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Desesperados (2)

en Hetero: General

(...)Mientras dormitaba solo cabía mirar alrededor de mi, una cama revuelta, su cuerpo desnudo y mis pezones que aun permanecían enrojecidos habiendo disminuido parte de su erección.

Al ponerme en pie deje caer sobre mi desnudo cuerpo uno de las camisetas que había dejado la tarde anterior él tras venir del gimnasio sobre la silla del dormitorio. Avancé hacia el salón, en el suelo dos pañuelos estampados permanecían arrugados, mi sujetador sobre el sofa, y el tanga cerca de la pata de la silla. Al otro lado la ropa interior de él... sobre la mesa la toalla que había cegado mi mirada durante nuestro encuentro sexual.

Me agache a poner un poco de orden, la vida continuaba fuera de nuestro mundo de fantasía y sensualidad. Abrí el frigorífico, cogí el zumo de naranja y me senté a tomarlo sobre el sofa. Desde allí observaba el suelo del salón, mi mirada se quedaba perdida y podía recordar casi a la perfección cada uno de los detalles que el día anterior allí se vivieron.

Quizá el carecer de uno de los sentidos durante nuestro encuentro hizo agudizar más al resto. Desde allí sentada parecía que viera desde fuera todo lo que ocurrio....

...La puerta de la entrada se abría:

Buenas tardes cielo- su voz varonil alegraba las paredes de nuestro hogar

Que tal en el gimnasio?- le pregunte desde el salón

 

Vi su cara asomar con una iluminada sonrisa tras la puerta, estaba muy atractivo. Se dirigió al baño a tomar una ducha. Cuando salió de alli me sorprendió por la espalda mientras yo trabajaba en el ordenador. Tenía un olor exquisito, aparto con sus manos mi melena para comenzar a besar suavemente mi cuello.

Estate quieto- le dije remolona- tengo que acabar esto- esos besos me dejaban ver cuales eran sus intenciones.

Hay tiempo para todo cielo, mmm... que suave estas

E introducia su mano por el escote de mi camiseta intentando aproximarse a mis pechos

Venga dejame un poquito por favor, de verdad que tengo que acabar esto

Él se retiro, y se fue al cuarto a vestir. Aproveché ese momento para ir al baño, cuando salí de allí me lo encontré en la puerta, rápidamente cogió la toalla pequeña del baño y vendo los ojos con ella mientras un apasionado beso me dejaba fuera de combate. Sin movernos de alli comenzó a quitarme la camiseta. En ropa interior me dirigió hacia el salón.

Allí me tumbó sobre el parque y lentamente desabrocho mi sujetador, note el frio del suelo sobre mi piel. Quede tendida bocarriba en tanga, no veia nada, sentí como cogia con suavidad mis brazos y rodeaba con una suave tela las muñecas ejerciendo una leve presión hacia arriba. Sentí que me amarraba a algo. Lo hizo primero con un brazo y luego con el otro.

Una vez atada procedió a desnudarme del todo, bajando mi tanga... Sus manos muy abiertas rodearon muy suave mi cuello, bajando al escote, envolviendo mis pechos, moldeando mi cintura, abarcando mi cadera, paseando por el monte de venus, rodeando mis muslos. Me sentía totalmente poseída. Todo el movimiento de bajada que efectuó lo repitió de subida.

Vamos a hacer lo que a mi me apetezca esta tarde, vale?- me dijo con un tono muy convincente

Yo no contesté, queriendo otorgar con ello, pero él se había metido mucho en su papel:

Espera que no se si ha quedado claro- pellizco fuerte mis pezones- he dicho que vamos a hacer lo que a mi me apetezca, si?- estaba claro que esperaba mi respuesta

Lo que tu quieras- suavizo su presión sobre ellos... y note la humedad de su lengua que aliviaba mi dolor.

Se centró un largo tiempo en ellos, con su lengua los envolvía y sus labios succionaban como bebe con gran apetito. Mi sensación es que se quedaba mirándolos ensimismado (como habitualmente le pasaba), pero lo cierto es que yo no veia. En uno de sus actos di un grito de dolor, me había mordido más fuerte de lo que debía.

