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¡Puta, más que puta!

en Amor filial

¡PUTA, MÁS QUE PUTA!

-¡¡Bienvenido señor!!. Es un placer tenerle de nuevo en el hotel. ¿Va a quedarse mucho tiempo en la ciudad?.

-La verdad es que esta vez sí, Gabriel. Tengo varios asuntos que atender: ver a mi hija, que está aquí haciendo universidad; entrevistarme con varios promotores de terrenos para unas transacciones; cerrar un par de tratos con unos especuladores y de paso visitar un poco la zona turística.

-Espero que su estancia sea de su agrado, señor. ¿Puedo ayudarle en algo para que su estancia aquí sea más confortable?.

-Sí Gabriel, ya sabes que sí, por algo eres uno de mis recepcionistas favoritos, y hablando de favores …hay algo más en que me puedes ayudar-dijo casi en susurros en tono malicioso-.

-Y…¿de que se trata-preguntó en el mismo tono-?.

-¿Qué puedes decirme sobre la compañía?.

-¿La compañía, señor-preguntó haciéndose el despistado-?.

-Sí, ya sabes. ¿Sabrás encontrarme compañía?.

-Aaaaaaaaah-susurró en tono airado-…sí señor, enseguida le traigo compañía.

-Me refiero a la crème de la crème-recalcó-. Pido lo mejor.

-Y tendrá lo mejor, señor. Aquí tiene la llave de su suite favorita, como de costumbre. Feliz estancia señor.

Agustín subió a su habitación y se acomodó en ella. Lo primero que hizo fue bautizar el baño y luego se fue al mueble bar, sirviéndose un par de Gin Tónics y bebiéndolos casi de un sorbo. Moviendo uno de los sillones se sentó frente a la ventana y admiró el enorme paisaje de la ciudad: los edificios recortándose contra el cielo, las carreteras rebosantes de coches de un lado a otro, las calles atestadas de gente…recostó la cabeza y permaneció así varios minutos hasta que sonó el teléfono.

-¿Diga?.

-Aquí recepción. Soy Gabriel, señor. La compañía está en camino.

Se sonrió ampliamente, y levantándose del sillón, se desvistió quedándose en albornoz. Cogió su cartera, de la que sacó un buen fajo de billetes, y la dejó en sus pantalones, mientras el dinero quedo en una mesita cercana. Volviendo luego a su sitio, esperó que llamaran a la puerta, lo que pasó quince minutos después.

-Pase, está abierto-dijo sin volverse-.

La chica entró y cerró detrás de ella.

-Desvístete y vete a la cama, que ahora voy yo. No te preocupes por el dinero, lo tienes ahí en la mesita. Si quieres más dímelo, tengo de sobra para pagarte y para darte buenas propinas.

La chica, sin siquiera hablar, cogió el dinero y lo guardó en el bolso, se fue a la cama mientras su ropa comenzó a volar por la habitación y se echó en la cama a la larga. Al terminar de beber, dejó el vaso en el sillón y se fue al dormitorio, encontrándose con una chica de larga melena rojiza, pícaros ojos azules y una sonrisa traviesa que invitaba a disfrutar de un cuerpo más que espléndido de enormes tetas coronadas con rubíes de placer, dos largas y torneadas piernas de atleta y una vulva rezumante de sensualidad, poblada con una mata de pelo recortada. Agustín quedó ampliamente sorprendido por lo que tenía ante él.

-Dios mío, estás buenísima. Esta vez te vas a ganar el sueldo.

La chica no contestó, si no que abrió los ojos en una mueca de terror que la hizo taparse de inmediato.

-¿Qué es esto?, ¿ahora no quieres venir?.

-¡Oh dios mío-exclamó horrorizada-!, tengo que irme…

-Tú no te vas a ninguna parte. Te he hecho llamar y ahora quiero divertirme contigo.

-No por favor, déjame. Deja que me vaya.

La chica saltó de la cama para recoger sus ropas e irse, pero Agustín la retuvo y la volvió a tumbar en la cama. Ésta forcejaba para resistirse y escapar de allí.

-No por favor. Para, no sigas-clamaba la chica desesperadamente-.

-¿Pero se puede saber que te pasa?.

