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El profesor de Autoescuela

en Hetero: General

Las clases de autoescuela eran muy interesantes. Desde que mi profesor habitual había cogido vacaciones su sustituto amenizaba mis pensamientos cada noche. Era muy serio, probablemente rondara los cuarenta, su mirada era penetrante y tenia la clásica voz varonil que a la mayoría nos encanta.

Nada más cumplir los 19 me apunte a la autoescuela, estaba deseando tener el carnet, de hecho, ya llevaba seis meses trabajando en una hamburguesería para poder ahorrar un poco mientras estudiaba mi carrera para comprarme un cochecito.

El teórico no se me resistió, a la primera, sin gran esfuerzo y una importante dosis de suerte lo aprobé. Ahora llevaba un mes de clases prácticas y empezaba a plantearme que llegaba la hora de presentarme a tan inmenso suplicio. Desde que Jaime llego a sustituir a Alfonso, prestaba mucha mas atención a las indicaciones del profesor.

El primer día debo reconocer que me pareció algo borde, muy seco y estirado. Pasó una semana hasta que empecé a encontrarle su morbillo, un morbillo que fue convirtiéndose casi en un reto, o un capricho (como se quiera mirar) para mi.

Nunca note que me mirara de forma especial, él era lo que se llama todo un profesional, entraba se abrochaba el cinto, ponía los pies sobre los pedales, miraba al frente y no sonreía por nada del mundo... pero tenía una voz tan envolvente... que a nada que dijera una linda palabra seguro que resultaba un gran seductor.

Yo por las noches al irme a dormir pensaba en él, y me imaginaba como llegaba poseerme, imaginaba unas manos fuertes, recias, agarrando mi cintura, me imaginaba nuestros cuerpos unidos y me excitaba mucho, tanto que mientras lo hacia bajo mis sabanas bajaba mi ropa interior para acariciar mis genitales y posteriormente caer relajada en un plácido sueño.

Una de las tardes del mes de Agosto se dirigió a mi en un tono un tanto distinto al habitual, todo era tan serio como siempre hasta que estacione el vehículo enfrente de la autoescuela para acabar la clase. Al despedirme le di las gracias con una sonrisa deseándole que pasara un feliz fin de semana y él me dijo que era un placer enseñar a alumnas tan guapas como yo. La verdad que estas palabras en boca de cualquier otra persona no habrían tenido ninguna importancia para mi, pero en sus labios eran un auténtico tesoro, no solo por como sonaban si no por lo extraordinario de que las pronunciara. Sonaban mas sinceras de lo que en cualquier otros labios lo habrían hecho, sobretodo cuando tras su silencio esbozo una pequeña sonrisa.

Me fui a mi casa encantada, encantada y coloradísima, me sentí tan avergonzada como años atrás en la escuela cuando un profesor preguntaba mi nombre, esta sensación me hizo sentir chiquita de nuevo y empecé a enfadarme conmigo misma por no haber sabido corresponder a sus palabras como lo habría hecho una mujer de armas tomar...

Al lunes todo transcurrió con normalidad, me comentó que si no tenía mucha prisa podríamos ir a Mostoles (pueblo de Madrid en el que se realiza el examen de conducir) a practicar por la zona dado que se aproximaba la fecha de la prueba. Me pareció una idea excelente así que cogí los mandos y hacia allí nos fuimos. En Agosto lo bueno es que la capital esta libre de tráfico, así que en menos de 15 minutos allí nos plantamos.

Yo no conocía la zona y me fue guiando por los clásicos lugares que solían llevar a los alumnos, casi al final de la tarde acabamos en un polígono industrial por el cual se salía desde el Centro de Exámenes. Ahí practique el estacionamiento, dado que no estuve muy fina me hizo parar el motor, sacó una pizarra y empezó a explicarme que cosas tenia que tener en cuenta etc...

En Agosto el calor aquí es insoportable, baje la ventanilla, escuchaba su voz retumbar en mi interior, me imaginaba que en vez de hablar de estacionamientos, volantes, etc sus palabras repetían mi nombre, o se convertían en jadeos... Miraba como sus manos agarraban el rotulador y me centraba en sus grandes y redondos dedos... podía imaginarlos en mi rajita... me estaba humedeciendo levemente y me había evadido totalmente de la realidad...

