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Caluroso verano (7)

en Amor filial

Capítulo 13

Al meternos en la cama le pregunté a mi primo qué tal le había ido y empezó a contarme su experiencia en el agua con mi madre...

  • ¡Jo tío ha sido genial! La cogí en brazos como hiciste tú con mi madre en el agua, y como vi que te alejabas hice lo mismo. Cuando ya no te veía me paré. Tu madre estaba muy risueña y no paraba de sonreírme y decirme lo fuerte que estaba para cogerla y tal...

" Yo me quedé un poco cortado la verdad y no supe que hacer con ella allí cogida, entonces ella me preguntó si me gustaban sus tetas, por supuesto dije que sí, que mucho, entonces cogió su bikini y se lo quitó, mostrándome sus enormes tetas y antes de que pudiese decir nada me cogió la cabeza y se la pegó sobre ellas. No me dio tiempo a nada sólo me limité a buscar su pezón y a chuparlo, ¡qué bueno estaba tú!" -me confesó mi primo mientras estábamos tumbados en la cama.

  • No está mal, pero, ¿eso no habrá sido todo, no? -le insistí.

  • ¡Oh no, claro que no!, luego ella se bajó y me abrazó cogiéndome por el culo y pegándome contra su cuerpo, restregándome las tetas y todo su cuerpo contra el mío. Yo me agarré a su culo y se lo acaricié apretándola también contra mi. Entonces comenzó a comerme la oreja, esto me hizo muchas cosquillas. Se me puso durísima, ella se la restregaba a la altura del coño y yo no paraba de tocarle el culo y las tetas, también se las besaba. Éstas flotaban en el agua tú, qué buenas que estaban tan gordas y jugosas.

  • No está mal mi madre entonces, ¿verdad? -le pregunté mientras tomaba aire que parecía faltarle, pues lo contaba de tal manera que parecía que lo estaba reviviendo allí mismo.

  • Luego me besó en la boca, un morreo largo mientras jadeaba y seguía restregándose contra mi polla. A continuación me bajó el bañador, me cogió la polla con firmeza y comenzó a masturbarme. Al separarse yo aproveché y le toqué el coño, ella se apartó el bikini para que lo disfrutara a pelo, ¡qué chochazo tenía tío! Con unos labios carnosos y suaves, me pidió que le metiese los dedos y eso hice. Siempre había soñado como sería hacer esto con un coño pero no me alcanzaba la imaginación para sentirlo, estaba caliente caliente y como pringoso por los jugos vaginales. Creo que he llegado a meterle hasta tres dedos por lo menos. Ella seguía comiéndome la boca y meneándomela mientras tanto, a medida que se ponía más y más cachonda echándome su aliento en la boca mientras me besaba.

"Luego me pidió que la penetrara, se cogió a mi cintura y se dejó flotar, como haciéndose la muerta mientras yo la sujetaba con los brazos, como estábamos muy metidos en el agua prácticamente flotaba y no me costaba trabajo sujetarla, pero ahí empezaron los problemas", intentaba meterla pero sólo me entraba la punta... Yo lo intentaba pero aquello no entraba, aunque sólo con la punta ya sentía un placer indescriptible, y en estos empujones estaba cuando me vino la corrida, así que creo que ella se quedó un poco con las ganas, pero bueno me abrazó y me dio unos cuantos besos más". Luego nos salimos del agua y nos fuimos a coger las toallas".

  • Entonces, ¿mi madre no se corrió? -le pregunté yo en la pausa.

  • Bueno, le pedí disculpas por haberme corrido tan pronto, ella me dijo que no importaba y me volvió a dar un beso. Entonces me pidió que siguiese metiéndole los dedos como en la playa y eso hice. Ella se tumbó y yo comencé a meterle todos mis dedos en su chochazo, ella estaba tremenda, allí abierta de piernas en la penumbra, con sus pechos al aire y acariciándose el clítoris mientras yo la penetraba. ¡Ah! También me pidió que le chupara los pechos y la complací hasta que finalmente se corrió. Jo tío, no sabía que el coño se contraía tan fuerte, cuando lo hizo aún tenía mis dedos dentro y noté como me los atrapaba con los músculos, ¡qué fuerte! -me confesó entusiasmado.