-Ha sido un error venir, lo siento. No puedo atenderte, no puedo…

-¿¿Cómo que no??. Vas a hacerlo porqué yo lo digo y punto.

-¡Que no puedo!. ¡Déjame por favor!.

-¿¿Qué diablos ocurre aquí??, ¿¿porqué no quieres montártelo conmigo??.

-¡¡POR FAVOR SUÉLTAME PAPÁAAAAAAAAA!!.

Agustín quedó petrificado en el mismo sitio enfrente de ella, que con mirada cabizbaja se llevó una mano al pelo, y la melena pelirroja se convirtió en una peluca que ocultaba una melena rizosa y rubia.

-¿¿¡¡ESTHER!!??.

-Hola Papá-dijo en un hilillo de voz-.

Agustín salió de la cama y comenzó a dar vueltas por la habitación, a ratos mirando al vacío y a ratos mirando a su hija, la cual se tapaba como podía su desnudez. Él, mientras tanto, iba de un lado a otro tan nervioso que parecía estar en dos lugares a la vez.

-Tú…tú eres…¿por qué?...¿pero como?...¿es que tú?...oh dios mío…OH DIOS MÍO…no sé como…¿qué voy a?...

La confusión de Agustín era tan grande que era incapaz de acabar las frases, no solo en su boca si no en su mente. Finalmente se paró, respiró un par de veces y luego se volvió hacia ella.

-¿¿Te has metido a puta??, ¿tú eres prostituta?.

-¿No crees que eso ya es demasiado obvio-respondió ella en voz baja con ojos de cordero degollado-?.

-¿Pero por qué?, ¿por qué te has metido en esto?.

-¿Y como crees que pago la carrera?. Lo que Mamá y tú me dais no lo cubre todo precisamente. De algún sitio tengo que sacar el dinero.

Agustín quedó sorprendido por la naturalidad con que lo había dicho.

-¿Y la peluca?.

-Es para que no me reconozcan cuando ejerzo el oficio, y si llevo la peluca me llamo Jade. No quiero que me descubran.

Él no supo que mirar, y se quedó mirándola con extrañeza.

-Vamos Papá, no me mires así. No corro riesgos ni hago la calle como otras. Llevo condones y me hago pruebas para saber que estoy bien. Soy una prostituta de lujo y cobro muy bien Papá. Sé lo que me hago.

Agustín siguió sin hablar y permaneció en mutis un buen rato. Esther era incapaz de moverse debido a la vergüenza.

-¿Y ahora que haremos-preguntó ella asustada-?, ¿se lo dirás a Mamá?.

-No te preocupes, no le diré nada a Mamá.

-¿Pero que vamos a hacer?.

-¿Que qué voy a hacer-preguntó con mirada furiosa-?. He pagado por una puta, ¡¡y me voy a follar a una puta!!.

Se lanzó a por ella arrinconándola entre la cama y él, pegando sus labios a los de ella, la cual forcejaba más que nunca para librarse de él y no querer seguir con aquello.

-No Papáaaaa, no puedeeeeeeeeeees…que soy tu hijaaaaaaaaa…

-También eres puta, y te voy a follar.

Acalló sus gemidos volviendo a besarla, mientras Esther luchaba y luchaba por escapar de aquella situación, pero él era más fuerte y la retenía con su propio cuerpo. Agustín se aferró con saña a las tetas de su hija, juntándolas y metiendo la cabeza en ellas, lamiéndole en canalillo y jugando con sus pezones a probarlos en su boca y retorcerlos con sus dedos, provocando unos fuertes espasmos de placer. Las manos de Agustín iban enloquecidas recorriendo el sinuoso cuerpo de Esther de arriba abajo y de izquierda a derecha. No quedó un rincón que no recorriera y redescubriera. Se maravilló del cuerpo que tenía su pequeña y se relamió pensando en lo mucho que disfrutaría follándola a lo bestia. Cada movimiento de resistencia Agustín se excitaba, y veía como las tetas se movían como flanes de un lado a otro, resaltando los fresones que las coronaban. Al meter mano entre las piernas notó la incipiente humedad que brotaba de ella y se puso a lamerla de inmediato, hundiendo la lengua dentro y probando el dulzón sabor de los jugos vaginales de su hija, que seguía luchando.

