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El amigo de Laura (4)

en Hetero: General

La semana transcurría agitada para mi, los exámenes se sucedían y por las noches yo para dormir necesitaba acariciar un rato mi sexo con el fin de conciliar el sueño... así que en mi cama rodeada de desordenados apuntes, con rotuladores de colores introducía mi mano bajo la ropa interior y me abandonaba al mundo de la fantasía... creo que si hubiera tenido pareja estable en esa semana durante cada noche me hubiera encantado que arrancara de mi los mejores orgasmos de mi vida...

Este estado de ansiedad se veía también motivado por el recuerdo del amigo de Laura, que más de una de esas noches soñé con imaginarme de nuevo poseída por él, pero materializado en hechos reales...

El jueves por la tarde terminé los exámenes del primer semestre, agotada y sin unas expectativas muy halagüeñas, pero muy aliviada por quitarme la constante presión del "tengo que repasar" a la que había estado sometida. Llame a Laura a ver si se animaba a tomarse algo, pero ella no había acabado todavía los exámenes... esto me deprimió un poco, y rápidamente me llevo a pensar que seguramente él estaría en la misma situación que mi amiga ya que eran compañeros... esto en un principio no parecía positivo, pero si los dos éramos tan similares como parecíamos probablemente a él el sexo también le produciría un efecto sedante antes de un examen.

La idea me pareció muy divertida, le llamé por teléfono, esta vez sin dudar, al segundo tono su voz sonó algo fría y distante alarmándome en suma medida, de forma sutil me dijo que estaba estudiando con su novia... ya podía imaginarme el tipo de estudio que hacían, relajándose mutuamente... que chafada me quedé, me despedí con un simple "hasta otra" entre sus mudas palabras.

Decidí que sería buena idea sacar a pasear un rato a "Biten", mi amigo incondicional que siempre estuvo ahí para lo que le necesité, hasta aquel día del colacao... Tan feliz con la correa entre los dientes y su pelota de goma me fui al descampado bien abrigadita, entre carreras y revolcones sentí el vibrar del móvil en mi bolsillo, al sacarlo vi un sobre, un mensaje de él...

Esto me aceleró el pulso, me puse muy nerviosa y agitada, entre los ladridos de Biten ensordecedores para que le lanzara de nuevo la pelota yo permanecía ajena leyendo las escuetas palabras...

... cuanto más dulce la lengua más afilado el diente princesa... a las 23.00 en "xxxx xxxx"...

Mi corazón se aceleró muchísimo, tiré la pelota tan lejos a mi pobre amigo que tardo un par de minutos en volver, cruzando la carretera de una manera totalmente irresponsable y produciendo en mi tal susto por ser casi atropellado que me devolvió en cuestiones de segundos a la realidad.

Tras agarrarle con la correa volví a mi casa, ni siquiera sabía que es lo que ibamos a hacer, me notaba alterada, pero muy alegre, con un fantástico humor... con este estrés y debajo del agua de la ducha no habría tenido ninguna dificultad en propinarme unas satisfactorias caricias, pero quise reservar toda mi pasión acumulada para él...

El resto del dia lo pase esperando que llegara la hora, esto es poco recomendable dado que más que vivir del presente permaneces para hacerlo del futuro pero fue algo que no pude evitar.

Llegué cinco minutos tarde, allí estaba él, atractivo, bien peinado, con esa mirada llena de calor y una sonrisa que parecía que su interior guardaba un sabor burbujeante capaz de emborrachar a cualquier labio que de él se mojara. Con sus vaqueros y la cazadora, dos piernas fuertes y unas espaldas bien formadas... aunque con esa boca y esa mirada me hubiera dado igual que hubiera sido un elfo... porque cuando la clavaba en mi parecía hipnotizarme por completo...

Me saludo con un beso en la mejilla, me dijo que esa noche estaba solo en casa y me invitaba allí a tomar algo. Su actitud y su voz me daban a entender que casi iba a ser una cita como con cualquier otro chico la habría tenido...

Cuando abrió las puertas de su hogar me encontré una casa de muebles clásicos, casi anticuados diría yo, con maderas muy oscuras y un único material, la madera... había muchos cuadros y los colores eran oscuros. Me resultó totalmente cargante... me dijo que sus padres volvían al día siguiente y si no me importaba que fuéramos a su dormitorio a tomarnos algo en vez del salón, ya que parecía ser que su madre era exageradamente maniática con el orden...

Al entrar en su dormitorio un mundo de color se abría ante mi... estaba perfectamente ordenado y tenia un aroma fresco, una cama de matrimonio se veía al fondo y un silloncito frente a una redonda mesa al otro lado, el color verde era el dueño de esa habitación y a mi me pareció muy acogedor.

