miprimita.com

Vaquero de Ciudad (2)

en Amor filial

3

Pese a lo que le había dicho la madre, durante la semana no hablaron más del tema. Sólo llegada la noche del jueves Betsy le comentó que al día siguiente le dejaría la maleta preparada para que a la vuelta del trabajo él se fuese a visitar a su madre, para comenzar así el plan.

— ¿Pero tú estás absolutamente segura Betsy?

— Yo sí, estoy segura de que quiero un bebé y si es de mi madre lo querré más. ¿Es que no te gusta para lo tuyo? —replicó con algo de desdén.

— Pues no había pensado en eso Betsy, había pensado en ti y en mí, en el efecto que esto puede tener en nosotros.

— Pues qué quieres que te diga, imagino que no acabaréis enamorándoos no —bromeó Betsy.

Pero su broma no gustó nada a Larry.

— No es eso Betsy, para mi será muy embarazoso, yo tengo aprecio a tu madre y después de esto ya no podrá ser igual con ella.

— Bueno, piensa que es una prostituta y que le pagas por sexo, lo haces y te vienes, ya está. Creo que ella estaría de acuerdo en que te mentalizaras de esa forma.

— No sé, a ver qué pasa. Lo mismo llego y ya se ha arrepentido de todo —dijo Larry albergando alguna esperanza de que aquel descabellado plan no fuese más allá.

— No lo hará, ella es tan cabezona como yo —dijo Betsy—. Anda vamos a dormir que mañana te espera un largo camino.

Se giraron y trataron de conciliar el sueño. Al día siguiente Larry fue a su trabajo y Betsy al suyo. Ya no se verían hasta la tarde del domingo…

Cuando Larry volvió del trabajo, tomó la maleta y salió antes de que le cogiese la hora punta. Tuvo que conducir durante unas cinco horas hasta llegar al rancho de Claudia, de modo que se le hizo de noche.

Al llegar, observó que Claudia lo esperaba sentada en el balancín del porche. Paró el motor, se bajó y sacó la maleta de la parte de atrás, y se dirigió a la casa. Cuando subió los tres escalones de madera accedió al porche, donde soltó la maleta y miró a su suegra.

— Buenas noches vaquero, imagino que llegarás cansado y hambriento, ¿no? —dijo Claudia para saludarlo.

— Imaginas bien Claudia, estoy reventado y hambriento —repitió Larry.

— Pues pasa adentro, te he calentado agua para que tomes un baño mientras yo pondré la mesa para cenar.

Lo invitó a entrar y le indicó que fuese a la bañera, ella le llevaría el agua caliente que tenía al fuego. Larry pasó al pequeño cuarto junto a salón, donde estaba instalada una vieja bañera de madera y al poco llegó Claudia con una olla de agua caliente. La echó sobre la que ya había en la bañera y comprobó la temperatura del agua.

— Creo que está perfecta —dijo sonriéndole a Larry mientras este se desabrochaba la camisa.

— Muchas gracias Claudia, siento las molestias que te estoy causando.

— Pues no los sientas Larry, te aprecio y por eso lo hago.

Claudia observó el cuerpo de Larry cuando este se quitó la camisa. Pensó en lo joven que era él y en lo mayor que se veía ella, pero ya no se podía echar atrás.

Cuando salió del baño, Claudia ya había puesto la mesa y un quinqué de petróleo alumbraba la estancia con una luz tenue.

Le invitó a sentarse frente a ella y sin más preámbulo le sirvió un poco de asado y después se sirvió ella.

— He hecho también ese puré de patatas que tanto te gusta.

— ¡Oh estupendo Claudia! Me muero de hambre —le confesó.

Comieron con buen apetito, pues Claudia también estaba hambrienta después de trabajar en el rancho durante el día.

— ¿Qué tal el viaje Larry? Cansado supongo, ¿no?

— Bueno si, un poco, aunque me gusta conducir y no lo he acusado en exceso. Y tú que tal en el rancho, ¿mucho trabajo?

— Sí, estoy reparando el vallado norte para que el ganado no se escape.

— Pues mañana te echo una mano, al menos te podré ayudar estos días y aliviarte de algo de trabajo.

— Lo cierto es que me vendrá muy bien tu ayuda, tenía pensado avisar a algún chico del pueblo pero son todos unos vagos —dijo Claudia con desdén.