-Basta Papáaaaaaaaaaaaaa…por favoooooooooorrr…

-No pienso parar. Mmmmmmmmmm que rica estás Esther. Nunca hubiera pensando lo que buena que estás para el sexo.

-Pero soy tu hija Papá, tu hijaaaaaaaaa…

-¿Acaso importa-preguntó poniéndola la peluca-?. Ahora no eres Esther, eres Jade, y mi hija no es Jade, por lo que nada me impedirá follarte.

Volvió a comerle la vulva con desatada glotonería, hundiendo la lengua tanto como podía para que le brotasen más y más jugos que beberse con gran deleite. Las manos pellizcaron los endurecidos pezones y amasaron las tetas hasta que quedaron durísimas de tanto sobeteo. Los gemidos de ella resonaban por toda la habitación.

-Síiiiiiiii sigue Papáaaaaaaaaaaaa…sigue por favoooooooorr…

-¿Ahora quieres que siga verdad?...¿te gusta esto?...

-Me gusta mucho Papá, me encantaaaaaaaaaaaaaaaaa…

-Ya sabía que te iba a gustar. Se nota que eres puta.

-Ummmmmmmmm me gusta mucho Papá. Dímelo otra vez.

-Te voy a follar, puta. ¡¡Puta, más que puta!!. Chúpame la tranca putita.

Agustín se sentó a los pies de la cama y Esther se puso de rodillas delante de él, cogiéndole la verga y metiéndosela en la boca con toda la prisa del mundo. En cuanto la tuvo en la boca se dispuso a mamar como una leona, usando los labios y la lengua para ponérsela completamente erecta. Su cabeza iba en todas direcciones degustándola, cogiéndola a su vez con las manos para pajearlo. Aunque le costaba mucho Agustín seguía con los ojos abiertos para ver como su hija le estaba comiendo la polla con fervor incestuoso. Era incapaz de no disfrutar viendo como ella, allí desnuda, estaba poniéndolo cachondo para luego abrirla de piernas y metérsela. Su boca era tan cálida y jugosa que aquella felación parecía no tener fin. Agustín no podía contener por más tiempo y tumbó a Esther en la cama, abriéndola de par en par.

-Voy a follarte Esther. Cógete a mí que voy a metértela.

-Síiiiiiiiiii Papá fóllameeeeeeeeeeeee…

-Te la voy a meteeeeeeeeeer…aaaaaaaaaaaaaaaaaaagghh…

Según la iba penetrando la calidez que manaba de ella lo inundaba y cruzaba por todo su cuerpo. Su miembro quedaba enterrado hasta desaparecer por completo dentro de la cuca de su hija y se maravilló cuando giró la cabeza para mirarlo.

-Venga Papá métemela, fóllate esta puta…fóllalaaaaaaaaaaa…

-Claro que sí putita mía.

-¿Verdad que soy tu puta Papá?.

-Ahora y siempre serás mi putita Esther. Mi puta particular.

En ese instante Agustín meneó las caderas y dio comienzo el baile amatorio que pronto puso a los dos en órbita. Esther metía la cabeza en el hueco del hombre de su padre, que la follaba con un martilleo seco y constante, apretando los dientes para aplicar más fuerza en las acometidas más deliciosas de toda su vida, que iban dirigidas a darle placer a la persona que más amaba en el mundo, su propia hija. Ésta le arañó la espalda y él correspondió con fuertes besos y apretones por todas partes. Esther cruzó las piernas alrededor de la cintura de él como si no quisiera que se saliera de ella, pero él dio a entender que ni por asomo iba a dejarla ahora.

-Ooooooooohh ooooooohh oooooooohh oooooooohh ooooooohh…así Papá, fóllame asíiiiiiiiiiiii…ooooooooh que bien me follaaaaaaaaaaaaaaaaaaass…

-Con esta polla que dios me ha dado no me extraña-bromeó él-.

