Tengo que confesartelo, la primera vez que ocurrió intenté ocultarlo, de hecho intente convencerme a mi misma de que no era real, que no tenía importancia para mi pero ahora tengo que confesártelo.
Nunca le mire con una mirada distinta de la que empleo con cualquier otro ser humano totalmente aséptico para mi. Varias veces se cruzó en mi camino, pero yo giré la vista hacia otra parte, varías veces me percate de su aroma pero yo sumergí mi cabeza en un jardín de flores, pero ahora no hay retorno y por eso, quiero confesártelo.
Durante nuestro primer encuentro no vi nada en él, ni siquiera quise plantearme sus palabras, ni traducir sus gestos faciales, ni acercarme a los movimientos de sus manos, permanecí distante, fría, con conversaciones superficiales en las que no le hablé de ti... no sé porqué... te juro que no lo hice a propósito, te prometo que no buscaba más allá... pero cuando me preguntó si alguien estaba en mi corazón no pronuncié tu nombre... ahora tengo que confesártelo...
Ese dia nos despedimos en la boca del metro, no quise permitir que se acercará a nuestro hogar, que me dejará frente a la ventana de nuestra morada, baje las escaleras y cogí el vagón.
Ha habido un segundo encuentro, no sé como ni porqué, pero se ha dado, no supe decir que no en el momento preciso y por eso ahora me encuentro aquí, contándote esto, mirando al suelo fijamente... viendo el verde bajo mis pies...
Ese segundo encuentro, él seguía pareciendo interesado en mi, hablaba dicharachero y yo sentía su aroma embriagador, porque no gire la cara, miré al frente y descubrí dos redondas canicas oscuras, que brillaban y se clababan en mis ojos. Porque ahora no podía evitar escuchar sus palabras ni observar sus rotundas manos de dedos largos y ágiles que se movían acompañando la música de su voz...
Me dejé llevar, y no le quise dar importancia, esa noche en tu ausencia deje que me llevará a nuestro escondite de amor, dejé que me acompañara y no solo eso dejé que compartiera nuestra cama, la de los dos... que su piel rozará la misma sabana y dejé que ambos compartierais la misma mujer... él su cuerpo y tu su alma.
Y ahora te lo tengo que confesar porque pase la frontera, porque estoy hablando de amor pasional y eso no te lo puedo ocultar... porque esa noche note sus manos envolviendo mis pechos, note sus labios comiendo mi néctar.
Es peor de lo que parece esa noche me vestí con un vestido negro, de los que a ti tanto te gustan, un vestido que él dejo caer sobre la alfombra. Quiero que entiendas y comprendas la situación, me lleno de placer, colmó mis deseos y me sentí protegida de nuevo.
Fue muy dulce, dulce como tu. Beso mi cuello resbalando sus carnosos labios alrededor de él, dejando un hilo de humedad que estremecía cada milímetro de mi piel... bajo la cremallera, y acarició mi espalda desnuda, dejando resbalar sus manos por mi piel, dejando caer su cabeza hasta el final de la misma... acarició mis nalgas, redondas y poderosas... las beso, las mordisqueo... me dejo desnuda ante su presencia... quise entregarme en cuerpo y el alma, pero el alma era tuya!! Tuya hasta que no acabe de confesártelo, entonces pasará a ser de él...
Sus brazos rodeaban mi cintura, notaba la tela de su suave camisa rozando mis hombros, sus manos sutilmente marcaban caminos sobre mis pechos, mis pezones apntaban hacia tu foto, ahora otros labios los custodiaban, eran otros los que los mordían y los llevaban al paraíso del placer...
Yo no lo buscaba, ni siquiera sentía nada, tu me llenabas cada rincor de mi ser, mi cuerpo hace tiempo que quedo árido por la sequía de ti que tenía pero mi alma rebosaba tu presencia... quizá ese punto débil fue el que él supo aprovechar... quizá si todo hubiese sido distinto...
Solo sé que veía mi imagen frente al espejo de nuestro nido, veía sus brazos, su cuerpo fuerte... miraba mi cuerpo, sus dedos introducidos en mi interior empezaban a robar tu espacio...y yo podía verlo... mis piernas flaqueaba... sus dedos en mi coño ganaban la conquista aunque lo hacían en tu territorio...
Yo le deje entrar, abrí la muralla de mi deseo oculto y sus besos abrieron mi corazón. Tengo que confesártelo, su miembro se clavo tan dentro de mi que dejo su bandera, amarraba mi piel con fuerza y por mis oídos palabras con sabor a miel invadían mis entrañas, se adueñaba de mi y yo me dejaba llevar... me hizo gritar... tengo que confesártelo!
Probe su piel, la saboree, quite de mi mente el sabor amargo de tu ausencia, esto era fresco y suave, ahora era yo la que bajaba por su cuerpo desnudo, la que mordía su cuello, jugueteaba con sus chicos pezones, besaba con pasión su abdomen y me aproximaba a su vientre, presidido por una polla fuerte, rígida y poderosa. Me la metí en la boca como a ti tanto te gusta... pero esta vez no eras tu, era él, volvía a aprovechar tu ausencia para debilitarte... pero seguías siendo el dueño de mi alma.
Espero que me entiendas, no sabe como la tuya pero también me gusta. Ahora me tengo que ver de nuevo aquí, me produce escalofrios, contandote esto, con detalle, pero es para que me entiendas, y me perdones si es posible
Cuando acabe de chuparsela, cuando vacié mi boca de ese bocado de placer se tumbo sobre mi, con un estilo conservador y a la vez reconfortante, yo mantenía las piernas abiertas y él se apoderó de tu terreno, sentí como hacía mucho tiempo.. sentí tan intenso como la última vez que tu y yo nos corrimos juntos, vi el cielo. Des pués del climax empapada de flujos míos y de él, podía oler un aroma nuevo en mi vida, inspiraba fuerte para reconocerlo, yacíamos sobre nuestra cama y los brazos de él rodeaban mi frágil cuerpo mientras se fundía en un beso.
Bajo su mano a la altura de mi corazón... y sabes una cosa... lo sentí latir!!! Por fin lo sentí latir... llevaba meses quieto, mudo, desde que te fuiste mi amor, desde que no llenabas mi cuerpo de ti, desde que no escuchaba tú varonil voz, desde que no me envolvías en tus brazos, desde que tus labios no manifestaban tu amor... ni cada semana cuando vengo aquí a verte y te cuento mis cosas había latido... permanecía en un proceso de hibernación...
Por más que miraba hacia abajo, para intentar que sintieras mi mirada, por más que permanezco sobre el césped que te tapa, nunca sentí calor... pero ahora mi corazón late...
Tenia que confesártelo y creo que me entendiste mi vida, hoy es el primer dias que mis manos están calientes estando sobre ti... gracias por liberar mi alma mi amor...
Siempre estarás conmigo!