MIREIA, LA MADRE DE MI MEJOR AMIGO
Con 15 años, mi mejor amigo, Jesús(al que llamábamos Suso) y yo, que me llamo Daniel("Dani" para los amigos), éramos unos apostadores compulsivos.
Con la cosa de la revolución hormonal, la Edad del Pavo y todas esas cosas, estábamos muy alterados y apostábamos por cualquier cosa: si estábamos en clase, apostábamos por bien quien acababa antes la tarea y quien la tenía mejor hecha; si estábamos en gimnasia, apostábamos por ver quien era más rápido y más fuerte; si estábamos jugando en una sala de juegos, apostábamos a ver quien acababa antes el nivel del juego y con más punto de vida; si estábamos con los amigos, apostábamos a ver quien era el más macho y quien la tenía más larga, y así sucesivamente con cualquier situación que se nos pusiera a tiro.
Una tarde de Abril fuimos a su casa ya que me iba a enseñar un nuevo juego que se había comprado y del que me decía que era el rey y que no había quien le superase. Por supuesto acepté el desafío de jugar contra él para ganarle y humillarle. Según estábamos ante su puerta, no pude contener las ganas:
-Te apuesto lo que quieras a que te gano.
-Vale, pero ya te digo que no me ganarás nunca. Soy el mejor.
-De eso nada, ya verás como te gano yo.
A pesar de haber llamado al timbre la puerta no se abría y Suso no tenía llaves, de modo que volvió a llamar. En ese instante me acordé que su madre, la cual era la presa favorita de mis fantasías desde hacía mucho tiempo.
-¿Y si subimos las apuestas-pregunté en tono pícaro-?.
-¿Ah si?, ¿qué has pensado?.
-No sé si lo aprobarás, pero te apuesto 1.000 pesetas(de aquella; 6 euros al cambio actual) a que esta tarde me follo a tu madre.
Él quedó petrificado por mi apuesta. Si bien siempre apostábamos 1.000 pesetas(aunque claramente nunca se pagaban, ya fuera ganando ó perdiendo) como regla general, el motivo de la apuesta lo dejó claramente desconcertado. Tardó varios segundos en recomponerse.
-¡¡Ja!!, nunca podrías follarte a mi madre. Esa es una apuesta que ganaría a pies juntillas. Mejor lo rebajamos. 500 pesetas si consigues que te la chupe y que yo lo vea.
-No no, de eso nada-repuse-, 1.000 si me la follo.
-No no no no 500 por mamártela. Lo tomas ó lo dejas.
-¿Y por qué crees tan claro que no me la podría follar, listillo?.
-Que tonto eres. Porqué mis padres llevan como 8 ó 9 años divorciados y en todo este tiempo ella nunca se ha ido con otro. Ella ya pasa de folleteos
-Nadie pasa de folleteos. Lo que pasa que no habrá encontrado al tío indicado que se la folle y la haga gritar.
-Ese no serás tú-me corrigió en tono chulo-. Bueno, qué: 500 pesetas si te la mama, ¿hay apuesta o no la hay?.
Me lo pensé durante unos segundos, y finalmente, acepté. Nos dimos para sellar la apuesta(algo que siempre hacíamos), y a los pocos segundos, Mireia aparecía por la puerta. Era una mujer de 38 años que estaba buenísima: tenía un sedoso largo y ondulado pelo azabache y los ojos verdes, muy intensos; sus labios eran carnosos, de tono rosado claro; cintura aún estrecha y un par de piernas(y tetas) preciosas. En fin, una escultura de mujer. Nos quedamos muy impresionados de verla ya que nos recibió en albornoz, con una toalla enrollada en la cabeza.
-Perdonad, pero he estado limpiando la casa todo el día y no he parado hasta ahora, así que me duché para relajarme, pero pasad en una vez
Entramos con cara de póker, mientras ella se reía. Suso, desde luego, y según vi en su cara, nunca había visto a su madre así y quedó tan sorprendido como yo. Fuimos a toda velocidad a la consola para jugar, pero en ese instante Mireia intervino.