  • Vaya, entonces sí que habéis disfrutado, ¿no? -aseveré yo confirmando lo que me decía.

  • Mucho, ya estoy soñando con la próxima, a ver si se la puedo meter en condiciones y disfrutar todavía mas de su coño, ¡qué madre tienes tío! Por cierto y tú qué tal con la mía.

  • Bien, no ha estado mal aunque tu madre se ha puesto en plan puritano y solamente me ha dejado hacérselo con los dedos mientras ella me masturbaba en el agua, pero bueno para ser la primera vez ha sido muy excitante y caliente. Como tu dices, a ver si la próxima vez follamos -concluí yo.

Y de esta forma decidimos echarnos a dormir para estar descansados al día siguiente...

 

Capítulo 14

A la mañana siguiente recuerdo que me desperté por las voces de otra mujer mayor. Me levanté junto a mi primo y al salir al piso conocía a su abuela, que al parecer había venido de visita sorpresa. Vivía en un pueblo cercano a la ciudad, así que se había subido al autobús y se había presentado allí aquella mañana.

Según pude averiguar tenía intención de quedarse el fin de semana e irse el lunes por la mañana así que nuestro gozo en un pozo, al estar la abuela a ver quién se atrevía a meterle mano a nadie. Y efectivamente así fue.

Nos fuimos a la playa, abuela incluida y nos dedicamos a jugar en el agua como los días anteriores, pero más comedidamente, pues a la abuela no se le escapaba una. Nuestras madres estaban radiantes, se las veía contentas y se mostraban muy cariñosas, tanto con mi primo como conmigo. Es que no hay nada como el sexo para mejorar el ánimo y la salud, ya lo dicen los médicos.

La abuela resultó ser también una cachonda mental y jugó con nosotros a la pelota y estuvo muy activa para su edad. Ese día también vimos a Patri y a Lourdes quienes se acercaron a saludarnos, al parecer estaban en la playa con sus madres. Tanto mi primo como yo nos quedamos mirándolas pues estaban de muy buen ver, y no es que las hijas no estuviesen buenas, es que nosotros ya nos estábamos especializando en mujeres maduras, pero bueno teníamos ojos para todas. Ellas también estuvieron con nosotros y nuestras madres respectivas se conocieron y charlaron. Así que aquello se convirtió en una cuasi convención familiar.

Por la noche también fuimos a cenar fuera y como no la abuela nos acompañó, eso sí invitó ella. A la mujer se la veía muy contenta y estaba especialmente satisfecha de conocer a su nieto, o sea a mi, a quien hacía tiempo que no veía pues por lo visto me vio cuando yo era pequeño hacía ya unos cuantos años.

Volvimos por el paseo marítimo como la noche anterior, y creo que todos en general, salvo la abuela, miramos al mar con añoranza y deseo de darnos un baño nocturno y repetir la experiencia de la noche anterior, pero qué se le iba a hacer, habría que esperar a otro día en el pudiésemos disfrutar de intimidad.

Subimos al piso a acostarnos. La abuela se instaló en el dormitorio de mi tía Marta, ya que ella tenía una cama de matrimonio, así que dormirían juntas. Nosotros como siempre, mi madre en su cuarto junto al de mi tía y mi primo y yo en el suyo justo en la entrada del piso junto a la cocina antes de entrar al salón. El estar separados del resto de dormitorios nos daba cierta intimidad y podíamos hablar sin temor a ser oídos por los otros habitantes de la casa.

  • Jo, qué fastidio lo de mi abuela, ¿no? -se lamentó Adrián.

  • ¿Por qué lo dices? -pregunté.

  • Hombre porque después de lo de anoche seguro que hoy hubiésemos repetido baño nocturno y hubiésemos pillado tema que te quema -volvió a lamentarse mi primo.

  • Bueno, qué se le va a hacer, así es la vida -filosofé.

  • Tengo unas ganas de follar con tu madre, bueno con perdón primo -agregó mi primo pensando que me pudiese sentar mal su afirmación.

  • No te preocupes, primo, te entiendo. Tienes las mismas ganas que yo de pillar tema con tu madre. ¿Te conté que la vi desnuda la primera noche saliendo de la ducha?

