Hay determinados días que incitan a quedarte bajo la mantita de franela, con un buen libro en casa, viendo como la lluvia golpea las ventanas y las nubes bajan hasta mi mirador a saludarme formando una tenue nieblina que incita a la nostalgia.

En alguna de estas tardes la nostalgia me lleva al recuerdo, a pensar en alguna de mis pequeñas aventurillas vividas hasta mi corta edad. El rememorar esos momento suele llevar implícito mi propia autosatisfacción, y es entonces cuando acabo bajo esa suave mantita metiendo mis dedos entre la ropa interior y acariciando suave mi propio sexo.

Esa tarde era una de las que antes he descrito, estaba leyendo una novela que me habían recomendado y ciertamente no me gusto mucho. Estoy segura que más de uno/a de vosotros la conocéis, "Las edades de Lulu" de Almudena Grandes. Uno de los encuentros que en el texto se narraba me trajo a mi volátil memoria una situación un tanto extraña que había vivido unos cuatro meses atrás...

Una tarde quedé en casa de un amigo mío, el clásico hoy llamado "metrosexual". Era un amigo de estos con los que alguna vez una ha tenido un desliz, si nos liamos varias veces, pero nunca llegamos a acostarnos juntos, siempre quedo en sexo oral o manual. Parecía que manteniendo esa barrera podíamos conservar la amistad. Nos llevábamos de muerte y una tarde me llamó pidiéndome que me acercará a su casa que tenía algo que contarme. No tarde mucho en presentarme alli, vivíamos relativamente cerca.

Estuvimos sentados en el salón hablando de cosas triviales hasta que me aventuré a preguntarle que es lo que pasaba. Él me dijo que por favor no se lo dijera a nadie pero que la otra noche había tenido un encuentro gay, enseguida me eché a reír, pensé que bromeaba, siempre estaba con varias chicas a la vez y alababa cada una que era más o menos atractiva.

Mientras yo reía el permanecía serio frente a mi, y me juraba y perjuraba que había tenido una experiencia con otro chico. Empecé a creerlo, nunca le vi con una cara tan preocupada. No sabía que decirle, pero el solo comenzó a relatarme su encuentro y yo no pude por más que entrar al detalle con mis preguntas bajo su consentimiento.

Me relató que lo único que había pasado eran un par de besos, y que el chico en cuestión se la había mamado hasta que el se corrió. No podía imaginarme otra cosa, le veía a él y su pene erecto ( que yo tan bien conocía) y me imaginaba a un maromo de 2x2 amarrándole por los testículos y chupando sin parar... esa imagen era una mezcla entre desconcierto y algo de excitación. Le pregunte si le había gustado y me dijo que nunca jamás le habían hecho una mamada como esa.

Este comentario no me agrado, porque eso quería decir que había sido mejor que las mias, y está claro que esto no le gusta oirlo a nadie, ya que yo dentro de mi humildad creo que es una de las cosas que mejor se me da.

También me comento que lo del beso no le había emocionado pero no estaba nada mal. Él realmente no hizo nada al tio, por lo visto solo le agarro la polla un par de veces, pero se había quedado con ganas de volver a repetir.

Me sonaba todo tan extraño, pero lo más fuerte para mi estaba por llegar... me dijo que ese chico que le había practicado el sexo oral era su vecino. Mi sorpresa fue instantánea, su vecino tenía 17 añitos...

Hablamos rato largo acerca del tema, le apoye porque sabía que era lo que tenía que hacer, pero algo cambiaba en mi interior, ahora.... "me volvería a liar con él?". Después de mucho charlar, me había sentado a su lado para abrazarle en un momento que tuvo de desplomo, empezamos a besarnos.... lo hacía tan bien como siempre y su mano empezó a recorrer mis pechos.... hasta que sonó el timbre...

Por la puerta de su comedor apareció mi amigo acompañado del joven vecino que le cogía de la mano, era una situación surrealista, no me pegaban nada amarrados y unidos como novios estables, de hecho algo de celos se apoderaban de mi corazoncito...

Se efectuó la presentación oficial, en ella me presentó como esa amiga de la que ya le había hablado y lo mismo hizo a la inversa con respecto de él. Qué era entonces lo que sabiamos cada uno del otro?.

