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Caluroso verano (9)

en Amor filial

Capítulo 17

Por la noche llamó mi madre, pues al parecer la abuela le había pedido que pasara esa noche con ella en el pueblo y accedió a quedarse con ella. Así que estábamos sólos mi tía, mi primo y yo. Durante la cena mi tía estaba picarona, se puso un bestidito corto, yo diría que bastante corto, vamos que si se hubiese agachado hacia adelante, desde atrás le hubiésemos visto las bragas.

Para colmo no llevaba sujetador y sus pechos se notaban a través de la fina tela, la tía estaba hasta empitonada, total que mi primo y yo nos mirábamos incrédulos ante el espectáculo. Ella en todo momento se mostraba muy sonriente y cariñosa, y nos preparó una cena deliciosa, hasta nos dejó beber un poco de vino mezclado con refresco, así que creo que mi primo y yo nos pillamos un buen ・gpuntito・h de alcohol en nuestros cuerpos adolescentes.

Tras la cena nos sentamos a tomar el fresco en el balcón. Allí en penumbra, con la única luz mortecina de las farolas de allá abajo, en la calle, estábamos los tres sentados, con los pies apoyados en la barandilla. Mi tía tenía sus muslos al aire, pues con su vestido tan corto éste se le bajaba prácticamente hasta las ingles. Estoy se guro de que, de ver mejor le hubiésemos visto las bragas.

Charlábamos animadamente mientras disfrutábamos de un helado de postre, sin duda el colofón refrescante de la opípara cena que habíamos disfrutado antes. Mi tía se metió para el piso con la escusa de hacer un piss, así que mi primo y yo nos dedicamos a comentar la escena de la cena.

  • Vaya con mi madre, has visto como está esta noche, nunca la había visto así antes -me comentó mi primo sorprendido.
  • Pues sí, primo qué vestido tan corto -aprecié yo.
  • Pues ya ves, y no llevaba sujetador, ¿te has fijado como se le marcaban las tetas y los pezones? No es que las tenga muy grandes pero vamos que se veía perfectamente que no llevaba -agregó él entusiasmado por el atrevimiento materno.
  • Y el vestido, yo creo que si se agacha nos enseña el coño desde atrás, je je... -añadí jocosamente.
  • Y que lo digas, ¿no sé por qué se comporta así? -me tiene desconcertado.
  • Yo sí que lo sé primo -dije yo para su sorpresa-. Es que esta tarde estuvimos hablando y le dije lo mucho que me importaba y lo mucho que la deseaba, le estuve metiendo mano en la playa y ella se escandalizó, pero creo que en el fondo le gustó. De modo que hemos quedado que esta noche le haré una visita a su dormitorio, además como no viene mi madre podemos estar más íntimos aún -le expliqué.
  • Jo primo, es que no paras, tu madre, la madre de Patri y ahora por fin mi madre, me das envidia -se lamentó mi primo.
  • Bueno, qué le voy ha hacer, lo de la madre de Patri surgió, no me lo esperaba, pero tu madre se ha hecho la dura conmigo. ¿Sabes?, le desagradó que desapareciera con la madre de Patri y tuve que mentirle y decirle que había mucha cola en el servicio -continué.
  • ¡Ah ya! ¿Y se lo ha tragado? -preguntó interesado.
  • Claro, soy un chico muy convincente -los dos nos reímos al unísono.

Mi tía tardaba en volver, pero estábamos tan a gusto que tampoco nos preguntamos qué estaba haciendo y seguimos con nuestra charla.