No te angusties, ahora te lo voy a aliviar.

Sentí que se alejaba de mi verá, imaginé donde había ido, al fin y al cabo esta situación no era nueva para mi. Si algo le gusta a él es jugar con el frío y el calor. En seguida lo note, el hielo se posaba sobre mis pezones anestesiándolos de forma temporal, los paso haciendo circulitos alrededor... enseguida las gotas de agua resbalaban por mi cuerpo, no tardo nada en coger uno de los gordos y ponerlo entre mis labios vaginales. Me estremecí. Esto me excitaba mucho psicológicamente, pero físicamente el efecto es totalmente el contrario.

A él le encanta retardar mis momentos de placer lo máximo posible. No sé cuanto duro sin derretirse el hielo entre las piernas, pero yo creo que en segundos tenia mi coñito empapado de agua. Seguido a esta operación solía pasar la esponja mojada en agua bastante caliente:

Asi te va a quedar muy limpito y suavecito- decía mientras lo hacía con sumo cuidado

Las terminaciones nerviosas de la zona estaban muy sensibilizadas, mis piernas abiertas notaban todos los cuidados de él... los cambios de temperatura me hacían estremecer y los pañuelos estaban demasiado fuerte alrededor de mis muñecas...ahora acercaba su cara, notaba la respiración..

ufffffffffffffffff....

Succionaba con intensidad mi clítoris, como queriendo dejarlo a la vista, mordisqueaba todo mi coñito alrededor, abría la boca intentando introducírselo entero... o por lo menos eso sentía yo. Su lengua frotaba todo mi sexo, llegando hasta el ano donde parecía introducir la punta de la lengua, sus manos se agarraban a mis dos pezones y sus dientes me atemorizaban entre mis muslos.

Cariño, me hacen daño los pañuelos en los brazos- le dije bajito y con cierta molestia

Quieres que te los afloje?- me dijo en un tono que dejaba entrever que si lo hacia no sería de forma gratuita

Si por favor, me hace daño

Te desato para que vayas al baño y me dejes ver como haces pis- esto tampoco era nuevo para mi...

Vale- pero afloja por favor...

Me soltó de donde estaba atada, y de la mano me guio desnuda hasta el baño, me senté sobre el w.c, abrió mis rodillas para poder ver y note como se agachaba entre mis piernas. Los nervios y la excitación hicieron que tardara unos segundos en comenzar. Siempre que lo hacía en estas circunstancias a él le encantaba acariciar mi clítoris mientras observaba como solo salia el chorrito sin tocar ni una gota. Cuando acabe volvió a limpiarme con su esponja.

Sentada en el w.c y tras sus caricias quise incorporarme pero el introdujo su polla en mi boca... que rico manjar, no podia verlo pero lo sentía perfectamente y de tantas otras veces que había disfrutado con su imagen ahora podía imaginarlo al detalle.

Creo que el estar en el baño, desnuda con los ojos tapados, sentada en el wc con las piernas abiertas y la polla de mi chico en la boca me excitaba muchísimo, mentalmente estaba muy metida en el juego que él había creado, casi dispuesta a todo lo que me pidiera. Después de mamarsela durante un tiempo (no puedo deciros cuanto porque en tal situación se pierde la noción de todo), me pidió que me levantará y sé que volvimos al salón.

Ahora tendida bocabajo, mis brazos volvían a estar amarrados, y volvía a parecerme fuerte:

Cariño, afloja me duele- le decía

No esta muy fuerte, solo lo suficiente no quiero que te arrepientas- me susurraba al oido mientras abría mis nalgas y notaba como extendía algo por mi ano introduciendo parte de su dedo...

Me estare quieta de veras cielo- le decía- pero afloja

Shssssssss enseguida te lo quito preciosa- shsssssssssss

Y tras esa petición de silencio introdujo su polla por mi culo, no le costo mucho entrar, en nuestras relaciones sexuales practicábamos con cierta asiduidad la penetración anal, pero por muy acostumbrada que una esté la primera entrada siempre impresiona y eso que él aunque no lo hizo muy lento sabía hacerlo con delicadeza.

