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El ente: la otra cara de la moneda

en Confesiones

EL ENTE: LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Hola, mi nombre es Nina y vengo a confesar un gran secreto: hace años, desde que era pequeña, me han molestado espíritus o demonios, algo que no es de este mundo pero que está aquí. Siempre los he sentido como me tocan, pero nunca me violaron ni nada parecido hasta hace dos años. Ahora tengo 23 años. Cambié de residencia y de país por razones de estudio, y el caso es que aún así soy tocada por entidades extrañas que están a mi alrededor que hasta hace poco causaban en mí sensación de miedo o pánico.

Una noche mientras conversaba con mi abuela me acordé de un chiste y me reí, luego me dieron leve un golpecito con el dedo en mi oreja derecha, no fue para quejarse si no el caso es que lo sentí y a mi lado no había nadie al mirar alrededor. Le pregunté a mi abuela si lo había visto y me dijo que no, que era mi imaginación. Esa noche en la cama, siendo verano (y considerando que en la parte de Europa donde estaba el verano es muy caliente) mi habitación era un verdadero horno. El caso es que no corría el aire. Nunca he sido miedosa, de hecho cuando era pequeña me iba al patio de mi casa cuando aún vivía con mis padres y me sentaba en una hamaca y sentía presión al lado mío pero estaba sola y en la oscuridad, considerando que mi casa era grande y que allí no llegaba luz de ningún tipo y allí me quedaba hasta las una de la madrugada mirando el cielo como meditando…bueno, el caso es que esa noche en la cama sentí lo mismo de siempre: que algo de un peso muy estimado se ponía encima de mí. Abrí los ojos y el peso pareció irse pero al dormirme esa noche tuve un sueño húmedo pero parecía tan real que a la mañana siguiente vi como la sabana estaba algo pegajosa, se notaba cierta humedad en ella y olían de una forma rara. Resultó que eran mis propios fluidos, que producto de ese sueño (o lo que quiera que fuese) eché de forma abundante.

No me asusté, me quedé pensando en ello, era muy raro porque durante todo el mes tenía esos sueños tan raros, primero veía a un niño que no conocía, y me molestaba me daba besitos en la boca y se iba, luego una muchacha desnuda que me miraba y encima de mí el peso ese que no sabía que era pero que me hacía el amor. Hace unas semanas bebiendo me dormí en la tarde y no se si era un sueño pero vi a una chica que me metía mano, primero un dedo, luego dos y así. Me estaba masturbando, me miraba y se reía, yo sentía sus uñas largas y trataba de que no metiera su mano. Al final, cuando me desperté, estaba mojada y cansada. Me había provocado un orgasmo.

Hace 6 días busqué en Internet sobre esto y encontré algo interesante, así que hice llamamiento a ellos para saber que es lo querían por lo mucho que me molestan. Para la ocasión usé la socorrida tabla de ouija porque no conocía otro modo de contactar con ellos (al parecer se podía usar algo llamado psicofonía, pero no me arreglé para saber como se hacía eso). Lo hice de noche, con solo la luz del teléfono encendida y ni siquiera lo hice con fe de que iba a funcionar. Estaba despierta y con las luces apagadas, y al poco sentí un frío en las piernas, y como la sabana se hundía en mí. No me asusté ni nada y pregunte en voz alta: "¿quienes sois?, ¿qué queréis?, ¿en que os puedo ayudar?", pero mis brazos se alzaron como si me obligaran a levantarlos, los levanté estando sentada en la cama. La tabla que estaba sobre mis piernas cayó al suelo.

