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Sometiendo a mi hermanita: tercer día (Domingo)

en Dominación

SOMETIENDO A MI HERMANITA: TERCER DÍA(DOMINGO)

(co-escrito e ideado con Peli)

 

Nada más desperté por la mañana, lo hice entre bostezos y el cuerpo algo maltrecho, así que bajé a tomarme un tentempié para recuperar fuerzas. La paliza que nos habíamos dado ayer y anteayer con tanto polvo y otras cosas había sido de infarto, y lo cierto era que bien necesitaba de algo para retomar el ritmo. Vanessa fue la siguiente en despertar y viendo mi estado no pudo si no reírse como una descosida. Ni corta ni perezosa metió mano a mi paquete, lo miró al abrir el pantalón de pijama por encima y me miró con gesto divertido.

-Uhm, parece que al pobre le dan dado demasiado trabajo para hacer.

-No te preocupes, este cañón siempre tiene munición para disparar.

-Menos lobos caperucito, que como mucho llegas a pistola de mano-se rió de mí a carcajadas-.

-No me tientes o te meto un repaso que te acuerdas de quien soy yo.

Ella estaba a punto de decirme algo cuando mi hermana entró en escena para desayunar al igual que nosotros. La charla se cortó de golpe cuando Vanessa se fue y le pegó un señor morreo de esos que te dejan sin aliento. Buuuuuufff que pedazo de beso con lengua le dio, seguramente le habría metido la lengua hasta la campanilla. Me pareció increíble ver que en menos de 10 segundos habíamos pasado de una charla absolutamente normal a nuestros depravados acosos a María. En cuanto Vanessa se paró de ella yo hice lo mismo para no ser menos, demostrando que en cuestión de besos es difícil superarme si es mi hermanita la víctima. La miel de sus labios fue como un shock que de nuevo me hizo recordar lo mucho que nos quedaba por hacer. Mientras la besaba los demás aparecieron.

-Vaya, no nos podemos despistar ni un segundo. Al poco que estamos a otra cosa empezáis la juerga sin nosotros-se quejó Marcos-.

-Bah no te preocupes hombre-lo consolé-, el día solo acaba de empezar y tenemos mucho por hacer.

-Jo, cualquier que nos viera en este plan nos llamaría pervertidos a la puta cara-comentó Teo-.

Desde luego, con todo lo vivido, aquello me hizo reír tanto como me confundió, pero aquella especie de duda merecía despejarse lo antes posible.

-Por tu tono de voz no sé si lo has en serio o en broma, pero te diré algo: si te crees por un momento que esto hubiera podido evitarse, permíteme que te saque del error.

-Ey, era broma…¿pero de que hablas?.

-De un pequeño secretito que llevo guardando muchos años, y que nadie en absoluto ha sabido nada hasta ahora.

Los tenía a todos mirándome, mi hermana incluida.

-No nos tengas en ascuas, so cabrón-protestó Teo-. ¿De que se trata?.

-Bueno, casi mejor que María os lo diga, ella lo sabe…a su modo-aclaré-.

Más extrañada no podía estar. Yo estaba regocijándome por dentro.

-Sí mujer-contesté sarcástico-. ¿Es que ya te olvidaste de Godfrey?.

Los demás no entendían nada, María estaba más blanca que la cal y yo sonriendo con mi mueca más diabólica.

-Tenéis que perdonarme por ocultároslo, pero esperaba que llegara este día para revelarlo. ¿Os acordáis de cuando María se escapó de nuestros juegos?.

-Desde luego-contestó Vanessa-: cuando se largó a la universidad. Luego pasó todo el verano en otro sitio, se casó justo después de volver y ya nunca pudimos volver a hincarle el diente-concluyó mirándola con un mohín de furia-.

-En esa historia hay más de lo que sabes: veréis, mi hermanita aquí presente ha nacido para ser sometida, humillada y sodomizada por todas partes, y Godfrey es la prueba de ello. Él era el novio de Azucena, la mejor amiga de mi hermana en sus tiempos universitarios y con quienes ella y su entonces novio compartieron casa durante ese verano que mencionaste.

-¿Godfrey-se preguntó Julio-?, ¿qué clase de nombre es ese?, ¿inglés?.

-El nombre, sí. Él, concretamente, no: era de Gambia, África occidental, uno de tantos que se había venido a vivir mejor que en su tierra. Creedme, la fama de los negros es totalmente cierta, al menos en su caso: el tanque de Godfrey deja pequeño a tu lanzagranadas-bromeé mirando a Julio-, y ya podéis imaginar la cara que puso cuando descubrió a la buena de mi hermanita.

Todos miraron a María, la cual era incapaz de devolver la mirada, lo que les dio una idea de las cosas que pasaron entre Godfrey y ella.

-Godfrey se pasó todo el curso de universidad metiéndole mano buscando el modo de cepillársela, pero no hubo manera, y él fue quien sugirió lo de irse a una casa cerca de una pequeña playa todo el verano. Yo me enteré cuando ella vino aquí unos días y comentó con nuestra madre "que no le caía bien el novio de su amiga". Muy mal hecho hermanita-dije mirando a ella-, no debías haberlo mencionado, eso me puso sobre aviso, y más cuando le diste a mamá el número de teléfono de allí para que te pudiera llamar.

-¿Y que pasó?, ¡cuéntalo todo de una vez!.

-Estuve varios días pensando en llamar, dándole vueltas a la cabeza, hasta que finalmente lo hice, y suerte que tuve, fue él quien contestó al teléfono. De inmediato quedé con él a solas, y en cuanto Godfrey supo de nuestras aventuras, imaginad la satisfacción de tener alguien con quien hablar de eso. ¡Ojo!, yo no lo alenté a nada, él ya lo tenía todo pensado, pero cierto es que eso le envalentonó según supo toda la historia.

