miprimita.com

Un polvo subliminal

en Fantasías Eróticas

Un "polvo" sublininal

 

Estábamos en los postres; comíamos en el restaurante La Paella de la Reina , una de las arrocerías más famosas de Madrid.

Aromas del Mediterráneo, en pleno corazón de la capital, según reza en su publicidad. Y es cierto; el arroz de Calasparra, y el aceite puro de oliva, son los ingredientes básicos para las paellas tan exquisitas que preparan con inmenso amor su equipo de cocina.

--¡Qué! ¿Te ha gustado el arroz con bogavante?

--Exquisito Ernesto, simplemente exquisito. ¡Y qué bogavante más hermoso!

--Pues tengo yo otro "bogavante", que seguro que te va a gustar más; y bastante más sabroso.

--¡No me digas! pues habrá que probarlo cuanto antes.

Seguía "goteando" cada vez con más intensidad; ¡le miraba que me lo comía!

Tomamos un taxi y nos dirigimos al hotel. El sobeo que me estaba infringiendo durante el trayecto "me calaba", cosa que debió percatarse, porque me dijo al oído.

--Hueles a hembra en celo, a hembra caliente. Pronto voy a aplacar tus ardores. ¡Paloma mía!

Debo confesar para ser sincera, que aunque soy bisexual, en este momento me sentía la mujer más mujer que vivía en mí. Estaba sentada al borde de la cama y pensaba. Ernesto en el servicio haciendo alguna necesidad.

--¡Joder! es que Ernesto está más bueno que un queso...

Ver su pelo negro plateado en sienes...

Sus ojos...sus labios... su mentón...

Su... su... su... pecho de atleta,,, 

¡Y su enorme pene!

Salía del servicio en "pelota picada"; "aquella cosa" era descomunal, nunca en mi vida había visto algo así de hermoso. ¿Pero cabrá eso...?

--Bueno cariño, aquí me tienes a tu servicio completo, tal como te prometí. Pero mañana abandono Madrid; así que vamos a aprovechar a tope lo que nos queda de esta tarde y noche febril.

Me repuse de la impresión; Ernesto no que es sea un superdotado, es que además tiene un cuerpo que conmueve. Por lo que pasé del susto al morbo en segundos. Sentir ese pedazo de tranca metida hasta el fondo, me estremecía.

Se tumbó en la cama, boca arriba, con su enorme falo apuntando al techo; por lo que estaba muy claro que no hacía falta ponerle cachondo.

Me acosté a su lado, a su diestra. Daba impresión ver aquello. El glande casi pegado a la altura de su estómago, por lo que al sobrepasar el ombligo en unos diez centímetros, daba golpes sobre la piel, y parecía que quería salirse del cuerpo.       

Enormes venas recorrían la superficie serpenteando cual enramada que trepa por las paredes.

La piel muy morena, lo que contrastaba con la del resto de su cuerpo.

Su "capullo", de un rosa casi encarnado parecía que iba a eclosionar de un momento a otro, para convertirse en un clavel reventón.

 Ernesto se daba cuenta de mi ensimismamiento ante la contemplación de su falo, por lo que me dijo.

--Bueno niña, cuando termines "de adorar al santo",  échale una limosnita.

Me hizo gracia la salida, además de ser oportuna, porque dijo la verdad: su miembro viril, desde luego que es para adorarle.

Mi mano derecha bajaba cual barquichuela por aguas turbulentas hacia "ese tronco" para asirse allí como tabla de salvación.

"El tronco",  al sentir el húmedo pero cálido calor de mi mano, dio un respingo que se transmitió hasta el culo de su dueño.

Mi mano derecha se perdía por aquella vereda, por lo que la izquierda tuvo que ir en su auxilio. Las dos manos abrazadas en aquel "tallo", no lo cubrían en la totalidad; por lo que mi boca también tuvo que ir en socorro de aquellas que no conseguían dominar las ansias "del monstruo".

Mi lengua, mis labios y toda la boca, lamían y sorbían de "aquel tallo",  como el choto mama del pezón de la teta de su madre la vaca.

No podía entender como Manolita despreciaba tan suculenta exquisitez. Fornicar con Ernesto, es un privilegio que millones de mujeres se irán de este mundo sin tener la dicha de saborear tal delicado manjar.

 

¡Qué bien Sonia..! 

Tu lengua insidiosa,

que parece de diosa,

me da un inmenso placer...

¡Sigue... sigue... mi amor...!

Qué mi goce llegue al amanecer.

 

¡Goza, goza... Ernesto...!

¡Qué te llevará al extremo del placer

mi inspiración y mi estro!

 

!Ay Paloma... mi Paloma..!

de altos vuelos... mi sisella...

¡Qué tu boca siempre "me la coma"!

¡Devora con pasión toda ella..!

 

Este polvo en verso me transpone

 a una nirvana maravillosa.

¡Ay Ernesto mío...! ¡Cómo me pones..!