  • Ah pues no -contestó él sorprendido.

  • Pues eso, que fui al servicio y no sabía que estaba ocupado porque la puerta estaba abierta y al ir a entrar la vi reflejada en el espejo. Me quedé prendado de su cuerpecito menudo.

  • ¿Si, vaya? A mi me gusta el cuerpo de tu madre, la mía la veo muy delgada y con poca chicha -comentó mi primo.

  • Hombre a mi también me gustan las tetas gordas y los culos redondos, pero se agradece de vez en cuando el variar y comer "sano" -dije yo provocando nuestras risas.

Lo cierto es que la conversación me estaba poniendo a tono, tanto es así que me descubrí con la mano en los calzoncillos. Al reparar en ello mire a mi primo y lo descubrí también tonteando con su pilila.

  • Oye primo, ¿qué tal si nos hacemos una pajilla? -le propuse.

  • Pues si no lo dices tú te lo hubiese propuesto yo. Pero quieres como el otro día o cada uno lo suyo.

  • Bueno, no sé, ¿a ti te gustó la otra vez, verdad? -pregunté yo por confirmar y no meter la pata?

  • Estuvo bien si, ¿y a ti? -demandó el igual reciprocidad en mi respuesta.

  • A mi también hombre, entonces qué, ¿te animas? -sugerí.

  • Vale, podemos probar, si quieres empiezo yo -se ofreció Adrián.

Mi primo se arrodillo ante mi cama y esperó a que yo la soltara, entonces él tomó el mando y lo apretó suavemente.

  • La tienes blanducha primo -afirmó a los pocos segundos mientras me la meneaba.

  • Si está morcillona, dale fuerte a ver si la espabilas -sugerí.

Cerré los ojos y me concentré en mi tía, aunque esa noche, no se por qué creo que se me cruzó por la mente Luisa, y recordé la primera vez que la follé. Mi primera vez, esto me excitó muchísimo, seguí recordando todas las escenas con su madre, y luego con la mía. Aquel verano lo recordaría siempre. Y ensimismado estaba cuando la corrida llegó sorprendiéndonos a los dos, a mi y a mi "masajista", je je. Se pusieron perdidas las sábanas y yo, hasta tuve que ir al baño a lavarme. Luego cambiamos las sábanas, en fin un follón. Hasta mi primo se manchó aunque sólo la mano.

Después llegó mi turno y comencé a meneársela a mi primo, le dije que se concentrara en mi madre, en sus tetas, en su culo, en su coño. Le incité a pensar que se al estaba chupando y luego que follaban. Creo que me lo monté muy bien pues mi primo enseguida se acercó a su orgasmo, aunque me detuvo para no correrse. Luego seguí con las aproximaciones.

Tenía la polla de mi primo en mi mano y esto me provocaba sentimientos contradictorios. Por un lado me gustaba y por otro eso me daba miedo, pues parecía como que no quisiera ser homosexual, y tenía que repetirme: "te encantan los coños, te gusta follar", pero aquello, aquel juego tabú, también me gustaba.

Y allí estaba yo con la polla de mi primo en la mano, masturbándolo. Pensé en cómo sería chuparla y automáticamente mi cerebro apartó la idea, mandándola a los abismos del subconsciente. ¿Y si me gustaba?, me repetía en la cabeza, y de nuevo maldecía mi imaginación tan locuaz e incontrolable. Mi primo me avisó que cogiese pañuelos de papel y eso hice, en una última aproximación mi suplicio terminó y apuré la corrida de mi primo despacito, apurando hasta sus últimos espasmos.

 

Capítulo 15

A la mañana siguiente despertamos tarde, parecía como si no quisiéramos levantarnos y tuvo que entrar mi tía a despertarnos, a mi me dio un par de cachetes en el culo y disimuladamente me sobó los huevos desde atrás, me gustó el detalle, luego se fue para su hijo y le dio otro par de cachetes y un beso en la mejilla.

Nos levantamos y desayunamos, hoy nos esperaba otro día de playa, aburrido como el día anterior, pues no tenía el aliciente de la seducción, de la conquista y del posible éxito final en forma de relación sexual incestuosa.