-¿Y que hizo él?, ¿qué pasó?.

-¿Que qué pasó?. Muy sencillo Marcos, que atacó: cada vez que se quedaban a solas en la casa por espacio de minutos la metía mano sin que los demás lo supieran, y en cuanto tuvo oportunidad, le echó un señor polvo sobre la mesa de la cocina…su primera enculada fue en el sofá de la salita, y no digamos de las veces que iba a su cama, a veces con el novio al lado, y se pasaba largo rato pajeándola y abusando de ella…incluso la llevó de orgías con sus amigas un par de veces…mi hermanita se pasó todo el verano siendo la putita de mi amigo Godfrey, quien siempre procuraba contármelo todo con pelos y señales cada Lunes sin falta. Siempre lamenté no aparecer allí para participar, quizá hubiera llamado mucho la atención porqué Azucena sospechaba de mí, pero al menos me alegraba el saber que ella era la putita de alguien.

Buuuuuuufff ya estábamos de nuevo a tono, y yo sobretodo. El recordar las violaciones y abusos de Godfrey, las enculadas salvajes que le aplicaba, los sobeteos, la humillación, el silencio de ella incapaz de contar lo que le estaban haciendo…los demás me miraban con cara incrédula, pero al mirarla a ella, las lágrimas de la impotencia se le escapaban por las mejillas, seña más que clara de que aquello la había conmocionado profundamente. Ni de lejos esperaba que yo supiera esas cosas.

-Puta de mierda-dijo Vanessa-, ¿con que dejándote empalar por un negraco eh?, ¿con que de orgías sin nosotros eh?, pues ahora nos toca resarcirnos. ¡¡Quiero a esta puta tan follada que no le queden fuerzas ni para caminar!!.

La orden no era algo que tomar a la ligera, Vanessa tenía un carácter tan fuerte que más de una vez se había peleado contra varias tías a la vez y había podido con todas ellas. Tras un desayuno algo fuerte, nos trasladamos todos a la salita, donde la pusimos a cuatro patas para que me hiciera una mamada de buena mañana a la vez que Marcos la estuvo lamiendo un poco(le encantaba comer un coño en condiciones (¿y a quien no?)). Mientras yo veía mi verga entrar y salir de la boca de María, también observaba a Marcos detrás de ella abriéndola los labios vaginales para disfrutar de su panocha, metiendo un dedo por su ano para ver como reaccionaba. Por supuesto los gemidos de ella no se hicieron esperar, gemidos entre placer y humillación que nos podía locos de contentos. La historia de Godfrey les había dado nuevas energías y deseaban hacer más cosas salvajes, más fuertes, más todo. El deseo casi se podía tocar en el ambiente, era tan fuerte que parecía que iba a aplastarnos, no podíamos parar de someterla.

Ansiosos por follarla, Teo y yo fuimos los primeros en ir a por ella a la vez: él se echó en el suelo, luego hice a María sentarse sobre la tranca de él para clavársela, y acto seguido y sin lubricar ni nada, ¡¡la enculé!!. Mi polla fue deslizándose hasta que entró toda por su orto, quedando ensartada a dos bandas. Mmmmmmmmmm que deliciosa escena, Julio y Marcos nos aplaudían mientras Vanessa se la estaba pelando a los dos a la vez, usando sus manitas para pajearlos a fin de que conservaran sus garrotes con toda su potencia. Para nuestra alegría, ella nos miraba con una cara pletórica, de auténtica puta salida, y no hacía falta ser muy listo para saber que nos estaba diciendo con los ojos que siguiéramos hasta el final, que no parásemos hasta dejar a María más humillada y sometida que nunca, una petición de desde luego no pensábamos desobedecer. Teo, que estaba debajo de ella, se agarró a sus tetonas para estrujarlas y chupar de sus pezones a la vez que yo me divertía cacheteando su culo, haciendo como si estuviese montando un caballo salvaje. Mmmmmm que bien sonaban, era pura lujuria, y más notando como mi verga entraba y barrenaba ese culo que me volvía tan salvaje. Al mismo tiempo, Teo la taladraba con toda la brutalidad de la que disponía, gimiendo de gusto como un cosaco. Aquello era el paraíso.

Para paraíso el momento en que mi hermana probó las delicias y la humillación de la doble penetración. Ocurrió cercano su 16 cumpleaños, cuando ella estaba en plena pubertad desarrollando un cuerpo de mujer que nos ponía malos solo de verlo. Esa tarde en concreto estábamos de visita en casa de Julio, ya que acababa de pillarse un piso de estudiante y fuimos a ver que tal estaba. Si bien no era muy grande, era perfecto para pequeñas fiestas y para nuestros juegos, ya que nos garantizaba una intimidad que antes no teníamos. María había venido en la creencia de que el piso lo había pillado yo, de que quizás me mudase allí, y como nuestros padres se habían ido, tuvo que venirse conmigo. De un principio tanto Julio como yo no hacíamos nada, la dejábamos creer que no iba a pasarle nada, que sería una visita rápida, y como solo estábamos él y yo, tampoco hicimos nada que la hiciera sospechar. Así, cuando ella ya se creía a salvo de nosotros, Julio me susurró una idea que me puso al borde del infarto porqué era algo que nunca habíamos probado, ni tan siquiera imaginado. Esperamos a que ella pasara cerca de la salita, y en cuanto entró para asomarse por la ventana, me acerqué por detrás de ella, agarrándola con fuerza del brazo y poniéndola entre Julio y yo para que no tuviera escapatoria.