Él seguía dibujando y marcándome las referencias que tenia que tener en cuenta, no me miraba prácticamente a la cara... yo solo escuchaba su voz y miraba sus manos... esta calentura tuvo un desenlace... como casi adolescente que era, de forma impulsiva me lance a sus labios, intente introducir la puntita de mi lengua entre ellos, opuso mínima resistencia... se dejo llevar por mi beso y me gustó mucho... tenía miedo de separarme, me estaba empezando a arrepentir, menuda vergüenza si ahora me separaba y me rechazaba... él acompañaba los movimientos de mi lengua...

Me sujetó por los hombros y me apartó, me dijo que eso no estaba bien, que se le podía caer el pelo y yo era mucho menor. Que estaba totalmente prohibido mantener relación con ninguna alumna. Me sonroje tanto, que hasta él se sintió mal... ahora su voz si que me estremecia... sus palabras eran dulces. No se de donde saque las fuerzas para alzar la mirada y preguntarle:

Lo que pasa es que yo no te gusto, verdad?

Claro que me gustas, que crees que nunca antes me fije en ti? Eres preciosa, pero yo soy mucho mayor y además... tengo pareja... y el trabajo

Lleve la mano sobre su pantalón, la introduje debajo de la pizarra que el sostenía y roce su hinchada entrepierna.

Te juro que no diré nada- mientras presionaba su paquete- será nuestro secreto y nunca más intentaré repetirlo te lo juro.

Vamos a dejarlo vale?

Desabroche los botones de sus pantalones, se le veía excitado, no paraba de intentar pararlo y sus palabras mas me animaban a mi a continuar porque no eran fuertes, no tenían credibilidad, introduje la mano en su boxer y saque su pene por fuera de los pantalones, agacho su vista pudo verse totalmente empalmado, ya no volvió a intentar pararlo.

Le agarré el miembro con las dos manos, envolviéndolo, estaba excitadísima, él miraba mi cara con dos colores en cada moflete... me quite yo sola la camiseta de algodón que llevaba y desabroche mi sujetador... me quede de frente mostrándole mis pechos...

Escucha – me dijo- vamos a llevar el coche a la parte de atrás del polígono, aquí nos podrían ver...

Puse mi camiseta de nuevo sobre mis pechos, redondos, de pequeños pezones endurecidos, desnudos y seguí sus indicaciones... el pene de él asomaba entre los pantalones habiendo disminuido un poco su erección.

Allegar allí, él pareció mucho más convencido:

Estas segura entonces?- me dijo agarrando mi carita con su mano

Si- le respondi sonriente

No se lo diras a nadie verdad- a nadie te lo juro

Mientras yo decia, esas, mis últimas palabras, él sacaba de nuevo mi camiseta por la cabeza... acarició mis pechos de forma encantadora... sus manos los envolvían enteros, llenándolas completamente...volvía notar su polla muy dura, besaba mi cuello y comenzaba a subir mi falda veraniega para acceder a mi rajita, agarro mi tanga y me lo quito...

Con la falda en la cintura me puse encima de él, sobre su asiento, mas bien sobre sus piernas... hecho el respaldo hacia atrás para que estuviéramos más cómodos y comencé a desabrochar su camisa. Detrás de ella se observaba un pecho bien formado, con algo de pelo... me gustaba porque a diferencia de los torsos que yo estaba acostumbrada a disfrutar este parecía ser más de hombre adulto...

