El placer no estriba solo en el tacto o el sabor... la mirada despliega las alas de la fantasía e imaginación, despierta la actividad mental hasta que esta provoca fuertes temblores en el interior de nuestro ser.

Me aburría tanto, había puesto mas de cuatro canales, todos eran espantosos, tenía tantas ganas de curarme ya. Una semana en casa sin poder salir, con fiebre... maldita faringitis!

Ya no sabía que hacer, mi pareja fuera de casa en el trabajo, mis amigas con sus quehaceres y yo aquí, como una seta plantada en un campo sin vida...

Me levanté a mirar por la ventana, algunas personas caminaban por la mojada calle brillante de las tenues gotas de lluvia del ya adentrado otoño. El día estaba gris, vestía sobrio y elegante no sin dejar una pequeña esencia de nostalgia y tristeza sobre cada ventana de la gran ciudad...

Los coches circulaban con sus cristales semiempañados salpicando gotas a sus laterales, un perro sacudía con energía su pelo empapando a una señora que en esos momentos pasaba a su vera con el carro de la compra...

Y yo en mi casa, aburrida, sin saber que hacer, cansada de la monotonía de mi leve enfermedad, casi con ganas de incorporarme de nuevo a la oficina. Mis muebles brillaban más que nunca, se respiraba un aroma a limpieza absoluta en el hogar. Mis últimos días habían servido para dejar la casa como la patena... y ahora que?

Volví a fijar la mirada en la calle, a través del mirador del salón, nada nuevo ocurría, el soul sonaba de fondo en mi estancia, era el complemento perfecto al sobrio traje que vestía el otoño. Alce la vista sobre las ventanas del piso de enfrente... que manía tienen con construir las viviendas unas sobre las otras... pensé, que falta de intimidad!

Pero esa falta de intimidad hoy me entretenía, la mayoría de amas de casa tenían las compuertas de su hogar abiertas de par en par, ventilando, limpiando y yo con mi mirada podía recorrer dormitorios y salones alimentando mi femenina curiosidad.

Con gran disimulo observaba los mobiliarios, colores... observaba a sus habitantes sus movimientos rápidos y enérgicos, en el primero los veía con mayor dificultad, en el segundo sacudía a la alfombra como si en ello se fuera a dejar la vida, en el tercero (enfrente de mi casa) en el tercero solo veía la ventana del salón y dormitorio abierta y una mujer al fondo parecía recoger algo del suelo...

Podía dejar mi mirada perdida durante horas en cualquier punto fijo, pero hoy estaba inquieta, aburrida de la monotonía... Observaba con detenimiento como la vida transcurría a mi alrededor... En el 1º, 2º y 3º nada parecía variar...

Sonó el teléfono:

Conversamos unos diez minutos, colgué y volví a mi caja de entretenimientos, el mirador...

Todo parecía igual, en el primero el plumero de movía de forma desenfrenada, en el segundo... "cuantas alfombras tenían en esa casa por Dios?", ahora sacudía una horrenda de colores tierra con un estampado horrible... y en el tercero, pues... en el tercero algo estaba ocurriendo.. veía a una pareja besándose cerca de la puerta de la terraza, podía verlo bien, nítido al estar cerca de mi...

Me dio vergüenza que me pudieran pillar, pero cuando vi esas manos envolver el cuerpo de mi vecina sentí un pequeño escalofrió. Era la forma en que lo hacía, quizá mi aburrimiento y mi abstinencia sexual de la última semana eran aliados perfectos para que magnificara cualquier sutil acercamiento entre dos personas...

Pero esto no era sutil, esto era contundente, abrazaba la cintura de la mujer con pasión, rodeándola con la otra mano por la parte trasera de su cuello. El beso era largo y yo me imaginaba que tambien debería ser profundo. El vestía un traje estilo ejecutivo y ella llevaba puesto un camisón color hueso de tirantes y similar a la seda...

No sé la edad que tendrían, desde esa distancia veía sus movimientos pero no podía ver con claridad los detalles de su rostro... por el cuerpo de ella que era el que mejor se veía yo diría que rondaría los 40 y supongo que el estaría en la misma década aunque no puedo más que suponerlo.

Vi sus manos, perecían robustas, entraban por debajo del camisón, subían por las piernas y llegaban a las nalgas. To podia ver el comienzo de éstas ya que la tela de la ropa que cubría el cuerpo de ella había quedado enganchada en el reloj de él.

Ella mientras se besaban quitaba con pasión la corbata de él, después de haber dejado caer su americana y empezaba a desabrochar una camisa color blanca que llevaba...

El seguía palpando bajo la suave tela de ella, no separaban sus labios, parecían fusionado en un solo cuerpo, todo eso me estaba encantando percibía desde mi ventana un fuerte contenido pasional en hasta ese momento casta escena

Él quedó desnudo de cintura hacia arriba, era alto y parecía fuerte aunque también se le veía un poco de barriguita que sobresalía sobre su estómago, aun así se le veía muy atractivo... dos de sus dedos dejaba resbalar sobre los hombros de ella los dos finos tirantes de su camisón, cayendo hasta dejar al descubierto dos pechos de tamaño medio que caían levemente (si realmente tenía 40 estaban muy bien la verdad) sobre su torso.

