Había salido de trabajar, notaba el frió por mis piernas y por más que intentaba caminar rápido los tacones me lo impedían. Estaba deseando llegar a casa darme un baño caliente y relajarme entre la dulce fragancia de las sales de baño. Pero ya dicen que no siempre se tiene lo que uno desea, esa noche había quedado con el Director ejecutivo y el Consejero Delegado de una importante firma de alimentación. Llevaba más de 11 horas trabajando y ahora tenía pendiente una incómoda cena de negocios.

En esta reunión, que pretendía tener un toque de informalidad, tenía que conseguir cerrar el trato, intentar que por sus labios resbalaran las palabras de que firmarían con nosotros. Quince meses llevaba en el mismo proyecto, con todo lo que esto implica, viajes, horas extras, noches mermadas de sueño, estrés acumulado... si hoy no salía dejaríamos el tema definitivamente.

Tuve que aparcar a dos manzanas del restaurante, es una zona complicada para estacionar, me tiré más de 15 minutos dando vueltas a la manzana y finalmente lo deje en una zona prohibida salvo carga y descarga... "bendita la multa si conseguía cerrar el trato"...

Al entrar en el sofisticado restaurante reconocí a Alfredo, él era el director ejecutivo, un hombre más o menos joven para el puesto que ostentaba en la empresa, bien parecido y sobretodo lo que podríamos llamar "pintón". Siempre hecho un pincel, vestía con estilo, saliendo del clásico toque del hombre que le acompañaba. Deduje que se trataba del Consejero Delegado, no había tenido el gusto de conocerle en todo este tiempo, ya se sabe que los "importantes" solo aparecen para poner la guinda al pastel, pero no se manchan las manos con la masa para darle forma...

Alfredo me sonrió desde el fondo de la barra haciendo un gestito divertido para llamar mi atención, respire hondo un par de veces y prepare una de mis mejores y más frescas sonrisas para dirigirme con paso firme hacia donde ellos permanecían.

Bebían una copa de vino tinto cada uno, Alfredo me tendió su mano para posteriormente presentarme a uno de sus jefes. Como bien dije antes ese hombre tenía un aire clásico, vestía con tonos oscuros y llevaba una corbata que parecía de una estupenda seda natural pero que probablemente llevara casi una decada habitando en su armario... si queremos ser positivos diríamos que era un estilo "retro". Me disculpe por mi retraso, y gracias a dios a ninguno pareció afectarles.

Enseguida nos dieron nuestra mesa, el restaurante era bastante cálido, tonos vainilla pintaban las paredes y manteles de hilo vestían las mesas, adornadas de manera exquisita. De fondo se escuchaba jazz, una música que envolvía a todos los presentes. Cuando llevaba diez minutos allí empecé a relajarme, ninguno de ellos vino con un tono formalista, más bien diría lo contrario, distendidos, esa tenue luz y la suave música hicieron que la sangre empezara a circular por mis piernas, sintiendo ese leve hormigueo que es la primera señal de un inició de relajación...

La carta era variada, basada en alimentos típicamente mediterráneos pero englobado dentro de lo que actualmente se denomina "cocina creativa", es decir, me quedó claro que iba a comer poco... y efectivamente así fue... eso si, los platos preciosisimos... cuadrados, enormes, pintados con los hilitos de las sofisticadas salsas agridulces y decorados con esencias de los alimentos que habíamos pedido, lo que finamente se llama una delicia para el paladar (y yo completaría diciendo... y una insuficiencia para el estomago...)

El vino era delicioso, elegido por el Consejero Delegado, un reserva de los que parecen acariciar cada papila gustativa de la boca, vamos de los que despertarían a un muerto...

Ambos permanecían frente a mi, sus gestos y palabras parecían gemelas, no paraba de pensar si les darían algún curso de formación en su empresa sobre comunicación verbal y no verbal. Sonrientes, amables, divertidos, muy respetuosos... habíamos acabado las entradas y todavía no salió el tema de "nuestro negocio".

Alfredo era moreno, llevaba el pelo muy cortito y un "despeinado" perfectamente cuidado y arreglado, su pelo brillaba casi azabache por el uso de algún tipo de gomina. Perfectamente afeitado, con una corbata de alegres colores y una sonrisa que parecía escribir la palabra "carisma" resultaba realmente encantador. Ismael, tenía el pelo menos corto, intentando disimular las entradas que la edad le iba proporcionando, también era moreno, pero algo más claro que Alfredo, parecía un hombre interesante, menos atractivo físicamente pero muy embaucador...

Disfrute de su compañía, y según pasaba la cena los tres nos animábamos más a contar anécdotas totalmente independientes del tema que nos hacía celebrar dicha reunión. Los dos catalanes, vivían en Barcelona, asi que conversamos durante una gran cantidad de inutos acerca de la rivalidad entre mi ciudad y la de ellos, bromeamos, y reimos...

Muchos temas ocuparon nuestra cena, me enteré que Alfredo estaba casado, tenía dos niños de 15 y 11 años y nos contó anécdotas la mar de graciosas sobre las ocurrencias de estos.

Creo que los tres habíamos bebido bastante vino, entre palabra y palabra, risa y risa, tres botellas de reserva cayeron a nuestros estómagos y teniendo en cuenta la escasez de la deliciosa comida del restaurante los efectos se dejaban notar.

Sujetando la carta de postres les pregunte si me disculpaban si me quitaba la americana, estaba pasando mucho calor, el ambiente estaba cargado de humo, y el vino también colaboraba a esos medio sofocos que tenía. Los dos me dijeron que adelante por favor y asi también podían quitársela ellos.

Desabroche la entallada americana gris marengo de mi traje falda chaqueta, y me quede con mi vaporosa camisa blanca que se adaptaba con suavidad a las curvas de mi cuerpo y dejaba entrever parte de mi dorado escote. Note como los dos parecieron percatarse que debajo de la sobria ejecutiva se hallaba una mujer... me halagaron sus miradas... me sentí sexy...

Ambos parecieron percatarse de que me había dado cuenta como sus miradas se habían dirigido hacia mis redondos pechos y quisieron disimular de forma graciosa, sacando de forma acelerada palabras sobre cualquier tema que no tenía nada que ver con esa situación. Creo que esboce una ligera sonrisa mientras les veía disimular...

Cuando ellos quitaron las chaquetas de sus trajes puede ver como Alfredo se mantenía perfecto, estilizado con un abdomen liso, que chocaba con la incipiente barriguita de su superior que también tenia su aquel...

Y es que creo que con el alcohol de ese vino podría haber visto atractivo hasta al gato Isidoro... pero si puedo decir que después me fije y ambos tenían un toque de morbo que estaba por encima del físico...

Nuestros seis ojos brillaban mucho y nuestras caras permanecían sonrosadas, mientras pedimos el postre, me ausente para ir al baño a ver si así iba depurando poco a poco mis riñones. Cuando me incorporé del asiento vi que todo me daba vueltas, me dio algo de vergüenza pensar que igual cuando caminara hacia los aseos me pudiera marear y se dieran cuenta.. al fin y al cabo yo estaba allí para algo más que flirtear con esos dos hombres, estaba perdiendo la noción de todo, tenía que cerrar el negocio. Muy mareada e intentando que no se me notara nada me puse en pie, note como sus vistas recorrían mi falda ceñida a mis nalgas, mi estrecha cintura y mis piernas... intente caminar con toda la feminidad posible... pero realmente me sentía dentro del Titanic en pleno naufragio.

No sé la imagen que dí, el caso es que yo me quede satisfecha, en el baño me sentí fatal, la comida en la garganta (ese reserva no sería de garrafón???) , lo cierto es que en todo el día con los nervios y demás no había comido nada. Me miré en el espejo, no estaba mal, aunque vi en mi mirada los efectos del alcohol... que vergüenza...

Los postres ya estaban servidos, la verdad es que se me habían quitado las ganas de meter nada en la boca, ellos seguían bromeando y yo empecé a preocuparme de mi estado, me conozco y sé los efectos que el alcohol tiene en mi.

De repente la camarera trajo una botella de cava, yo no podía beber una gota más, de hecho aproveché para pedir una botellita de agua mineral. Ismael la descorchó e inició un brindis por "nuestras a partir de hoy relaciones profesionales".. vaya... como para decir que no bebía de esa copa... vamos que no me puse a cantar la bamba en medio del restaurante porque estaba realmente mareada. Lleno mi copa, y casi me pareció ver a las burbujitas de Freixenet saludándome desde dentro... estaba feliz, aunque me encontraba fatal, pero quedaba poco, era cuestión de beber agua después de esta copita y probablemente en menos de una hora estaría durmiendo en mi casa...

Esta forma de pensar me dio ánimos, bebí de bebida del pecado con la mirada de los dos hombres fija en mi. Reímos un rato, ahora por mi parte más forzado que otra cosa y tras unos 20 minutos pedimos la cuenta que evidentemente yo pagaba porque invitaba la compañía, aun con esta no me dejaron pagar...

Temía el momento de volver a ponerme en pie, aunque contaba que ellos andarían igual que yo, antes de hacerlo le dije que llevaba el contrato en el portafolios que si quería podíamos firmarlo ya... Alfredo quiso interrumpir diciendo que mejor mañana más tranquilamente, pero Ismael estaba casi más lanzado que yo, sacó la pluma de su chaqueta y firmo a una velocidad de vértigo.

Cuando alcancé mi posición vertical las paredes del restaurante se me vinieron encima, según caminaba me balanceaba un poquito de lado, sentí una especie de bajo de tensión nada más que salimos a la fria calle. Alfredo me sujetó de un brazo y me preguntó si me sentía bien y yo le dije que estaba algo indispuesta. "Tienes mala cara" afirmo, lo que estaba era muerta de la vergüenza. Ismael le dijo a su compañero que en un taxi me acompañaban a casa y luego ellos se iban al hotel. Yo me negué, pero hicieron caso omiso a mis palabras.

Para nuestra mala suerte comenzó a llover, no llevábamos paraguas ninguno y por la zona residencial en la que nos encontrábamos no había muchos taxis. Yo ni me acordaba de mi coche, ambos reían diciendo que un chaparrón no nos vendría mal a ninguno de los tres. Tenía muchísimo frío, Alfredo me rodeaba con sus brazos intentando sujetarme y darme calor mientras Ismael por el móvil buscaba un taxi... "ves esto no pasaría en Barcelona" dijo entre risas...

Calados por fin entramos en uno de ellos, empezó a entrarme una somnolencia incontrolable, siempre el cava provocó esta reacción en mi. Ellos reían animados y yo pedía perdón con palabras balbuceantes y llena de una enorme vergüenza. Llegamos a mi casa y les advertí que podía subir sola, ellos me dijeron que no podía dar un paso en firme y me acompañaban...

Una vez arriba me deje caer sobre mi cama, "bueno nos vamos, mañana hablamos", yo no paraba de pedir perdón infinitas veces, ellos solo reían... "cámbiate que estas empapada y vas a coger frió" me dijo Ismael... "no puedo" le decía balbucenate...

No sé como fue pero me encontré que los dos estaban desnudándome para meterme en la cama, Alfredo desabrochaba mi empapada camisa pegada a mis pechos con los pezones muy marcados por el frió y la humedad mientras Ismael bajaba mi falda... "que haceis chicos?" "Sois unos atrevidos" les decía con sonrisas... Ellos reían y seguían quitando mi ropa.

"Estas calada hasta los huesos" me decían... Alfredo iba desabrochando mi sujetador dejando mis pechos al descubierto, mientras Ismael bajaba mis medias, primero una pierna y luego otra... yo adoptaba posiciones totalmente insinuantes hacia ellos. "No me quitais el tanga chicos?" les dije... Ismael empezó a bajarlo acercando mucho la cabeza a mi morenito coño perfectamente arreglado... sacó su lengua y envolvió mi también mojada piel.... me estremecí.

Al ver mi reacción su siguiente lametazo fue mucho más contundente y profundo, pellizco con sus dientes cada cachito de mi sexo mientras que yo disfrutaba en mi propia noria del placer. No podía cerrar los ojos porque entonces me parecía que la cama se fuera a elevar del suelo, así que mi mirada se clavó en los brillantes ojos de Alfredo que divisaba esta situación, se agachó y posó sus manos sobre mis pechos, acariciándolos.... beso mis labios metiendo su lengua hasta el fondo, para posteriormente introducir mis fríos pezones en su cálida boca... chupo como un bebe..

Yo jadeaba totalmente desinhibida por los efectos del alcohol, me mostraba totalmente desnuda y abierta de piernas ante esos dos hombre, los cuales me lamían provocando en mi corrientes constantes de placer.