Al mirarnos, sus esperanzas de liberarse de nosotros se habían roto y eso podíamos verlo en sus ojos, cosa que nos encantaba. Julio enseguida se sacó la verga de los pantalones y se puso a hacer que ella lo pajeara mientras yo me tocaba un poco el bulto a la vez que tocaba sus glúteos. Antes de darnos cuenta ya la teníamos en pelota picada con sus descomunales tetas al aire y abierta de piernas para nosotros: Julio devoraba esas masas de carne sin reprimir mordiscos ni potentísimas succiones tirando de ellas, y yo hacía lo propio con su pucha, metiendo mi lengua por ella hasta donde pudiera para darme un atracón de almeja. Su sabor, aunque lo había probado mil y una veces, nunca me cansaba de él, como tampoco de escuchar sus gemidos al ritmo de nuestros juegos. Cuando la tuvimos preparada, me eché boca arriba y Julio la hizo sentarse sobre mí para clavarse mi polla hasta el fondo. Justo cuando aún estaba recomponiéndose de la penetración, ¡¡Julio arremetió con todas sus fuerzas para ensartarla por detrás!!. Su pollón entró con violencia en su ano, penetrándola con saña hasta tenerla toda dentro. ¡¡Que fantástico era follarla los dos a la vez!!.

En todos los juegos que habíamos hecho hasta entonces eso era algo que nunca habíamos comentado, ni tan siquiera imaginado. Y lo cierto es que aunque lo habíamos visto en alguna que otra peli porno, fue algo que simplemente todos pasamos por alto, al menos hasta ahora. Joder que pasada, podía ver su carita de ángel contraída por el dolor, casi podía tocar esa sensación de vejación a la que la estábamos sometiendo, sus gemidos rechinados entre dientes eran demenciales. Tanto Julio como yo nos la follábamos con cierta demora para alargar el momento, pero dábamos fuertes estocadas para hacerla temblar de pies a cabeza. La idea era ir a por todas, sin dilación, sin piedad, sin detenerse, sin amor alguno, solo placer, placer y nada más que placer. Yo me estaba relamiendo, y de paso me apoderaba de los pezones de ella con toda gula, me los devoraba como un niño con su golosina preferida. Julio, que estaba detrás de María, pasaba las manos por sus tetas, de modo que cuando no podía chupárselas me apoderaba de la boca de mi hermana para meterle la lengua y jugar con la suya. Bufffffff que maravillaaaaaaa, que gozaditaaaaaa…no podíamos parar, no queríamos, habíamos alcanzado un ritmo común de follada y nos fue imposible contenernos. Acabamos berreando como locos con los dientes apretados intentando no alarmar a nadie, corriéndonos de una manera tan visceral, tan carnal, que era un suplicio soberbio. Fue un orgasmo brutal que llegó a ponerme la piel de gallina. Auténticamente morboso.

Con lujuria y crueldad tanto Teo como yo acabamos por gozarlo juntos dentro de ella, la cual era un títere con la que hacíamos de todo sin dejarnos nada en el tintero. Nos salimos de ella para dejar paso a Julio y Marcos, éste segundo tomando posesión de su ano y el primero yendo directo a por su panocha. Nosotros, como quien cumple su faena como un gladiador, fuimos recibidos por Vanessa, con quien nos estuvimos morreando y tocándonos un buen rato(sin llegar a follarla, ella aún no lo deseaba). Cambiándose las tornas, ahora nos tocaba ver el show y a los otros ser el show. Ni que decir tiene que tanto Marcos como Julio fueron más bestias que nosotros ya que la doble penetración fue también doble: de estar penetrándola uno por cada agujero, en un momento dado Marcos se salió del culo para hincarla directamente en la pucha(si era algo planeado, es algo que nunca supe) teniendo que soportar dos pollones por el mismo sitio. La situación fue infernal, el dolor de ella todo un banquete para nuestros sentidos y nuestra excitación parecía quemarnos vivos a todos, estábamos a reventar.

Estuvimos así follándola un buen rato, probando variaciones de quien daba por delante y quien por detrás, taladrándola sin compasión hasta que, con Julio taladrándole la vulva y yo el orto, Vanessa salió de su apatía colocándose tumbada justo delante de María abierta de piernas.

-Vamos puta guarra, cómeme el coño de una vez.

Sin embargo, mi hermana intentaba no obedecer.

-¡¡No te atrevas a negarte-la grité-!!. Si Vanessa ha dicho que se lo comas, ¡¡CÓMESELOOOOOOOO!!...

Julio se hizo un poco a un lado para dejar paso a Vanessa, y yo bajé la cabeza de María para que quedase a la altura determinada. Luego, más forzada que voluntaria, comenzó a pasar la lengua por la rajita de su "ama" de arriba abajo si dejar nada de por medio. Vanessa no tardó en ponerse a gemir poniendo las manos en la cabeza de mi hermana para evitar que se le escapara. La escena era altamente morbosa, casi como una peli XXX: mi hermana follada repetidamente por dos pollas mientras era obligada a comerle el coño a una tía. Buuuuuuuuuuff que escena, no podía dejar de ver a Vanessa retorcerse de gusto con la lengua de mi querida hermanita entre sus piernas. De vez en cuando la soltaba para tocarse las tetas y sobarse los pezones, pero luego volvía a la carga para apretar la cara de María contra su coño dilatado. Sus ganas de pervertirla eran tremendas, quizás más que las de todos los tíos juntos, y eso era un detalle que me sacaba de mis casillas(en el buen sentido), me volvía loco de lujuria.

-Mmmmmmmmmmm eso es perrraaaaaaaaaaaa…vamos perra, cómemelo todo putita de mierdaaaaaaaaaaa…que me lo comaaaaaaaaaaaaaaaaas…

-Eso es María, chúpaselo a Vanessa-la ordené-, dale lengua, quiero que la hagas correrse, que lo goce con tu cara entre sus piernas…¡¡VAMOS ZORRA!!...¡¡SÍ, ASÍ, ASÍIIIIIIIIIIII!!...¡¡ESO ES, ASÍ ME GUSTA!!...