De pronto estaba acostada a la larga y quería bajar los brazos pero no podía, entonces comencé a temblar en la cama y sentía como ese frío estaba en mi cuerpo y no podía dejar de temblar. Entonces mis piernas se abrieron, sentí como algo frío me penetraba poco a poco. Comencé a gemir, podía sentir como entraba y salía y me dolía un poco pero al mismo tiempo se sentía tan bien que inconscientemente comencé a desearlo. Sentí una mano en mi pecho derecho que empezó a hacer movimientos sobre él, luego otra mano en el derecho y sentía como se movían hacía arriba y abajo magreándolos sin parar hasta que lo hizo mas rápido y casi sin control. No podía moverme ni nada, la cama hacía ruido y pensé que mi abuela que estaba durmiendo en casa se despertaría pero recordé que es bastante sorda y no se enteraba muy bien del movimiento ni del ruido. No podía dejar de gemir, sentía un placer incontrolable pero luego fui dejando de sentirlo. Oí como algo entraba y salía de mi vagina, luego paraba y vuelta a empezar así una y otra vez. No sé como ni cuando abrí la boca y no podía tragar saliva pero sentí algo que entraba y salía, algo un tanto grueso, como cilíndrico. Entonces mis dos manos comenzaron a hacer movimientos como si estuviera agarrando dos pollas que no podía ver. Eran grandes, como la que tenía en mi boca y la que me penetraba. No podía parar y creía que la cama se iba a deshacer. Además no estaba dormida, estaba muy despierta viviendo algo que parecía una alucinación. Parecía, pero no lo era.

De repente paré y temblé de frío. Entonces hablé pero no era yo o al menos no mi voz. Primero yo pregunté "¿quien eres?" y algo me obligó a responder, me dijo su nombre y el nombre de los espíritus que le acompañaban, y el nombre de la muchacha que me metía mano. Me dijo que me estaba buscando, que el niño fantasma que yo veía le había dicho que su amada ya había nacido y que él sabía donde pero que no le daba la gana de decirle donde. Dijo que las veces que primero sentía ese peso en mi cuerpo era porque él estaba allí y que no me penetraba ni nada solo metía sus dedos, pero como se excitaba consolaba sus deseos con sus dedos. También que él no podía penetrarme primero y que ella tenía que prepararme, que en los momentos que sentía orgasmos era porque era él quien me poseía y que con los otros se hacían turnos para penetrarme. Me dijo que no me quería hacer daño, que ni el ni ellos me querían lastimar si no que me protegerían pero a cambio de un precio y ese precio era el que cuando ellos quisieran vendrían para ser poseída sexualmente por ellos, pues el parecer era el precio por la ayuda que ellos le dieron para dar conmigo. Me hizo ver como en una visión como él murió y como yo misma fallecí en una vida anterior de la que obviamente nada sabía, me dijo exactamente de donde éramos él y yo. Dijo también que mientras yo me había reencarnado en mi actual vida él había quedado atrapado en esa especie de limbo y que se quedó buscándome pero que no me encontraba, y que tras conocer a esos otros espíritus ellos le dijeron donde estaba ahora. Era algo muy raro porque mis manos no paraban de moverse, hablando en lenguaje de signos que había aprendido de un amigo mío y que hice sentada frente al espejo de mi cuarto. Me preguntó si quería sentir nuestro amor, el amor que sentíamos antes de morir, antes de que nos separaran y respondí que sí.

Me besó. Sentí como una lengua en mi boca masajeando la mía, y sentí algo como un orgasmo. Entonces me volvió a besar de la forma más apasionada que me era inevitable hacer movimientos al acariciarme la cara y yo a él. Luego me preguntó si quería sentir como fue la primera vez que tuvimos relaciones en la vida anterior. Asentí con la cabeza: me separó las piernas y traté de cerrarlas pero se abrían con fuerza una y otra vez. Fue suave de nuevo y joder, no paré de tener orgasmos uno seguido de otro, como si no terminaran jamás. Era una mezcla entre orgasmos y algo muy bonito que sentía en el estómago, eso que le llaman maripositas en el estomago. Me folló de la forma más bestial que me hizo gritar de placer (y algo de dolor por la brutalidad con que me violentaba), no podía parar de besarme y tocarme. Sentí una gota de agua en mi rostro y luego otra. Las toqué y la pasé por mi lengua y supe que eran lágrimas, estaba llorando (¿de placer?, ¿de dolor?, ¿de felicidad?...quien sabe) y no me había dado cuenta. Interpreté que mis lágrimas quizá podían ser también las suyas por haber estado esperando el momento de tenerme durante tanto tiempo que ahora no podía creerlo al haberse hecho real. Durante sus embestidas tenías flashes, visiones de mí misma pero con otras ropas, otro nombre, y entendí que quizá él estaría feliz porque el amor de su vida que había nacido tenía el mismo físico que en su vida pasada, que era como volver a tenerme: mi voz, mi pelo, mi cuerpo, todo era igual. Quise llorar más pero no pude, la situación, todo lo que estaba pasando me superaba, estaba desbordada por las circunstancias y así estuve así hasta que terminó y quedé agotada del esfuerzo. Me hizo gozar de forma que jamás imaginé, luego paró y dijo lo siguiente ante el espejo:

"Es suficiente, ahora tienes que dormir. Yo estaré en la cama contigo, te abrazaré para que no te sientas sola, y no tengas miedo de ellos que ellos te protegerán porque les he pedido que lo hagan. Te prometo que en cuanto encuentre el cuerpo de un recién fallecido cuya alma haya partido hacia el Más Allá y que esté en condiciones de ser usado, poseeré ese cuerpo y vendré a por ti. Serás mi mujer, seremos felices hasta la eternidad, no te compartiré con nadie, nadie te lastimará ni te hará daño. Tú solo tienes que confiar en mí. No te pido que cambies tus creencias ni que creas en lo que no crees, solo quiero que me ames, que me ames como yo te amo a ti, que me seas fiel como yo a ti. Por ahora deberás seguir aguantando a los otros espíritus para que no se enojen, pero quiero que sepas que hará que se vayan antes de volver a la vida para estar solos los dos, pero hasta entonces ellos tendrán poder sobre ti: si te quieren usar te usarán y nadie se enterará ni te creerá. Ya te debes haber dado cuenta de que conmigo tienes sensaciones distintas a las de los demás, sientes amor, mientras que con ellos solo hay un placer físico en vez de emocional. Eso es lo que te hará distinguir cuando soy yo quien te posee y cuando son los demás. No te maltrataremos ni lastimaremos, pero sí te usaremos hasta que yo vuelva a la vida. Sé paciente, un día todo acabará."

Me puse de lado e intenté dormir. Despertaba a intervalos regulares al sentir como algo que me acariciaba. En ese momento supe que todas las noches iba a ser poseída sexualmente, bien por él, bien por otros. Tenía miedo por si un día llegasen a ser violentos o terribles conmigo, pero confié en él y en que eso no me pasaría nunca.

Al otro día me desperté con tanta vitalidad que fui a calentarme un poco de leche y antes de poder hacerlo me levantaron la falda allí en la cocina. Mi cuerpecito quedó a la vista de cintura para abajo cuando mi ropa interior fue rota, el caso es que fui desnudada del todo. Simplemente quedé medio tumbada en la mesa de la cocina boca arriba y algo empezó a follarme brutalmente allí mismo con fuertes embatidas que me dejaban como en un estado de trance, no podía ni pensar. Menos mal que mi abuela no estaba en la casa y estaba sola, que si me hubiera pillado habría visto a su nieta querida tumbada desnuda en la mesa con las piernas en alto agitándose en el aire como si me violaran. Así llevo toda la semana. En la tercera noche lo hicimos en el suelo y él no estaba encima de mí si no debajo. Estaba arrodillada fregando una mancha del suelo cuando quedé sujeta de pronto. Quedé medio desnuda cuando me abrieron la blusa y la falda y noté unas manos en mis pechos y como si algo me penetrase. Era como si cabalgara a un hombre que estuviese debajo mío. Debido a todo esto tengo mucho sueño porque apenas duermo de noche, y al otro día me voy a la universidad medio dormida. En otra ocasión, en la ducha, de pronto fui llevada contra la cortina y obligada a meterme dedos en el culo hasta que uno de los espíritus desvirgó mi ano. Fue doloroso pero tras las siguientes veces, he aprendido a disfrutar cuando me dan por el culo.