De nuevo nos encontramos con nuestras nuevas amigas, las dos madre y sus dos hijas. Ese día nos fuimos a pasear con las hijas y estuvimos charlando con ellas, tonteando, recuerdo que les preguntamos si tenían novios y nos respondieron con otra pregunta: "¿y vosotros?". En fin así era la juventud, así era la inseguridad que ellas y nosotros sentíamos ante la seducción del sexo opuesto. Ciertamente estaban bien buenas, Patri como ya dije, era rubia y tenía unos pechos pequeños y puntiagudos, su culo también era pequeño y respingón. Lourdes era morena y sus pechos eran ligeramente más grandes y caídos. Lourdes no estaba tan delgada como Patri y tal vez era un poco menos agraciada de cara, pero también estaba buena. Nos compramos unos helados y nos los comimos en el paseo de vuelta hasta donde estaban nuestras madres y la abuela.

Poco más recuerdo de ese día. Luego llegó la noche y volvimos a comer fuera, aunque ese día creo que fuimos a un Burguer, a un Burguer con la abuela... Ella se ve que no era la primera vez que iba pues no protestó. Dimos un paseo por el puerto y emprendimos el camino de regreso, como la noche anterior, miramos al mar, mi primo y yo paseábamos juntos ligeramente retrasados, maldiciendo nuestra suerte porno poder darnos un baño como hacía dos noches con nuestras madres y tener otro momento inolvidable de lujuria. Aunque sabíamos que ese momento llegaría, estábamos impacientes porque lo hiciera y no queríamos esperar. Finalmente llegamos al piso y nos acostamos.

Esa noche hacía mucho calor, así que no podíamos dormir. De modo que mi primo propuso asomarnos al balcón a tomar el aire y eso hicimos. Ya corría la brisa marina así que al salir pudimos respirar con alivio esa fresca humedad en el ambiente, con ese sabor característico a salitre cuando el mar está cerca. La ciudad dormía a esas horas y a penas se escuchaban vehículos en la lejanía y muy de vez en cuando pasaba algún vecino por delante del piso de mi primo. De pronto oímos un ruido y nos sobresaltamos...

Era mi madre que al parecer tampoco podía dormir y salió también al balcón sin saber que nosotros estábamos allí, así que se unió a nosotros. Mi primo y yo estábamos en calzoncillos y ella salió con una blusa muy fina que le cubría la piel, supongo que por pudor de no andar semi-desnuda por casa ajena. De todas formas en la penumbra sólo nos veíamos las caras prácticamente.

Comenzamos a charlar sobre banalidades del calor, el verano y el fresquito que corría, lo a gusto que se estaba en el balcón. Me recordó cuando dormíamos juntos en nuestra casa sobre un colchón tirado en el suelo, claro mi primo no sabía nada pero ella y yo sonreímos con nostalgia y seguro que ambos recordamos nuestras primeras relaciones íntimas en aquel colchón bajo el cielo estrellado en el balcón. Eso hizo que me pusiera cachondo y sin duda que mi madre también debió tener "pensamientos impuros".

  • ¡Qué bien si pudiésemos bajar a darnos un baño "nocturno"!, ¿verdad? -exclamó mi madre con un suspiro mientras permanecía apoyada en la barandilla con los antebrazos y sus pechos a su vez echados sobre ellos.

  • Pues sí -dijo mi primo lamentándose-. Pero si les da por levantarse a mi madre o a mi abuela van a preocuparse -añadió.

  • Podemos dejar unas notas sobre las camas para que las vean, ¿no? -propuse mientras todos soltábamos unas carcajadas al unísono.

  • Y qué pondríamos: ¡Nos hemos ido a bañar, no preocuparse! -explicó mi madre continuando con la loca ocurrencia.

Nos quedamos en silencio unos segundos, sin duda todos deseábamos hacerlo, pero mi primo tenía razón, qué pensaría la abuela de nosotros si se enterara que bajamos a bañarnos de madrugada.

  • ¿Y por qué no lo hacemos? Lo más seguro es que no se den cuenta -dije yo con atrevimiento-. Lo de la nota no es una tontería, podemos ponerlas sobre nuestras camas y si la tía se levanta no se asustará. ¡Hagámoslo! -prorrumpí como arenga final.

  • ¡Oye, pues por qué no! -se unió mi primo al instante.