Me pregunto que quería de beber le dije que si tenía un zumo de naranja, el me trajo el vaso y el tetrabrick como si me conociera de toda la vida, para él una cerveza que bebió directamente desde la lata. De fondo sonaba la radio con música variada.

Sobre el escritorio vi la foto de la rubita de su novia con cara dulce, que parecía mirarle con ojos llenos de adolescente amor...

Charlamos un rato, pero su mirada poco a poco iba prendiéndose de pasión, sentí como se aproximaba hacia mi... en ningún momento mencionamos nada de lo ocurrido el pasado domingo por teléfono, de hecho yo cada vez que se hacía un silencio en el ambiente comenzaba cualquier superficial conversación para evitar que pudiera envolverme en sus redes... esas que en el fondo de mi tanto deseaba...

Sus manos sin vacilación pronto se encontraron sobre mis pantalones y sus labios, en forma de la más exquisita delicatessen, se aproximaban para ser saboreados por mi paladar...

Ese beso inició lo que para mi fue una de las más importantes noches de pasión, en su dormitorio que olía por los cuatros costados a él me fue desprendiendo de cada una de las prendas que vestían me delicado cuerpo... sentía sus manos recorrerme en todas las direcciones intentando palparme como si fuera de su única propiedad... "te debo una cosa reina... " me dijo... y así fue como le fui viendo bajar desde mi cuellos por el centro de ambos pechos jugueteando con su lengua hasta el principio de mi húmeda vulva, que hacía movimientos automáticos cual molusco en el mar abre y cierra sus valvas de forma asustadiza...

Sentí la punta de su cálido músculo posado en el comienzo de mi rajita, moviéndola suavemente se iba abriendo paso entre los dos gorditos labios para llegar a alcanzar lo que estos escondían como tesoro preciado. El simple roce, me dio un escalofrío. Medio tumbada en el sofá totalmente desnuda brindaba mi sexo a su boca, con las piernas totalmente abiertas deseaba que lo mirara fijamente, mientras me introducía dos de sus dedos y los movía con ritmo sensual, estimulando mis rugosas y empapadas paredes vaginales y resoplando al exterior de mi sexo, levantando una fresca brisa que me hacía estremecer. Arrodillado en el suelo no parecía molesto por la incomoda posición, con toda su ropa bien colocada disponía de mi desnudez a su antojo...

De los suaves movimientos con su lengua paso a emplear también sus labios y dientes en la tarea, a mi conseguía arrancarme fuertes descargas por cada parte de mi sexo, allí donde estimulaba parecía que forzaba un orgasmo a mi interior... con sus dientes atrapo mis labios mayores, hacía la presión exacta para enloquecerme, una similar a la que probablemente efectuara una hembra de perro al cargar con sus cachorros entre sus dientes, fuerte para que no se escapen pero tan dulce y suave que no provoca el mas mínimo dolor en los pequeños. Al sentirme presa de su mandíbula me hubiera encantado rendirme a cualquiera de sus deseos por muy bajos que estos hubieran sido... de nuevo, sacaba la vena salvaje que se oculta tras mi dulce expresión y que él desde el mismo día que nos presentaron supo identificar en mi con gran acierto...

Tendida sobre la cama y abandonada al placer, eran tantas las sensaciones que recibía que tuve una ligera sensación de mareo y de que todo me daba vueltas, asi que simplemente me abandone. Sus manos descansaban en la cara interna de los muslos haciendo presión para que no cerrara las piernas, sus dedos juguetones se movían nerviosos aproximándose a mi sexo y provocando su escaso roce un cosquilleo en mi, sentía mi sexo como conservado en almíbar, empapado de mis propios flujos que provenían de lo delicioso que hacía el sexo oral.

Él parecía degustar el mejor de los manjares... no pude evitarlo, me acordé de Biten, y de lo similares que podemos llegar a ser los seres humanos y los animales cuando se desatan nuestros instintos básicos... Acordarme de mi dulce mascota y la comparación entre las dos situaciones me despertó la curiosidad y morbo de hacer algo, no me acordé de nada ni de lo maniática de su madre, ni del orden y limpieza... Observando su cabeza hundida dentro de mi sexo, vi que alargando un poco el brazo alcanzaría la lata de cerveza... con algo de esfuerzo y sin que el prácticamente se percatará me hice con ella...