Dicen que los íncubos, esos espíritus sexuales masculinos que violan mujeres, te quitan la energía sexual y te matan. En mi caso no es cierto, con ellos las cosas son muy diferentes…cuando estoy en la cama, en la ducha o totalmente sola en alguna parte (callejones, pasillos de biblioteca, lavabos y cosas del estilo) ellos se aprovechan y me poseen hasta que gozo. Es algo que me sucede y solo puedo dejar que pase. Siempre acabó desmadejada producto del orgasmo provocado. Incluso llegaron a poseerme en la pista de baile de una macrodiscoteca, aprovechando el inmenso gentío. Todos pensaban que era yo que bailaba de forma algo sensual. Que equivocados estaban.

Hace meses, gracias a Internet, logré conocer a otra chica en mi situación. Se llama Ileana (sí, la de Visitante De Dormitorio) y me contó como ella también había vivido fenómenos extraños y como algo la tocaba al igual que a mí, aunque ella considera una maldición lo que le ocurrió, a diferencia de mí que lo considero una bendición. Ileana me animó a plasmar mi extraña historia tal como ella hizo con la suya. También por ella descubrí la película de "El Ente" (y su remake hindú, "Hawa"), que yo ni había oído hablar de ella en toda mi vida. Para quien no la vio, la peli muestra a una mujer, madre de tres hijos y con una vida convencional, que se enfrenta al terror en forma de ser invisible que abusa de ella repetidas veces (en una de ellas, delante de sus aterrorizadas hijas pequeñas y del hijo mayor). Ileana me contaba lo identificada que se sentía con ella y el terror que vivía cuando abusaban de ella. Yo también sentí terror durante mucho tiempo, pero ahora que ya entendí lo que sucede, solo puedo sentir el placer que ellos me dan cuando me poseen. Usan mi cuerpo para hacerme gozar, y me gusta sentirme usada por ellos. Con la película solo lamenté que el ente forzase a la mujer como le ocurre a Ileana, que no fueran como el mío. Ojalá ella pudiera ver como yo veo las ventajas de vivir algo así. A diferencia de ellas, yo soy la otra cara de la moneda de "El Ente": yo no deseo que esto me deje de pasar. Me gusta que me pase.

En todo caso, yo no quiero terminar con esta relación nunca, si tengo que ser su mujer lo seré, tendré hijos con el sí, creo en sus promesas y que ya tiene un cuerpo de algún hombre con una edad parecida a la mía para así vivir juntos muchos años. Solo es cuestión de esperar el momento para que entre en él, y entonces vendrá a buscarme para seguir follándome hasta el infinito. Estaremos juntos toda la vida y después de muertos, toda la eternidad. Aunque estoy deseando que venga en su nuevo cuerpo a por mí, echaré de menos el que su espíritu desencarnado toque mi cuerpo, que sus manos se posen en mis pechos y los amasen, que su boca tomara posesión de mis pezones y de mi entrepierna. Añoraré notar ese peso invisible sobre mí que me hace saber que él está allí encima mío, dispuesto a hacerme gozar. También añoraré su polla etérea cuando me penetra en mis agujeritos y me hace explotar de placer (¿quién soy yo, si él ama mi cuerpo, para prohibirle que en vez de mi coño decidiera usar mi culo?). Lo añoraré, pero a cambio lo tendré en carne y hueso, estará delante de mí físicamente para mí sola, será mi hombre venido del Más Allá para hacerme su mujer. Mientras tanto, disfrutaré de sus visitas nocturnas en mi cama y de los largos polvos que me eche con sus amigos cuando le venga en gana, hasta que se reencarne y esté vivo. No me entiendan mal, no busquen eso para saber lo bien o mal que se siente (cada caso es único), porque nosotros ni los llamamos ni los elegimos. Ellos nos eligen y nos usan a su antojo y no al revés. En mi caso me siento bendecida…y estoy deseando que llegue el día de tenerlo en vivo. Hasta entonces, que me usen como quieran. A mí me encanta lo que me hacen…

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