... Hoy he ido otra vez...

Si, dicen que esto ya no se lleva, lo sé... pero no se me quita del pensamiento...

Desde los cristales la observo desde fuera, sentado en este banco de piedra, frío y duro, impasible ante el tiempo, como ella lo es respecto de mi presencia.

Que bonita, que preciosa que es...

Menudas piernas, buff... Ese uniforme que lleva es perfecto, lo insinúa todo y no muestra nada, el máximo principio de la seducción. Tipo bata, de una tela similar al algodón llena de botones por la parte frontal... despierta mi instinto animal.

Y esa melena, como el azabache, dibuja ondas marinas sobre sus hombros, y siempre le caen un par de mechones sobre la cara dándole un toque de picardía que la hace irresistible...

Y esos ojos almendrados, de un color salvajemente ardiente que en mis fantasías se tornan como hogueras vivas y rebeldes que desean arrasar todo... Esos ojos almendrados, que claman mi pasión...

Buff... y que cuello, largo, estilizado, que llenaría de besos... aunque más que besos me incita al mordisco, a clavar los colmillos, a marcar con mis dientes caminos en espiral casi cortando su respiración entre jadeos y presión... mmm...

Es fina, quebradiza, estilizada... con una cintura de avispa, de esas que se pueden rodear con un único brazo, una presa fácil de inmovilizar. Una cintura tan fina y femenina que resalta con las curvas de sus caderas, altivas y presumidas, redondas entre las que se puede bucear, debajo del vuelo evasé de esa pulcra bata blanca se intuyen cada una de sus dol nalgas y eso... me hace perder el sentido...

La miro y puedo verla desnuda, que mente tan depravada y tan oscura tengo... pero es tan bonita y sobre todo tan sensual, que jamás en mi vida me había ocurrido nada parecido. Puedo verla, ahí, de pie, al lado de el sillón de piel atendiendo a los clientes, dejando sus dos pechos a la altura de los ojos de ellos, pechos pequeños pero ideales para introducirlos de una pieza en el interior de mis labios y hacerla gritar por quererla poseer...

Oh, tres semanas llevo, yendo todos los días...

Y desde aquí, después, la observo, hipnotizado, sufriendo una erección permanente hasta que llego a mi casa, me meto con gran rapidez en el baño... jamás, nunca me la meneé tan rápido ni desesperado. De hecho ahora suelen ser dos veces al día, una al salir de trabajar y la otra antes de dormir...

Paso la vida pegado a un paquete de pañuelos de papel...

Hace un par de días en la oficina tuve que refugiarme en los frío aseos y masturbarme al sentir un gran dolor de huevos... su imagen me está volviendo loco...

Pero... no habló de amor....no, no yo solo quiero poseerla, morderla chuparla, follarla... nada de hacerla el amor... que va!!!

Desde este frío banco la miró y sueño, más de una vez a punto de realizarlo en esperar por la noche a que cierre, habitualmente lo hace sola y abordarla en secreto...

Oh si....

No iba a hacerla daño, solo gozaría con en la botica arrancar de tirón los botones de esa bata, engancharme a sus carnosos labios, y mordisquearlos, meter mi lengua hasta el fondo de sus entrañas...

Pasársela por toda la cara y llegar hasta esos lóbulos de la oreja que adorna con clásicos pendientes y absorberlos, hacer dibujos pasionales en esas escasas y potentes terminaciones nerviosas mientras la escucho aceleradamente respirar...

Oh, apuesto que su piel sería similar a la porcelana, blanca y perfecta, de aureolas sonrosadas y pezones hechos a medida para mis dientes y labios... lo cierto, aunque este mal decirlo, es que sueño con torturarla...

Solo quiero disponer de su cuerpo, mientras, que su dulce cara con ese trasfondo de sensualidad y picardía me diga con los labios "no" y con la hoguera de sus pupilas "si"...