  • Oye primo, respecto a lo de anoche, ¿ya sabes? No sé como fuimos capaces de hacerlo, pero admito que me gustó. Fue extraño y muy excitante -me confesó mi primo tras el silencio momentáneo que habíamos mantenido.
  • A mi también primo, pero yo creo que soy capaz de hacer estas cosas porque contigo tengo infinita confianza, y sé que puedo confiar ciegamente en ti -afirmé con rotundidad.
  • Yo también confío en ti primo, nunca pensé que fuese capaz de hacer estas cosas con otro chico, pero ahora que las he probado, pienso que tampoco son tan malas y más estando tan a gusto entre los dos. Gracias primo por hacérmelo pasar tan bien anoche, tú ya habías follado pero lo cierto es que yo necesitaba un desahogo.
  • No hay de qué primo, yo también disfruté en mi segunda vez -agregué.
  • Entonces esta noche piensas follarte a mi madre por fin -me dijo confirmando lo que yo ya le había anticipado.
  • ¡Oh sí, me apetece un montón montármelo con ella! Con ese cuerpecito menudo que tiene, me gusta el cambio, ¿sabes? Mi madre y la madre de Patri son rellenitas y con sus tetones y sus culos disfruto un montón, pero de vez en cuando echo de menos un cuerpo menudo y unas tetas más pequeñas, tu madre tiene que ser una fiera en la cama -le dije, explicándole mis deseos de esa noche.
  • Pues tiene que estar deseándolo, para mi que desde que se divorció no ha follado -agregó mi primo.
  • Pues ya verás lo bien que se lo va a pasar. Oye, estoy pensando en una idea loca, ¿te la puedo contar?
  • ¿A qué vienen esas desconfianzas ahora?, pues claro que sí, adelante, adelante -me apremió mi primo.
  • Es que se me ocurre que puedo empezar a liarme con ella y en un momento dado le digo que se ponga a cuatro patas para hacerlo estilo ・hperrito・h, en ese momento le digo que espere un segundo que tengo que ir al baño o algo así y entonces... ¡nos cambiamos!
  • ¡Pero tú estás loco! ¿Cómo me voy a follar a mi madre? ¿Y si se da cuenta?
  • Estaremos a oscuras y con lo cachonda que estará, no creo que lo note. Vamos hombre, un coño es un coño, entras y te la follas el rato que quieras, cuando te canses o te vayas a correr te separas y entro yo. Me puedo quedar detrás tuyo, ella no me verá porque estaremos completamente a oscuras.
  • ¡Qué morro tienes primo! ¿Tú crees que funcionará? -me preguntó delatando en cierta medida su predisposición ante la loca idea.
  • ¡Claro que sí primo! -dije yo entusiasmado con mi excitante idea.
  • ¿Y si nos pilla? -preguntó él todavía con algunas reticencias.
  • Pues en el peor de los casos sales corriendo y ya la sujeto yo, ¡qué va ha hacer, sois madre e hijo y tenéis que seguir conviviendo! Se le pasará.
  • ¡Estás loco primo!... ¿Lo sabías? -me espetó finalmente.

Mi tía salió de nuevo y entonces nos propuso bajar a darnos uno de nuestros baños nocturnos. Los dos aceptamos, por supuesto y para nuestra sorpresa comprobamos que ella ya llevaba puesto el bañador y todo.

Bajamos a la playa y nos adentramos en la penumbra, soltamos las toallas y nos dispusimos a entrar en el mar. Hoy estaba más calentita que otras noches, pues había hecho mucho calor durante el día, y la noche era aún más bochornosa, con lo cual agradecimos el frescor del agua al entrar.

Chapoteamos un rato y nos divertimos jugando con mi tía, yo le toqué el culo, las tetas y todo lo que quise, ella me palpó el pene erecto bajo el agua y me metió la mano disimuladamente, aunque delante de mi primo se cortaba bastante.

Para evitar que él se sintiera incómodo yo le pellizcaba el culo y le tocaba también su pene, incluso noté como se le ponía duro, tal vez le excitaba la idea de montárselo con su madre, y encima furtivamente sin que ella lo notase.

Al rato salimos a la orilla y dejamos que nuestros cuerpos se secaran con la cálida brisa que corría esa noche, sin duda aún hacia calor. Estuvimos sentados en las toallas, luego nos tumbamos y estuvimos contemplando el cielo con sus pocas estrellas eclipsadas por el resplandor de las luces de la ciudad.

Casi nos quedamos dormidos allí mismo, mi tía nos despertó y nos incitó a levantarnos y volver al piso, allí ・gdormiríamos・h...

Al volver mi tía estaba todavía más cariñosa y nos cogió a ambos por la cintura. En el ascensor nos mirábamos unos a otros sin saber muy bien qué decir. Mi tía seguía con sus pezones puntiagudos abultando bajo su bikini.

Al entrar en el piso decidimos darnos una ducha para quitarnos la sal, primero fue mi tía, luego mi primo y finalmente yo. Allí me relajé un rato, estaba caliente y un poco nervioso, ¡joder, por fin iba a tener a mi tía delante!