Esther se apretaba todo lo que podía contra él, quería sentirse aplastada por él, tenerlo encima suyo follándola, penetrándola, desgarrándola si fuera posible: quería ser su puta, su esclava, su sumisa, su fiel sierva…lo quería todo siempre y cuando fuera con él, su amantísimo padre. Agustín seguía empujándola con fuerza, aferrándola con las manos en sus hombros para tener donde cogerse con facilidad. Debido a la fuerza ejercida, la peluca, que no estaba bien colocada, se cayó, con lo que ya no era Jade si no Esther, la devota y amante hija. Mientras seguía con su bombeo dentro de ella le dio varios chupetones en el cuello que la dejaron sendos morados, y las sensaciones eran indescriptiblemente bellas, lascivas, sensuales, morbosas, prohibidas, maravillosas…Era tan visceral y hermoso sentir a su padre de aquella manera, que Esther supo entonces que aquel era el mejor polvo de toda su vida y que iba a gozarlo como nunca lo había hecho.

-Aaaaaaaah aaaaaaahh aaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh…mmmm mmm…Estheeeeeeeeeeeeeerr…te quierooooo…

-Yo…yo también te quierooooo…te quiero Papáaaaaaa…

-Me corroooo…me corroooooooooooooooooo…

-Oooooooooooooooooohh síiiiiiiiiiiiiiiiii…córreteeeeeeeeeeeeeeee…

Tras varios segundos de interminable y delirante mete saca Agustín se apretó tanto como pudo contra el ardiente y lujurioso cuerpo de su hija e incorporándose un poco chorreó dentro de ella dando gritos de puro placer fruto del que le pareció era un orgasmo como pocos había tenido. Siguió empujando y siguió corriéndose hasta que no pudo más y se derrumbo sobre ella, quedando abrazados sin que él se la hubiera sacado.

-Te quiero Papá. Has sido mi mejor cliente.

-Yo también te quiero Esther. Has sido mi mejor puta.

Ambos se miraron un momento y se rieron con holgura. Luego volvieron a besarse y acariciarse para sellar aquel momento.

-¿Podré yo prostituirte mi amor?.

-Puedes hacerme lo que quieras Papá, pienso ser tu puta, tu esclava, tu fiel sumisa, y podrás gozar de mi cuerpo cuando y como quieras. Te deseo.

-Quiero volver a follarte.

-Pues fóllame Papá, y préñame si quieres. Dame un hijo tuyo.

-Ummmmmm que perra eres, como me pones diciendo esas guarradas.¡Ya verás lo que te voy a dar!.

Se salió de ella y le ordenó que bailase para él, que hiciese un baile erótico en la habitación. Esther, con toda su picardía, se contoneó con infernal ritmo, mirando a su padre con gesto lascivo. Agustín se masturbaba viendo como ella bailaba para él disfrutando de los contoneos y golpes de caderas que ésta daba. Cuando ya estuvo totalmente duro ella fue con él y se la cogió para hacerla ella la paja pues deseaba masturbarlo. Con sus expertas manos le masajeó los huevos y se los lamió para acrecentar la riada de placer. Él respondió con jadeos que hicieron las delicias de Esther, que abrió la boca para volver a chupársela, pues había descubierto que era una devota de la verga de su dulce Papá. No había una mejor en todo el mundo.

-Mmmmmmm mmmmmmmmmm mmmmmmmmmm…como chupas mi puta…oh dios que mamadaaaaaaaaaaaa…sigue, sigueeeeeeeeeeeeee…

-MMMM MMMMMM MMMMMMMM MMMMMM MMMMM MMMMMMMMM MMMMMMM…¿te gusta así Papá?.

-No hables y sigue chupando. ¡Chúpala!.

Esther retomó el trabajo al son de un compás diabólico que tenía a Agustín en trance hipnótico. Ni su propia esposa sabía mamarla tan bien como su hija.

-Fóllame contra la pared Papá. Arreméteme duro.

-¿Quieres sexo duro eh puta?.

-Síiiiiiiiii lo quieroooooooo. Lo quiero todoooooooo…

La empujó contra la pared, la abrió de piernas sin siquiera volver a lamerle la cuca y volvió a penetrarla, arremetiéndola tan fuerte como ella quería, convirtiéndose en un juguete en sus manos. La tranca de Agustín entraba y salía de su hija a gran velocidad, y ambos estaban exaltados, enfervorecidos. El deseo que sentían el uno por el otro se tradujo en una larga series de besos de tornillo lengua contra lengua mientras él pasaba los brazos por debajo de las piernas de ella para abrirla mejor e hincársela más profundamente a su pequeña. Esther estaba que no daba más de sí, solo quería follar y follar con él hasta reventar, follar hasta explotar en un millón de pedazos. Sus tetas se bamboleaban de arriba abajo a la perfección, en sincronía con las embatidas que éste procuraba dar sin descanso.