Y sin parar mi lengua insaciable descendería por su desnuda piel, tibia de pasión sin dejar escapar ni un rinconcito que humedecer. Hasta llegar a sus pechos. Apoyada sobre una blanca pared, con las manos sujetas por las mías, por encima de su cabeza, mordería con intensidad sus dos botoncitos y la escucharía aullar, decir que no, y a la vez, impulsar un vaivén con su cadera mientras que, su boca esboza una sutil sonrisa y sus ojos se empañan...

Podría hacerla gozar rozando los límites del bien y el mal, darle dolor y que jamás olvidara tal placer... solo ella puede provocar que estos instintos nazcan de mi..instintos animales...

Mirar sus ojos mientras pego mi pelvis vestida a su monte de venus desnudo y jadear en su oído, dejar mi respiración, ansiosa y sedienta de placer impregnada en su asustada, excitada y sudorosa piel...

Y una vez en su ombligo introducir mi lengua en su interior, dándole un ficticio respiro, unos segundos de confianza, y casi , también de confusión... creando la falsa esperanza en ella de que se vaya a producir un acto de amor...

... y de golpe, sin pausa e intensamente, clavar mis dientes suave pero con decisión sobre el comienzo de su sexo, como un depredador en busca de su presa después de un largo periodo de ayuno... Sacar mi lengua y envolver con ansiedad cada terminación nerviosa de la zona...

Sueño con que tenga un sexo apretado, carnoso, caliente, dulce y jugoso... que huela a pasión y sepa a miel... sueño con engullirlo durante largos minutos, azotar con mi lengua su clítoris y apresarlo entre mis labios mientras su cuerpo se llena de convulsiones por los calambres de placer...

... Y deseo no conocer su nombre, para poderla llamar "puta" e insultarla por dejar que yo disfrute así de ella, y que eso la vuelva aun más loca... y cuando comience a gritar...

cuando comience a gritar llenar su boca con mi empalmado, húmedo y enfermo sexo. Silenciar su inolvidable lujuria con mi irritada polla para que calme su desazón con la única medicina que puede curarla...

Cuando este a punto, a punto de reventar... entonces... solo quiero follarla... acercar y alejar sus caderas de mi y mientras tanto ver su cara, esa dulzura que durante días observé disfrazada, como se convierte en fuego, en ira, en rabia y en pasión...

Desearía tumbarla sobre el suelo, subir sus esculturales piernas sobre mis hombros y embestirla, primero lento para notar como es mi sexo el que acaricia todo su interior, empapado, inflamado y ardiente... sentir como me la llena de calor... y una vez dentro, cuando su cara se turbie y su mirada quede perdida, prendida de placer, comenzar a clavarle hasta el fondo todo lo que entre las piernas albergo...

Puñaladas seguidas y persistentes, puñaladas por enfermarme, enloquecerme, seducirme, obsesionarme... oh... por convertirme en fetichista, en vouyer, en sádico, en masoquista, en infiel, en profesional del onanismo... por dominarme...

No... ya estoy otra vez..

Me siento mareado, sentado en el banco siento que se me nubla la vista, tengo sudores fríos, uff que sensación de debilidad, toda mi sangre debe estar en mi sexo, ahí concentrada...

No me siento capaz de ir andando a mi casa, creo que podría desvanecerme, miró a mi alrededor, no sé a quien pedir ayuda, solo enfrente está ella, lo cierto, que la persona ideal para darme algo efectivo.

Mi corbata está arrugada, con este look jamás imaginaría ni sospecharía de mis pensamientos, de hecho ya le sonará mi cara, todos los días desde hace tres semanas la visito, debe pensar que soy hipocondríaco, todos los días lo hago por verla y ahora... oh... ahora porque lo necesito...

Como has hecho hace un rato me sientas en el sillón de cuero y rodeas mi brazo con ese incomodo flotador... estas tan cerca que puedo olerte...mmm... como me pones cada día cuando me tomas la tensión!!!!