Julio era el único que no hablaba, pues al tener las colgantes tetas de mi hermana a su alcance, jugaba con ellas sin parar, retorciéndolas con sus manos y usando los dedos para agarrar sus empitonados pezones y pellizcarlos con tanta fuerza que ella no podía si no gemir de dolor mientras seguía comiéndoselo todo a la guarra de Vanessa. Llegado cierto punto, Vanessa nos pilló a todos desprevenidos e hizo incorporarse un poco a María, quedando de rodillas en una posición perfecta para que cuatro manos(las de Julio y las mías) sobaran sus tetonas a placer. La otra mujer del cuarteto que nos habíamos montado fue directamente a besarse con ella, pegándole unos lengüetazos que ponían a María con unas muecas de asco que a Vanessa la hacían partirse con una risa de diablesa. Luego ésta posó su mano en el coño de mi hermanita, tocando el clítoris para pajearla a la vez que los dos seguíamos follándola. Los enormes jadeos que eso provocó me pusieron terriblemente sobreexcitado, me hicieron seguir hasta que, a punto de correrme, me salí de su culo para descargar directamente sobre su cara y su pecho, embadurnándola. Si bien no eché mucho, Julio luego me imitó, dejándola bien pringadilla de leche. Echada boca abajo, Vanessa se entregó a fondo en pajearla con fuerza al tiempo que, recogiendo el semen con la boca, se lo daba de tragar a María con largos besos de tornillo. ¡¡Joder que morbo, estaba totalmente ido!!.

Para morbo del bueno nada como la primera vez en que María sufrió en sus carnes un "Menage a Quatre" donde Vanessa estaba incluida. Para ese entonces, ya habíamos probado con ella todos los tríos que podíamos combinar y en todas las posturas, pero siempre había sido hombres-mujer-hombre, y a Vanessa le apetecía horrores participar en algo así. No fue hasta que hubo unos días de vacaciones por no recuerdo que fiestas que fuimos a casa de Marcos durante un fin de semana en que sus padres se largaban. Al quedarse solo nos llamó ipso facto para que acudiéramos con nuestra víctima para disfrutar de la tarde. Aunque María se negó, la amenacé con contar al barrio lo ocurrido añadiendo que ella lo había pedido, que en verdad le gustaba, y sin poder negarse, vino conmigo hasta la casa de Marcos, en donde, nada más cerrarse la puerta, Marcos le echó un polvo contra la pared levantándole la falda(no tuvo necesidad de apartarle las bragas ya que yo me había encargado de que no las llevase puestas). Me quedé viendo la escena pajeándome a gusto, viéndola recibir el enésimo polvo de su corta vida y gozar apretujando los dientes para evitar gritos que pudieran oírse en la calla y que dieran la voz de la alarma. Mmmmmm que buena mi hermana, siempre pensando en todo jeejejejejeje.

Terminado ese polvo previo a la maratoniana sesión que nos esperaba, la desnudamos del todo y la llevamos hasta la salita, donde nos la estuvo chupando y masturbando un rato, a la espera de que vinieran los demás. Para su humillación, la obligamos a ella ir a recibirlos sin vestirse, con el riesgo de que la gente de la calle pudiera verla en pelotas: Julio, nada más la vio, la metió mano en la entrepierna frotándola con una presión enorme; Teo hizo lo mismo, pero también sobó sus pezones sonriendo, sabiendo que la tarde sería muy entretenida, y Vanessa, al verla así, cerró la puerta y la llevó a rastras hasta la pared de la salita, abriéndola, besándola con furia asesina y suspirando largamente diciendo "como echaba de menos a esta puta, me pone muy cachonda". Al estar todos juntos nos jugamos a suertes("piedra, papel y tijera") quien se la montaría primero, ganando Julio y Marcos. Éste ni siquiera se paró a darle caricia alguna: en cuanto se empalmó, la taladró el ano. Julio, por su parte, la ensartó por delante hasta el fondo. ¡¡Joder que cosa: solo María conseguía meterse toda la polla de Julio!!. Con todas las demás siempre quedaba algo fuera, pero mi hermana tenía el don de la profundidad y se la clavaba entera hasta casi meter los huevos. Guau, era demencial, y a mitad de polvo, llegó la sorpresa: Vanessa se unió al juego.

Con cara de viciosa insaciable, Vanessa se acercó a una doblemente penetrada María, agarrándola del pelo y tirando de él para hacerla gemir, pasando después a meterle la lengua hasta el fondo de su boquita, poniendo la mano libre en el pubis de mi hermana y haciendo el mismo efecto de tirón, sometiéndola a una tortura vejatoria que a todos nos impactaba. La rabia de no tener su cuerpo era algo que la encendía mucho, a juzgar por lo que hacía, pensaba hacerle pagar muy caro el tener ese cuerpo y no usarlo como merecía. Mientras ellos seguían dándole duro, Vanessa se lo estaba pasando bomba. Es más, en un determinado momento pasó de sobeteos a comerle el coño mientras aún se la estaban tirando. Ufffffffffffffff que pasada, Teo y yo nos la estábamos pelando como putos monos viendo la escenita de marras. ¡¡Madre mía, Vanessa parecía la viva encarnación de Némesis!!. Los gemidos de María eran monstruosos. Teo, viendo como estaba puesta mi hermana, fue hacia ellos y obligó a mi hermana a chupársela para que no pudiera seguir gritando. La postura fue algo tan extraño como inolvidable: mi hermanita tenía tres pollas para ella y a la vez una tía le estaba devorando su penetrado coño: ¡¡increíble pero cierto!!.