Al terminar me sequé sólo un poco y con el cuerpo húmedo aún me encaminé al cuarto de mi primo y le susurré que me siguiera. Él estaba tumbado en la cama, desnudo como yo, se levantó y se acercó a mi. Para mi sorpresa, me cogió por la cintura y acercó su cuerpo al mío como hiciéramos la noche anterior, nuestras espadas se cruzaron, chocando con nuestras ingles. Su cuerpo estaba caliente en contraste con el mío recién duchado. Cogí su culo y lo empujé contra mi en un simulacro de coito. Nuestros penes quedaron aplastaron por nuestros cuerpos. Di unas cuantas embestidas más y entonces me separé.

- Vamos primo tu madre espera, tú quédate en la puerta cuando yo entre, te avisaré -le susurré antes de salir.

Al entrar al cuarto de mi tía me detuve en el vano de la puerta, vi que la venta estaba subida hasta arriba por el calor y por ella entraba cierta claridad, vaya, pues no estaríamos en oscuridad total. Mi tía me saludó melosamente y me invitó a acercarme a la cama.

  • Vamos Ismael, estoy desnuda y te espero -me dijo tendida en el centro de la cama.

Yo me acerqué pero no me puse a su lado, en su lugar me arrodillé ante sus pies y se los mordisqueé provocándole bastantes cosquillas. Especialmente le gustó cuando me introduje en la boca su dedo gordo del pié y comencé a chupárselo como si se tratase de un miembro viril.

Mientras lo hacía le acariciaba las pantorrillas, los muslos y su chochito. ¡Qué bien depilado lo tenía, qué deliciosa flor ocultaba entre sus piernas! Estaba super cachonda, mis dedos se hundían entre sus labios vaginales y se mojaban con sus jugos calientes y sedosos. Sin esperar más mi lengua aterrizó en aquel vergel y bebió del agua de vida que de allí manaba. Mi tía enloqueció en ese momento y se aferró con fuerza a mi pelo y mi cabeza.

Tubo que separarme pues me confesó que estaba a punto de correrse y quería disfrutar todavía más con mi polla. Así que comenzamos a follar, me eché encima de ella y al tiempo que mi lengua se introducía en su boca en un largo y húmedo beso de tornillo, mi polla buscaba el camino y lo encontraba penetrándola hasta el fondo.

Le dolió al principio, según me confesó debía ser la falta de práctica, de modo que me contuve y decidí follarla más pausadamente. Qué suave estaba su coño, qué dulces sus labios, qué cariñosa se mostró con migo mientras la cubría, con sus muslos totalmente abiertos.

Me senté sobre mis talones y sin sacarla de su coño comencé a acariciar sus pechos, ella disfrutaba mucho con ésto. Al tiempo, mi índice derecho entró en su boca y ella lo chupó juguetona, mordisqueándolo también. De ahí fue a su clítoris y se lo acarició suavemente. ¡Cómo se removía debajo de mi!

Entonces le propuse hacerlo estilo perrito y ella aceptó gustosa. Se colocó a cuatro patas, yo la puse mirando hacia la ventana, de forma que su culo quedó del lado de la puerta. Entonces llegó el momento.

  • Tía espera un segundo aquí ahora vuelvo, no te muevas -le advertí.
  • ¿Donde vas? -protestó ella entonces.
  • Voy al baño, pero sigue en esta postura me excita verte así a cuatro patas, no tardo nada -le dije mientras caminaba hacia atrás.

Entonces me giré salí de la habitación, allí encontré a mi primo con la mano en su polla, sin duda había estado masturbándose mientras nos miraba. En ese momento me acerqué él y le susurré muy cerca de su oído para que su madre no nos oyera.

  • Esperamos unos segundos y ahora entras tú, recuerda, no gimas ni nada que sino te reconocerá, cógela fuerte por las caderas y follala sin miedo, disfruta -le dije.
  • Vale -contestó él escuetamente.

Al verlo allí delante mío con su mano en su polla, me excité y se la cogí, lo masturbé unos segundos. Estaba perfecta para comenzar la acción. Entonces me arrodillé y sin avisar me la metí en la boca y se la chupé suavemente unos segundos. Él no pudo evitar ahogar un gemido que iba a salir por su garganta. Entonces paré y dándole una palmada sin sonido en el culo le indiqué que entrase ya.