— Tú eres más dura que ninguno de ellos —rió Larry.

Siguieron comiendo y animándose con la conversación mientras tomaban algo de vino. Al terminar Claudia invitó a Larry a salir al porche y a sentarse juntos en el balancín que había en el mismo mientras se tomaban una copa de whisky de kentucky.

— Entonces, ¿lo habéis hablado? —dijo Claudia para asegurarse de que habían seguido sus recomendaciones.

— Bueno si, anoche —admitió Larry.

— Y tú, ¿lo tienes ya más claro?

— Si te soy sincero Claudia, no mucho la verdad.

Claudia cogió su mano y entrelazó sus dedos con ella.

— No te preocupes, imagino que no será fácil para ti estar con una vieja como yo pero lo haremos bien —dijo ella para animarlo.

— ¡Oh no Claudia, no digas eso! Tú estás fantástica aún, ¡créeme!

— Gracias por el cumplido Larry, aunque soy consciente de mis limitaciones y siento que ya no soy la jovencita que era.

— Que no Claudia, que estás estupenda. Lo digo porque me será difícil hacer algo así por ser tú, no sé si me explico.

— Bueno, podemos hacerlo a oscuras, así tú me puedes poner la cara que quieras, espero que la de Betsy, por tu bien —añadió con ironía.

— ¡Oh sí, por supuesto! —rió nervioso Larry.

— Está bien vaquero, tal vez hoy estés cansado para eso después del viaje, no quiero forzarte, aunque por otro lado tal vez deberíamos hacerlo un par de veces para aprovechar más el tiempo que estás aquí, ¿no te parece? —dijo ella para sorpresa de Larry.

— ¡Oh bueno Claudia! Creo que tienes razón, es más imagino que si mañana me pongo con la valla también estaré cansado después de trabajar —rió Larry.

— Está bien, ¿entonces te parece que lo hagamos ya?

— ¡Ah pues ok! —dijo un nervioso Larry.

Ambos rieron y no se movieron del sitio. De repente la situación sí que se había puesto tensa de verdad.

— Está bien Larry, voy a ir a mi cama y me desnudaré, si quieres tú ven ahora y métete en ella conmigo, lo haremos a oscuras y así será menos embarazoso para ambos, ¿te parece?

— ¡Oh vale, está bien! —dijo Larry aceptando su propuesta, pues no tenía otra mejor.

Cuando entró al cuarto todo era oscuridad así que fue a tientas hasta la cama y se introdujo entre las sábanas por el lado más cercano a la puerta. Cuando palpó suavemente para ver donde estaba Claudia, contactó con su trasero y descubrió que esta estaba de espaldas, así  que pensó en acoplarse a ella y comenzar así un posible coito lateral.

— Creo que es buena idea Claudia, me colocaré detrás de ti y lo haremos de lado, ¿te parece?

— Bueno sí Larry, intentémoslo así, ven acércate.

Sus cuerpos entraron en íntimo contacto y entonces ambos supieron que necesitaban darse un tiempo, pues el asunto de Larry no terminaba de despertar.

— No pasa nada Larry, tómate el tiempo que quieras. Acaríciame si eso crees que te puede ayudar, no te cortes.

— Bueno Claudia, lo intentaré.

Larry se separó un poco de ella y le cogió el culo tímidamente. Luego lo apretó y suavemente le recorrió los muslos desde la rodilla hasta su vello púbico, allí se entretuvo en acariciar su vulva y luego subió hasta sus pechos, para, desde la espalda acariciárselos también. Los tenía menudos pero bien formados, con unos pezones aceptablemente gruesos, más que los de Betsy, que aunque tenía mejores tetas, todo hay que decirlo, sus pezones no eran tan gruesos como los de su madre. Este detalle le llamó la atención.

— ¿Quieres chupármelos? —susurró Claudia de repente casi adivinando sus deseos.

— ¡Oh si, eso me ayudaría!

— Está bien vamos —dijo Claudia girándose y quedándose boca arriba.

Larry se echó de lado junto a ella y capturó sus gruesos pezones con los labios, chupándolos y luego rozándolos con sus dientes. Claudia suspiró tras los primeros contactos. No recordaba ya lo que se sentía cuando un hombre te rozaba los pechos de aquella manera.