Semejante escena hizo que yo también me uniera, ya que no deseada quedarme al margen, y aunque solo llegué a una paja/mamada que se alternaba con la paja/mamada a Teo, fue suficiente como para colmarme. Era la primera vez que hacíamos un "gang bang"(todos contra una), que hasta entonces solo habíamos visto en las pelis porno(de ahí supe el nombrecito para esas cosas). Por supuesto que el resto de la tarde fue más de lo mismo pero cambiando las pollas de sitio. Vanessa era la única que se dedicaba a fondo a comerle las tetas y el coño a María, aunque también son ayudaba de vez en cuando. No hará falta decir como acabó mi querida hermanita al acabar la tarde: agotada, ¡no!, exhausta, tumbada en el suelo desnuda y rezumando semen por todas partes(no íbamos a corrernos siempre dentro ¡faltaría más!), con Vanessa aún masturbándola para darle el taitanto orgasmo de la tanda. Quedó perfecta para una serie de fotos que sacamos con la cámara de Marcos(que preparó para rememorar el evento y de paso para tener algo que garantizase la sumisión de mi hermana de por vida). En una última paja común, todos eyaculamos(lo que pudimos) en su cara, sonriendo para la posteridad. ¡¡Bestial, inconmensurable!!.

Tras un último "gang bang" que dejó sin más energías(no éramos máquinas, ya quisiéramos jajajaj), María parecía alegrarse de que ya no diéramos más de sí después de todo lo ocurrido el fin de semana, pero ella parecía olvidar que teníamos un as en la manga. Bueno, uno no, dos: Valentín y Hércules. En cuanto los llamamos y acudieron, María abrió los ojos espantada.

-Qué te pensabas, ¿qué esto ya había terminado?. Te habías olvidado de ellos, ¿verdad?. Pues ahora vamos a hacer que los recuerdes a base de bien.

Ella no respondía. El miedo la podía.

-Di que sí Juan-me dijo Vanessa-. Ojo, yo también probaré, que nunca lo hice, pero que ganas tengo de ver a esta furcia follada por ellos…

Los otros tres se reían como diablillos haciendo su mejor travesura, Vanessa me miraba con una expectación enorme, y yo, simplemente, dejé sueltos a nuestras queridas mascotas. Los perros, con su olfato tan fino que tienen, en seguida debieron captar el olor a sexo en el aire, ya que fueron directamente a por María, olisqueándola de un lado para otro. Ésta estaba petrificada, incapaz de moverse, aunque intentaba cerrarse de piernas para que no la olieran "ahí", cosa que, por supuesto, fue totalmente vana. Marcos se fue un momento fuera y volvió enseguida con un tarro de miel en sus manos. ¡¡Sí, estupendo!!. Nada mejor para "endulzar" el banquete jajajajaaja…echó un poco por las tetas y el vientre, y por dios que los perros no dejaron caer nada sobre la cama. En cuanto sacaron lengua se pusieron a devorar la miel como si la vida les fuera en ello, sin darse cuenta de que estaban lamiendo las tetonas de mi hermana, poniéndole los pezones como rocas con sus lenguas rasposas. Las mejillas de María parecían tomates, estaban enrojecidas a más no poder, y gemía sin parar entre el miedo, la vergüenza, el placer y la humillación. ¡¡Esa mezcla era lo que más nos gustaba, nos lo pasábamos de miedo viendo todo eso!!.

Con su cuerpo explorado, olfateado y lamido por doquier, mi hermana estaba sumida entre el más puro de los miedos y el más obsceno de los placeres. Vanessa lo estaba viviendo a tope, era la que más lo estaba disfrutando de todos nosotros dado que siempre tuvo un afán desmesurado por verla humillada de semejante manera, convertida en una perra inmunda usada por y para el placer por un buen perro superpolla. Aunque no podía decir nada, podía ver en los ojos de María la angustia de quien pide ayuda con total desesperación. Valentín y Hércules se entregaban a fondo en la tarea de lamerla, y con cada lametón en su raja ella se retorcía como una serpiente de cascabel, intimidada por los chuchos, que aun siendo unos bonachones para ella como si fueran diablos encarnados. Incapaz de aguantar el ritmo, su propio cuerpo actuó por ella y quedó abierta de par en par para sufrir directamente las lametadas de Valentín en su maltratada cuca. Hércules se dedicaba a sus tetonas con gula y avaricia como si fueran de su entera propiedad, y lo cierto es que aquello era una gozada, pero claro está, no podía quedarse así, había que ir a mayores.

Me acerqué a María con Vanessa a mi lado, diciéndola que ya sabía lo que tocaba. Ella negó con la cabeza, pero Vanessa la amedrentó cerrando el puño con fuerza poniendo mirada de loca. Sabiendo lo que pasaría si se negaba, con la más increíble mueca de asco que había visto en años, María empezó a acariciarlos por el lomo bajando hasta el forro donde aún estaban escondidas sus rojizas y brillantes pijas. Recordando sus viejas lecciones, no tardó en conseguir que éstas asomasen, teniendo que acariciarlas de un lado a otro, pajeándolos con su buen hacer. Ellos enseguida se pusieron a gruñir y farfullar locos de placer, disfrutando de las caricias que la "perra-humana" les estaba haciendo. Se removían ligeramente de un lado a otro pero estaban muy cerca de mi hermanita para asegurarse de recobijarse con la paja que les estaba cascando a los dos a la vez. Teo, Marcos, Julio, Vanessa y yo nos lo estábamos pasando de miedo, verla en ese plan con ellos se nos antojaba como un triunfo en toda regla, y eso que aun faltaba lo mejor por venir. El espectáculo iba a ser impresionante.