Temeroso entró. Al estar frente al culo materno extendió su mano se la lamió, la bajó hasta su coño, magreándoselo unos segundos. Mi tía, reaccionó y en ese momento habló...

  • Oh sí Ismael, fóllame ya, ¡vamos! -le ordenó.

En ese momento mi primo apuntó con su polla y esta desapareció en su coño. Como le dije la cogió por las caderas y empezó a empujarla con fuerza, rápidamente. Mi tía gimió, se retorció, él siguió follándola con energía, hasta el punto que en los choques de sus muslos con los cachetes sonaban como fuertes palmadas. Mi tía enloquecía por momentos.

  • ¡Oh Ismael, sí! ¡Sigue! -gritaba-. ¡Qué bien me follas, fóllame así!

Mi primo bajó un poco el ritmo, pues a aquella velocidad no tardaría en correrse, y entonces se apaciguó y comenzó a follarla más tranquilamente. En ese momento yo me acerqué sin que me viera y me pegué a su espalda. Él se puso nervioso al verme pero tapé sus labios y le indiqué que se retirara a descansar unos segundos, yo ocuparía su lugar.

Así lo hizo y yo volvía a coger su culo y de nuevo mi polla entró en aquel mar de jugos abrasador. De nuevo comencé a follarla rápidamente, como antes hiciera mi primo y mi tía volvió a gemir y gritar agitándose mientras la sujetaba fuertemente por sus caderas.

  • ¡Oh tía, cómo me gusta, espera unos segundos que si no me voy a correr! -dije al sacarla para intercambiarme con mi primo.
  • ¡Vale cariño, no importa puedo esperar un poquito! -contestó mi tía sumisamente.

Este se puso detrás y ahora su polla entró en su coño de nuevo y comenzó otra vez a moverse lentamente... cuando de pronto mi tía se giró. Yo no pensaba que fuese ha hacer algo así, estaba con los codos apoyados en la cama y su cabeza estaba enterrada entre las sábanas pero se incorporó y se giró... Sin duda la visión de dos sombras tras su culo debió asustarla.

  • Pero, ¡qué es esto! ¡Estáis los dos, me habéis estado follando los dos! ¡Hijo, pero cómo has podido! -dijo sorprendida mientras mi primo se quedaba paralizado con la polla en el coño de su madre.
  • Mamá, yo...

En ese momento salté a la cama cogí a mi tía por los brazos, sugetándola.

  • ¡Vamos primo, sigue follándola! -le grité.
  • ¡Pero qué haces Ismael! ¡Suéltame! -gritó mi tía.
  • Tía, si sigues gritando vas a despertar a todo el vecindario y no creo que quieras explicarles luego que estabas siendo follada por tu hijo y tu sobrino, ¿te imaginas?, qué vergüenza pasarías, tendríais que iros del barrio y todo -le dije para intentar apaciguarla.
  • ¡Estáis locos los dos! -exclamó, pero ahora ya en voz baja-. ¡Vamos hijo, soltadme y haré como si no hubiese pasado nada!

Mi primo, en el desconcierto la había sacado y estaba de pié, pasmado todavía con su culo cogido. Yo seguía sujetando a mi tía por los brazos.

  • Vamos tía, ¿no querías follar? Si quieres puedes follar conmigo sólo -le dije yo para tranquilizarla.
  • ¡No, no quiero ya, quiero que os vayáis los dos ahora!
  • Pero tía, sabes que te digo, que ya me tienes harto, si él no te folla lo haré yo -repliqué.

Saltando sobre ella cogí sus brazos y los puse contra la cama, echándome mi peso encima para sujetarla intenté metérsela, pero esta se revolvió y giró, de forma que evitaba que se la pudiese meter con facilidad.

  • ¡Déjame Ismael, ya no quiero follar contigo! -gritaba en voz baja.
  • Vamos primo ayúdame a sujetarla, en el fondo lo desea, lo que pasa es que le da vergüenza admitirlo.

Mi polla por fin entro en su coño y comencé a follarla con fuerza, empujando con brusquedad, ella gritó y se agitó, y poco a poco fue dejando de resistirse.

