miprimita.com

Lo que contaba mi padre

en MicroRelatos

La tía Macaria y el tío Melecio

Contaba mi padre que en su pueblo la tía Macaria se las entendía con el tío Melecio, y que se iban a echar “el polvete” al corral de ella cuando su marido se iba a las labores de la huerta y el ganao.

Al tío Melecio, un poco cochino él, le gustaba que la tía Macaria le echara una meadita antes. (La verdad, una buena meada en todo lo alto de Sharon Stone no creo que muchos le hicieran ascos).

Pues resulta que estaban en el corral preparados para la faena, y ese día el Melecio le dijo a la tía Macaria que iban a jugar a los perros,  por lo que ella se colocó a cuatro patas como una perra, mientras él olisqueaba las partes donde huelen los canes.

En lo alto de la tapia del corral, estaba el tío Valeriano, marido de la Macaria, que algo mosqueado de su mujer, hizo que se iba al trabajo, pero que no. Con una estaca muy gorda allí estaba preparado para romperla en las cabezas de los dos.

La Macaria, que en la posición que se hallaba, necesariamente con la vista mirando al suelo, aunque con el ojete mirando a lo alto, no podía percatarse de la presencia de su marido y la estaca, dijo:

-Melecio, ¿Meo ya?

Éste que si había reparado en la presencia del tío Valeriano, le respondió:

-Como mires para arriba no vas a mear, te vas a cagar.

La hija del General y el Alférez

Esta historia como me la contaron se la cuento. Lo que no les puedo asegurar si es cierta.

Se celebraba la puesta de largo de la hija de un teniente general, en el salón de uno de los hoteles más emblemáticos de Madrid. Los invitados eran la elite del ejército y del clero; además de una representación de los alférez provisionales de la academia militar donde el general fue director antes de ascender al grado que ahora ostenta.

La puesta de largo, era una preciosidad de criatura, todos los ojos estaban puestos en ella, cada uno con intenciones diversas, pero desde luego los de los cuatro alférez que la devoraban, eran aviesas.

-Apuesto mil pesetas que no tenéis valor de pedirle un baile.

Dijo el Alférez Andrade de una forma retadora a sus colegas.

-¡Cómo que no! Dijo muy chulín Parrondo.

Parrondo en estado de borrachera manifiesta, se acercó a la niña que en ese momento departía halagos y risas con unos amigos. Con pocos miramientos, tomó a la moza por su brazo derecho a la vez que la conminaba.

-¡Vamos a bailar monada!

La niña, al ver el estado de embriaguez del alférez, a la vez que se zafaba de aquella mano que asía su brazo, dijo:

-Lo siento, pero tengo ocupados todos los bailes, y además su estado etílico no está para bailes.

Parrondo enfurecido y rojo por la soberbia que le causó el rechazo del bombón, y viendo que sus amigos que se mantenían a prudencial distancia de los hechos, se descojonaban de risa por el espectáculo...

-A mi ninguna pedorra por muy hija de un general que sea me hace este desprecio.

A la vez que volvía a asirla de malas maneras, esta vez de un hombro.

La chiquilla quedó paralizada, inmóvil,  suspendida ... Se hizo tal silencio en la sala que hasta el padre llegaron los murmullos que provocaban.

Raudo como un rayo el padre general llegó al lugar de los incidentes, y valorando en un segundo la situación, asió por el pecho a Parrondo a la vez que le decía:

-Es usted un militar indigno de llevar ese uniforme. Salga inmediatamente de este salón, y preséntese en mi despacho mañana sin falta.

Parrondo quedó totalmente petrificado. La borrachera se le había disipado de súbito. Tomando conciencia de lo que había hecho, avergonzado se dirigió a los servicios del hotel y a los pocos minutos se oyeron dos tremendo estruendos en el los salones.

Pam... pam...

No, no... Parrondo no se había suicidado, se había tirado dos pedos, uno para la niña y el otro para  general.