Llevo su mano entre mis piernas y note por primera vez esos fuertes y anchos dedos como se introducían entre mis labios vaginales, que placer sentí y a él pareció volverle loco

Que pequeñito lo tienes- me dijo en un tono enloquecedor

Esto hizo que acabara a cuatro patas con las rodilla en el asiento del conductor y los brazos en el del copiloto, chupandole con gran deseo su miembro... puso sus manos en mis nalgas y dejo caer su cabeza en el reposacabezas del asiento abandonándose al placer que recibía

Si sigues me voy a ir – me advirtió

Paré de forma repentina, por nada del mundo quería que eso ocurriera, lo más normal es que nunca más volviera a tener sexo con mi profesor y quería ser penetrada por él. Mi parada produjo en él mucha ansiedad... extendió su brazo y cuando yo estaba ya sentada sobre el asiento empezó a introducir sus dedos dentro de mi vaginita... los movía de manera estupenda

Tienes condón? – le dije con voz rasgada por el placer

No – contestó – sin dejar de mover sus dedos dentro de mi- No me ire dentro, no te angusties...

Yo solo sabia que quería que me la metiera, quería ver como lo hacia y sentirlo. Llevaba tomando la píldora un año, por problemas ginecológicos el médico me la receto, era por las enfermedades por lo que más me interesaba, pero si me la iba a meter sin condón ya casi en ese estado me daba igual....

Me senté sobre él amarrándole la polla la enfoque hacia mi tibio y oscuro agujerito.. baje lentamente, haciendo fuerza con mis músculos interiores para presionarle... soltó un suspiro que pensé que solo con introducirla se había ido... entró sola, yo estaba muy lubricada por cumplir mi sueño y las caricias que sus expertas manos me habían dado...

Comencé a moverme rítmicamente de arriba abajo, la falda a la cintura me molestaba, fui a quitármela pero él no me dejo, parecía que le daba morbo verme sobre él con mis pechos desnudos, el coñito también y la falda enroscada en la cintura...

Hacía muchísimo calor, paso un coche en un momento dado cerca de nosotros, pude ver como sus ocupantes (seguramente unos obreros del lugar) volteaban sus cabezas y miraban con asombro y entre risas nuestro encuentro sexual. Los dos estábamos empapados en sudor, yo estaba a punto de irme , su dedo masajeaba mi clítoris a la vez que nos movíamos frenéticamente... mis piernas empezaban a flaquear....

En ese momento él me motivo a moverme de esa posición, dentro del estrecho espacio, me dijo que me sentara sobre él pero de espaldas, así lo hice, volví a introducírmela, estaba agotada, deje caer mi cuerpo ligeramente sobre el salpicadero del coche y él con sus caderas ayudaba al movimiento, mientras, sus manos abrían mis nalgas... Al cambiar de posición el me dijo que se iba a correr, yo estaba a punto de irme y no quise que lo hiciera fuera mio, estaba tan excitada que no pude pensar...

Note como me inundo entera, deje mi cuerpo caer hacia atrás mientras su pene estaba sufriendo fuertes espasmos y el apretaba con energía mi carne, fui notando como su polla se deshinchaba lentamente dentro de mi, el rodeo mi cuerpo con sus brazos y me masturbo con mucha delicadeza mientras yo le sentía dentro de mi y su leche empezaba a asomar entre mis piernas... en menos de 2 minutos llegue a un exquisito orgasmo...

El asiento del copiloto quedo empapado de diversos fluido, empecé a vestirme, me puse la camiseta, guarde el sujetador en el bolso y mi tanguita, el se abrochaba los pantalones

Ni una palabra a nadie, vale?

Te lo jure Jaime, nunca más ocurrirá y a nadie se lo contaré, por cierto tranquilo que tomo la píldora- sonreí

El pareció muy tranquilo, casi suspira de alivio.

Puso su mano con una sonrisa en la parte alta de mi muslo dándome un apretón amistoso y al quitarla, sus dedos estaban manchados de su propio semen junto con mis propios fluidos... me miro y ambos sonreímos.

Hoy en día ya tengo carné de conducir, aprobado a la segunda, pero guardo un grato recuerdo de aquel profesor. Nunca jamás ninguno de los dos intentó volverlo a repetir. Desde ese día la idea que paso a alimentar mi imaginación por las noches era la imagen de esos tres hombres mirando boquiabiertos como Jaime y yo nos lo montábamos en el coche de la autoescuela, durante unos tres meses fantasee con ello mientras me masturbaba.

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