Pero conocedora de la naturaleza masculina, Claudia no perdió el tiempo, mientras Larry se empleaba en sus pezones, ella empuñó su estaca y la apretó como si ordeñase la ubre de la vaca, consiguiendo en poco tiempo una buena erección.

— ¡Vamos Larry, ya estás a punto! —dijo ella con su erección en la mano.

Larry se colocó encima de su suegra, esta abrió sus muslos generosamente y lo acogió entre ellos. Ayudándole con la mano condujo su vara hasta su sexo y cuando estuvo cerca restregó su punta contra su vulva.

— Espera un poco Larry, tal vez necesite ayuda para hacerla entrar.

Claudia chupó sus dedos y humedeció sus labios vaginales tras lo cual invitó a Larry a entrar.

Ambos se dieron cuenta de que ella no estaba preparada, pues se atascó en la entrada.

— Claudia, creo que tal vez debería ayudarte con algo de mi saliva, ¿te importa?

— ¡No por supuesto adelante! Ya te dije que ya no soy una jovencita —se lamentó su suegra.

Larry lamió su mano profusamente y la llevó hasta la vulva de ella, restregó la saliva generosamente por su entrada y hundió sus dedos poco a poco en sus labios vaginales. Claudia se estremeció al sentir tanto manoseo en sus partes íntimas, pues hacía ya demasiado tiempo que nadie la tocaba allí.

— Vamos Larry, hazlo ya, ¡estoy preparada!

Con la excitación del momento Larry apuntó nervioso y Claudia se abrió al máximo para dejarlo pasar y este entró hasta el fondo, provocando en ella un hondo gemido.

— ¿Te he hecho daño? —preguntó un preocupado yerno.

— ¡No hijo, en absoluto! ¡Vamos hazlo y no pares, acabemos rápido con esto! —rogó Claudia.

Impetuosamente Larry comenzó a embestirla y con esto la cama empezó a crujir y Claudia se vio zarandeada debajo de aquel potente hombre que la llenó de gozo temiendo esta correrse nada más empezar, dado su estado actual de abandono total en cuanto al sexo.

De ahí su miedo y su petición de que terminase rápido, pues empezó a horrorizarle la idea de disfrutar con aquel hombre que era el marido de su hija.

De igual modo un nervioso Larry sintió la quemazón de la primera vez en su punta y un tacto suave y delicioso del interior de Claudia acariciando su glande. Aquello era fenomenal, pero sabía que tenía que disimular así que se concentró en correrse tan rápidamente como le fuese posible y sólo eso.

En apenas un minuto el coito había acabado, justo a tiempo para que Claudia no terminase en orgasmo, pues estaba tan caliente que podía notar que aún le temblaban las piernas cuando el hombre echó su semilla dentro y calló a plomo entre sus pechos.

— ¡Muy bien Larry, lo has hecho fenomenal! —le felicitó acariciando su espalda intentando disimular su gozo interior.

— ¿Si? Bueno Claudia, será mejor que me retire al otro cuarto, nos veremos en la mañana.

Así Larry se levantó y liberó de su peso al cuerpo de Claudia, esta se tapó con la sabana de nuevo y quedó unos instantes boca arriba inmóvil para que su semilla hiciera el mayor efecto posible. Tras esto buscó sus bragas y se las puso para a continuación intentar dormir.

Se sentía excitadísima y tuvo tentación de terminarse con sus manos, pero pensó que aquello sería una obscenidad, pues sabía que recordaría los momentos que había pasado debajo de su yerno y esto la haría sentirse culpable por el engaño que suponía para su hija.

PD.: Si te ha gustado este capítulo, puedes seguir leyendo la novela completa en amazon buscándola por su ASIN: B0792KD2MV

Un abrazo!

Mas de Esther

¿Seguir en lo filial y salir de ahí?