  • Espero que estés contento Ismael, mañana mismo le contaré a tu madre lo que has hecho –dijo tan ancha mientras permanecía debajo de mi.
  • Jo tía, no sabes lo que te pierdes, si tu quisieras tu hijo y yo te haríamos saltar de gusto en la cama.
  • No creo que pudieseis, no sois lo bastante hombres para mi -volvió replicar intentando tal vez que abandonara mi intento-. Te advierto que ni siquiera me está gustando lo que me haces, no lo haces bien.

Efectivamente mi tía me estaba sacando de quicio, tanto que en un momento dado la solté, levantando mi mano la amenacé y ella se quedó paralizada, pero con la mano en alto sólo le espeté:

  • Creía que hace unos momentos estabas disfrutando, ¡qué importa si la polla es mía o de tu hijo! !Lo que sentías era real! Piénsalo, no merece la pena que te violemos, mi madre es mucho más complaciente y cariñosa que tú...

Y de esta forma me bajé de la cama y la dejé tumbada con las piernas abiertas, sin saber qué decir. No reaccionó, de modo que cogí a mi primo por el hombro y ambos abandonamos la habitación.

Nos metimos en su cuarto y nos acostamos, ninguno de los dos dijo nada de continuar con nuestras prácticas homosexuales, estábamos tan decepcionados por el transcurso de los acontecimientos que la libido se esparció por el ambiente y se evaporó.

  • Ismael, ¿tú crees que mañana se lo contará a tu madre? -me preguntó mi primo denotando tristeza y preocupación en su voz.
  • No estoy seguro, pero creo que no hará nada, para ella lo ocurrido también es una vergüenza y no lo contará, ya lo verás – asentí yo para tranquilizarlo.

 

Capítulo 18

A la mañana siguiente mi primo y yo nos levantamos y desayunamos, luego nos pusimos a jugar a los video juegos, mi madre no tardó en llegar desde el pueblo. Con su alegría particular nos saludó y besó a ambos. Algo debió notarnos, pues ciertamente nuestro recibimiento no fue muy dicharachero que digamos, nos preguntó qué pasaba y obtuvo el silencio por respuesta.

Se cambió y volvió ataviada ya con el bañador, literalmente nos arrancó del sofá y nos bajó a la playa con ella para relajarnos, que tanto vídeo juego no era bueno, nos dijo. Al llegar se metió en el agua con nosotros y estuvo jugueteando con ambos, echándose en cima nuestro, abrazándonos, poniendo en contacto sus enormes pechos con nuestro cuerpo, calentándonos. Pero tampoco surtió efecto esta táctica y seguimos apáticos.

Ya bajo la sombrilla mientras nos refrescábamos, ella siguió intentando adivinar la fuente de nuestro desánimo pero sin éxito, pues hasta nos negábamos a admitir que estuviésemos ・graros・h como ella decía.

Para la hora del almuerzo nos volvimos, ella preparó la comida, y cuando llegó mi tía del trabajo todos nos sentamos a la mesa. La tensión se podía cortar con un cuchillo, mi primo y yo eramos dos autómatas que se limitaban a introducirse comida por la boca, procesarla y tragarla.

Ella y mi madre comenzaron a conversar animadamente sobre el pueblo donde vivía nuestra abuela, mi primo y yo al terminar nos fuimos a echar la siesta y efectivamente hicimos eso, dormir.

Ya por la tarde nos volvimos a bajar a la playa, de nuevo a regañadientes pues esta vez íbamos también con mi tía. Ella estaba sonriente todo el rato y mi primo y yo con cara de muermos. Incluso se atrevió a acercarse a nosotros en el agua y en un momento dado nos dijo...

  • Venga chicos, estáis muy apagados, animaos, no quiero veros tan tristes -nos dijo y se lanzó al agua para nadar.

Bueno las cosas estaban así, ninguno de los dos olvidaba lo ocurrido anoche. Yo particularmente estuve a punto de darle una bofetada a mi tía, y ganas no me faltaron, pero me contuve en el último momento. Si todo iba tan bien porqué no terminamos como empezó. Nos cortó el rollo en lo mejor.