Y vaya si lo fue: tal y como hicimos en su día, María se vio obligada a obedecer nuestra orden, y moviéndose un poco, con cara de repulsa, abrió la boca ¡¡y se la tragó!!. Yupiiiiiiiiiiiiiiiii…después de años y años de esperar, por fin María volvía a tener una polla canina en su boca, y la chupaba bastante bien para llevar más o menos 2 décadas sin probarla. Usó la lengua, los labios, succionó y chupó toda esa pija de perro largo rato, tomándose su tiempo para evitar sentir las arcadas del asco inicial que tenía. Valentín se quedó muy quieto dejando que María tomara el control de la situación, aunque poco faltó para que él intentase follarle la boca a lo bestia(lo que nos hizo reír a todos), pero ella aguantó estoicamente y lo contuvo, haciéndole una estupenda mamada al animal y dándole un consuelo como hacía tiempo que no se le daba. Profundo, suave, lento y duradero, aquella felación animal fue todo un lujo que nos dejaba un buen sabor de boca de tantas lecciones que la enseñamos a lo largo de los años, aunque siempre conseguía dejarnos impresionados con su capacidad para la sumisión. Era sorprendente.

Sorprendente. Solo así se podía describir el inicio de María en las relaciones con los animales, y como decía la canción de Gabinete Caligari fue "por la más pura casualidad". Un par de semanas después del primer "gang bang" me fui a ver a Julio en la perrera municipal, donde trabajaba con su padre para cobrarse un dinerillo. Si bien algunos de los perros eran bastante desagradables, el resto eran muy buenos y me gustaba jugar con ellos, pero he aquí que mi padre, en la (eterna y errónea) sospecha de que yo iba por algo más que ver a un amigo, obligó a María a venir para asegurarse de que su hijo no consumía drogas o algo parecido, ya que sabía que quizás el padre de Julio nos perdiera la vista de vez en cuando. No podía ser más irónico: ¿María enviada para vigilar que no hiciéramos nada malo? Jajajaajaja, era María la que nos hacía cometer cosas malas. Papá, sin saberlo, nos lo puso en bandeja de plata, pero lo ocurrido después fue algo que nos pilló desprevenidos.

En cuanto llegamos allí, a María le dio un tembleque impropio en ella. No entendía a que venía eso hasta que recordé que siendo niña el dobermann de un vecino estuvo a punto de echársele encima, teniendo desde entonces un miedo cerval a todo aquello que tuviera más de dos patas. Se puso en una esquina muerta de miedo con algunos perros cerca de ella, explorándola con total inocencia, olisqueándola. Con mucho reparo ella intentó que no se le colaran por las faldas con un rubor en sus mejillas que desató en mí una idea morbosa y terriblemente indecente que en cuanto se lo comenté a Julio éste me miró con total satisfacción. En cuanto el padre de Julio se largó al despacho a roncar(lo que siempre hacía en esos días de poco trabajo), me acerqué a María y sin mediar palabra conseguí quitarle sus braguitas y dejarla con el chochito al aire para ver la reacción los perros. Ésta no se hizo esperar: se juntaron 4 ó 5 a su alrededor, poniéndose a olerla más insistentemente hasta que intentaron apoyarse en ella haciendo amagos de intentar follarla. María estaba muerda de miedo, pero Julio y yo no podíamos dejar de reír.

Y de golpe, ¡zas!, uno de ellos le dio un lametón en la parte interior del muslo derecho. Los dos nos quedamos con la boca abierta no tanto por el lametón si no por la cara de ella. Para facilitarles la tarea, me acerqué para meterle mano entre sus piernas a fin de que ponerla un poco húmeda, y en cuanto mis dedos quedaron mojados, procuré dejarle las tetas al aire y ponerla sentada de lado en el suelo con los perros arrinconándola. Fue increíble: al notar el olor a sexo y percibir donde estaba lo que querían, algunos se pusieron a lamerla entre las piernas dejándolas empapadas de babas caninas. Hubo uno, "Thor", que acertó de pleno y le dio un lametón directo en la vulva, haciendo que mi hermana temblase de pies a cabeza. Aquello debió gustarle, porque el animal siguió lamiendo hasta que ella quedó tendida en el suelo abierta de piernas mordiéndose el labio inferior intentando aguantar cualquier gemido que pusiera de alerta al padre de Julio(sin saber que éste era de un sueño tan pesado como el de ella), poniéndonos al rojo vivo y con las pollas casi a reventar. Dios que cosa, mi hermana era tan guarra que incluso excitaba hasta a los perros. ¡¡Era genial!!.

El show fue tan excitante que ordenamos a María que pajease a alguno de ellos. Como "Thor" fue el primero en acertar, pues lo elegimos a él como centro de nuevas diversiones. Mi hermana, como no, fue incapaz de cumplir las órdenes, al menos al principio, pero nada como el chantaje para que ella pasase a la acción. Con mucha timidez y torpeza acarició al animal, pasando la mano por el lomo pero bajándola según se lo íbamos diciendo hasta llegar a su forro, en donde acarició varias veces hasta que asomó su pija. Estábamos anonadados: nunca habíamos visto a un perro cachondo y mucho menos cachondo por mi hermanita, de modo que insistimos en que se pusiera a pajearlo en el acto. Dicho y hecho. "Thor" no tardó en ponerse a refunfuñar gracias a la mano de mi hermana, que no paraba de agarrarle de la polla y meneársela de lado a otro. María tenía una cara de compungida que quitaba el hipo pero "Thor" se lo estaba pasando bomba, relamiéndose y gruñendo como un poseso. Los demás estaban alrededor como esperando su turno, algunos incluso se la están lamiendo a sí mismos como si supieran que luego María se la iba a cascar. ¡¡Increíble!!.