Desde el portal, viendo la vida pasar (3)

La escritora (13)

Desde el portal, viendo la vida pasar (2)

Desde el portal, viendo la vida pasar (1)

La escritora (12)

La escritora (11)

La escritora (10)

La escritora (9)

La escritora (8)

La escritora (7)

La escritora (6)

La escritora (5)

La escritora (4)

La escritora (3)

La escritora (2)

La escritora (1)

Siete Madres Desesperadas (4)

Siete Madres Desesperadas (3)

Siete Madres Desesperadas (2)

Siete Madres Desesperadas (1)

Posición Dominante

Liberate me (3)

Liberate me (2)

Liberate me (I)

Náufragos (I)

Náufragos (III)

Náufragos (II)

Las memorias de Adam (VI)

Las memorias de Adam (V)

Las Memorias de Adam (IV)

Caluroso Verano (7)

Caluroso Verano (6)

Caluroso Verano (5)

Caluroso Verano (4)

Caluroso Verano (3)

Caluroso Verano (2)

Caluroso Verano (1)

Las Memorias de Adam (III)

Las Memorias de Adam (II)

Las Memorias de Adam (I)

Liberate me (4 y 5)

Liberate me (3)

Liberate me (2)

Liberate me

Big Hugo (3)

Big Hugo (2)

Big Hugo

Siete Madres Desesperadas: Morris, Jane (Compl.)

Ellis, Aisha(3)

Ellis, Aisha(2)

Ellis, Aisha(1)

Naufragos (3)

Náufragos (2)

Náufragos (1)

Vaquero de Ciudad (3)

Vaquero de Ciudad (1)

El secreto de Beatriz (3)

El secreto de Beatriz (2)

El secreto de Beatriz (1)

Un Guiño del Destino (Ellos)

Un guiño del destino (Ella)

Un guiño del destino

Caluroso Verano (7)

Caluroso Verano (6)

Caluroso Verano (5)

Caluroso Verano (4)

Caluroso Verano (3)

Caluroso Verano (2)

Caluroso Verano (1)

Soy Puta (1 y 2)

Soy Puta (8)

Memorias, entre el pasado y el presente (7)

Soy Puta (7)

Memorias, entre el pasado y el presente (6)

Memorias, entre el pasado y el presente (5)

Soy Puta (6)

Memorias, entre el pasado y el presente (4)

Soy Puta (5)

Memorias, entre el pasado y el presente (1)

Soy Puta (4)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Soy Puta (3)

Soy Puta (1 y 2)

Memorias, entre el pasado y el presente (3)

Memorias, entre el pasado y el presente (2)

Memorias, entre el pasado y el presente (I)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Siete madres desesperadas (3)

Siete madres desesperadas (2)

Siete madres desesperadas (1)

Memorias (7)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (4)

Cartas de mamá (5 y fin)

Cartas de mamá (4)

Cartas de mamá (3)

Cartas de mamá (2)

Cartas de mamá

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (3)

Violación e Incesto (2)

Violación e Incesto

Like a Dream (8)

Like a Dream (7)

Like a Dream (6)

Like a Dream (5)

Like a Dream (4)

Like a Dream (3)

Like a Dream (2)

Like a Dream (1)

El secreto de Adam (3)

El secreto de Adam (2)

El secreto de Adam

Un guiño del destino

Memorias (24 y fin!)

Memorias (23)

Memorias (22)

Memorias (21)

Memorias (20)

Memorias (19)

Memorias (18)

Memorias (17)

Memorias (16)

Memorias (15)

Memorias (14)

Memorias (13)

Memorias (12)

Memorias (11)

Memorias (10)

Memorias (9)

Memorias (8)

Memorias (6)

Memorias (5)

Memorias (3)

Memorias (2)

Memorias (1)

Soy puta (12 y fin)

Soy puta (11)

Soy puta (10)

Soy puta (9)

Soy puta (8)

El erotismo vive en mi interior...

Soy puta (7)

Zorro Blanco: Esta es mi historia...

Soy puta (6)

Soy puta (5)

Soy puta (4)

Soy puta (3)

Soy puta (2)

Soy puta (1)

El coma (3)

El coma (2)

El coma (1)

Caluroso verano (10 y fin)

Caluroso verano (9)

Diario de una universitaria (7)

Caluroso verano (8)

Caluroso verano (7)

Caluroso verano (6)

Caluroso verano (5)

Caluroso verano (4)

Caluroso verano (3)

Caluroso verano (2)

Caluroso verano

Náufragos (2)

Náufragos (4 y fin)

Náufragos (3)

Náufragos

Diario de una universitaria (5)

Diario de una universitaria (6)

Diario de una universitaria (4)

Diario de una universitaria (3)

Diario de una universitaria

Diario de una universitaria (2)

Posición dominante

El Admirador (05)

El Admirador (04)

El Admirador (03)

El Admirador (02)

El Admirador (01)