Hablé con mi primo cuando nos quedamos solos en la siesta. Él estaba más abatido que yo, porque después de todo se trataba de su madre y tenía que seguir viviendo con ella cuando nosotros nos fuésemos tras las vacaciones. Traté de animarlo diciéndole que como creíamos, al final no lo había contado a mi madre, ni se había formado el escándalo que se anticipaba. Al final todo pasaría y lo de anoche no sería más que un recuerdo amargo. En ese momento también le pregunté qué tal cuando follaba con su madre y su sonrisa lo delató.

  • Estuvo fenomenal, no había follado con tantas ganas con tu madre y unido al nerviosismo que tenía, estuve a punto de correrme en su coño -me confesó con franqueza.
  • Pues si primo, estuvo genial, quédate con este recuerdo y olvida el resto porque créeme, no merece la pena seguir preocupado por eso -concluí para terminar de tranquilizarlo.

Por la noche nos fuimos a comer pescaito frito al puerto. Nuestras madres se había puesto guapas y seguían igualmente animadas. Se hartaron de tomar vino con casera, hasta nosotros bebimos y al final acabamos regresando por el paseo marítimo tambaleándonos y apoyándonos en todas las farolas que veíamos en el camino. Nuestras madres iban cogidas de la cintura y mi primo y yo las seguíamos a unos metros. Nos fijamos en el contraste que había entre ellas, mi madre, más alta y con culo y hechuras generosas y la suya, bajita, menuda pero de belleza concentrada.

Ya estábamos más contentos y bromeábamos entre nosotros. Yo le dije que esa noche follaría con mi madre y que yo lo intentaría con la suya, o aceptaba o la forzaba. Y ambos nos reímos ante mi nueva ・gloca idea・h. Incluso él bromeó con que le diese una bofetada, que se lo merecía por el chasco que nos hizo pasar la otra noche.

Cuando llegamos al piso ellas se cambiaron y nosotros también, al final acabamos todos sentados en la terraza, tomando el fresco, como se suele decir. Entonces mi madre hizo la pregunta clave.

  • Oye Marta, qué les hiciste anoche a los chicos, que esta mañana estaban de un humor de perros -se jactó mi madre sonriendo.
  • ¡Eh, pues no se! No os habréis peleado entre vosotros, ¿no? -preguntó haciéndose ・gla tonta・h, ya le valía.
  • Eso no está bien, chicos tenéis que llevaros bien, ¡que sois primos, hombre! -continuó mi madre con la broma.
  • Bueno cuñada, en realidad si que les regañé yo, por eso estaban esta mañana tristes, supongo. La verdad es que me arrepiento y lo siento mucho, ¡creedme! -nos dijo mirándonos en la penumbra del balcón.
  • Pero, ¿por qué cuñada, qué hicieron estos traviesos? -siguió inquiriendo mi madre.
  • Nada, bueno nos peleamos y todos perdimos un poco los estribos cuñada.
  • Es que te hicieron algo, ¿no sé como no me lo cuentas estoy preocupada? -mi madre seguía rascando en la herida.
  • Bueno todo comenzó por tonterías sin importancia, nos calentamos y la cosa terminó regular -siguió esquivando el bulto mi tía.
  • Bueno cuñada, si no me lo queréis contar no importa. Pero les has dado un beso mujer, ¡para hacer las paces, ya me entiendes! -exclamó con su simpatía habitual.
  • Eso está hecho -dijo mi tía levantándose de su silla.

Cuando se acercó a mi me abrazó y me besó, como yo sabía que no se veía mucho en la penumbra, aproveché para cuando iba a darme el segundo beso anticiparme y besarla en la boca. Eso y cogerla por los pechos en lugar de por la cintura como era de esperar fueron mis dos pequeñas travesuras aquella noche. Por supuesto ella disimuló como si nada.

Luego fue para su hijo e hizo lo propio. Cuando se iba a sentar de nuevo la atrapé al pasar delante mío y la senté en mis rodillas.

  • Bueno tía, como penitencia tienes que sentarse aquí conmigo y darme otro beso.
  • ¡Oh qué travieso Ismael! Está bien, pero no te aproveches de mi ¿Eh? -dijo ella pero esta vez me dio un casto beso de abuela en la frente.

