Empañados los cristales, calida luz en mi almohada,
esencia de pasión, mordiscos que delatan, fusiones de fluidos, jadeos que me atacan. Son los besos de mi amante como esponjas que me lavan,
son los labios de su boca, suave seda que me tapa,
y la piel de su cuerpo es la nube que me eleva,
y el calor de su mirada la hoguera que me quema
que me funde y me protege, que me hace su plebeya....
Como caudaloso rió inunda la montaña,
el placer de su cuerpo empapa mis entrañas,
el terremoto de mi corazón es el que agita su gran lanza,
y el fuerte relámpago que parte el cielo retumba en nuestra cama.