Marcos, después de hablar con Felipe, jadeante cogió el coche y se dirigió hacia la casa del padre de la criatura, las sirenas no paraban de sonar unos metros atrás y había más efectivos de los que en un caso así se habrían necesitado...

Al llegar a las inmediaciones se quedó sorprendido cuando encontró en un lado de la carretera, como si le estuvieran esperando, a Ernesto y Matilde, agarrados de la mano le sonreían con mirada paranoide.

El frenazo de su coche fue brusco, tanto que los neumáticos provocaron un fuete chirrido en el asfalto. Bajo la ventanilla y observó como se fundía en un profundo beso... No tuvo tiempo a pronunciar palabra, en segundos pareció entenderlo todo..

Marcos cerró la puerta de golpe entre las carajadas de la pareja, acelero a tope en busca de la niña temiéndose lo peor. Su teléfono sonaba insistente, era Felipe. Dejó que se agotara la batería hasta aparcar al lado de la vivienda.

Todos sus compañeros estaban allí, con su uniforme:

Esa retahíla de palabras se nublaban en su mente, se perdían y dejaban de ser inteligibles para convertirse en sonidos de pesadilla. Palabras repetidas por él durante años...

En el coche patrulla juro y perjuro a su compañero que él no había cometido ningún delito.

Esa noche le tomaron declaración. Él sabía como funcionaba aquello, lo del poli bueno y el poli malo era solo un argumento de películas y novelas.

En el interrogatorio descubrió que tanto Diana como su padre habían fallecido. Lo habían descubierto al poco de ocurrir, cuando se dispusieron a ir a buscar a la chica como sospechosa del asesinato de la amante de su padre se encontraron con la macabra situación.

En un sillón de piel se encontraba el padre, con la cara desencajada, la tele estaba con rayas y en el reproductor había una cinta donde salía su hija desnuda con un hombre ( que era Marcos) cometiendo todo tipo de actos sexuales con ella.

Al lado del cadaver del padre descansaba el de la hija desnuda, con la palabra "puta" escrita con la sangre del progenitor sobre su torax. Dentro de su vagina habían encontrado restos de semen reciente que estaban analizando...

Habían interrogado a testigos que declararon haberlos visto juntos cenando y otros escucharon gritos en la casa que el padre y Sandra compartieron durante meses como amantes. Se especulaba que ella fuera a contarle a su padre la verdad y al enterarse Marcos acudiera para acabar con la vida de los dos.

Por la tarde Matilde acudió a visitarle. Sonreía, radiaba felicidad. La cara de Marcos en cambio se tonaba lánguida y preocupada. Les dejaron a solas.

Las caderas suntuosas de la que fue su esposa durante más de 30 años se alejaban como un espejismo. Todo parecía una pesadilla, pero Marcos era consciente de que se trataba de una dura y difícil realidad...

A lo lejos la cara de Ernesto se mostraba chiquitita y sonriente, agarraba a Matilde de la cintura y se perdían en el infinito, mientras las lágrimas brotaban por la cara de Marcos y se veía marchitar en la jaula de malentendidos, de enredos absurdos en los que jamás se imaginó enganchado. Sus lágrimas de rabia resbalaban por las mejillas, y se tornaban agrías, con el sabor a la juventud robada a esa bella niña. Que bonito nombre... si alguna vez hubiera tenido que bautizarla con algún nombre habría sido ese... Diana... que dulces sus labios y que ardiente su sexo. Pícara e inocente simultáneamente...

"Los años pasan, las canas antes incipientes, hoy son las dueñas y señoras del poco cabello que le queda. La piel agrietada parece formar un mapa de cordilleras y ríos, de variados accidentes geográficos. Sus ojos, en cambio, se apagan. Solo las ascuas albergan momentos de calidez, que parecen querer avivar el fuego que un día su mirada albergó....

Los labios antes carnosos, se muestran afilados, finos y largos. Acaban en la comisura con una ligera tendencia hacia la barbilla, mostrando una expresión derrotada y lejana a su vida de gloria y éxito profesional.

Bajo la ducha su cuerpo desinflado se hidrata, y con las manos ocupadas de una cierta torpeza extiende el gel. Un gel con poco aroma, de los baratos, que comienza a extender por el cuello hasta llegar a los hombros y descender por unos pectorales caídos, que muestran un pequeño pezón rodeado de escasas canas que le dan un aspecto tierno...

Se ha girado, y mira hacia la pared. Da la espalda al resto de sus compañeros y deja que el vapor del agua caliente le tape y le esconda de miradas ajenas. Respira hondo, sabe que ese es el momento en el que más cerca está de la libertad, desnudo, mientras los poros de la piel se dilatan empujados por el calor, y sus pulmones se abren para inhalar el olor del agua se evade...

Su mano desciende por el vientre y se topa con su escaso vello blanquecino a la altura del pubis... Ese día el tacto de la piel de sus manos con su sexo le trae recuerdos frescos... Al cerrar los ojos Diana aparece en su pensamiento, y con un movimiento leve descubre la piel que tapa la cabeza de su sexo y recuerda como los labios de esa chiquilla años atrás lo envolvían con lujuria...

Ya no es lo que era... quizá hace semanas o meses que no tiene una erección. Pero esa tarde su mano resbala sola ayudada por el jabón. Con suavidad comienza masturbarse, de arriba abajo, rodea su glande con los dedo y efectua pequeñas presiones simulando los movimientos que esa dulce y perversa niña le hacía a él con los labios...

Los párpados se entornan, y las piernas flaquean. Todavía puede recordar a la perfección la sensación que experimentó cuando se observó en la cinta de video. Parece que puede oler el dulce aroma de la vulva infantil de esa bonita muchacha, que parecía tener la capacidad de succionarle desde la distancia...

Siente como su corazón se acelera, parece que retumba dentro de su torax, y su brazo se mueve más precipitadamente. Baja la vista para observar el aspecto de su pene, se nota la edad, pero no se rinde... Así como él abandonó toda lucha hace unos años, su sexo no quiere dejar de respirar...

Las venas se muestran inflamadas, a su alrededor alguno de sus compañeros se ha percatado del movimiento del anciano, pero en silencio todos respetan esos momentos. Sus ojos se empañan de lágrimas...siente que el cansancio le invade, y recuerda como la pequeña vulva engullía cada pedazo de su carne, recuerda a su musa compartiendo el vibrador con otra chiquilla... recuerda cada embestida que la propinó... recuerda esa primera noche en el hotel.. y aun la siente cabalgar...

Su mano se agita y sus piernas se doblan, la pasión se mezcla con los recuerdos del fin de su vida, de su libertad... y el llanto se vuelve protagonista, pero no es capaz de dejar de agitar su mano cuarteada que masajea su grueso pene..

Se masturba con rabia, con tanta impotencia como aquel día dentro del coche cuando su polla no quería responderle... Y como si de una película se tratara ve pasar la sucesión de imágenes por su cerebro...

El día que la conoció en el bar, como mordisqueaba el limón, la entrada en el hotel, su lengua envolviendo el sexo, ese despertar casi infantil, tantas y tantas cosas... que parece dejar a un lado sus pechos, sus glúteos, su sexo... y se queda la imagen de los ojos chispeantes y la bonita sonrisa de aquella muchacha... y después de varios años... llora su muerte mientras el esperma se cuela por el desagüe de la ducha entre agua y vapor, entre la sal de sus lágrimas... entre las rejas que le separan de la libertad.

FIN