Llevábamos meses planeando un fin de semana de turismo rural, pero el trabajo de los dos había ido retrasando el momento hasta casi creer yo que jamás se celebraría. La idea era ir en invierno a la clásica casa con chimenea, muy acogedora, en un paraje nevado... pero las circunstancias hacían que al final nos fuéramos de turismo rural en pleno mes de mayo... y no es que no sea una época bonita... pero a mi lo que me parecía más bucólico era hacerlo en pleno invierno.
Llegamos de noche, la casa llena de polvo con unas sábanas de estas ásperas ásperas, que te salen sarpullidos con tan solo mirarlas... Juan se acerco a mi cuando ya estábamos con las luces apagadas, en plan mimosón, con besitos en el cuello, caricias juguetonas... pero lo cierto es que yo estaba muy disgustada y no tenia ganas de nada... así que me voltee con desgana. Él insistía pacientemente, pero yo no estaba nada motivada. Nos quedamos dormidos.
Hacia las 5.00 de la mañana me desperté con Juan encima mío agitándose de forma rápida a punto de correrse dentro de mi... me había quitado las braguitas mientras dormía y empalmado me había penetrado. Se corrió en mi interior unos 30 segundos después de yo abriera mis ojos.
No era la primera vez que hacia algo similar, las otras veces que lo hizo tuvo un comportamiento similar, al acabar saco su pene de mi y comenzó a masturbarme con su mano, sin besarme ni nada hasta conseguir que yo llegara al orgasmo, posteriormente ambos dormiamos sin más.
Juan y yo, llevábamos algunos años con la pasión apagada, mi marido se había convertido en un ser que yo casi no reconocía sexualmente hablando, antes era dulce, cariñoso, últimamente gozaba más de una forma más fría y dominante, aunque era por rachas. Alguna vez le pregunté si tenía ganas de hacer algo nuevo o le pasaba algo y el no se dio por aludido.
A la mañana siguiente de esa extraña relación le pregunte que porque habia actuado de tal manera, pareció enfadado, me pregunto si acaso había hecho algo malo o ilegal, lo hizo de forma defensiva... y me pillo por sorpresa... le comente que quizá yo no quería y el no había contado con mi voluntad, pareció enfurecer aun más, dijo que era mi marido y tenia derecho al disfrute de los placeres propios del matrimonio con su esposa. No me gusto su tono, no era propio de él...
Quise zanjar el tema y no darle más importancia, transcurrió el día con normalidad, disfrutamos del campo y charlamos distendidamente, yo me acerque con intenciones pasionales a él durante el paseo por el campo pero el me rechazó, actitud que volvió a sorprenderme de forma no muy grata. Durante la tarde le hice una nueva insinuación y no se dio por aludido.
Esa noche ocurrió lo mismo que la anterior pero con distinto final, mi marido introdujo su pene dentro de mi mientras dormía, debía ser algo que le excitaba mucho porque yo en seguida me percataba y esta vez al abrir los ojos, el saco su miembro para correrse sobre mi cara... me quede perpleja... rapidamente llevo sus manos a mi rajita y empezó a masturbarme... esta noche me sentí excitada... cuando él vio que mi reacción era positiva paro de masturbarme, se dio media vuelta y se quedo dormido.
No dije nada, mi marido estaba enfermo es todo lo que pensé,
me gire para abrazarle y solo me dijo límpiate la cara por favor... me pareció
de muy mal gusto. Cuando volví al dormitorio después de asearme y quedarme a
media excitación me lo encontré tumbado bocarriba, con la tele puesta y una de
esas películas que ponen de madrugada mientras se la movía sin cesar,
rapidamente le pregunte que es lo que pasaba medio llorando, me preocupo mucho
su actitud... el me miro y se la siguió moviendo:
Desnudate
Le suplique que me dijera que pasaba, se levanto me agarró del brazo y me dijo que mirará la tele y dejara ya de hablar. Era una película porno, y yo me sentía sentada desnuda con un extraño a mi lado masturbándose, él no me tocaba, ni me miraba... la tenia muy dura, algo de esa situación le excitaba una barbaridad...
... Y a mi tambien me estaba empezando a excitar ver con que cara se masturbaba, me cogió me puso de rodillas en el suelo con el torso sobre la cama y por detrás me penetro con mucha fuerza... lo hacia tan distinto a lo que yo conocía... parecía otra nueva persona... y en esa idea me evadí... y esa idea me excito... estuvo bastante rato penetrándome, se había corrido no hacia mucho tiempo por eso aguantaba de esa manera, de fondo se escuchaban los jadeos de los actores porno de la película, me levantó me tumbo bocarriba sobre la cama y volvio a penetrarme con fuerza, tapando mi cara con las sábanas, él no veia mas que mi cuerpo desnudo y yo solo sentía su miembro hinchado dentro de mi... no veia nada mas...
Quise destaparme la cabeza, tenia mucho calor pero él no me dejo siguió follandome con gran deseperación... todo esto me excitó de sobremanera... sentí el semen golpear en mis paredes... y posteriormente tuve mi orgasmo.
Note el peso de su cuerpo sobre el mio, no hablamos durante unos minutos, hasta que el se incorporó y descubrió mi cara, empapada de sudor, con los ojos muy brillantes, él volvia a sonreir con la dulzura de años atrás...
-Cariño, solo quería que vieras lo placentera y encantadora que pueden resultar otras formas de disfrutar el sexo matrimonial, ya es hora de que en nuestro matrimonio a parte de hacer el amor follemos cielo.
Con un dulce intenso beso dormimos, rozándose nuestros cuerpos desnudos... esa noche no me despertó su cuerpo sobre el mio, me despertaron los rayos sobre la colcha de la cama y mi marido besándome con ternura en los labios.