  • No sé -dijo mi madre para desesperación nuestra.

  • ¡Vamos mamá, no se hable más entra en tu cuarto y sin hacer ruido ponte el bañador, nos vemos en la puerta! -le ordené sin hacer caso a sus dudas.

Dicho y hecho, mi primo y yo contentos como colegiales cogimos nuestros bañadores y nos cambiamos prácticamente en la oscuridad. En la puerta con nuestras toallas en una bolsa esperamos al tercer cómplice de nuestra escapada.

Mi madre se hizo de rogar, hasta el punto de hacerme pensar en ir a buscarla, pero finalmente vi su sombra negra en el pasillo acercándose. Salimos al pasillo y cogimos el ascensor. Acostumbrados a la penumbra las luces hicieron que nuestros ojos protestaran y nos los restregamos como si estuviésemos recién levantados. Ni un alma se cruzó con nosotros en el corto camino a la playa... miento un coche pasó por la calle, pero nadie más, aceleramos el paso y nos internamos en la intimidad de la oscuridad ya pisando la arena.

Sonrientes como niños que van de excursión, gritamos: "tonto el último" y mi primo y yo salimos disparados hacia el agua. Mi madre nos siguió pero más pausadamente, aunque también reía y daba saltitos como nosotros. Al mojarnos los pies, el agua estaba super fría, creo que todos temimos no poder cumplir nuestro deseo, pero como el día anterior le echamos valor y nos fuimos metiendo poco a poco.

Tras la necesaria adaptación y la fuerte impresión inicial al entrar con todo el cuerpo el agua estaba buenísima. Cuando mi madre nos alcanzó mi primo y yo ya chapoteábamos con el agua por el pecho. Al llegar como dos perrillos que no ven a su ama desde la mañana le saltamos encima. Echándole agua y jugueteando a su alrededor. Mi madre reía y nos pedía que parásemos, pero como los perrillos no obedecen con la primera orden, tampoco lo hicimos nosotros y seguimos dando vueltas alrededor suyo.

Finalmente, cuando yo estaba en su espalda y mi primo delante suyo, lo cogí por las manos desde atrás y lo acerqué a propósito a mi madre, abrazándola yo también desde la espalda.

  • ¡Qué calentita y suave estás mamá! -manifesté yo restregándome contra su espalda y su culo.

  • Pero niños, ¿qué hacéis? -preguntó ella haciéndose la tonta.

Mi primo parecía algo cortado pero yo tiraba fuerte de sus brazos y lo pegaba contra los pechos de mi madre, hasta llegue a subirme a horcajadas sobre ella y llegando con mis pies a las caderas de mi primo lo acerqué aún más a mi madre.

  • ¡Vamos mamá, se buena con el primo y conmigo! Queremos ser buenos también contigo mamá -ronroneé en su oído.

Le cogí sus pechos para que mi primo lo viese y se los apretujé con mis manos, manoseándoselos hasta la saciedad. Luego los liberé de su bikini y los dejé flotar en el agua.

  • ¡Qué tetas mas sabrosas tienes mamá! -vociferé para que mi primo me oyese, creo que estaba tan atónito que aún no había reaccionado-. Tócaselas primo, adelante no te cortes.

Mi primo seguía cortado, mi madre se reía con mis caricias pero él no hacía nada, se limitaba a dejarse apretujar por mi contra mi madre.

  • Anda Ismael, para un poco y tranquilízate hijo que estás asustando al primo -dijo mi madre intentando poner serenidad en la situación.

Obedecí a mi madre, como buen hijo que era y entonces ella puso su brazo en el hombro de mi primo y cogiendo su mano con el otro la acercó a sus pechos y la apretó contra ellos.

  • ¡No te escandalices Adrián, no pasa nada! Es que Ismael es muy fogoso y a veces se pone muy revoltoso. Verás lo bien que lo vamos a pasar esta noche, pero lo haremos tranquilitos, ¿vale? -dijo con voz melosa en la oscuridad de las olas.

  • ¡Pero él también...! -inquirió Adrián sin atreverse a continuar la frase.

  • Bueno, él si quiere puede unirse a nosotros, pero yo me voy a dedicar a ti, a lo que no pudimos acabar anoche, ¿quieres?