Empecé a verterla sobre mi coñito mojando un poco su pelo, sentí las burbujas romperse sobre mi piel proporcionando una extraña y agradable situación. Se mojo su cabello y al levantar la mirada y ver mi actitud se limito a sacar la lengua y beber de mi sexo lo cual me volvió loca.... intentaba abarcar todo. Me arrebató la lata de mis manos para poder echar el líquido entre los labios mayores... levantó mis piernas... la funda del sofá estaba empapada, sentía las gotas de la bebida resbalar por toda mi rajita hasta llegar a las nalgas, donde entre cada una de ella caía cual tobogán....

Me sentía pegajosa pero tremendamente sensitiva a cada uno de sus gestos, lamió y rebañó toda mi vulva empapada de mi misma y esa cerveza ya algo tibia, estas sensaciones junto con el morbo que tal situación me provocaba me llevo a un profundo orgasmo que el miro pegado a mi sexo y sacando la lengua para saborear las gotas que por la entrada de mi vagina salían fruto de mi climax.

Mientras mis palpitaciones iban disminuyendo el vertía las últimas gotas que quedaban sobre mis dos pechos, concretamente sobre los pezones y los lamía con suavidad... en ese momento me sentí extraña. Me vi desnuda, totalmente abierta de piernas, pegajosa, empapada de mi propio placer, roja, sudorosa y probablemente con la mirada cristalina... y a mi lado él, totalmente vestido, igual que cuando acabábamos de quedar, con toda la zona que rodea a sus labios brillante, también pegajosa, el pelo algo húmedo mirándome fijamente... todo era extraño...

Fui a incorporarme para darle a él todo lo que se merecía por tan magnifica sesión de sexo oral pero con su mano, de nuevo anticipándose, empujo mi cuerpo hacia atrás... vi como lentamente se desabrochaba la camisa sin llegar a quitársela, se ponía en pie y se sentaba en una silla que aproximó al sillón donde yo me encontraba. Se sentó sobre ella, desabrochó su pantalón y dejo asomar a mi vista su espectacular sexo, hinchado, colorado casi tirando mas bien al tono de una berenjena como si fuera a estallar.... me puse en pie para sentarme en el suelo y hacerle vibrar, pero él con su cabeza me hizo el símbolo de la negación y empezó a meneársela lentamente mientras yo abría las piernas para sus ojos...

Me encantó ver como se la agarraba, la mano casi no le cerraba, subía y bajaba y su cara se quedaba desencajada... no me sentí bien en esos momentos, era incomodo... sus palabras me iban pidiendo que le enseñara partes de mi cuerpo...

Ábrete bien el coñito reina, que vea el agujerito donde luego te la voy a meter...-

Y yo obediente seguía cada indicación, le noté muy excitado, sus palabras me indicaban que en esa noche habría un después...

Enséñame el culito venga, mmm... que lindo lo tienes nena, agachate y abrelo un poquito para mi.. asi... mmm..ya lo veo cerradito...mmm... como me pones...

Yo a cuatro subida sobre el sillón le enseñaba mi trasero que abría con mis dos manos empujando cada nalga hacia un lado para que su mente pudiera volar. Cuando me giré sus movimientos eran muy rápidos, vi como se ponía en pie

Abre las piernas reina vamos ábrelas mucho- me decía jadeante con cara de depravación

Tendida en el sofá sentí todo su semen golpear sobre mi pubis y principio del clítoris, mezclándose con la amarga cerveza, el líquido blanco resbalaba por mi sexo mientras él dejaba escurrir con sus movimientos finales hasta la última gota.

Su mirada estaba encendida, casi ardía... su miembro se iba desinflando lentamente, estaba muy brillante y su color había disminuido de intensidad. Se sentó a mi lado y con sus mano se dedicó a extender cada gotita de su espeso lubricante tibio por mi vulva, con sus dedos lo esparcía por mi clítoris haciendo círculos, que dado lo hinchada que tenía la zona me alteraban el corazón y me provocaba una serie de pequeñas descargas que en nada de tiempo, y mezclado con lo excitante de la situación me llevaron a un orgasmo plagado de jadeos...

Su mano se quedo ahí apoyada, sintiendo cada movimiento y espasmo del climax, yo agotada quedé tendida sin pronunciar ninguna palabra...

Shssss.... estas cansada verdad linda?.. ven a la cama vamos a dormir un poco...

Me cogió de la mano, yo me deje guiar... me apetecía darme una ducha y cuando se lo insinué me dijo que no era el momento y que todo llegaría, al caminar sentía la piel de mi sexo tirante...

Agarrandome por la cintura, con su flácido sexo apretado contra mis nalgas me acompaño hasta el lecho, me tumbe siguiendo sus deseos y él lo hizo a mi lado acariciando mi cabello... con una extraña sensación me quedé dormida...

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