Mas de Galan Maduro

Historia de dos amores (en prosa rimada y verso)

Historia de dos amores

Raquelita y su despertar al sexo

El bien o el mal follar

Carta a una ex novia, hoy cibernovia

Reflexiones de un viejo sobre el sexo y el amor

Mi primer beso de amor

Recuerdos imborrables de mi primer amor

Mi noche loca con Adolfo

De cómo me hice maricón

Me gustan las pollas como me gustaban los coños

Relatos de un abuelete cahondo

El primer casquete que regalé a María

Mis epigramas sexuales

Clases de amores

Aventuras y desventuras de una ... Capt. 3º y 4º

Aventuras y desventuras de una meretriz de lujo

¡Qué asco que se depilen las mujeres!

Trío con Celia y Josefa

Lo que no escribió Cervantes, lo escribo yo

Vírgenes pero putas.

Historia de un maricón. Capítulo 10

Carta a mi ex novia después de 44 años

La historia de un maricón. Capítulo 8

Historia de un maricón. Capítulos 6º y 7º

Historia de un maricón. Capítulo 5º

La historia de un maricón. Capítulo segundo

La historia de un maricón. Capítulo 3º

La hostoria de un maricón. Capítulo 4º

La historia de un maricón. Capítulo 1º

Me vuelve loca este cura

La primera vez que fui sodomizado

Alfonsina y el verdadero amor

Diario íntimo de mi prima Marucha

La noche mágica y el virgo de Estibaliz

Noche de amor en el Puerto de Santa María. Cádiz.

El Demonio de los Celos

¡Qué bien se folla en la siesta!

¿Me estaré volviendo gay?

Cuento de fachas y rojos

Las dos hermanas aquellas

La noche mágica, y el virgo de Estíbaliz

Mi colección de pelos de coños

Mi vida: una vida llena de satisfacciones

Hoy me siento más realizado de hombre que nunca

El Café de Levante de Madrid. Donde conocí a Petri

Diarío íntimo de mi prima Marucha

Las locuras de la Marquesa de “Tócame Roque”

Mi último cliente

Ayudé a mamá a que recuperara su sexualidad

Los líos amorosos de un niño guapo

Mujer presa en cuerpo de hombre

Como fui purificado por una dama

¡Si yo fuera mujer..!

Noche de bodas gay

Novias anhelantes. Esposas y amantes. Madres ...

Mi hija es lesbiana

Cómo me dio por el culo Sonia

Las dos lavativas que me han puesto en mi vida

Historia de un transexual

Versos escatológicos

HIstoria de un transexual

El Obispo y yo

Daría mi vida de macho, por nacer mujer

Mi primera experiencia lésbica

Me vuelve loca este cura

Mi primera noche de amor

Mi segunda experiencia lésbica

Un polvo subliminal

Mis cuentos inmorales. Capítulo 8

Mis cuentos inmorales Cap. 7

Mis cuentos inmorales, Capítulo 6

Mis cuentos inmorales. Capítulo 5

Mi decameron. Capítulo 4

Los líos amorosos de un niño guapo

Los lios amoroso de un niño guapo. Capítulo 3

Recordando mi pasado sexual. Capítulo 2

Recordando mi pasado sexual. Capítulo uno.