Alfredo se volvió a poner en pie y bajo sus pantalones, Ismael le miró con atención viendo como se sacaba la polla totalmente empalmada del slip, alzó la cara de entre mis muslos y con todo el alrededor de su boca empapado de mi y de su propia saliva le dijo " pero que cabrón que estas hecho" riendo, mientras, él aproximaba la punta de su gordo he hinchado miembro a mis sonrosados y carnosos labios. Mi coño estaba empapado, lleno de excitación con la boca de Ismael que se movía con experiencia, ahora mi boca era la que envolvía cada milímetro de la piel de Alfredo, se escuchaban sus jadeos cada vez más fuertes, tanto que Ismael volvió a levantar su cabeza para ver como se lo estaba haciendo. Sus manos ahora eran las que acariciaban mi clítoris y se introducían dentro de mi vagina en rápidos movimientos.

Ismael se puso al lado de su amigo y comenzó a desnudarse, su barriga era mayor sin ropa de lo que parecía vestido, pero tenía un pene la mar de jugoso, brillaba por si mismo y era de un grosor considerable, con las venas muy marcadas. Alternaba ambos sexos dentro de mi boca, los dos parecían satisfechos... hacía las cosas totalmente guiada por los impulsos, casi como si estuviera teniendo un sueño, mi vista no me brindaba imágenes nítidas, sino que todas parecían cubiertas por un blanquecino velo en movimiento.

Con mis manos se las agarraba a los dos, intentando juntarlas lo máximo posible para juguetear con sus puntitas casi a la vez. Parecía que se iban a correr, Ismael estaba acelerado, como con estado de ansiedad, sacaba su polla de mis labios húmedos para pasar a pellizcar mis pezones con intensidad, provocando gritos de dolor en mi... Alfredo ya se había desnudado también, estaba intentando meter su pene dentro de mi cuerpo, y lo hizo sin ninguna dificultad... sentí mucho placer cuando la note en mi interior, sus embestidas eran profundas y no muy rápidas, su compañero me sonreía y tumbado a mi lado con la cabeza pegada a mi coño y su polla a la altura de mi boca tocaba mi clítoris, miraba como entraba en mi vagina el miembro de su amigo y follaba mi boca con gran aceleración. Los tres estábamos muy acelerados, el placer era infinito viendo a esos dos hombres abasteciéndome de sexo por casi todas partes, mi boca llena de sexo masculino en plena excitación y mi coñito penetrado por una polla diferente mientras que otras manos acarician sin cesar el punto más chiquito y placentero que en él habita, y a la vez, siento la respiración varonil pegada a los labios mayores y dos miradas fijas en él.

Mi boca mama con gran excitación, el alcohol me ha llevado a cumplir una de mis grandes fantasías, no pienso en el trato, no pienso en nada, solo puedo fijar mi vista en esos dos hombres jadeantes de placer gracias a mi cuerpo.

Siento el calor de la pasión dentro de mi boca...también entre mis piernas... la lengua de Ismael acaricia mi clítoris mientras tengo un profundo orgasmo rebosante de los liquidos de los placeres de los dos, la polla de Alfredo sigue dentro de mi sintiendo mis espasmos y mezclándose los fluidos de los dos en uno solo... ese fuerte escalofrio sigue recorriendo mi cuerpo, el orgasmo es más largo de lo habitual.. me siento en el cielo... ahora puedo abrir los ojos mientras este finaliza...esta sonando el despertador... estoy sola en la cama, con mi pijama de ositos... mi sexo palpita lento, esto algo húmedo... pero no hay nadie.

Me levantó alarmada, en el armario veo perfectamente colgado mi traje gris, la camisa está tendida en la cuerda... en mi portafolios está el contrato, pero sin firmar. Hoy es 21 de enero, lo están diciendo en la radio, son las 07.30 de la mañana, miro mi agenda, es un día difícil, tengo trabajo y por la noche una cena con el Consejero delegado y Director ejecutivo de una firma multinacional de alimentación. Al las 10.00 en La Giocconda un restaurante muy sofisticado...

Mi fantasía se está convirtiendo en una obsesión, ese trio con dos hombres y sobretodo algo que ni siquiera soñé... esa doble penetración, temida y deseada a la vez... este sueño... esta noche... pediremos un buen vino de reserva!