Las manos de él cubrían cada milímetro de piel de los mismos y le sobraba un poco, los envolvió, empleando su dedo pulgar e indice para hacer sobresalir los pezones de esa mujer hacia fuera, a ella se la veía estremecer, tanto que al mover un poco su cuerpo fruto de la excitación su camisón cayo entero al suelo dejándola totalmente desnuda al fondo del salón...

Me sentí excitadísima, el hombre estaba allí vestido con los pantalones de su traje y el cinturón a medio desabrochar, agarrando los pechos de esa mujer desnuda. Mi vista se empezó a volver borrosa, me di cuenta que me había pegado tanto al cristal , que la punta de mi naricita lo estaba rozando y mi respiración hacía que este se empañara...

Me aparté, enseguida se tornó de nuevo transparente, ella estaba de cuclillas parecía que bajando su cremallera y empujando los pantalones hacia abajo, el divisaba la escena desde arriba.

Pude observar como bajaba la ropa interior y aparecía en escena el pene de ese hombre, antes de vérselo ya se intuía su excitación, pero fue un símbolo claro de cual era su estado en ese momento.

Le vi ahí de pie, con los pantalones en los tobillos, desnudo, con un perfil presidido con su empalmada polla, y ella desnuda de cuclillas abría la boca para meterla hasta su interior. Él echaba su cabeza para atrás disfrutando del placer que ella le proporcionaba.

Viendo esa escena me sentí muy excitada, me apetecía que viniera mi pareja a casa y me poseyera entera, quería cogerle su miembro y llenarme mi boca con él hasta hacerlo rebentar... notaba calor entre mis piernas, metí la mano entre ellas no con la intención de masturbarme si no solo de aliviar algo la tensión...

Ella estuvo un buen rato mamandole, mientras él aguantaba, parecía que se lo estaba haciendo delicioso y alargaba todo lo que podía su placer, yo estaba hipnotizada ante tal imagen.

Las manos de ellas recorrían la base del pene de el, usaba las dos, y su boca se centraba en la punta, a veces solo sacaba la lengua para hacerle dibujitos...yo no podía oir nada pero parecía que él tenía la respiración acelerada, no era para menos, en su perfil podía ver como su estomago se movía con gran ritmo cada vez que cogía y soltaba aire....

Mi mano estaba dentro de mis bragas, note la tela húmeda y mi dedo jugaba suave con mi sexo... una de las veces que la mujer se metió la polla hasta el fondo, vi como él giró su cabeza con la cara desencajada... y allí me encontró, con la mano dentro de mi ropa moviéndola... mirando fijamente como se la mamaban, viéndoles a los dos desnudos...

Me metí rápidamente hacia adentro, muerta de la vergüenza, quería morirme, me metí en la cocina y deje pasar el tiempo, unos 10 minutos pensando que habrían continuado en cualquiera de las habitaciones interiores...

Salí al salón como una niña escondiéndose cuando ha hecho algo malo y me encontré al hombre sentado en un sillón en el salón desnudo y ella encima frente a él, subía y bajaba, estaban follando frente a mi ventana... quise irme, no quería que me volvieran a pillar como una obsesa pero no pude... veía el redondo culo de ella temblar mientras se lo estaba tirando y me ponía a cien...

Tardaron poco en cambiar de posición, mi sexo volvía a palpitar, estaba deseando que llegara mi novio... y me hiciera algo similar que entrará por la puerta y me pillará masturbándome frente a la ventana, que se pusiera a mil y follaramos frente a ellos...

Pero ahora él se puso en pie sosteniéndola para que la polla no saliera de su vagina, hasta que ella la sacó, pude volvérsela a ver, brillaba mucho, ella debía estar empapada, no podía comprobar si el llevaba condón o no...

Sobre el mismo sillón apoyó el la espalda de ella situándose atrás y desde allí se la metió, no sé por donde lo haría, ella puso cara de dar un fuerte gemido, el cual por cierto si se produjo yo no podía oir, parecía que la doliera o que la matará de placer... no sé que la haría... yo solo sé que veía sus pechos colgando sobre el respaldo del mueble , y el detrás empujándola con rapidez miraba hacia mi ventana con una sonrisa emergente...

Su cara brillaba y mi mano ya estaba de nuevo entre mi ropa interior ahora se movía más rápido, mientras yo me ponía en la piel de esa mujer que estaba siendo penetrada...

Entré en una situación tal de excitación que pasó a no importarme la mirada de él, seguía moviendo con más fuerza mi clítoris... quería correrme igual que ellos lo iban hacer... por la cara de ella intuí que ya lo había hecho... aunque no sé en que momento... el orgasmo de él pude ver como caía sobre la espalda de su amante...

Seguí masturbándome hasta alcanzar el mío, mi mirada se había vuelto borrosa, no la podía centrar en un punto, ahora solo era mi propio placer el que me importaba. Según fue disminuyendo la intensidad de mi climax, mi mirada volvió a traducir las imágenes reales...en un salón vacío frente a mi...

En la ventana de al lado dos cuerpos desnudos yacían sobre la cama de un dormitorio, un dormitorio anejo al salón de la pasión, solo podía ver parte de sus piernas y parte de uno de los pezones erectos de ella... la posición recordaba a un cálido abrazo.

Saque la mano de mi ropa interior, húmeda... miré a la calle, algunos niños vestidos de uniforme salían del colegio, las aceras se cubrían por diversos colores y estampados, paraguas mojados decoraban las vías, llovía con más intensidad...

Sonó el teléfono: