Veo que mi relato sobre el piercing ha creado alguna más que duda razonable sobre las sensaciones y efectos que causa entre quien lo ha disfrutado, así que creo que no estaría de más que os contará alguna de las anécdotas que he vivido con él en los siete meses que lleva allí colocado.
Al poco de colocar mi piercing me sentía muy orgullosa de él, me gustaba verlo, de hecho recién taladrado mi sexo me gustaba mirarme en el espejo a la salida de la ducha y ver como lucía sobre mi suave pubis depilado a la perfección que solo dejaba ver una delgada línea de mi pelo moreno...
Dirán que menuda presumida que estoy hecha, pero no era por que me viera líndisima al espejo, era porque me excitaba tal imagen, salía de lo normal...
Pero dentro de tan agradable situación debo decir que pase unas semanas con miedo de tener una experiencia sexual, me daba terror la reacción que pudiera presentar un chico al ver mi arito sobresalir del comienzo de la rajita de mi coño. Si, ya ven, soy una chica llena de contradicciones, me lancé a taladrarme porque me parecía algo morboso y excitante y ahora no me atrevía a lucirlo... parece increíble pero era cierto!
De hecho un día de un fin de semana cualquiera, tras estar con unos chicos mis amigas y yo, pues se planteo la situación, nos estabamos besando, y yo como de costumbre solía ocurrir lleve mi mano hacia la entrepierna de él que estaba ejerciendo cierta presión sobre mi pelvis. Este movimiento le dio vía libre a el para meter la mano bajo mi pantalón en busca de palpar ansiosamente mi sexo... en el momento que noté que se acercaba reculé rápidamente, como si jamás en mi vida nadie hubiera tocado tal parte de mi, como si no hubiera tenido experiencia alguna con nadie.
Sentí tal vergüenza al ver de la forma tan tonta con la que me había retirado que cogí mi abrigo y salí del pub en busca de mi coche para irme a casa. Todo eso era irracional e impropio de mi, creo ser chica bastante echada para adelante y ya había hecho alguna locura (que ustedes ya conocen) mas que considerable.
Está etapa de inseguridad no me duro mucho más tiempo. El primer chico que vió mi piercing fue un amigo mio. Yo no le comenté a nadie lo que había hecho, conocían el de la lengua porque se nota pero sobre el otro no quise decir nada, de hecho muchas de mis historias sexuales únicamente las conozco yo y nadie más.
Creo que mis amigas son más conservadoras que yo y no sé como podrían mirarme, aunque ya me han visto y saben de que maderita estoy hecha no sabén todo el transfondo que oculto. Por otro lado mis amigos pues son tios... asi que no quiero que se llevaran a malentendidos conmigo.
Nos fuimos un fin de semana a una casita rural, aprovechando que acababa de llegar la primavera. Allí lo pasamos muy bien, somos un grupo bastante grande de chicos y chicas de 23-29 años. Una de las noches del fin de semana acabamos mi amigo y yo hablando en el porche de la casita, allí estábamos con una botellita de whisky charlando sobre diferentes temas, el caso es que entre una cosa y otra acabamos besándonos, y ya sabeis besos llevan a caricias, y a partir de éstas últimas acabamos en el cuarto de la leña metidos. Buscamos un dormitorio, pero en este tipo de alojamientos pues duermes con mil personas más en la habitación y no era plan de dar el espectáculo. Así que entrando en un habitáculo que salía del porche en el que estábamos entornamos la puerta...
La verdad que sus simples besos consiguieron excitarme bastante, besaba muy bien, y sus caricias hicieron que todo se desarrollara con rapidez. Ibamos con chándal los dos luego desprenderse de la ropa resultaba bastante sencillo. Note sus manos deslizarse sobre mis redondos y abundantes pechos, su lengua seguía recorriendo la mia y ahí permanecíamos los dos de pie, dándonos placer entre jadeo y jadeo.
Bajo su mano y la introdujo entre mi piel y la goma del pantalón, yo estaba nerviosa esperando que llegara a notar el objeto plateado... iba palpando mi vientre como investigando el camino, llegó hasta la goma de mi tanga, hizó una leve presión con el
dedo para ahuecarla y seguir investigando mis rincones.... y... llego!!
Note como su dedo se percataba de que algo extraño andaba alli, hizó un reconocimiento de éste con la yema de su dedo, esperaba que dijera algo, pero ni un murmullo salía de sus labios.
Tiró de mis pantalones hacia abajo, los dejo en medio de mis piernas, puso su mano sobre mi sexo, mi tanga era finito y retiró la tela por un lateral dejando parte de mi coño al descubierto y la otra tapada, esa parte desnuda dejaba ver mi pendiente, lo agarró con sus dedos, mi mano volvía a estar en su polla y os juro que en él momento que lo agarro y dio un muy leve tironcito se le puso rígida como una columna de mármol, con sus dedos abrió mis labios y los metió, rozó mi clítoris un par de veces nada más y al hacerlo, yo casí ni se la había meneado, se corrió. Sus pantalones quedarón empapados
con mis manos dentro, me dejo impresionada el efecto que tuvo en él y evidentemente me dio mucha más confianza para futuras experiencias.
Ahora mis amigos saben lo del piercing, ya si, evidentemente él se lo contó a uno y supongo que ese a otro etc, etc... asi que las bromas son constantes y las insinuaciones también. Ya ocurrió cuando me lo puse en la lengua que me pedían que nos besasemos para ver que se sentía jejeje... evidentemente con ninguno me besé y ninguno salvo el protagonista anterior ha podido tocar mi segundo pendiente.
Durante este verano, como ocurre en casi todos he ido a la casa que tengo en la sierra, alli desde pequeñita tengo un grupo de amigas/os, pasar quince dias supone quitarte de los calores propios de la capital y dedicarse única y exclusivamente al ocio y relax. Me fui sola para allá mis padres y hermanos andaban cada uno a su aire, unos trabajando, otros estudiando las pendientes, etc...
Tuve que poner la piscina en funcionamiento y resulto un autentico latazo. Al cabo de un par de dias ya tenía todo listo para tumbarme a la bartola durante horas al borde de mi piscina.
Asi, me puse el bikini y fue cuando me di cuenta que al ser muy escotada la parte de la ingle marcaba mi rajita y el relieve del pendiente, me pareció muy excitante, pero para estar con alguien que me interesara no para irme a la piscina con 15 personas y ser la comidilla de todos. Así que decidí que tendría que acercarme al pueblo para renovar mi lista de bikinis por la tarde y por la mañana me quede en mi piscina solita tumbada tomando el sol.
A mi me agrada bastante tomar el sol en los pechos, y aquí a pesar de mi parcela ser independiente entraña un gran riesgo el hacerlo porque es fácil que alguien entre al jardín a saludarte, etc, etc y el acceso a la finca lo separa una simple vallita de cuento de niños
Así que en la tumbona yacía con mi bikini amarillo de triangulo, bocarriba disfrutando de la paz de la sierra madrileña hasta que entró mi vecino de al lado, diciéndome que acababa de llegar, que si estaba sola, que que tal... ya imaginais... note que se quedaba mirándome fijamente , yo permanecía tumbada y el sentado en el borde de la hamaca miraba mi pelvis muy detenidamente. Y es que en esa posición el aro todavía se notaba más. Mi vientre undido dejaba sobresalir los huesos de mi cadera ligeramente y mi minúsculo bikini amarillo tapaba muy poquita piel y marcaba cada relieve al estar mojado de mi anterior baño. Sentí algo de vergüenza, pero no mucha, de hecho me gustó.
Me dijo que por la tarde iba a venir su exmujer a traerle a su hija de tres años a pasar los quince dias que le correspondían en agosto tras la separación. Estuvimos un poco hablando de él, pareció normalizarse el ambiente... me dijo que iba a bajar al pueblo a hacer la compra y se iba antes de que le cerrara.
Siempre me pareció atractivo, tenía una fantástica sonrisa... y es que una buena sonrisa hace a casi cualquier hombre irresistible, pues mi vecino la tiene... es joven, tiene 33 años y en verano estaba recién separado. Hace poco fui alli a pasar un fin de semana con mi actual chico y me lo encontré con una mujer a la que me presentó como su actual pareja, parecía muy feliz y me alegro.
Bueno que me desvío del tema, el caso es que yo le dije que tenía cosas en casa y que por la tarde también quería ir al pueblo, que si quería comiera conmigo y luego yo le compraba lo que necesitará mientras él esperaba que le trajeran a su niña, ya que ahora era casi el mediodia y no le iba a dar tiempo a comprar nada.
Tras unos minutos, entre un "no" y un "si" aceptó mi invitación, fue a su casa a cambiarse y ponerse un bañador y yo me incorporé para investigar que podía hacer de comer. Improvisé unos platos rápidos y veraniegos y subimos a la terraza a desgustarlos. Para cuando acabamos serían las tres y media el sol pegaba fuerte y fuimos a la salita a charlar y ver un rato la tele...
Yo me puse unos shorts y una camiseta de tirantes para comer y él llevaba su bañador que todavía permanecía algo húmedo. Llevábamos un rato mirándonos de forma atrevida, sentados en el sofá los dos, seguíamos charlando pero cada vez los silencios eran más abundantes, largos e incómodos...
Su mano se apoyo sobre mi pierna para darme las gracias por la comida, exactamente sobre mi muslo, mi sonrisa dibujo otras intenciones, y él me interpreto, no sin una gran valentía subió su mano hasta el comienzó de mi muslo dándome un suave apretón entre amistoso y sexual...
Evidentemente esto desemboco en una relación también algo corta pero intensa, no hubo grandes preliminares, generalmente yo aquí narro mis grandes experiencias pero como cualquier humano también tengo en mi haber lás rápidas y fugaces, aunque no por ello poco agradables....
Lo primero que hizó él fue bajar mis shorts y mi tanga, me quedé solo con la camiseta de tirantes... cuando lo vio no pudo evitar el decir que era lo que en la piscina le había parecido con una amplia cara de excitación y satisfacción. Quedé tumbada en el sofa, con las piernas abiertas y mi camiseta. Él estaba sentado con mi culo sobre sus piernas, miraba con detenimiento mi sexo, lo acariaba, abría con sus manos mis labios, agarraba mi piercing, pellizcaba... parecía hipnotizado, me hablaba mucho y me decía todo lo que le gustaba mi coñito, acabo con su cabeza entre él... sentí su lengua perfectamente, no estuvo mucho tiempo haciendolo, su mano todo el rato agarraba el labio sobre el cual pendía mi pendiente,
Yo no llegué a agarrarle su polla, de hecho casi no la vi, cuando se quitó el bañador enseguida la introdujo dentro de mi para follarme, me pidió que me sentara sobre ella para poder ver mi arito mientras lo haciamos... realmente estaba hipnotizado...
Pude ver perfectamente lo que él miraba, su ancha polla entrando dentro de mi siendo rozada por mi pendiente, a mi también me excitaba, no me quitó la camiseta, él si quedó desnudo, agarró mis pechos con ella puesta pero no llego a tocarlos... duró muy poco, los dos duramos muy poco... pude corroborar mientras follabamos el porque de su fijación desde el principio por mi coñito... confesó que desde que vio la imagen en la piscina su mente permanecía caliente y le pareció intuir que algo llevaba alli.
En los últimos siete meses he tenido varias relaciones sexuales, y me han resultado mucho más satisfactorias desde que llevo mi segundo piercing. Con esto no animo a nadie a que se lo ponga, porque físicamente no se experimenta nada diferente, pero en cambio la mente vuela mucho más rápido, despierta la perversidad, y el morbo, pero claro siempre en función de la persona.. yo solo puedo decir que a mi me encanta!!