Cojo mi pequeño taburete de madera, monto el lienzo, uno grande, blanco. Sobre mi paleta pongo pequeñas cantidades de los distintos colores primarios de óleo. Esa paleta vieja y desgastada que ya no tiene un color definido...

Preparo los pinceles, gruesos, finos, de diversos tipos de cerdas, todo está listo para comenzar a pintar... pero nada salé de mi pincel. Así llevo semanas, quizá meses y probablemente años. Sobrevivo como puedo, cada domingo montó un puesto en el mercadillo de mi ciudad, con una sabana y cuatro metales expongo los pocos cuadros que me quedan de mi etapa prolifera. Actualmente no pasó por un buen momento, como buen nómada los martes y jueves me traslado a otros rastrillos de pueblos vecinos, pero poco vendo, mi pintura ya no impacta y a pesar de plasmar momentos importantes de mi vida para la gente no son más que "simples cuadros" de un viejo chalado...

Llevo dos semanas sin vender nada, así que me he planteado que tengo que hacer nuevas creaciones, que pena, para mi, durante mi vida los cuadros nacían libremente, la premeditación nunca pobló mi existencia.

La inspiración no llama a la puerta, fuerzo mis sentidos para notar mi palpitar... fijo mi mirada en los vivos colores y de repente como un milagro te veo a ti, hacía años que no te recordaba, aunque desde que me fui tarde muchos meses en llenar tu vacío, y ahora que miró la paleta creo que tu agujerito siempre quedara libre en el inmenso colador que es mi corazón...

Tantos años hace de todo lo ocurrido, tan bella y bonita que eras... no pude resistirme a tus encantos mujer, a eso andares vivos y decididos, a esa profunda mirada y preciada sonrisa...

Veo el negro y mis impulsos me llevan a coger el pincel más grueso, salen rápidos y disparados dos trazos anchos que manchan mi lienzo, mi mano se mueve sola mientras recuerdo como esa oscuridad poblaba nuestras noches, y ocultaba nuestras diferencias, escondía tus reproches acerca de mi vida bohemia, mi falta de compromiso y como me dominaban mis pasiones... la noche lo tapaba todo, y abría paso a los mejores minutos del día y también de la escasa vida que compartimos juntos.

Trazos gruesos y profundos, que no dejen agujeritos en blanco, que lo tapen todo... desvío mi mirada a la paleta y al ver el amarillo siento como es el complemento perfecto a esa oscuridad, y en concreto veo esas velas que tanto te gustaban, que encendías alrededor de la cama y encandilaban mis sentidos cuando abría la puerta y te veía... rojo me volvía de pasión... tan bonita y tan bella...

Mi pincel se mueve solo mientras en ti pienso mi amor, todavía veo como al entrar en la habitación mi corazón palpitaba y tus pupilas parecían arder, y como leña en ascuas en naranja se convertían, brillantes, cuando mi pasión se acercaba entre las velas te entregabas a mis caricias y haciamos el amor...

Trazos curvilíneos dibuja mi pincel, con el mismo rojo de antes, porque aun veo tus jóvenes pechos, redondos y suntuosos, y esos pezones que jamás olvidare que como sedante introducía entre mis labios y como un bebe podía quedarme dormido saboreándolos mientras tu me los alquilabas. En este punto necesito un trazo fino y delicado para poder definir tu silueta con mi estilo abstracto.

Curvas que marean, que se elevan y se sumergen , que resaltan presumidas entre todos los colores. Tus nalgas me enloquecían cuando las besaba, o las mordía, las agarraba tan fuerte para que no te escaparas, que eran sagradas para mi, veneradas por mi miembro que las deseaba en silencio, y aunque se insinuaba nunca se atrevió a decírtelo. Y en mi soledad, aprovechando tu ausencia tantas veces lo imaginé, que cerrando los ojos mi mano se agitaba simulando que en tus glúteos estaba y me parecía hasta escuchar tus jadeos de placer...

Este pincel fino parece haber encontrado perfectamente tu recuerdo, son tan dulces los esbozos que hace... como tu mirada permanece en mi pensamiento, son tan suaves y delicados como la piel que cubría tu cuerpo en medio de tu juventud. Recuerdo como mis manos caían como una catarata lo hace por la pendiente de tu vientre y me llevaba hasta alli, hasta tu manantial privado, que tantos han disfrutado y seguramente la mayoría sin merecerlo. Avainillado, dulce, suave y ante todo muy jugoso se escurría por mis labios, me dejabas mordértelo, chupartelo y mirarlo, me encantaba perder mi vista en esa extraña y encantadora parte de tu cuerpo...

Vuelve al rojo intenso mi pincel, el mismo que el de tu sexo cuando se hinchaba y segregaba todos los placeres que sentías, cuando adquiría vida propia y mi lengua por él se perdía... era especial el tuyo, distinto a tantos otros que he probado, quizá por ser experto, no lo sé, pero su sabor era adictivo y en tu lejanía muchas veces mi boca generaba más saliva solo recordando su sabor, despertando cierta ansiedad que me hacía en esa noche volver a tu trabajo, pronunciar tu nombre y por esa escalera aparecías mientras mi olfato te podía percibir antes que la vista... tan joven, tan linta y tan bella...