-¡Nada de consola jovencito!. Me he pasado todo el día limpiando la casa excepto tu cuarto, que ya va siendo hora de que aprendas a recogerlo tú solo.
-Pero Mamá
-Nada de peros, jovencito. A tu cuarto, y Dani me ayudará en la cocina a preparar la cena. ¡¡Ahora!!.
Cualquiera la contradecía. Con gesto de gran pesar él se fue y a lo lejos oí un "Oh dios mío, tardaré toda una eternidad". Yo fui a la cocina con ella, y me senté en una de las sillas que había allí.
-De momento no te voy a necesitar, pero más adelante me ayudarás a coger platos, vasos y lo que necesite, ¿de acuerdo?.
-De acuerdo-contesté-.
Me aburría mortalmente mientras Mireia iba de un lado para otro cogiendo toda clase de cacharros de cocina. Estaba ensimismado hasta que, cuando se agachó para mirar el horno, contemplé su culo en pompa, y bien que se marcaba a pesar del albornoz. Aquello me sacó de mis pensamientos y a partir de ahí la seguía con la vista, percibiendo como sus gestos se hacían ligeramente más sensuales. ¿Sería adrede?. De golpe se me echó encima, abriendo una alacena por encima de mi cabeza.
-Perdón-me dijo-, es que casi no llego.
Se acercó más, y la tenía tan cerca que su olor a recién duchada me inundó las fosas nasales y me hizo quedar en trance. Olía a rosas. Miré a su albornoz, que estaba ante mis narices, ¡¡y le estaba viendo las tetas!!. Que par de joyas se gastaba la muy golfa: firmes, de buen tamaño, coronadas con unos pezones apetecibles, no muy grandes pero seguramente deliciosos, en tono canela. Ella se apartó como si no hubiera pasado nada, pero yo me quedé duro bajo mis pantalones. Mi cuerpo estaba en pie de guerra y se la iba a declarar a Mireia. En cuanto se agachó de nuevo me levanté y me puse detrás de ella, rodeándola con un brazo y sobándole el culo con la otra mano. Sus intentos por librarse de mí me la ponían más dura.
-No te resistas yo sé que quieres hacerlo vamos, déjate
-Apártate, niñato ¡¡he dicho que me sueltes!!...
Me dio una buena bofetada que me dejó la cara roja de dolor, pero no me amedrentó. Al contrario, me envalentonó aún más. Volví hacia ella y volví a sobarla por todas partes, intentando abrir aquel maldito albornoz que me impedía disfrutar de su cuerpo desnudo. Ella seguía resistiéndose, hasta que le arranqué ese primer beso de sus labios que tanto ansiaba probar. Su calor abrasaba mi boca. Intenté meterle la lengua hasta la campanilla, pero me echó de su lado.
-¿¿Pero como te atreves??, ¿serás loco?, si aún no te deben haber bajado los huevos
-Te aseguro que estoy armado y bien dotado y de aquí no me marcho sin que te la meta.
-¿Será descarado el imberbe éste-repuso escandalizada-?. Vete a follarte a tu puta madre, cerdo de mierda
Volví al ataque en un nuevo asalto y de nuevo probé la dulzura y pasión de aquellos tiernos labios. Guié su mano con mucha fuerza, ya que se resistía, a mi entrepierna, y dejeé que tocara y sintiera mi paquete, que ya estaba muy duro. Aquello la cogió por sorpresa. Me quité los pantalones y allí delante le enseñé toda mi virilidad.
-Súbete los pantalones Dani, que Suso nos puede pillar-dijo asustada-
-¡Me da igual Suso!. Llevo deseándote desde que te conozco, desde la primera vez que te vi. Te deseo a todas horas, en todas partes Ni mis amigas me ponen tan caliente. Nunca he conocido ninguna mujer tan excitante como tú. Quiero llenarte de mí. Lo quiero todo
-Pero mira el loco éste lo que me dice ahora. Tú necesitas ayuda psicológica, ¿lo sabías?. Estás muy pasado de vueltas
-Lo que estoy es muy cachondo y quiero follarte
Me fui hacia con mi verga en ristre. Se la puse entre las piernas con dificultad y entonces pareció ceder al notar de nuevo una buena verga entre sus muslos. La abracé por al cintura y volví a besarla. Deslicé el cinturón de su albornoz y éste cayó al suelo. Su cuerpo desnudo me traumatizó y excitó a la vez. Era una diosa.
