante el ciber coito, pero cuando se corriera, quería ver su rostro.
Le susurraba al oído, (llevaba cascos), palabras dulces de amor, y observaba como se enervaba; (sin duda el rostro transmite las esencias del alma y del corazón) se mordía los labios y entornaba los ojos cuando le decía:
-- vida, mi amor, mi pasión
A pesar de la enorme distancia,
te siento aquí, junto al corazón.
Deja, me extasíe de tu fragancia,
sabor de malvasía, menta y limón
Sabía que me fascinan los ligueros negros, y me daba ese placer... No recuerdo haber visto unos muslos tan hermosos y bien formados como los de "mi novia chilena". La impresión que me daba cuando se me exponía por la webcam con una especie de salto de cama rosa transparente, era de infarto. Se lo desprendía lentamente y me mostraba su hermoso cuerpo embutido en aquel liguero negro que me hacía ver las estrellas y el Universo; era mi delirio.
--Dame tus dos cerezas encarnadas...
que emergen de tus pechos en flor.
En mis labios quedarán disipadas;
como dos gotas de espirituoso licor.
Se acercaba la cam a su pezones, mientras que yo hacia la onomatopeya de la succión...
--Chupss...chupsss... chupsss.
Ver su rostro, era ver un cuadro de Rubens; la emoción le embargaba tanto como a mi. Nunca supuse que un "polvo virtual" pudiera conllevar tantas emociones. Ella me decía con su acento meloso, propio de su tierra:
--Mi amor... mi vida... mi ternura...
sigue absorbiendo de mis pezones,
quiero ver como se te pone de dura,
y comprobar el tamaño de tus cojones.
Situaba mi cámara justo enfrente de mi entrepierna, donde pudiera ver perfectamente las consecuencias de ese amor virtual. Y me decía con voz entrecortada y susurrante:
--¡Oh...! qué cielo más hermoso...
¡Qué paraíso más sonrosado tiene!
Mi alma y mi sexo buscan ansiosos,
que derramen en mi toda su nieve...
Y yo le respondía, con voz trémula:
--Mi amor chileno, mujer que apagas todos mis fuegos... Estoy a punto de derramar el volcán de mi lava ...
--Espera... espera... ¡No te vayas! Que me quiero ir contigo... Me decía ella...
--Espero lo que haga falta ¡amor mío! ¡Vamos los dos juntos al valle de los placeres!
Acercó más la cámara hacia su coño...
¡Joder que coño! Mi pantalla, las 20 pulgadas de mi monitor, era todo de la vulva de mi amante chilena. Entre sus vellos negros y ensortijados, emergían sus ninfas como dos amapolas, y del capuchón brotaba su clítoris sonrosado como el pistilo de una rosa.
No pude aguantar más... La visión que aquel coño que a pesar de estar a más de diez mil kilómetros de distancia, virtualmente lo tenía a 30 cm, y me subyugaba de tal forma, que mi mente lo podía oler, tocar y degustar. .. ¡Oh. Milagros de la imaginación! Juro que la emoción era tan fuerte, que jamás la había sentido con tanta intensidad en la realidad. Había tenido al alcance de mis manos, lengua y polla, decenas de coños, pero como ese...jamás...El deseo era tan enorme, que mis sentidos traspasaron todas las barreras de lo imposible, y me mente se lo folló de tal forma, que me quedé exhausto, rendido...
Aunque fue un polvo virtual, sin duda me reportó uno de los mayores placeres. De mi vida.