Olía tan bien, estaba perfumada y su piel olía a gloria. Me alegré de que por fin se hubiese reconducido el camino, sabía que ella nos había perdonado, después de todo, lo de anoche solo fue la impresión y la sorpresa por nuestra ・gtravesura・h.

En ese momento mi madre llamó a mi primo y le pidió que se sentara en sus rodillas, con la escusa de que a ella le estaba entrando pelusilla de ver a mi tía sentada sobre mi y claro ella no quería aplastar a mi pobre primo así que intercambiaron los papeles en su caso.

Y allí estábamos los cuatro, haciéndonos carantoñas en la oscuridad del balcón, a partir de aquí ・gtodo era posible・h.

Como mi madre estaba a mi izquierda con mi primo sentado de espaldas a su madre y a mi, sabíamos que no nos veían realmente, así que sorprendía a mi tía con un beso en el cuello, eso si un beso insonoro. Ella lo recibió de buen grado y me regaló otro en los labios, al acercarme su boca de piñón noté que su respiración era agitada. Entonces mi lengua se deslizó entre sus labios y un segundo beso, más profundo nos unió. Para disimular ella decía tonterías, como qué fresquito hacía o qué buena noche. Nuestros compañeros también le seguían el rollo.

Mientras tanto yo ya había introducido mi mano bajo su camisón y mis dedos jugaban entre sus muslos, delante de sus braguitas. Ella seguía agitada, un poco nerviosa. Entonces me acerqué a su oído y le pedí que se tranquilizara.

  • Veas lo que veas no pienses, sólo piensa en nosotros, ¿de acuerdo? -le pregunté y ella asintió con la cabeza.

Entonces mis dedos se hundieron en su raja, deslizando las braguitas previamente a un lado. Qué cálida sensación, su coño estaba ya babeando jugos por doquier. Un nuevo beso nos unió y la calentura se desató en mi tía. Su lengua se introdujo con avidez en mi boca y su aliento caliente me embriagó, sus labios suaves besaron los míos y su mano presionó la mía entre sus piernas.

De repente nuestros compañeros se levantaron y para nuestro asombro nos dieron las buenas noches y se metieron en el piso juntos. Nosotros nos quedamos allí, esperando que se fueran y unos segundos después de desaparecer, mi tía se arrodilló ante mi, como una loca me bajó las bermudas y su boca capturó mi polla sin piedad. Comenzó a chuparmela con verdadera pasión, yo la dejé hacer un tiempo y luego, cuando comencé a sentir que me acercaba al fin la detuve, la calentura me precipitó rápidamente al orgasmo. Entonces la levanté y le bajé las bragas, ella me ayudó y estas acabaron en el suelo.

Le indiqué que se sentara sobre mi polla y así lo hizo, pero no hicieron falta palabras para comunicarnos, cada uno sabía lo que quería el otro y como una orquesta bien afinada, nos acoplamos perfectamente. Al entrar en su coño este me recibió con cierta reticencia en la primera entrada, pero en cuestión de dos intentos más ya estábamos perfectamente acoplados. Entonces mi tía tomó el mando y me folló con ardiente empuje, subiendo y bajando en la silla apoyándose en mis hombros.

  • Perdóname Ismael, anoche no esperaba que mi hijo estuviese allí con nosotros -me dijo mientras me follaba sin piedad.
  • Bueno eso ya es agua pasada, pero no me negarás que te gustó con ambos, ¿verdad?

Mi tía siguió follándome, y se resistió a contestar. Yo cogí sus pechos y los metí en mi boca, degustando su pezones y parte de sus pequeños pechos.

  • No me has contestado, dime que te gustó follar con tu hijo también, ¡vamos! -la presioné.
  • Bueno sí, me gustó, pensé que eras tú y no noté la diferencia, aunque bueno la verdad es que si noté algo distinto, no sabría decirte qué.

Le dije que se levantase y la puse apoyada en la barandilla con el culo hacia atrás, entonces se la metí desde atrás y seguimos follando pero ahora pausadamente. Yo comencé a masajearle el culo como ya sabía hacer y esto la puso más cachonda. Cuando mi dedo entró ella gimió y protestó pero lo dejé dentro.

Saqué mi polla y me arrodillé, le comí el culo y le clavé mi lengua en su ano, consiguiendo abrirlo y hacerme paso a su interior.