-Oh dios mira que cuerpo. Estás buenísima. ¡¡Que tetas, que culo, que coño, que todo!!. ¡¡Y llevas años sin follar-exclamé incrédulo-!!. Esto lo arreglo yo ahora
Me agaché y metí mi cabeza entre sus muslos. A la primera lametada en su pubis lanzó un suspiro y dio dos pasos hacia atrás para apoyarse en la pared y dejarse hacer por mí. Parecía estar muy necesitada de cariño.
-Oooooooh oooooohh ooooohh que bueno eres hijo de puta, que bien me lo haces aaaahh aaaaaah aaaaaah aaaaahh aaaaahh no sabía lo bueno que era esto aaaahh aaaaaaahh aaaaaahh aaaaaaahh ay mi madre, que cosa aaaah aaaahh aaaaahh aaaahh
-¿Nunca te lo habían hecho?.
-A mi marido le daba asco. Él no aaaahh aaaahh aaaahh él no quería sigue así cabrón, cómete el coño de Mireia, gózalo bien
No tardó en mojarse, y cuando lo hizo me bebí como un glotón todos aquellos deliciosos jugos. Estaba a tope. La tenía tan dura que pensé que me iba a estallar, o peor, que me iba a correr sin necesidad de tocármela. Abrí bien sus piernas y la penetré con la lengua más profundamente. Se lo estaba comiendo con desenfrenada lujuria.
-Ah sí chúpame, sigue chupando aaaaahh aaaahh aaaahh aaaaaahh uuufff que caliente estoy cabrón, me has puesto cachonda ¿eso es lo que querías verdad?...
-Sí, lo quería. Ahora te toca a ti. Prueba éste platanito. Mira como la tengo por ti. ¿Te gusta verla, eh?.
-¡¡Que grande está!!. Que cabrón, debe medirte 20 cm. por lo menos y va a ser toda mía. Ésta me la meriendo yo
Mireia abrió bien la boca y se la tragó de un solo golpe. En cuanto la sentí en su boca un shock me dejó paralizado. Joder que mamada me estaba dando la muy perra. Me tenía ido. Con sus labios me besaba la punta del glande con la lengua me la recorría de parte a parte, masajeándome los huevos con una experiencia propia de su edad.
-Mmmm mmmmmm mmmmm mmmmm mmmmm ¿te gusta que te la mamen eh Dani?, ¿te gusta verdad?.
-Ooooohh síiii me encanta sigue mamando, no te enfríes ahora aaaaaaahh aaaaaaaaahh síiiiiiii que mamadaaaaaaaaa eres toda una experta mamando rabos oooooohh oooooohh oooooohh me vas a matar ooooooohh oooooooohh
Ella no dijo nada. Se limitó a seguir chupándola con las ganas de quien llevaba años sin un falo que llevarse a la boca. Puse mis manos en su cabeza y su nuca, me curvé un poco y la hice chupar más fuerte y más deprisa.
-Ooooohh dios que duro esto es juventud madre mía que pedazo de polla está riquísima mmmm mmmm mmmmmm mmmmm mmmmmmm
-Aaaaaaaah aaaaaaah aaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaahh aaaaahh eso es, sigue mamando oh por dios para, ¡¡PARA!!, que me voy a correr
-No paro quiero tragármelo todo vamos, córrete en mi boca mmm mmmmm mmmmm mmmmm mmmmmm mmmmmm MMMM MM MMMMM MMMMMM MMMMM MMMM
Aceleró sus maniobras tanto que no pude contenerme y eyaculé dentro de su boca. Tres chorros potentes salieron directos a su garganta y se lo tragó sin dejar ni gota. No sé como se las apañó pero conservé mi durez tal y como estaba. Mireia se abrió de piernas y su panocha bien dilatada y sonrosada quedó a plena vista.