Mancho de verde el pincel mediano, porque me acuerdo de todas las esperanzas que pusiste en mi, esperaste demasiado, tu ingenuidad y juventud a pesar de tu intensa vida te hicieron soñar, y a pesar de tu acusarme de ello, de ser soñador, tu resultaste serlo aun más que yo. Creíste en mi madurez te sacaría de allí. Coloreo tu figura de verde por todo lo esperanzada que viviste a mi lado, porque aunque las noches eran lo que compartíamos como con cualquiera de tus otros clientes, en mi viste el amor, o quizá tu única salida... oh princesa como siento haberte dañado..., el agua diluye la intensidad del esmeralda...

A pesar de darte cuenta de mi ser bohemio, sin futuro en mi visión, de vida desordenada y alocada, a pesar de haberme señalado mientras me culpabas de mi miedo al compromiso y falta de madurez... tú mi pequeña niña, que a tus escasos 18 te dirigías autoritaria a mi con mis 39, esperabas que el resto de tu vida solo yo te poseyera.

Nunca te ame, pero me llenabas de pasión y te quise con locura, me regalabas tus besos esos que cualquier mujer fuera de esas cuatro paredes jamás me hubiera dado acusándome de pecador y maleducado, esos que no solo engullían mis labios enredando con mi lengua, sino los que envolvían mi erecto falo, y los llenaban de calor, esos que cuando cerraba los ojos veía el color del fuego como si un desazón me comiera por dentro... mi pincel abandona el verde cariño, para poblarse de naranja...tengo que mezclar los dos colores al igual que en ese acto nuestros cuerpos se fusionaban...

Trazos finos al principio, cuando tu lengua me rozaba... aun recuerdo la primera vez que contrate tus servicios, y la rozaste, con tu puntita sobre la mia y esa cara de inocencia creí que en un loco me convertías...

Pero lo que más me encendía era tu energía y fuerza, como decidida llevabas cada movimiento hasta las últimas consecuencias y sentía tu humedad, como me succionabas, la llenabas de brillo... mis manos destellos pintan en este lienzo de pasión.

Pero si algo era embriagador era cuando te poseía, durante horas te he llenado, de tantas y tantas formas que mi mano se precipita dibujando casi en forma de arco iris como hacíamos el amor... colores apasionado para algunas noches, donde se escuchaban gritos y jadeos detrás de nuestra puerta, flechas encendidas quemaban nuestras piel y mientras te penetraba con locura todo tu sexo se dilataba hasta envolver al mío y empaparlo de placer, dejando las señales de tu trabajo bien hecho sobre tu cuerpo o dentro de él...

Otras noches, cuando te enterabas de que no solo te acariciaba a ti nuestra pasión se enfriaba, y te mostrabas "azul", como los trazos rectos que ahora dibujo, eso aunque no lo creas punzaba mi corazón, y mientras te follaba te sentía tan lejos que casi creía que te violaba... ni siquiera lubricabas, y tu cara se mostraba ausente y lejana, debo reconocer que eso a veces me embrutecía y es cuando me movía con mayor velocidad llegando hasta lo más profundo de ti, y detrás de esa cara infantil, ahora analizándolo, puedo ver todas tus penurias y como sufrías cuando casi como castigo sobre tu cara me corría... oh tan culpable me siento... miró hacia mi lienzo y puedo ver trazos anchos y blancos sobre ti.... fue por eso por lo que decidí irme...

Porque a pesar de tu madurez, no dejabas de ser esa niña de 18 años con grandes esperanzas y para mi aunque mucho te quisiera en el fondo de mi ser cada noche acudía alli te pagaba y esperaba obtener todo el placer que ese lindo y bello cuerpo pudiera ofrecerme... me obsesionaste, porque te vi infantil, todavía no marcada por el carácter de todas las que allí trabajaban... tu te implicabas en cada noche y a mi eso me hacia vivir...y si algo me ha caracterizado durante mi vida ha sido el amor hacia la misma...

Ahora miro el lienzo, me escandaliza, casi pornográfico nubla mis sentidos y me estremece de todo lo que llega a transmitir, no puedo llevarlo allí, posarlo sobre ese frío suelo y exponer tu abstracta desnudez ante tantas miradas... demasiados hombres ya te disfrutaron, demasiado frío vivió tu ser, no puedo admitir que una vez más y ante mi mirada paguen por ti...

Si vieras esta obra de arte no te gustaría, es el reflejo de tu vida, o quizás más bien de la mía, apasionado, desordenado, ardiente y frío simultáneamente, dulce y cruel de esquina a esquina... lleno de color y sensaciones... es una imagen femenina, la misma que durante mi vida he admirado pero a la que jamás entregue mi libertad...

Déjame que empiece de nuevo... déjame que coja algo limpio y cristalino, algo puro y sincero aunque sea tarde... un lienzo en blanco para ti... y vuelva a empezar...