Pero nosotros no podíamos quedarnos ahí, necesitábamos más, mucho más. Y fue que María recibió la orden de chupársela a "Thor". Ella no habló, solo nos miró con una cara de miedo y asco atroz, impagable. Antes de que pudiera contestar, Julio entró a saco amenazándola con violarle el culo cada día usando esa cimitarra que tenía por pollón. Al tener que elegir entre dos males, nos quedamos boquiabiertos cuando, con lágrimas en los ojos, abrió la boca y se tragó toda la verga de "Thor" de un tirón. ¡¡Cojonudo!!. No solo estaba pajeando a un perro, también se la mamaba, y con la boquita que tenía, lo hacía de vicio. Se la metía toda en la boca sin dejar nada, usando la lengua para lamérsela y excitarlo. Luego acariciaba los huevos y seguía chupando como una glotona. Nosotros estábamos empalmados a más no poder, deseando follarla, pero aquello merecía la pena verlo. Finalmente, "Thor" se corrió dentro de la boca de María y ésta tuvo que escupir todos los chorros debido a tanta cantidad de semen que le echó, tosiendo un poco. Creyendo que había terminado se iba a levantar, pero no podía quedar más aterrorizada y sorprendida cuando la ordenamos hacérselo a todos los demás para no dejarlos insatisfechos, pasándose toda la tarde de polla en polla y de perro en perro.

Cuando Valentín se corrió y eyaculó en la boca de María, nos encargamos de que tuviera que tragárselo todo, cosa que, al paso del tiempo, había aprendido a hacer con notable habilidad. Como si fuera una niña que se hubiera tomado una cucharada de aceite de hígado de bacalao (como en "Zipi y Zape"), mi hermana tuvo una arcada y su cara quedó totalmente retorcida, pero se tragó toda la lefa. Vaya que sí. El animal empezó a dar vueltas de un lado a otro lamiéndose la polla, como preparándose para el siguiente asalto. Claro estaba, no íbamos a dejar a Hércules de lado, así que antes de que pudiera recuperar el aliento, María ya estaba pajeando a la segunda generación de la familia, agarrando con mimo y delicadeza el garrote del can, moviéndolo de un lado para otro. Mientras Vanessa procuraba atender a Valentín para que no molestara, María se esmeraba para que Hércules gozara como antes lo hizo su hijo (no por gusto, si no para evitar nuestras iras jajajaja). Con sus ojillos cerrados y sus mejillas húmedas, marcadas con los surcos de las lágrimas, mi hermanita chupó y chupó como si su vida dependiera de ello, haciendo gozar al perro y volviendo a tragárselo todo.

Se llevó la mano a la boca para evitar toser más, mirándonos con una carita de cordero degollado que quizá en otras personas hubiera conseguido el efecto tan deseado en ella de perdonarla y dejarla marchar, pero no en nosotros. Teo y Marcos la pusieron a cuatro patas y Julio echó unas gotitas de miel entre sus nalgas, dejando que se le resbalara. Vanessa soltó a Valentín pero retuvo a Hércules a su lado, acariciándolo y masajeándolo en su tranca para evitar rencillas entre ellos. Directo y sin concesiones Valentín lamió esas gotitas de miel, provocando que María lanzase unos jadeos de placer inconmensurables. Gimió entre dientes intentando aguantar, pero aquello era demasiado. Teniendo a Teo y Marcos al lado, ella no podía escaparse ni moverse a otra postura, si no que permaneció así en posición de perrita. Y como perra que era, Valentín se le subió encima, se movió nerviosamente buscando un acomodo, se contoneó un poco y, por fin, ¡¡LA PENETRÓOOOOOOOO!!. ¡¡OH DIOS MÍO QUE PASADAAAAAAAAAAA!!. En cuanto se la tuvo bien metida, se puso a bombear con esa potencia única de los perros que todos llevábamos años sin ver. Buuuuuuff que calentura tenía encima, me sentía como el Vesubio a punto de arrasar Pompeya.

Vanessa, que estaba alucinada viendo la escena, con la mirada perdida y una cara de fascinación absoluta, pidió a Julio que la ayudara. Poniéndose en el suelo a cuatro patas(colocando un par de cojines para reposar mejor las rodillas), ella se abrió de nalgas ofreciendo sus agujeritos para Hércules. Éste, como si entendiera a la perfección lo que se le ofrecía, se subió a su montura ayudado por Julio. Luego, con un leve esfuerzo, Hércules le metió a Vanessa toda su verga, lanzando ella un largo y ronco gemido de placer. ¡¡Joder, teníamos dos folladas caninas por el precio de una!!. ¡¡ME CAGO EN LA PUTA, QUE ESPECTÁCULO!!. Ninguno de nosotros cuatro podía dejar de ver los dos shows que ellas no estaban dando: por un lado, el vicio y morbo de Vanessa en su primera follada animal, y por otro, la sumisión y el dolor de la enésima violación canina de María en su maltratado cuerpo. Aquello nos la puso dura dura pero como ya creía que no podría después de tanto tute. Lo mejor era oírlas gemir como perras que eran, y que, para nuestro deleite, a las dos las insultábamos de la misma manera, con la diferencia de que a una le encantaba y a la otra le asqueaba. Menuda combinación, pondría loco al más pintado.

Locos es lo que casi quedamos después de aquella tarde en que mi hermana estuvo iniciándose como perra en la perrera municipal. María se la había chupado y pajeado a todos los perros, y puedo decir que aquello le llevó varias horas de sesión. Acabó tan agotada que tuvo que lavarse las manos varias veces, lo mismo que usar dentífrico para limpiar su boca del olor a semen canino(incluso tuvo que comer muchos chicles para asegurarse). En cuanto los demás supieron lo ocurrido, en seguida quisieron verlo, así que nos las apañamos para que ella volviera otra vez pero cuando estuviera toda la pandilla de testigo. Efectivamente, todos los demás vieron encantados el nacimiento de una nueva "perra": María, nuestra SuperMaría, la perrita viciosa. Para todos nosotros aquello era vicio más allá del vicio. Nuestra creación mamaba y mamaba como una profesional, y como procuraba no enfadarnos, pues se entregaba a fondo (muy a su pesar) para hacerles el trabajillo a todos. Dejándolos bien contentos, nos preguntó si ya podíamos irnos. Estábamos a punto de decir que sí, pero Vanessa tenía otros planes.