¡Me muero por "tu cosa"!

 

No desfallezcas Sonia de mis placeres...

¡Sigue mamando...sigue...

debajo de los caireles!

Tu boca y lengua me persigue

¡liba...liba... mis mieles...!

Pero no te atosigues.

 

Cesé aquella felación en verso, ya no podía aguantar más. El clítoris quería salirse de su capuchón; esperaba ansioso su ración.

 

Ernesto... ¡Mi corazón, mi vida...!

Mi vulva suspira por una gran lamida...

Qué de tu jugosa boca, será bien recibida...

 

Sonia de mi alma...

Tu ansia me conmueve.

Mejor hacemos el sesenta y nueve...

Pero ten calma.

 

¡Sí... sí... mi hermoso efebo...

Ahora te voy a chupar un huevo...

 

Planté mi hermoso culo en su boca, no se le veía la cabeza, pues mi tafanario se la envolvía.

 

¡Ummmm! Sonia...

Qué olor más refinado...

Aroma de violetas, aloe, vera,

jazmines y orinados...

Mixtura de aromas de primavera...

¡Otra vez al cielo me traslado..!

 

Pues el sabor y el olor de tu clavel,

es un placer saborear y oler...

Dulce como el requesón con miel.

Yo también voy a ese edén.

 

Mi clítoris se apaciguó...

Al sentir los besos

de los labios de Ernesto.

¡Qué alivio...qué consuelo...!

Mi vulva se recuperó presto.

 

Chorreaba como el surtidor de La Cibeles. Cesé de libar aquella miel, y me dispuse a meter aquel tallo hasta lo mas profundo de mis pliegues.

 

¡Qué emoción más sublime!

¡Qué hermosas sensaciones...!

Sentir dentro de tus entrañas, me redime...

hasta los mismísimos cojo...

 

Allí quedamos los dos...

rendidos, sublimados,

ante este polvo poético...

 

... Su pene quedó famélico...

 mi rosa, patética...

fue un polvo fantástico...

Me sentía como una angélica.

 

Fin del "polvo"

Mas de Galan Maduro

Historia de dos amores (en prosa rimada y verso)

Historia de dos amores

Raquelita y su despertar al sexo

El bien o el mal follar

Carta a una ex novia, hoy cibernovia

Reflexiones de un viejo sobre el sexo y el amor

Mi primer beso de amor

Recuerdos imborrables de mi primer amor

Mi noche loca con Adolfo

De cómo me hice maricón

Me gustan las pollas como me gustaban los coños

Relatos de un abuelete cahondo

El primer casquete que regalé a María

Mis epigramas sexuales

Clases de amores

Aventuras y desventuras de una ... Capt. 3º y 4º

Aventuras y desventuras de una meretriz de lujo

¡Qué asco que se depilen las mujeres!

Trío con Celia y Josefa

Lo que no escribió Cervantes, lo escribo yo

Vírgenes pero putas.

Historia de un maricón. Capítulo 10

Carta a mi ex novia después de 44 años

La historia de un maricón. Capítulo 8

Historia de un maricón. Capítulos 6º y 7º

Historia de un maricón. Capítulo 5º

La historia de un maricón. Capítulo segundo

La historia de un maricón. Capítulo 3º

La hostoria de un maricón. Capítulo 4º

La historia de un maricón. Capítulo 1º

Me vuelve loca este cura

La primera vez que fui sodomizado

Alfonsina y el verdadero amor

Diario íntimo de mi prima Marucha

La noche mágica y el virgo de Estibaliz

Noche de amor en el Puerto de Santa María. Cádiz.

El Demonio de los Celos

¡Qué bien se folla en la siesta!

¿Me estaré volviendo gay?

Cuento de fachas y rojos

Las dos hermanas aquellas

La noche mágica, y el virgo de Estíbaliz

Mi colección de pelos de coños

Mi vida: una vida llena de satisfacciones

Hoy me siento más realizado de hombre que nunca

El Café de Levante de Madrid. Donde conocí a Petri

Diarío íntimo de mi prima Marucha

Las locuras de la Marquesa de “Tócame Roque”

Mi último cliente

Ayudé a mamá a que recuperara su sexualidad

Lo que contaba mi padre

Los líos amorosos de un niño guapo

Mujer presa en cuerpo de hombre

Como fui purificado por una dama

Noche de bodas gay

¡Si yo fuera mujer..!

Novias anhelantes. Esposas y amantes. Madres ...

Mi hija es lesbiana

Cómo me dio por el culo Sonia

Las dos lavativas que me han puesto en mi vida

Historia de un transexual

Versos escatológicos

HIstoria de un transexual

El Obispo y yo

Daría mi vida de macho, por nacer mujer

Mi primera experiencia lésbica

Me vuelve loca este cura

Mi primera noche de amor

Mi segunda experiencia lésbica

Mis cuentos inmorales. Capítulo 8

Mis cuentos inmorales Cap. 7

Mis cuentos inmorales, Capítulo 6

Mis cuentos inmorales. Capítulo 5

Mi decameron. Capítulo 4

Los líos amorosos de un niño guapo

Los lios amoroso de un niño guapo. Capítulo 3

Recordando mi pasado sexual. Capítulo 2

Recordando mi pasado sexual. Capítulo uno.

