Capítulo V
Día 17
Querido diario, hoy estoy muy feliz, no sé si tiene que ver algo el que anoche me follara a mi abuelo y gozara como hacía ya tiempo que no lo hacía. No hay nada como un buen polvo y el de anoche fue memorable.
Para más inri esta mañana al levantarme ya tenía el desayuno preparado, zumo, café y tostadas, ¡como una señora! Mi abuelo estaba super amable. Luego hemos salido a pasear por el puerto y hemos estado limpiando un poco el barco, aunque no hemos salido a pasear.
Más tarde hemos almorzado en un restaurante lujoso y he disfrutado mucho, esto sí que es vida. Como estábamos algo cansados y llenos después de la comida nos hemos vuelto a casa y me dispongo a echar una siestecilla, pues anoche la velada fue larga y tengo que cargar las pilas para esta noche.
Día 18
Bueno, ya ha pasado la mitad del fin de semana. Pero aún es domingo y queda día por disfrutar. Anoche también lo pasé muy bien. Salimos de nuevo en grupo y Marta estuvo muy próxima a mi. No paraba de hacerme reír y cogerme por la cintura, había momentos en los que me daba mucha vergüenza, pues el resto de amigas podían sospechar algo. Pero Marta es así con todas, al menos eso me han dicho.
En un momento dado entramos al baño y nos morreamos. Ella me metió la mano bajo la falda y me acarició el culo y luego sus manos se deslizaron por debajo de mis tanga, me puse muy cachonda. Aunque lo tuvimos que dejar pues me estaba meando y la naturaleza me llamaba. Mientras lo hacía Marta estaba extrañamente atenta al acto, también me dio un poco de vergüenza. Luego lo hizo ella y se aseguró de que le veía el coño, lo tenía pelado al 0 como me indicó cuando e puso la mano sobre él y me hizo acariciarselo. Me dijo que se hacía la cera, yo me eché las manos a la cabeza, pero me aseguró que no le dolía, que se lo hacían en un instituto de belleza y que eran muy buenas en eso.
Luego volvimos a bailar y pasamos la noche entre risas y caricias. Marta me hizo una seña y me indicó que nos fuésemos, pero en ese instante otra amiga, Luisa, nos preguntó que si la llevábamos así que nos chafó el plan, pues estoy segura de que Marta quería que nos diésemos el lote o lo que sea y lo cierto es que a mi me apetecía. El caso es que Luisa para colmo vivía muy cerca de Marta y yo me quedaba antes así que tuvimos que cancelar nuestra noche loca para otro día.
Al llegar a casa mi abuelo no estaba así que me subí para mi habitación y me mojé las ganas con mis cinco dedos, aunque no conseguí correrme, y tan cansada como estaba me quedé dormida y sin bragas.
Día 21
Hoy es miércoles, al salir de clases Marta me ha invitado a comer y nos hemos ido de shopping al centro. Hemos pasado la tarde juntas y hemos terminado tumbadas en el césped de un parque al solecito. Marta se ha encargado de que la siesta haya sido calentita pues me ha estado besando en cualquier parte del cuerpo que me quedase expuesta. Con el apuro que me daba a mi, especialmente por si nos veía alguien conocido. Hemos pensado en meternos en el cine y hemos elegido la película más petarda que había en la cartelera, pues nuestra intención no era verla precisamente. Una vez dentro, para nuestro gozo no había nadie más en 360º a la redonda así que nos hemos puesto cómodas. Marta me ha asaltado literalmente comiéndome la boca y besándome por todo el cuerpo, hasta que ha terminado en mi coño, arrodillada ante él. Me lo ha comido, aunque estaba tan nerviosa por si entraba alguien que no podía concentrarme del todo y no me he corrido.
Luego lo he intentado yo. Pues era la primera vez que lo hacía, y tras limpiárselo con una toallita higiénica he comenzado a besarlo y lamerlo. Creo que no lo hacía muy bien, pero Marta ha tenido paciencia y me ha indicado cómo le gustaba, y a pesar de todo creo que le ha gustado pues gemía un montón y se retorcía cuando le pasaba la lengua por el clítoris y aún más si se lo chupaba. Mis dedos la han penetrado, ciertamente la sensación de ternerlos dentro del coño ha sido curiosa, pues a mi no me gusta meterlos en el mío cuando me masturbo y dentro de ella los tenía tan calientes, con ese líquido baboso que nos sale, pero bueno no ha estado mal y se ha corrido.
Luego hemos estado hablando y me ha preguntado que si me había gustado. Yo le he dicho que "mucho" y entonces ella me ha contestado que sabía que no me había gustado "mucho" y que es normal al principio. Así que le he confesado que estaba muy nerviosa y que efectivamente no he disfrutado tanto como esperaba. Ella lo ha comprendido y me ha dicho que a ella sí le ha gustado mucho, que le encanta enseñarme a hacerlo a una chica.
Cuando he vuelto a casa mi abuelo ha cenado conmigo aunque yo no tenía mucha hambre. Me ha preguntado por la tarde y le he contado que he estado con Marta, entonces él se ha interesado mucho pues no sabía que hubiese vuelto a verla y me ha preguntado: ¿qué tal con ella? Yo le he respondido que bien y tal y ha seguido preguntándome que si me ha vuelto a acosar sexualmente, yo lo he negado. Le he contado lo cariñosa que es conmigo y que yo estaba asustada al principio por eso pero que me voy acostumbrando.
Ha seguido sonsacándome a ver si me había acariciado mis partes o besado. No sabía si contárselo pero después de todo, él es el único con quien puedo hablar de este tema y le he contado nuestra escena del cine. Con los ojos como platos ha atendido a mis explicaciones, yo incluso le he pedido consejo sobre cómo comerle el coño a una chica y él me ha dicho cómo lo hace. La verdad es que él lo hace muy bien y el caso es que como estaba algo cachonda por contarle todo esto le he dicho que si le apetecía comerme un poco el coño y muy excitado casi ha saltado del sofá a mis rodillas al oírlo.
Se notaba que tenía ganas pues no ha tardado en quitarme las bragas y comenzar a besarme los muslos y las ingles. Por fin sus lengua me ha recorrido los labios vaginales y me he relajado un montón, al tiempo que me ha empezado a subir el placer. No hay nada como una buena comida de almeja. Justo antes de correrme lo he detenido y para recompensarlo se la he comido yo a él. Curiosamente no me ha costado casi nada ponerla tiesa y hacerla entrar en mi boca hasta el final, hasta la campanilla como les gusta a ellos. Luego me ha dicho de follar y me ha puesto a cuatro patas arrodillada frente al sofá.
Para mi sorpresa me ha comido el coño y después se ha pasado a mi ano. No podía creerlo y el caso es que me ha gustado, ¡qué guarra puedo llegar a ser! El caso es que luego mientras me follaba en esta postura, su dedo se ha colado en mi ano y ha jugueteado apenas a la entrada y esto me ha vuelto a gustar mucho, tanto que me he corrido al poco rato y él me ha acompañado en mis últimos espasmos. Creo que lo ha hecho fuera pero después cuando he ido ha hacer pipí me han caído unos jugos del coño, esperemos que no me vaya a quedar embarazada. Tengo que hablarlo con él otro día a ver si o bien se pone preservativo o yo tomo la píldora porque un día de estos me arrepiento.