Me sentí explotar, las muñecas me dolían y me sentía totalmente indefensa y sin voluntad, el se movía con cuidado de no desgarrarme, jadeaba fuerte y decia todo lo que le gustaba correrse dentro de mi culito. Todo eso me excitaba sin fin, si alguien sabía transportarme en las relaciones sexuales era él. Conseguía que no me importara nada. Efectivamente tardo no mucho en inundar mi ano con su semen. Cuando saco su polla de mi interior sentí una liberación pero a la vez una crisis de ansiedad por querer que volviera a introducir algo.

Como os he dicho el retardaba todos mis orgasmos todo lo que podía y para ese momento yo todavía no había tenido ninguno aunque los había rozado muchas veces. Esa sensación de que llega y posteriormente es interrumpido es un sufrimiento increíblemente placentero.

Asi me quedé bocabajo, con la pelvis medio levantada y las rodillas abiertas, desnuda, atada a las patas. Y él estaba cerca, supongo que descansando, disfrutando del paraíso. Podía imaginarme como su pene estaba ahora disminuyendo de tamaño. Notaba mi culo húmedo y sabía que estaba lleno de su semen.

No se el tiempo que paso, solo se que le pedi que por favor me aflojara los pañuelos de nuevo, y me acariciara mi coño, estaba muy excitada. No escuche ninguna respuesta por su parte, nada de nada. Al cabo de un tiempo empecé a sentir que alguién soplaba entre mis piernas, un alivio´en mis brazos, me soltaba las cuerdas y me giraba bocarriba de nuevo para volver a amarrarme.

Que calor me daba la toalla en los ojos, volvió con el hielo, a colocarlo sobre mis piernas, lo froto hasta pasarlo por el ano:

Ahora también por aquí por si te hice pupita

Me gustaba, empezó a lamer mi cuerpo, abrió mis piernas y me lo comió de forma deliciosa, acariciando de nuevo mis pechos y pezones, poco aguante con su lengua recorriendo cada rincón, cuando agitaba mi clítoris con ella y metia tres dedos dentro de mi vagina me llego el orgasmo, un orgasmo tan deseado y contenido que tuvo como muestra un grito bastante fuerte de placer.

Sentí que se estaba masturbando, entre mis piernas abiertas se coloco y empezó a meneársela, rozando con su punta el centro de mi coño, una vez clítoris, otra vagina, mientras tenía fuertes palpitaciones en la zona. La iba notando mas fuerte, con el glande frotaba de nuevo mi clítoris, de arriba abajo.

Creo que los dos nos encontrábamos en una situación de máxima excitación, habíamos calentado nuestra mente hasta puntos insospechados, y esto nos ocurría cada vez que entrabamos en este juego de pequeña dominación.

Todavía no te puedes correr eh- me decía con gran ansiedad- ahora solo debes dejar que yo lo haga- me voy a correr sobre tu coñito y luego te voy a masturbar con el semen que en él te deje.

Estábamos totalmente desesperados, queríamos hacer cada vez cosas mas sucias para satisfacer nuestro grado de excitación, era lo único que se nos ocurría, de hecho su idea me pareció buenísima, ya me imaginaba sus manos extendiendo su semen por mi clítoris, con el resbalar de sus dedos yo llegando al orgasmo empapada de él.

Frotando su capullo en mi coño y agitando la base con sus manos se corrio como él mismo había presagiado. Disparando contra mis labios, uretra, vagina y clítoris el poco semen que le quedaba, gimio de placer y yo me retorcí al sentirlo sobre mi... no tardo ni dos segundos en comenzar a embadurnar mi sexo con su tibio liquido, era deliciosa la sensación, el me narraba como le encantaba verme manchada de él, y me decía que ahora si que era suya de verdad, el orgasmo no tardo nada en llegar....

Buenos dias cariño!!

Eh... buenos dias amor!- dije medio sorprendia- .

Sus buenos dias alegres hicieron que mi mirada volviera a recuperarse y dejara de mirar el suelo en el que la tarde anterior todo esto sucedió, me había encontrado absorta en el recuerdo...

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