Yo estaba al tanto de que este chico era gay, y mi amigo creia ser bisexual y yo estaba claro que era heterosexual...

Se sentaron los dos juntos en el sofá y yo volví al pequeño sillón en el que permanecía antes de que iniciáramos el abrazo que posteriormente nos llevo a besos y caricias hasta ser interrumpidos.

Ël chico probablemente por su corta edad era impulsivo y atrevido, sentados hablando tranquilamente llevaba la mano hasta el paquete de mi amigo frotándolo sin vergüenza de que yo me percatara. Llegue a la conclusión de que estaba marcando su territorio. Yo quería parecer ajena a estos movimientos, pero todos eramos conscientes de ellos. Note la cara de mi amigo, la conocía perfectamente, creo que estaba excitado.

Pensé que era el momento de irme, la cosa se estaba poniendo de forma que no me agradaba, hice ademán de iniciar la despedida, me acerque al chico y le di dos besos, éste amarraba por el trasero a mi chico. Me acerqué a él para darle otros dos besos y creo que el calentón que llevaba en el paquete fue lo que le impulso a besarme introduciendo su lengua en mis labios. Ese beso me supo a miel, era intenso, muy intenso... me deje llevar y notaba como iba creciendo la energía del mismo, su lengua amarraba la mia, era muy pasional, note que algo golpeaba mi pierna de forma repetida... eran los hombros del chaval que se había agachado y estaba mamando la polla de mi amigo... me quede perpleja, la intensidad de los besos que recibí eran fruto del placer que estaba sintiendo en su sexo.

No supe que hacer, vi como mi amigo agachaba la cabeza para observar como se lo hacía el chuiquito. Me aparte, esté bajo los pantalones de mi amigo y su slip hasta los tobillos y vi como se lo hacía... me quede allí de pie muy cerca de ellos solo observando, mirando el porqué esa era la mejor mamada que le podía hacer nadie, analizando que tenía de diferente con respecto a la mia.

El chico no paraba, solo lo hizo un momento para desabrocharse el pantalón y quedarse desnudo de cintura para abajo, estaba muy empalmado. Cuando vi ambas pollas así de duras mi mente voló rápido, pero solo hizo eso...volar...

Escuchaba los jadeos de los dos, veía el pene brillante y húmedo del que numerosas veces fue mi amante y como la mano del otro chico meneaba su miembro mientras no paraba de trabajarse a mi amigo.

Nunca jamás vi a dos tios besarse cerca de mi y de repente estaba viendo una experiencia sexual gay que si quería podía tocar, o peor de una manera participe en ella, me consta que a los dos, y principalmente a mi amigo les ayudo mucho mi presencia para conseguir un clima muy morboso.

Vi como mi amigo se corría en la boca de él, y el otro lo hacía sobre el suelo del salón. En el momento en que salió la última gota de semen de sus miembros me fui ante sus miradas impasibles.

Cuando llegue a mi casa me masturbe pensando en ello, llegue muy excitada, y en mi recuerdo analicé cada uno de sus sexos y amplie la experiencia con retales de mi fantasía en los que yo pasaba a formar parte de ese trio tan extraño... imagine, vole, y poseí a los dos en mis sueños...

Nunca realice trio con ellos, si me lo planteo mi amigo, pero no creo que ver una relación sexual entre dos hombres más intensa llegará a provocarme satisfacción, tal y como se produjo está fue el componente sorpresa y la naturalidad lo que crearon un clima muy morboso...

Definitivamente mi amigo es bisexual, varias veces me planteo el trio pero con él nunca lo realicé, el sigue insistiendo pero yo me hago la dura, aunque no digo que un día de estos no caiga... el sabe que mi condición es que ambos sean bisexuales....

Así en la tarde en que leí ese episodio concreto de la novela, tumbada, tapada con la mantita, recordé ese dia, y no pude por menos que dejar caer el libro a un lado del sofa y recrearme en mis recuerdos, con mis piernas entreabiertas, desprendiendo humedad y esparciéndola por mi piel, acariciando mi sexo con gran excitación sentir el orgasmo que me trae el correo del recuerdo.