-Oooooooohh ooooooooohh oooooooohh ooooooooohh ooooooohh ooooooooohh…dame duro Papáaaaaaa…sodomízameeeeeeeeee, viólameeeeeeeeee, destrózameeeeeeeeeee…no pareeeeeeeeess…

-Aaaaaaahh aaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaahh…que puta eres Esther…te quierooooooooooooo…córrete conmigo putaaaaaaaaaaaaa…

Los gemidos eran estratosféricos, las embatidas demenciales, las sensaciones impresionantes, la lujuria incontenible…ya se acercaba el momento, ya se acercaba de nuevo…más fuerte, ¡más fuerteeeeeeeeeeeeeee!...

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH…ME CORROOOOOOOOOO ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOO…

-OOOOOOOOOHH…PAPÁAAAAAAAAAAAAAA…

Nuevos chorros de semen salieron destinados a inundar la cuca de Esther. Bañados en sudor después de dos descomunales polvos, ambos permanecieron varios minutos en la cama abrazados tiernamente, y luego se metieron en la ducha para quedar limpios e impecables. Mientras se enjabonaba Esther se tocaba repetidamente sus nalgas.

-Papá mírame. Tengo empapado el culo. Fóllamelo. Aún lo tengo virgen y quiero que sea todo para ti. Encúlame como te venga en gana.

Acariciándose lenta y maliciosamente se abrió las nalgas para mostrar la estrechez de su ano por desvirgar. Agustín, apenas vio el tesoro que su niña le entregaba, se sintió en el paraíso. El agua que corría por sus cuerpos se deslizaba a la perfección por la línea de la columna de Esther hasta desembocar en aquella hermosura de curvas y caer a la bañera. Embriagado por aquella suculenta visión, Agustín se agachó para poner su cara entre sus nalgas y meter un dedo por su orto a la vez que saboreaba toda la pucherita que su hija. A base de dedos y lengua el escultural cuerpo de Esther comenzó a convulsionarse, sufriendo intensos espasmos de placer. De ninguna manera podía imaginarse lo bien comedor de conchas que él era. Por cada lametada que hacía lanzaba poderosos gemidos y apretaba los dientes para saborear más el momento. En cuanto cambió de su concha a su ano, Esther se sintió morir: era el primer beso negro al que era sometida y resultaba ser mucho más excitante y apetecible de lo que sus compañeras y amigas la habían dicho. La dulzura y rugosidad de la lengua de Agustín ejercía unas caricias impresionantes, sin contar con que los dientes mordían en sus nalgas de rechupete, dando mordiscos aquí y allá y tirando para dejar marca.

-Aaaaaaaaaaaaahh…que rico Papito…sigue mordiendo…..uuuuuuuyy que maravilla…que lindo es mi Papito, como me come el culo…mmmmmmmmm…

-Mmmmmmmmm que rico que está este culooooo…no sabía que lo tuvieras tan perfecto…es mejor que el de tu madre…

Aquello la sacudió de arriba abajo y la provocó un fortísimo corrientazo de orgullo. Se arqueó un poco más para ponerse más pompa y se tocó en su panocha mojada, masturbándose mientras estaba punto de perder su virginidad anal. Agustín, viendo que el terreno estaba preparado, se alzó de sopetón apretando las tersas nalgas de Esther. En cuanto notó la punta del glande queriendo entrar se asustó, pero aguantó los diversos intentos por lo mucho que lo amaba y a la siguiente vez enterró toda su virilidad en lo que era el último reducto virgen de su pequeña.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH…OOOOOOOOH DIIIOOOOOOOOOOSS….

-Tranquila mi putita, ya ha pasado ¿vale?. Ya pasó, ya está, compruébalo. Tócate y siéntela.