  • ¡Oh sí, claro tía! Anoche... ¡um! -soltó Adrián provocando que mi madre y yo nos riéramos.

Mi madre cogió a mi primo por el culo y lo alzó como si de un niño pequeño se tratara abrazándolo, haciendo que sus piernas pasaran por sus caderas, luego lo besó y comenzó a bajar por su cuello hasta llegar a su pecho, besándolo y lamiéndolo, se centró en sus tetillas, las cuales debió degustar con su lengua. Mi primo se quedó ensimismado y se dejó hacer. Le indicó que se quedara quieto, que de ese modo flotaría, entonces lo subió hasta que tubo su bañador a la altura de la boca, se lo bajó y descubrió la pilila de mi primo como un espárrago escondido debajo de un trapo en el suelo.

Se tragó su polla y comenzó a practicarle una felación muy original la verdad, sobre el agua, sujetaba a mi primo por el culo y se la chupaba entre sus piernas abiertas. Yo contemplé la escena y me pillé un calentón de mil demonios.

No estaba dispuesto a quedarme así, de modo que abracé a mi madre desde atrás como ya hiciera antes y cogí sus tetas, que seguían flotando en el agua, me pegué a su culo como una lapa y comencé a restregarme contra su cuerpo, acariciándole los pechos y bajando después su cintura me centré en su culo, le cogí el coño desde atrás, todavía sobre el bañador, aunque no por mucho tiempo. Eché mis manos para adelante y apartando la tela sobé su chocho con deleite y cariño, recorriendo cada uno de sus pliegues, acariciando suavemente sus gordos labios, finalmente hundí mi dedo en su raja, haciéndolo deslizarse por ella como si fuese un valle por recorrer, sus jugos afloraron al momento. Fui profundizando más hasta tenerlo metido entero en su coño, entonces comencé a masturbarla, haciéndolo entrar y salir con deleite de tan caliente pozo. Ella comenzó a retorcerse y a demostrar lo que agradecía mis caricias.

Le bajé el bañador y seguí acariciando su culo, recorriéndolo con ambas manos, le frotaba el coño con una mano por delante y con la otra por detrás, en la zona del perineo, haciendo que un dedo de cada mano lo penetraran de forma alterna.

Mi madre se giró y nos propuso ir a la playa y seguir sobre las toallas. Sin mediar palabra asentimos y no hizo falta decir nada más nos encaminamos a la orilla, extendimos las toallas y mi madre se echó en el centro boca arriba.

  • Vamos Adrián cariño, memela -le ordenó melosamente mi madre.

Dándole una palmadita en el culo lo animé a entrar a matar, nunca mejor dicho. Con su estuque en la mano se aproximó por entre sus piernas y buscando su raja. Con un poco de ayuda de mi madre consiguió localizarla y entró hasta el fondo, soltando un "ohhhh" que sonó como un canto al placer.

Animado por mi madre comenzó a culear sobre ella, yo me coloqué junto a los dos a un lado y le pedí a mi madre que la chupase al mismo tiempo a mi. Ella me miró extrañada, pero finalmente accedió, me coloqué con su cabeza entre mis piernas y apuntando hacia abajo la colé en sus labios, ella la recibió como se merecía, con su caliente boca envolviendo mi glande. Mi primo y yo estábamos frente a frente, disfrutando de sensaciones maravillosas, entonces decidí hacerle una pregunta algo tonta la verdad...

  • ¿Te está gustando?

  • ¡Qué si me está gustando!, esto es la gloria primo -contestó el con ímpetu.

  • Me alegro, por fin perdiste la virginidad, ¿eh pillín? -le dije dándole golpeándole en el hombro.

  • ¡Oh sí, por fin! -se limitó a decir él mientras seguía con la "faena".

  • Ey ahí arriba, acariciarme los pechos o algo, ¿no? -protestó mi madre desde la "planta baja je je".

Indiqué a mi primo que le acariciase los pechos y liberé a mi madre de sus obligaciones hacia conmigo ya que la postura era forzada y no me gustaba demasiado. Les propuse cambiar de postura y que mi madre se pusiera encima de mi primo, ambos aceptaron sin reparos.