-Vamos, ven a montarme, que te voy a hacer un hombre. Te voy a echar un polvo que te voy a quitar todos los granos de la cara
Me metí entre sus piernas abiertas e inicié la largamente añorada penetración. Tuve que hacer un esfuerzo titánico para no llorar de la emoción. La penetré con lentitud y suavidad, dejando que aquello fuera por sí solo. Cuando la hube penetrado bien permanecimos un par de segundos muy quietos, dejando que la sensación nos recorriera.
-Aaaaaaaahh mmmmmm que bueno llevaba tantos años sin follar como lo echaba de menos estaba muy necesitada de un cariño así
-Pues ahora relájate y disfruta, que te voy a echar un polvo que te voy a quitar todas las telarañas
Me rodeó con sus piernas alrededor de la cintura y la sostuve con mis manos en su culo. Su peso era un jirón de nube. Mucho más ligera de lo que yo hubiera sospechado. Sosteniéndola bien, y tras rodearme con sus brazos para tenerme bien agarrado, inicié el bombeo dentro de ella. ¡¡Por fin la estaba haciendo el amor!!.
-Aaaaaaaaahh que maravilla te tengo toda penetrada
-No hables y fóllame cabrón, ¡¡fóllame!!...
Dejé de hablar tal y como dijo para dedicarme a tirármela. Con mis manos la sostenía por los muslos, al tiempo que metí mi cabeza entre sus tetas para lamerlas y degustarlas. Sus pezones llevaban pidiéndome que los comiera desde la primera vez que lo había visto. Sus gemidos eran música para mí. Todo su cuerpo caliente era una bendición celestial.
-Oooooooohh oooooooooohh ooooooohh mmmmmm fóllame niño, fóllame entera aaaah asíiiiiiiiii, síiiiiii oooooohh oooooohh que pollaaaaaaaaaa
Ya estábamos bien metidos en vereda, muy calientes y deseando culminar nuestro encuentro. Meneé bien las caderas para hacer un ritmo de martillo pilón dentro de ella, que también se agitaba en todas direcciones, presa del placer. Me costaba retenerla de tanto que se movía. Sentía su conejo bien mojadito. Mi polla se deslizaba a las mil maravillas, y aunque quise ir lentamente para disfrutarlo, lo cierto es que me fue imposible no ir a toda velocidad para gozar con ella lo antes posible.
-Aaahh aaaaaaahh aaaaaaaaaahh ay dios mío oh díos mío ¡¡díos míoooo!!...me corro vamos córrete vamos cariño córrete
-Aaaaaaahh síiiiiiiii te quiero Mireia te quieroooooooooooo me corro me corrooooooooooooo aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh
-Yo también aah aah aah .¡¡¡OOOOOOOOOOOOOOOHHH!!!...
Di unos últimos empujones y mi semen subió como una flecha y la inundó. Sus jugos chorrearon sobre mi manubrio, y quedé dentro de ella unos segundos.
-Aaaah ahhhhh-resopló ella, respirando muy fuerte- oooooh dios, que gozada. Ya hacía tanto del último polvo
-Quiero confesarte algo Mireia: ha sido mi primera vez.
Ella quedó tan cortada como la nata de la leche.
-¿De verdad?, pero si Suso y tú os pasáis el día alardeando de haberos follado a una y a otra
-Sí, pero ya ves-confesé sonrojado- tú has sido mi primera mujer
Me abrazó y llenó mi cara de besos. Su cuerpo junto al mío me provocaba las típicas y febriles fantasías de adolescente. Tras haberlo hecho, me sentía en otro mundo.
