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Una cena de negocios

en Orgías

La verdad que nunca me imagine en situación similar... Soy una chica de esas llamadas "normalitas", es decir, sin una personalidad muy definida, un físico nada exuberante, un trabajo bastante metódico, y un nivel socio-cultural medio.

Y bajo estas circunstancias mi vida se desarrollaba sin grandes sobre saltos, cumplía las modestas expectativas de un prototipo de mujer como yo. A mis 25 años gozaba de algunas relaciones esporádicas que se materializaban los fines de semana por la noche como a la mayoría de las personas de mi edad.

El entorno laboral era tan metódico, que el día que sonaba al teléfono mas de lo habitual era prácticamente una aventura. En mi departamento no éramos muchas personas, seis para ser exactos. Yo llevaba aproximadamente dos años en esa empresa, entré en prácticas al acabar mi diplomatura y allí me quedé. Ya por esas fechas el jefe del departamento estaba allí trabajando como tal. Supongo que en estos casos quedaría estupendo decir que era el típico hombre cincuentón muy atractivo, pero nada dista más de la realidad.

Se trataba de un individuo de unos 52 años, alto, con el pelo moreno algo canoso, no estaba excesivamente grueso pero si que asomaba por encima de su pantalón mas que la curvita de la felicidad el everest de la felicidad... vestía elegantemente y siempre con tonos oscuros, tan oscuros como su mirada... y el paso de los años se notaba en su piel.

De los dos años que llevaba yo allí, creo que cruce palabras con el dos o tres veces. Resultaba excesivamente serio, con mirada censuradora, fría y dura, el clásico jefe inaccesible.

No sé como ocurrió... por la mañana tuvimos una reunión sobre la consecución de objetivos del departamento, la bronca que nos cayó fue considerable, así que esa tarde allí estaba yo haciendo méritos, me veía en la calle con la hipoteca de mi piso recién comprado por pagar, bastante angustiada me quede sola en la oficina intentando cuadrar las cifras, el silencio era absoluto, solo la señora de la limpieza, mi jefe mi compañera y yo parecía que quedáramos allí.

Hacia las 21.00 me dispuse a salir, como chica normalita que soy trabajaba en el clásico polígono industrial en las afueras de la capital, allí tocaba esperar el autobús durante horas. Cual fue mi sorpresa cuando un coche paro frente a mi invitándome a subir, tras el cristal de ese oscuro automóvil se encontraba mi jefe, accedí con una medio sonrisa y llena de desconcierto.

Él no fue especialmente amable, me pregunto donde vivía y se ofreció a acercarme hasta allí por el tiempo dedicado a la empresa. El silencio en el coche era incómodo fue él quien inicio al cabo de 10 minutos una superficial conversación que me hizo relajarme.

Resulto ser un gran conversador, su expresión parecía perder ese rictus de severidad y sin saber como empezó a llamar mi atención, y despertar un interés en mi.

Los atascos en la capital son increíbles, te metes en uno y nunca sabes cuando saldrás, pero él animado fue lanzándose en su conversación y empezó a interesarse por temas personales míos, sobre mi edad, etc.

A la mañana siguiente anuncio en la reunión que tenía que ir a Galicia y que yo le acompañaría para iniciar la nueva política de expansión de esa zona. Me dejo sorprendida.

Su comportamiento volvía a ser como el de todos los días, frió, serio, distante... generaba un respeto que venia dado más por miedo que por admiración.

Estaba muy nerviosa profesionalmente era muy interesante para mi dicho viaje y personalmente no sabía como podría resultar el estar en compañía de mi jefe. Salimos hacia las 18.00 del día siguiente, dijo que tendríamos una cena muy interesante con los coordinadores de las delegaciones. Así que una vez llegamos al hotel nuestra habitaciones eran contiguas, entre a darme una ducha y arreglarme para la cena... cual fue mi sorpresa al encontrarme en el salón a cuatro caballeros más acompañados por distintas señoritas (todas bastantes más jóvenes que ellos).

La cena discurria de forma tranquila, pocos temas de trabajo fueron protagonistas, nosotras sonreíamos y no participábamos, ellos charlaban distendidamente, Debo reconocer que alguno era llamativamente atractivo a pesar de su edad.

Tras la cena, en la cual tomamos vino, cava y una copita nos dirigimos a un local bastante oscuro, al entrar estaba llena de sofás, vi como uno de los señores besaba a su chica y progresivamente el resto se acercaba a las suyas...

Me quede de piedra, mi jefe me miro, con esa mirada fría, seria, imponiendo su criterio y con ella dándome a entender a que había ido yo allí...él no hacia a nada solo me miraba y yo miraba al resto que empezaba a despojarse de sus ropas....

Se abrió una cortina y entro una chica en top less con unas botellas de alcohol y unas copas, las manos de mi jefe se deponían a quitarme la americana y desabrocharme los botones de la camisa, mientras un colega suyo me servía una copa, no sabía que hacer...