  • ¡Oh Ismael, qué me haces! -protestó ella.
  • Tú calla y disfruta, que de esto me encargo yo -le ordené.

Volví a penetrarla y seguí con mi masaje en su ano. Después la obligué a ponerse de rodillas en el suelo y yo desde arriba me puse en cuclillas apuntando esta vez a su ano. Ella protestó de nuevo y me dijo qué hacía. Callé y continué con mis caricias.

Mi primer intento falló, entonces seguí con mis dedos, ya estaba enganchada a mi masaje culero y se dejó hacer. La follé un poco más por el coño y luego lo intenté de nuevo. Su ano estaba difícil y sólo me entraba el glande, pero yo seguí intentándolo.

Finalmente de tanto apretar mi glande protestó y mi excitación era máxima, entonces volvía a la suavidad de su coño y seguí follándola. Ella agradeció el gesto y disfrutó de nuevo con mis penetraciones, aunque no se libró de mi dedo travieso. Y en una tremenda contracción, mi pene soltó el primer chorro de leche en su coño, seguido de otras tantas culadas y contracciones derramando mi blanco néctar en su cálido interior.

Ella se precipitó a su orgasmo cuando yo ya estaba casi terminando el mío y se retorció en el suelo de la terraza, mientras yo la cubría desde atrás.

  • ¡Oh qué bueno! -dijo finalmente.

Extraje mi maltrecho pene de su coño, éste se despidió de él con un último abrazo y le dejé mi carga especial dentro. Mi tía se volvió y entonces nos besamos, aunque de pronto me dijo que ・galgo・h le caía de su chochito・h y tapándose con la mano se fue para dentro del piso con destino al baño. Yo me quedé allí, en la terraza, desnudo, disfrutando de la brisa y de mis últimas sensaciones.

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Memorias, entre el pasado y el presente (7)

Soy Puta (7)

Memorias, entre el pasado y el presente (6)

Memorias, entre el pasado y el presente (5)

Soy Puta (6)

Memorias, entre el pasado y el presente (4)

Soy Puta (5)

Memorias, entre el pasado y el presente (1)

Soy Puta (4)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Soy Puta (3)

Soy Puta (1 y 2)

Memorias, entre el pasado y el presente (3)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Memorias, entre el pasado y el presente (I)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Siete madres desesperadas (3)

Siete madres desesperadas (2)

Siete madres desesperadas (1)

Memorias (7)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (4)

Cartas de mamá (5 y fin)

Cartas de mamá (4)

Cartas de mamá (3)

Cartas de mamá (2)

Cartas de mamá

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (2)

Violación e Incesto

Like a Dream (8)

Like a Dream (7)

Like a Dream (6)

Like a Dream (5)

Like a Dream (4)

Like a Dream (3)

Like a Dream (2)

Like a Dream (1)

El secreto de Adam (3)

El secreto de Adam (2)

El secreto de Adam

Un guiño del destino

Memorias (24 y fin!)

Memorias (23)

Memorias (22)

Memorias (21)

Memorias (20)

Memorias (19)

Memorias (18)

Memorias (17)

Memorias (16)

Memorias (15)

Memorias (14)

Memorias (13)

Memorias (12)

Memorias (11)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (3)

Memorias (2)

Memorias (1)

Soy puta (12 y fin)

Soy puta (11)

Soy puta (10)

Soy puta (9)

Soy puta (8)

El erotismo vive en mi interior...

Soy puta (7)

Zorro Blanco: Esta es mi historia...

Soy puta (6)

Soy puta (5)

Soy puta (4)

Soy puta (3)

Soy puta (2)

Soy puta (1)

El coma (3)

El coma (2)

El coma (1)

Caluroso verano (10 y fin)

Diario de una universitaria (7)

Caluroso verano (8)

Caluroso verano (7)

Caluroso verano (6)

Caluroso verano (5)

Caluroso verano (4)

Caluroso verano (3)

Caluroso verano (2)

Caluroso verano

Náufragos (4 y fin)

Náufragos (3)

Náufragos (2)

Náufragos

Diario de una universitaria (5)

Diario de una universitaria (6)

Diario de una universitaria (4)

Diario de una universitaria (3)

Diario de una universitaria (2)

Diario de una universitaria

Posición dominante

El Admirador (05)

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