-Mireia, ¿te dejarías dar por culo?. Quiero probarlo todo contigo
-Pero mira el imbécil éste-protestó ella airadamente-, no hace ni cinco minutos que acaba de desvirgarse y ya quiere probar por el culo
-Es que tu culo es perfecto: ni grande, ni pequeño, ni gordo ni flaco. Quiero darte placer Mireia, quiero hacerlo contigo cada día. Mireia, te quiero
-Jajajajaajajaja-rió en una sonora carcajada- pero que loco estás
-Sí, loco por ti. Vamos, déjame. Venga Mireia, déjame darte por culo
Ella me llevó a la sala de estar, echándome a la larga sobre el sofá. Ella se sentó dándome la espalda, guiando mi polla con sus manos para que le entrase sin causar demasiado daño. Tras unas maniobras, se sentó de un golpe sobre mi regazo y su ano acogió todo mi mandoble. Sentí como ella tiritaba de placer al tenerla toda dentro. Alargué mis manos para acariciarle los pezones, las bajé a sus caderas sujetándolas muy fuerte y moví las mías. ¡¡Mmmmmmmm su culo no me decepcionó en absoluto!!. Era igual que en los sueños eróticos que había tenido mientras dormía, donde le hacía de todo, justo como en ese momento. Mireia abrió bien sus piernas para sentarse mejor y ayudar a que le penetrase en su enrojecido ano. Inesperadamente Mireia se echó sobre mí moviéndose con agitación. Pensé que era un juego hasta que escuché la voz de Suso.
-¡¡Perra, que eres una perra!!.
-¿Pero que haces, Suso?, ¡basta!...¡he dicho que basta!...
-De basta nada. ¿Le desvirgas a él y no a mí?. Llevo viéndoos desde escuché la bofetada y me acerqué a ver que pasaba.
-Suso ¡cabrón!. No me folles que soy tu madre
-Es que por ser mi madre te voy a follar. Llevo queriendo metértela desde hace tres años y por fin voy a conseguirlo. Dani, tú quédate ahí, que a ésta puerca nos la vamos a montar como a la yegua que es
¡¡Joder!!. ¡¡Me lo dicen y no me lo creo: Suso deseando follarse a su propia madre!!. Como arrinconado que estaba no podía moverme, solo esperar a ver que pasaba.
-NO SUSO, BASTA PARA POR FAVOR PARAAAAAAA
-No Mamá, no puedo. ¿Te dejas hacer por él y no por mí, que soy carne de tu carne?, ¿le desvirgas a él y no a mí, que soy quien más te quiere?.
-PERO ÉL NO ES HIJO MÍO QUE ESO ES DELITO
-Pues que me encarcelen, pero yo te monto.
-Que no Suso, que tú eres mi hijo y yo soy tu madre.
-Pero también soy un hombre, y tú eres una mujer. Mira que pollón tengo todo para ti
Se la sacó de los pantalones y se acercó a su madre para penetrarla. Mireia protestó y luchó cuanto quiso(claro está, con mi polla aún dentro de su culo), pero al final Suso ganó la partida al tener mas movilidad y se la enchufó hasta casi meter los huevos. Mireia estaba tan impactada como yo: ¡¡madre e hijo follando!!.
-Vamos Dani, culéala. ¡¡Dale por el culo, que ya es nuestra!!.
Sin comerlo ni beberlo me encontraba no solo en un trío, si no además en mitad de un incesto. De todas las cosas que imaginé que pudieran pasarme en la vida, aquella no era una de ellas. Con dos pollas perforándola, Mireia estaba perdida en un mar de sensaciones que eran tan nuevas para ella como para nosotros.
-Aaaaaahhh aaaaaaaahh aaaaaaahh Mamá que caliente estás eres la mujer más linda que existe te amo Mamá aaaaah aaaahh aaaaaahh aaaaahh
-Aaaaaahh basta, soltadme cabrones-sollozó Mireia, casi llorando- basta por favor no quiero seguir basta
-Vamos Mamá disfrutaste con Dani ¿y ahora no vas a disfrutar conmigo?. Venga Mamá, goza con tu hijo y su mejor amigo. Gózanos a los dos
Decidí intervenir acariciándole las tetas e intentando llegar a su clítoris para tocarlo y excitarla. Suso debió ver mi intención, porqué su bombeo aumentó de potencia y madre e hijo comenzaron a besarse cada vez más apasionadamente. Entre los dos la habíamos seducido y convencido. ¡¡Aquello era el desmadre total!!.