Ni siquiera sabia que quería hacer...

Note unas manos rugosas, de dedos gruesos agarrando fuerte mis pechos, le quite y él me miro con dureza, mostrándome de nuevo que él era el jefe, me beso... lo hizo de forma potente, sus labios no eran muy gruesos pero envolvía bien a los míos... metió sus manos bajo mis piernas y presiono....

La verdad es que yo no quería, cuando se quito la ropa le vi con una gran barriga que tapaba parte de su miembro, un miembro que en erección no mediría mas de 12 cm pero de un grosor considerable... me recordaba a mi padre... no me gustaba...

Pero por alguna razón no saque el coraje de irme, mi jefe me aproximo al grupo, metió su lengua entre mis piernas, debo reconocer que lo hacia mucho mejor que la mayoría de los chico que me lo habían hecho con anterioridad, él a la vez estaba tocando el coñito de una de las acompañantes de nuestra cena...

Miraba a mi alrededor y veía montones de cuerpos desnudos, se oían jadeos y un olor a sexo invadía el ambiente, no quería pensar que un señor como mi jefe me la iba a meter...

Notaba mordisquitos alrededor de pubis y metía los dedos dentro, dos de ellos agitándolos, al otro lado mío se encontraba una chica a cuatro patas, un hombre la estaba penetrando analmente y mi jefe le metió su pene dentro de la boca... a mi me hizo levantar poniéndome tan cerca para verlo... y que lo hiciéramos las dos...

Quería irme, la situación me daba mas miedo que excitación, mientras me metía la polla de mi jefe en la boca sentí que alguien me estaba tocando el ano, me estaba extendiendo algo alrededor... me retire y me moví bruscamente... en ese momento logre enfadar a mi jefe que me cogió fuerte y agresivamente por el pelo, me dijo que no lo estaba haciendo nada bien... y que yo sabría lo que me convenía que me lo pensará bien antes de tomar una decisión...

Volvió a ponerme en la misma situación metiendo su miembro en mi boca, yo me esmere en hacerle una buena mamada para que acabara pronto... pensando que cuanto antes se corriera antes acabaríamos... con el culo lleno de vaselina del anterior intento me movía buscando su orgasmo... tenía ya gotas de semen por el cuerpo de alguno de los otros señores que se habían corrido y accidentalmente me había salpicado.

Alguien volvió a intentar meter su polla dentro de mi culo... lo hacia suavemente y yo sentía un dolo casi insoportable... mi jefe al verlo se excito de forma increíble y cogió a una de las chicas para que se pusiera debajo de mi y empezara a pasar su lengua por mi clítoris... todo eso me horrorizaba... nunca antes había tenido ni sexo anal ni experiencia lesbica... pero ambas cosas ocurrieron bajo la mirada autoritaria de él... que no paraba de masturbarse mientras veía la escena. Lo cierto es que la chica lo hacia bien... empecé a humedecerme... veía a ese hombre que acostumbraba a ver con corbata desnudo meneándosela desesperadamente poniéndose de rodillas para pellizcar mis pezones... uff que dolor sentía y que placer a la vez...

Me empezaba a gustar, todo lo que durante años me había dado repelus, ese señor mayor, sexo anal experiencia lésbica... salió mi lado oscuro... no se si fue el alcohol pero empecé a disfrutar...

Unas gotas de semen cayeron sobre mis pechos... un amigo de mi jefe se había corrido viéndolo sobre mi... Antonio que así se llamaba mi supervisor se acerco y con la punta de su polla las extendió por todo mi pecho... hizo quitarse a todos se tumbo en el suelo y me dijo que me lo follara... y allí fui yo, sentada sobre él, subía y bajaba... con las piernas muy abiertas para que pudiera ver mi joven sexo y mis pechos en movimiento yo le miraba viendo las señales de la edad sobre su cuerpo... nadie más participo en ese momento... hubo quien miro y se corrió sobre mi espalda y otros ni se percataron...

Me agarro fuerte me tendió bocabajo y me follo ahora él a mi por detrás... lo hacia delicioso... yo podía ver como una chica era penetrada por dos hombres a la vez y gritaba, no se si de dolor o placer... se corrió dentro de mi... yo no llegue a tiempo.

De este hecho él se percató... al irme a poner en pie note gotas de su semen resbalar por mis muslos... Antonio llamó a dos chicas, se sentó a mi lado, dejando su pene al lado de mi cabeza... una de las chicas sujetaba mis labios vaginales otra lamía lo que estos escondían...

La mayoría de los participantes de esta extraña orgía estaban relajados , bebiendo de sus copas tras haber disfrutado de los orgasmos, yo tendida en el centro de la habitación mientras dos chicas lamían mis rincones mas íntimos, y mi jefe rozaba mis pezones era observada por el resto... el orgasmo llego a mi en forma de un grave y profundo gemido...

Este fue el principio de un corto pero intenso viaje de negocios.

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