Manolita. Capítulo 67 y epílogo

Manolita. Cap. 64-65-66

Manolita: Cap. 61-62-63

Manolita. Cap. 58-59-60

Manolita. Cap. 55-56-57

Manolita. Cap: 52-53-54

Subliminal escena lésbica

Manolita. Capitulos: 49-50-51

Manolita. Capítulos: 46-47-48

Manolita. Capitulos:43-44-45

Manolita. Capítulos: 34-35-36

Manolita. Capítulos: 37-38-39

Manolita. Capítulos: 31-32-33

Manolita. Capítulos: 22-23-24

Manolita. Capítulos: 25-26-27

Manolita. Capítulos: 28-29-30

Manolita. Capítulos: 16-17-18

Manolita. Capítulos 4-5-6

Manolita. Capítulos: 19-20-21

Manolita. Capítulos: 13-14-15

Manolita. Capítulos: 10-11-12

Manolita. Capítulos: 7-8-9

Manolita. Capítulos 1-2-3

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 5 y 6

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 3 y 4

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 1 y 2

Memorias de una prostituta. Capítulo 65

Memorias de una prostituta. Capitulo 63

Memorias de una prostituta. Capítulo 62

Memorias de una prostituta. Capítulo 57

Memorias de una prostituta. Capítulo 54

Memorias de una prostituta. Capítulo 48

Memorias de una prostituta. Cap. 47

Memorias de una prostituta. Capítulo 45

Memorias de una prostituta. 39.40,41 y 42

Como comerse un coño

Manolita y Sonia. Cap. 37 y 38

Memorias de una prostituta. Cap. 35 y 36

El cura pretende casarse con Manolita

Memorias de una prostitua. Cap. 22 al 26

Manolita y el cura de su pueblo

Manolita y el cura de su pueblo

La escena lésbica mejor contada

Memorias de una prostituta. Cap. 19.20.21

Memorias de una prostituta. Cap. 16-17-18

Memorias de una prostituta. Cap. 13,14 y 15

Memorias de una prostituta. Capítulos: 10, 11 y 12

Memorias de una prostituta. Capítulos: 7, 8 y 9

Memorias de una prostituta. Capitulos 4, 5 y 6

Mi primer ciberpolvo

Oda a Zaira. La Reina de Lesbos

Memorias de una prostituta. Capitulos 1, 2 y 3

La primera vez que hizo el amor

Manolita y Adela

Escena lésbica

Dichas y desdichas de una prostituta

Restregando la cebolleta

La mujer y el matrimonio

Me gusta como huele y sabe el coño de Sandra

¡Qué hermosas son las pollas!

Soy el mejor lamerón del mundo

Confesiones de la Marquesa de Tócame Roque

Me lo tengo merecido por cabrón

Diálogos de matrimonios

Las cosas no son como parecen

Diálogos desde el Infierno

El coleccionista de pelitos de pubis

¡Juro que no me follé aquella burra!

La isla de las delectaciones

El liguero negro

El arte de hacer una buena mamada

Su Majestad: EL COÑO

Amar en San Seabastián antes de morir

Esperé a que fuera mayor de edad...

El arte de saber bajar unas bragas

De la desesperación a la felicidad en un minuto

Tres horas con Lourdes

Mis sueños de infante

Diversas formas de

Asesinato en el burdel

El diario íntimo de mi prima Montsita

Mis ligues por Internet. Primera entrega

Anécdotas eróticas en la Dictadura

Mi primer polvo de 2011

El diario de un consentidor

¿Qué da más placer: la boca, la polla, el coño ..

El coño de Carmencita

Sobre el intercambio de pareja o swinging

Por culpa de una almorrana no me la pudo meter...

Las Calientapollas

Me hago las “pajas” como las chicas; con un dedo

La Pipa de la Venancia

El dulce sabor salado de los coños

Nunca creí que en mi ano cupieran 25 cm de polla

Chistes verdes

Aquellas enfermeras de Alicante...

Me gusta sentirme mujer y ser penetrada

Los besos de mi amor

Mi colección de vellitos de pubis

Soy un CABRON en potencia. Lo reconozco

Lluvia dorada de una nube sagrada

Como y donde tiré mi último cohete

Aventura en el expreso Madrid-Sevilla

Análisis de los diez Mandamientos.

Como fue mi primera experiencia homosexual

Proceso inevitable de los matrimonios

Como fui sodomizado por Sergio

¿Me estaré volviendo gay?

Una esposa puritana y un marido obseso