Manolita. Capítulo 67 y epílogo

Manolita. Cap. 64-65-66

Manolita: Cap. 61-62-63

Manolita. Cap. 58-59-60

Manolita. Cap. 55-56-57

Manolita. Cap: 52-53-54

Subliminal escena lésbica

Manolita. Capitulos: 49-50-51

Manolita. Capítulos: 46-47-48

Manolita. Capitulos:43-44-45

Manolita. Capítulos: 34-35-36

Manolita. Capítulos: 37-38-39

Manolita. Capítulos: 31-32-33

Manolita. Capítulos: 22-23-24

Manolita. Capítulos: 25-26-27

Manolita. Capítulos: 28-29-30

Manolita. Capítulos: 16-17-18

Manolita. Capítulos 4-5-6

Manolita. Capítulos: 19-20-21

Manolita. Capítulos: 13-14-15

Manolita. Capítulos: 10-11-12

Manolita. Capítulos: 7-8-9

Manolita. Capítulos 1-2-3

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 5 y 6

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 3 y 4

Confesiones sicalípticas de un abuelo. Cap. 1 y 2

Memorias de una prostituta. Capítulo 65

Memorias de una prostituta. Capitulo 63

Memorias de una prostituta. Capítulo 62

Memorias de una prostituta. Capítulo 57

Memorias de una prostituta. Capítulo 54

Memorias de una prostituta. Capítulo 48

Memorias de una prostituta. Cap. 47

Memorias de una prostituta. Capítulo 45

Memorias de una prostituta. 39.40,41 y 42

Como comerse un coño

Manolita y Sonia. Cap. 37 y 38

Memorias de una prostituta. Cap. 35 y 36

El cura pretende casarse con Manolita

Memorias de una prostitua. Cap. 22 al 26

Manolita y el cura de su pueblo

Manolita y el cura de su pueblo

La escena lésbica mejor contada

Memorias de una prostituta. Cap. 19.20.21

Memorias de una prostituta. Cap. 16-17-18

Memorias de una prostituta. Cap. 13,14 y 15

Memorias de una prostituta. Capítulos: 10, 11 y 12

Memorias de una prostituta. Capítulos: 7, 8 y 9

Memorias de una prostituta. Capitulos 4, 5 y 6

Mi primer ciberpolvo

Oda a Zaira. La Reina de Lesbos

Memorias de una prostituta. Capitulos 1, 2 y 3

La primera vez que hizo el amor

Manolita y Adela

Escena lésbica

Dichas y desdichas de una prostituta

Restregando la cebolleta

La mujer y el matrimonio

Me gusta como huele y sabe el coño de Sandra

¡Qué hermosas son las pollas!

Soy el mejor lamerón del mundo

Confesiones de la Marquesa de Tócame Roque

Me lo tengo merecido por cabrón

Diálogos de matrimonios

Las cosas no son como parecen

Diálogos desde el Infierno

El coleccionista de pelitos de pubis

¡Juro que no me follé aquella burra!

La isla de las delectaciones

El liguero negro

El arte de hacer una buena mamada

Su Majestad: EL COÑO

Amar en San Seabastián antes de morir

Esperé a que fuera mayor de edad...

El arte de saber bajar unas bragas

De la desesperación a la felicidad en un minuto

Tres horas con Lourdes

Mis sueños de infante

Diversas formas de

Asesinato en el burdel

El diario íntimo de mi prima Montsita

Mis ligues por Internet. Primera entrega

Anécdotas eróticas en la Dictadura

Mi primer polvo de 2011

El diario de un consentidor

¿Qué da más placer: la boca, la polla, el coño ..

El coño de Carmencita

Sobre el intercambio de pareja o swinging

Por culpa de una almorrana no me la pudo meter...

Las Calientapollas

Me hago las “pajas” como las chicas; con un dedo

La Pipa de la Venancia

El dulce sabor salado de los coños

Nunca creí que en mi ano cupieran 25 cm de polla

Chistes verdes

Aquellas enfermeras de Alicante...

Me gusta sentirme mujer y ser penetrada

Los besos de mi amor

Mi colección de vellitos de pubis

Soy un CABRON en potencia. Lo reconozco

Lluvia dorada de una nube sagrada

Como y donde tiré mi último cohete

Aventura en el expreso Madrid-Sevilla

Análisis de los diez Mandamientos.

Como fue mi primera experiencia homosexual

Proceso inevitable de los matrimonios

Como fui sodomizado por Sergio

¿Me estaré volviendo gay?

Una esposa puritana y un marido obseso