En la nueva posición mi madre se aposentó sobre la maltrecha pilila de mi primo y se la clavó hasta los huevos. Comenzaron a follar de esta guisa y yo seguí observándolos como un director de orquesta. Se me ocurrió darle palmadas en el culo a mi madre y le acariciaba los pechos también, luego pensé en metérsela yo también por el culo y hacer un sandwich con ella, se me iluminó la bombilla y decidí actuar.

Me chupé el dedo índice y comencé a acariciar el ojete a mi madre. Ella enseguida reaccionó con extrañeza y me preguntó qué hacia. Yo le dije que siguiese a lo suyo y le prometí que le gustaría. Entonces introduje mi dedo un poco más y ella protestó y gruñó por mi acción. Entonces mi primo nos interrumpió y dijo que no aguantaba más que se iba a correr, yo le dije que esperase y obligué a mi madre a sacársela. Tal como estaba, encima de mi primo la ensarte ahora yo con mi cimbel y comencé a follarla, ella gimió de gusto.

Es curioso, porque a aquellas alturas controlaba ya mejor el tema y descubrí que podía follarla con más ganas empujando fuertemente y controlar mi orgasmo y eso hice. La follé con todas mis fuerzas, bruscamente, nunca antes lo había probado pero ella no protestó, gimió con más ganas. Sentí que me acercaba peligrosamente al fin y la saqué. Le dije a mi primo que siguiese ahora él, busqué su polla, mi madre bajó su culo hasta acercarse a ella y con mi ayuda desapareció entre sus labios vaginales. Entonces continuó la follada.

Yo recuperé mi idea inicial y me acerqué al culo de mi madre para meterle la lengua, la tarea era complicada así que les pedí que parasen un momento. Entonces degusté su ano, era la primera vez que se lo comía, y descubrí lo cachondo que me ponía hacerlo, su sabor era agridulce, para que mentir, pero no me importó. La polla de mi primo estaba a escasos 2 centímetros pasando el perneo. Me excitó la rara situación de tenerla tan cerca... sin pensar en lo que iba ha hacer, bajé la lengua y la recorrí de arriba a abajo, a lo largo del conducto por donde hacemos piss. Me calenté, decidí subir el culo de mi madre para extraerla de su agujero y una vez la tuve delante, tan dura y puntiaguda cerré los ojos y no lo pensé, la introduje en mi boca y la llevé casi hasta la campanilla, repetí un par de veces y la saqué. Tenía un sentimiento extraño, por un lado me había gustado pero por otro me sentía culpable por haberlo hecho, en mi mente se formó una pregunta y ya no desapareció: ¿seré homosexual?

Decidí continuar y le metí la lengua a mi madre en el coño, lamiéndole todos los jugos que salieron, le comí el clítoris y finalmente le indiqué que volviese a introducirse la polla de mi primo, como antes la sujeté, meneándola unas cuantas veces y la apunté hacia su objetivo, entró limpia.

  • ¿Qué nos haces Ismael? Hoy estás muy travieso, lo sabías -dijo mi madre haciéndome despertar de mi ensoñación obscena.

  • Pero a que os está gustando, ¿eh? -contesté.

Entonces caí en la cuenta de que mi primo no había dicho nada en todo el rato, ni siquiera cuando traspasé la frontera de lo esperable, creo que tenía que estar tan alucinado que no dijo nada. Seguí a lo mío, ahora apunté mi polla al culo de mi madre, antes de que comenzaran sus meneos y apretando con fuerza la sujeté y la fui clavando con dificultad en el culo de mi madre sin conseguir hundir más que la punta. Mi madre protestó, sin duda a ella le dolía tanto como a mi.

Les dije que siguiesen a lo suyo mientras yo intentaba mi objetivo en otra ocasión, así que siguieron follando un poco más. De nuevo los detuve y lo volvía intentar, esta vez me escupí en al mano y embadurné mi polla con la saliva de mi boca y repetí la operación con el culo de mi madre. No pude evitar acariciar la polla de mi primo y tocar sus huevos, le había cogido gustillo a ese asunto para mi censurado hasta entonces.