Se llevó la mano derecha y por ella misma pudo ver que la verga de su padre estaba totalmente enterrada bajo el manto de sus nalgas. Llevando sus manos a las tetas de ella Agustín la sujetó muy fuerte para que pudiera aguantar el incipiente y a la vez terrible bombeo, pues no quería ser delicado, si no brutal. Quería romperle el culo y no iba a parar hasta conseguirlo.

-AAAAH HAAAAAHH AAAAAHH AAAAH HAAAAAAHH AAAAHH AAAAAAAH…TOMA POLLA…TOMA POR CULO PUTA…OOOOHH QUE BIEEEEEEENN…

-OOOOOOOOOH PAPÁAAAAA…FÓLLAME EL CULO, REVIÉNTALOOOOO…MÉTEMELA TODAAAAAAAAA…

-MMMMMM SÍIIII, CLARO QUE SÍ PUTITAAAAAAAA…

Las acometidas que Esther recibía parecían querer taladrarla hasta dejarla empalada en aquella ducha. Se sentía tan violentamente ultrajada y sucia que solo sirvió para ponerse más cachonda aún si era posible. Notaba como todo su culo era llenado de polla, entrando y saliendo, entrando y saliendo, entrando y saliendo hasta acabar volviéndola loca. La manera en que la apretaba las tetas y las arañaba para volver a agarrarse a ellas era sensacional, jugando con los pezones a retorcer y pellizcar a partes iguales. Embriagado de sexo Agustín penetró con toda la fuerza de que disponía para embarrarla de semen, para encularla como la puta que era. Los chupetones en el cuello, las manos en las tetas y el ritmo de la enculada se aceleraron dando a entender que el clímax era inminente, por lo que Esther decidió ayudar a su papaíto moviendo las caderas para ir a ritmo de él, meneándose a la vez. Con sus últimas fuerzas empujó un poco más para gozar…ya lo notaba, ya lo notaba…

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH…UUUUFF ME CORROOOOOOOOOOOOOO…

-OOOOOOOOOOOOOOOOOH PAPÁAAAAAAAAAA…

En lo que fue el penúltimo orgasmo de toda la tarde Agustín disfrutó del torneado culito de su pequeña, soltando todo el esperma que el salió entre sus nalgas para ve luego como se deslizaba entre ellas. Como agradecimiento Esther se agachó y agotó las pocas fuerzas que le quedaban a su padre haciéndole una soberana paja que terminó por dejársela inservible durante varias horas. Tras salir de la ducha se secaron y se tumbaron en la cama, permaneciendo juntos abrazados en silencio largo rato, para luego hablar de sus respectivas vidas y sus proyectos. Las horas pasaron rápidas hasta que por la ventana vieron que estaba empezando el atardecer y el albornoz salieron a verlo poniéndose uno encima de otro en una tumbona.

-¿Cuándo dijiste que terminabas la carrera?.

-En tres meses, más o menos. Después volveré a casa.

-Ya estoy deseando que vengas de vuelta, aunque no me importaría trasladarme aquí si como dices tienes tan buenos clientes.

-De los mejores-confirmó ella-. ¿Te gustaría ser mi chulo?.

-Ya sabes que sí. Me encantaría ser tu dueño y hacerte de todo.

-Y yo me dejaría hacer de todo por ti Papá.

-¿De todo-preguntó él son curiosidad-?.

-De todo.

-¿Y si decido llevarte a una sesión salomado, o a que te lo montes con una mujer(o varias), o que finjas una violación, o dejarte para que un caballo te penetre, también te dejarías?.

-Claro que sí-contestó instantáneamente-. Lo que sea por ti.

-Esta es mi putita-sonrió él-. Nunca hubiera imaginado lo guarra que eras Esther.

-Ni yo lo depravado que eras tú Papá-dijo ella divertida-. No tenía ni idea de cuanto llegarías disfrutar a tu propia hija…

-Mi hija, y también mi puta…

-¿De verás ya soy tu puta Papá-preguntó alegre-?.

Agustín se giró para verla mejor y esbozando una amplia sonrisa, contestó:

-Tú siempre serás mi puta…

"…Igual que tu madre, que también hacía lo mismo que tú, por eso la conocí. Al menos podré ser tu chulo, que con ella no pude porqué ya tenía", se dijo él disfrutando con la idea de convertirla en su puta, mientras ella sonreía y le tocaba la verga pidiendo hacerlo otra vez…

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