Mi querida ex: Mis recuerdos los he escrito hace poco más de un año, y nuestra relación terminó hace más de cuarenta. Con esto quiero decir, que cuando escribí el capítulo de los mismos hacia ti, no me movió ningún sentimiento innoble el hacerlo, simplemente quise reflejar poéticamente el estado en que se encontraba mi corazón en aquellos momentos.
La palabra "arpía" no consta entre los versos, y te puedo jurar por mi santa madre que llegaste a conocer, que jamás ese vocablo se me ha pasado por la cabeza para definir ni a ti ni a tu hermana.
Escribir tu vida en verso requiere usar la rima. Creo que has confundido la palabra "miembra" (entrecomillada) con la de arpía:
Nos separó aquellas dos hembras.
Nuestras vidas tomaron otro rumbo.
¡Gracia a Dios, yo tuve otra siembra!
Tú dando por la vida extraños tumbos
por culpa de aquella ingrata “miembra”.
¡El Señor te tenga en el otro mundo!
Como bien sabes, el alma del verso es la rima, y a veces el poeta ha de recurrir a los ripios, por lo que "miembra" es un ripio para que rime con los versos uno y tres (hembra y siembra)
Te ruego, que leas mis recuerdos con respecto a ti, como si tú fueras Magdalena y yo don Mendo; un novio despechado, enamorado de Magdalena hasta la médula, que le parte el corazón cuando le dice: "he dejado de quererte" le abandona, y clama venganza. O sea: que les leas como si fueran una novela en verso.
Te vuelvo a jurar por mi madre, que sólo he intentado reflejar en ellos una tragicomedia teatral, no una venganza real. ¡Que absurdo! ¿Verdad? Al cabo de más de 40 años intentar vengarme de algo que está en mi vida más que superado.
Puedes estar segura que no ha habido rencor ni resentimiento, simplemente he intentado reflejar lo que mi corazón sintió en aquellos momentos tan amargos; porque te juro, que como yo te ame, no creo que ningún hombre te haya amado.
Creo que sabrás que José Luis, antes de ser tu cuñado, fue para mí como un hermano, y siempre estará en mi recuerdo como mi gran amigo del alma que las circunstancias de la vida nos separó.
Nunca supuse que algún día podrías llegar a leer mis recuerdos; pero al contactar contigo a través de Facebook, creí que deberías conocerlos al menos los que te afectan a ti; y de veras lamento que los hayas interpretado en tiempo real, no a través del tiempo. Lo siento muy de veras... Muy de veras.
Permite que te improvise este soneto ahora mismo, para que veas que en mi corazón no existe rencor ni resentimiento.
Otrora fuiste lo más grandioso;
prodigio del amor más profundo
que colmó mi corazón de gozo,
y ser el más dichoso del mundo.
Ahora, a tu orilla ya no retozo,
la corriente me llevo a otro lar
a través de lágrimas y sollozos
que persistí años para enjugar.
Hoy eres un bello recuerdo
y al recordarte te imagino
sin rencor y sin mal verbo.
Pongamos un tupido velo,
a lo que el destino negó.
Mírame por favor sin recelo.
Con inmenso afecto de tu primer novio.