Esta vez la cosa fue difícil como antes pero ahora la lubricación extra hizo su trabajo y mi polla terminó entrando. Les ordené que se moviesen despacito ahora y los tres comenzamos una coreografía a paso de tortuga, más bien a paso de caracol. Mi primo intentaba moverse debajo de ambos, mi madre casi no se movía y yo, que era el qué más libertad tenía de los tres, conseguía a duras penas hacerla entrar y salir del culo de mi madre.

Durante un par de minutos la situación se tornó algo agónica, pero tras los mismos, el asunto empezó a funcionar mejor de mi parte y conseguí meterla con cierta fluidez en el culo de mi madre. Comencé a follar su ano como un descosido, eso si sin correr mucho, despacito pues estaba tan apretado que me hacía daño o le hacía daño a ella si aceleraba.

Yo gemí y con un tremendo espasmo me corrí en el culo de mi madre, ella también protesto y mi primo detrás suyo, creo que ellos también se corrieron tras de mi, como si yo hubiese encendido la mecha multiorgásmica. Y de ese modo apuramos nuestros placeres mutuos durante unos segundos que parecieron eternos. Al final saqué la polla con dificultad del culo de mi madre y me retiré a descansar sobre una toalla. Ella hizo lo propio, rodó sobre el aplastado cuerpecito de mi primo y se tendió a su lado.

Después los tres nos quedamos en silencio, yo creo que nos dormimos durante unos minutos, o al menos eso hice yo. Con un beso me despertaron.

  • Cariño, tengo frío, ¿nos subimos al piso ya? -me susurró mi madre al oído.

  • De acuerdo -contesté yo estirándome-. ¿Vamos primo?

  • Si, vamos -se limitó a replicar él.

Recogimos las toallas y nos volvimos al piso, en el trayecto de vuelta mi madre nos cogió a ambos de sus manos y como sus niños nos llevó hasta el portal de la casa. Estábamos sonrientes, estábamos felices, mi madre hasta nos dio besos a cada uno al entrar en el portal. Subimos y nos acostamos. Mi primo me confesó lo mucho que le había gustado todo, y yo admití que no había estado del todo mal...

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Soy Puta (5)

Memorias, entre el pasado y el presente (1)

Soy Puta (4)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Soy Puta (3)

Soy Puta (1 y 2)

Memorias, entre el pasado y el presente (3)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Memorias, entre el pasado y el presente (I)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Siete madres desesperadas (3)

Siete madres desesperadas (2)

Siete madres desesperadas (1)

Memorias (7)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (4)

Cartas de mamá (5 y fin)

Cartas de mamá (4)

Cartas de mamá (3)

Cartas de mamá (2)

Cartas de mamá

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (2)

Violación e Incesto

Like a Dream (8)

Like a Dream (7)

Like a Dream (6)

Like a Dream (5)

Like a Dream (4)

Like a Dream (3)

Like a Dream (2)

Like a Dream (1)

El secreto de Adam (3)

El secreto de Adam (2)

El secreto de Adam

Un guiño del destino

Memorias (24 y fin!)

Memorias (23)

Memorias (22)

Memorias (21)

Memorias (20)

Memorias (19)

Memorias (18)

Memorias (17)

Memorias (16)

Memorias (15)

Memorias (14)

Memorias (13)

Memorias (12)

Memorias (11)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (3)

Memorias (2)

Memorias (1)

Soy puta (12 y fin)

Soy puta (11)

Soy puta (10)

Soy puta (9)

Soy puta (8)

El erotismo vive en mi interior...

Soy puta (7)

Zorro Blanco: Esta es mi historia...

Soy puta (6)

Soy puta (5)

Soy puta (4)

Soy puta (3)

Soy puta (2)

Soy puta (1)

El coma (3)

El coma (2)

El coma (1)

Caluroso verano (10 y fin)

Caluroso verano (9)

Diario de una universitaria (7)

Caluroso verano (8)

Caluroso verano (6)

Caluroso verano (5)

Caluroso verano (4)

Caluroso verano (3)

Caluroso verano (2)

Caluroso verano

Náufragos (4 y fin)

Náufragos (3)

Náufragos (2)

Náufragos

Diario de una universitaria (5)

Diario de una universitaria (6)

Diario de una universitaria (4)

Diario de una universitaria (3)

Diario de una universitaria

Diario de una universitaria (2)

Posición dominante

El Admirador (05)

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