-Vamos hijo de puta, fóllame a tu madre, fóllatela aaaaaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaahh que cabrón de hijo, como me folla, que bien lo hace
-Y eso que sólo es mi primera vez. Ya verás las siguientes
Yo escuchaba todo aquello presa de la sorpresa y el morbo que aquello me producía, sin dejar por un solo momento de saborear su lindo culito de guarrilla. Aquel Viernes 26 nunca lo olvidaría. Suso y yo estábamos follándonos a su madre y ya habíamos cogido un ritmo común de montarla. Una vez hecho eso fuimos de forma paulatina aumentando la rapidez de la follada. Los gemidos de Mireia debían estar escuchándose hasta en la Luna de tan fuerte que gritaba. Suso los acalló con su boca y un beso de tornillo bien duradero. Me apretó una mano y me hizo saber que estaba próximo a correrse, de forma que nos lanzamos de cabeza hacia el orgasmo.
-Aaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh oh dios mío, ay dios mío, que me corro que me corro con mi hijo OOH DIOS MÍOOOOOOOOOOOOOOO
-Me corro Mamá me corro me corrooooooo SÍIIIIIIII AAAARRGGH
-Yo también. Te voy a llenar el culo Mireia aaaaahh síiiiiiiiiii te lo llenooooooooooo OOOOOOOOOOOOHHH
Mireia recibió chorros de semen por partida doble. Suso se corrió todo dentro y yo también, claro que en mi caso no había riesgo de embarazo. Y fue cuando lo pensé: ¿y si el hijo dejaba preñada a la madre?.
-Que hijo de puta eres, ¿cómo te atreves a follarme y si me preñas?.
-No es posible. Llevas tu menstruación muy a rajatabla apuntada en el calendario de su mesita de noche y la miré antes de venir. No estás en días fértiles.
-Serás cabrón-contestó ella, no sé si enfadada o confundida-
-Sí, seré un cabrón, pero también soy tu amante, igual que Dani
Los dos me miraron. Devolví su mirada con gesto interrogante.
-¿Y ahora que hacemos-pregunté-?.
Hubo un segundo de silencio, antes de que Suso contestara.
-Follar.
Y al final, ni consola ni juego ni nada. Nos pasamos toda aquella santísima tarde follando como locos, montándonos unos tríos de impresión y dejando a Mireia más satisfecha de lo que había estado en años. Entre polvo y polvo hacíamos pequeños descansos de 20 minutos para reponer fuerzas. Debieron pasar como 3 ó 4 horas, no lo sé, antes de concluir una tarde entera que acabó siendo una sesión maratoniana de sexo. Estábamos los tres en la cama de Mireia, desnudos, con la colcha descorrida y ella echando un cigarrillo. Fui yo el primero en hablar.
-¿Y ahora qué?.
-¿Qué?, yo te diré el qué-se apresuró a decir ella-. Lo primero, que tú vas a tener un castigo muy gordo en cuanto Dani se vaya-señaló a Suso-.
-¿Castigo?. Pero si te has corrido como una perra-protestó éste-
-¿Y qué?. Sigo siendo tu madre, y lo que hiciste, lo disfrutara o no, estuvo mal. Ya verás lo que te tengo preparado
-¿Y que pasa conmigo?.
-¿Contigo?. Quédate aquí, que vuelvo ahora a darte lo que te mereces, ¡¡y como intentes irte se lo contaré a todo el mundo!!.
Me quedé muerto de miedo en la cama, al lado de Suso, quien también temblaba. Ella nos tenía acongojados. De golpe volvió y con gesto furioso me lanzó un sobre, sin remitente ni nada. Lo abrí sin preguntar y vi que eran ¿¿¡¡1.500 PESETAS!!??.
-¿Se puede saber que coño es esto-pregunté-?.
-¿Es que estás ciego ó eres idiota perdido?. Son 1.500 pesetas-contestó ella-.
-Ya sé que son 1.500 pesetas. ¿Pero para que son?, ¿es para ir a comprar a alguna tienda?.
