... a veces sueño con un desconocido...
Alguién de quien no sé nada, ni su nombre, ni su cara, ni su edad...
Un desconocido que con sus palabras despierta mis sentidos y sin que me invite acudo a sus citas, a veces oscuras, a veces románticas, otras perversas... a veces en su placer en solitario me escondo tras sus letras para espiarle en silencio...
Y cuando veo un hueco por el que colarme, sin que lo sepa y en silencio me disfrazo, de rubia, o morena o pelijorra, alta, baja, gorda o flaca... de pechos grandes o pequeños, y nalgas chiquititas o respingonas... me disfrazo de lo que él desee y sin que me reconozca me envuelvo de su imaginación.
Y así lo puedo sentir, cuando habla de besos me los da a mi, y cuando son caricias o desplantes soy yo la que enfurezco despertando mi ira y desesperación... mi desnudez es la que observa y mi piel quien le tapa y le envuelve... mis caderas las que se balancean y mis pechos los que calman su sed...
Pero lo más gratificante no es lo que soy yo, si no lo que él es... el que me enseña nuevas perversiones y genera adicciones que solo con él quiero experimentar, el que me sorprende cada instante, donde no existe límite al personaje que interpretar... el que cuando estoy con otros esta presente en mi memoria...
Y con sus palabras siento sus caricias, como si fueran mías, como si en el reverso de la palma de su mano, o en el centro de su cálida lengua mi nombre estuviera tatuado, y cuando se embrutece me embrutece, cuando se excita me excita, cuando es un imposible lo que cuenta lo vuelve real... real porque en mi genera sensaciones tangibles... real porque cuando entre mis piernas me mojo de excitación, son mis dedos los que brillan y húmedos dejan el rastro por el interior de mis muslos...
Cuando describe como me lleva al orgasmo solo deseo encontrarme con él cara a cara, para no hablar, palabras suficientes he tenido de él tanto tiempo leyéndole, solo juntarnos un tiempo para fundirnos en una creativa e innovadora aventura sexual.
Como desconocidos desde la lejanía del anonimato y la cercanía de la pasión fundir nuestros cuerpos, al igual que lo hacemos aunque tú lo desconozcas en cada uno de tus textos, siempre observándote y masturbándome en silencio y a escondidas mientras eres quien me arranca jadeos, contoneos y arrebatos de placer frente al monitor del ordenador...
No me excitan las piruetas ni posiciones acrobáticas, pero si el morbo de tus relatos y la forma y perspectiva en la que me haces participe de ellos, la reina de tus textos... oh que egoísta!! Habría tantas que se enfadarían si supieran que así te acaparo... pero ellas en su hermético silencio harán como yo de ti, su oculto juguete de deseo...
Tengo que ser consciente y aprender a compartirte, aunque la verdad... desearía que por una vez solo escribieras para mi. Que tu lengua fuera mía durante un par de líneas, solo mía, que recorrieras mi piel en la más estricta intimidad y en mis oídos susurraras esas exquisitas palabras que solo de ti he leído, mientras profunda y energéticamente me hacías tuya... Desearía que tus ojos solo me contemplaran a mi desnuda, sin disfraces, con los pechos de mi tamaño y el color de mi pelo... que tus manos, suaves y fuertes me prendieran, y sacaran todo el ardor que en mi tu generas...
Que tendrá un relato, que cuando en tus manos cae no es un cuento erótico para mi sino un excitante y real aventura sexual contigo...
Gracias.
Alesandra