-No, y ahora las tiendas están cerradas.
-¿Es algún préstamo para devolverte a largo plazo?.
-No.
-¿Y a corto plazo?.
-Tampoco.
-¿Entonces porqué me las das?.
-Bueno, es lo convenido.
-¿Lo convenido-pregunté ya totalmente perplejo-?.
Suso y yo nos miramos en plan "¿de que coño habla?".
-Bueno, la apuesta era 500 pesetas la mamada y 1.000 el polvo, y como hicimos las dos cosas
¡¡Se nos cayó el alma el suelo, el alma y la vergüenza!!.
- ¿O acaso no se os ocurrió pensar que justo cuando yo iba a abrir la puerta os escuché hablar sobre esa apuesta vuestra?.
Ninguno pudimos hablar. El pudor y la vergüenza nos aplastaban.
-Eso es, callaos los dos-nos espetó furiosa-, que con eso me decís bastante. Por cierto, que bien barata me habéis vendido, par de golfos
-Quizá, pero tú has aceptado el precio-dijo Suso- y te lo montaste con él.
-Ya. ¿Cómo era-preguntó en tono airado, mirando al vacío-?. "Porqué mis padres llevan como 8 ó 9 años divorciados y en todo este tiempo ella nunca se ha ido con otro. Ella ya pasa de folleteos". ¿No fue eso lo que dijiste?.
Suso bajó la cabeza. Fue la única contestación que pudo dar.
-Así está mejor. De ahora en adelante, van a cambiar muchas cosas por aquí. Yo me encargaré de eso.
-Mireia, tengo una pregunta-dije alzando la mano como si estuviera en clase-.
-Adelante, pregunta.
-¿Lo de que estuviste limpiando la casa y lo de mandar a Suso a su cuarto fue solo una estratagema?.
-Pues, sinceramente, no. Lo cierto es que sí que estuve limpiando toda la casa, y también es cierto que no ordené el cuarto de Suso para él que lo hiciera, pero ya ves, al final me sirvió de improvisada excusa para ver si efectivamente te atrevías a intentar algo conmigo
Su respuesta me dejó tan sorprendido que no supe que decir.
-Dani, creo que ya va siendo hora de que vuelvas a casa, es tarde, y mi hijo tiene que empezar su castigo y no quiero que se demore, ¿verdad Suso?
Cogí el dinero, me lo guardé en el bolsillo y al pasar por su lado con la ropa entre los brazos me sobó la polla en señal de que aquello, más que terminar, solo estaba empezando.
-Hasta mañana Suso. Luego que cuentas.
-Hasta mañana Dani. Sí, ya te contaré, si es que vivo para entonces
Me vestí en el comedor y a punto de salir de aquella casa, presa de saber cual sería el castigo, me acerqué sigilosamente para escuchar. Esto es lo que oí: "¿Con que quieres follar eh cabrón?. Pues aquí vas a tomar dos tazas. Tareas de limpieza aparte, vas a pasarte toda la semana que viene sin dormir porqué te castigo a pasarte todas esas noches follándome. A ver como se te queda el cuerpo". ¡¡Pobre Suso, menudo castigo!!. ¡¡Como se las gastaba Mireia!!. Tras escuchar aquello me fui de allí a toda pastilla antes de me viera espiando y me castigara a mí también.
Suso pasó la peor semana de su vida, con unas terribles ojeras y un cansancio extremo que no le dejaba fuerzas ni para cargar con la mochila de clase(y cuando venían a preguntarme sobre ello, yo solo respondía "es que tiene malas noches"). Por mi parte, nunca me gasté las 1.500 pesetas, que hoy día aún conservo en el mismo sobre en que Mireia me lo dio, y también me sometió a un castigo terrible. Desde aquel día(hace ya como 8 años) ella nos tenía a su total disposición cuando y como quería, y viceversa(a pesar de futuros noviazgos que tuvimos tanto Suso como yo), y tal como ella había dicho aquella tarde de Viernes, muchas cosas cambiaron, pero hubo una que a raíz de aquello cambió de golpe: Suso yo nunca más volvimos a apostar