La puso en el suelo a cuatro patas, dejándola desnuda de cintura para abajo y procurando que sus tetonas asomasen fuera del vestido, colgando como campanas(mmmmmm que visión, era sublime). Nos preguntó que perro había sido el primero, y al ver a "Thor", en seguida lo acercó para que oliera a su perrita favorita. No hizo falta pensar mucho para saber lo que Vanessa se proponía(su odio hacia María debido al cuerpazo que tenía y a su reticencia a usarlo era inmenso), así que la dejamos seguir con su idea. El cánido supo encontrar los puntos de placer de mi hermanita con mucha facilidad. Un lametón en su cuca caliente y ya no hizo falta ayuda: se estaba comiendo toda la concha de María a marchas forzadas, bebiéndose todos los jugos que le sacaba a base de lengua. Los demás perros, por cierto, pululaban por alrededor, y dos de ellos, los más avispados, se fueron a sus pezones para lamerlos como si mamasen leche de su madre. ¡¡Que escena tan tierna y morbosa: María siendo la "madre" de dos perritos, dándoles de mamar, mientras otro la exploraba a fondo entre sus piernas!!. Antes de darnos cuenta, "Thor" había dejado de lamer y se había subido a su grupa, moviéndose como si la estuviese penetrado hasta que consiguió penetrarla de verdad. ¡¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuaa!!.

Nunca habíamos visto nada igual: la fuerza y potencia con que follaba "Thor" era majestuosa, incluso nos daba envidia de querer hacerlo como lo hacía él. Con una velocidad que parecía tener puesta la directa permanentemente, el perro se follaba a mi hermana a tal ritmo que ésta no podía terminar una frase a derechas, todo lo más era algo como: "Nooooooooo…por favooooor…bastaaaaaaaaaa…basta yaaaaaa…por favor paraaaaad…aaaaaaahhh nooooooooo…" y otras cosas igual de incongruentes. Aunque suponíamos lo que quería, ni en nuestros sueños habríamos detenido semejante follada. Julio estaba pelándosela a base de bien, haciéndose una paja bastante monstruosa(tanto como lo era su polla), animándonos a todos a hacer lo mismo. Ella se agarró de la reja de la perrera para aguantar las embestidas, gimiendo sin parar ya sin poder hablar coherentemente. Los otros se contentaban con apoderarse de sus tetas, chupando y lamiendo a su antojo, mientras que "Thor" enseñaba a María a convertirse en perra. El momento era digno de permanecer en nuestra memoria toda la vida, y sabíamos que así sería, lo que nos embargaba de emoción. Otro paso más en la sumisión de María, un nuevo descubrimiento de sus cualidades de esclava.

La follada era casi criminal, nos dejaba atónitos. ¿Cómo podía hacerlo, como?. "Thor" no bajaba el ritmo, no paraba nunca, seguía bombeando con la misma energía sin que ésta decayera ni un solo instante. Que fantástica visión, que increíble morbo, que insuperable vicio. Madre del amor hermoso, pero que forma de follar. Después de incontables minutos de ver como se la follaba, llegó el anhelado momento: ¡¡se corrió!!. María lanzó un grito bastante fuerte que nos heló la piel. No entendíamos lo que pasaba hasta descubrir el motivo. ¡¡El nudo!!. Al no saber de polvos caninos, desconocíamos que se les formaba una bola al correrse, bola que ahora María tenía metida hasta el fondo. Intentamos sacársela pero no pudimos por más intentos que hicimos, así que tuvimos que limitarnos a esperar a que se deshinchara, cosa que ocurrió como 15 ó 20 minutos después. Cuando "Thor" se salió de María, en verdad queríamos disculparnos, pero la mirada de rencor, de absoluto desprecio por nosotros, nos paralizó. Fue la primera y única vez que no sabíamos que hacer. Fue Vanessa quien habló por nosotros: "La idea fue mía. Si quieres odiar a alguien, pues ódiame a mí. Y para que te enteres, nos íbamos a disculpar de verdad porqué nunca deseábamos hacerte daño, ocurrió que no conocíamos bien este tema, pero creo que no me disculparé por ello, de todos modos me dedeé en grande a tu costa". Dicho lo cual, María estuvo largo rato siendo la perra de muchos perros, aprendiendo la técnica, y desde ese día Vanessa fue odiada y temida por María más allá de lo que nadie jamás imaginó.

El polvo doble que veíamos tocaba a su fin, y por ser el más joven y tener más vigor, Valentín fue el primero en acabar, llenando la vulva de mi hermanita de semen tanto que acabó cayéndola por los muslos. Debido a tanto trajín, tenía la cuca tan hinchada que la bola, aunque la llenó del todo, no se dolió mucho de sentir como se le formó dentro. Vanessa, que durante toda su vida quiso probarlo(idea que, según María se nos escapó, se le olvidó), nos dijo que no quería perderse nada, que no la detuviéramos, y obedeciendo fielmente, recibió de Hércules toda su corrida y la bola que se formó. Lanzó un ronco gemido de dolor y placer que nos encantó a todos porqué sabíamos que podía ser la mejor de todas las zorras del planeta. Luego de gemir lanzó varios quejidos de gusto, confesando lo fantástico que era aquello, lo mucho que le gustaba estar así enganchada, que la hacía sentirse "una auténtica perra de pies a cabeza", en sus propias palabras. Cuando por fin se desenganchó rápidamente recogió todo el semen que puedo con las manos y se lo zampó como si no hubiera comido durante días. La cara de vicio que puso fue estupenda, parecía una puta pero de las de verdad. Para nuestro asombro, nos miró con los ojos brillantes, complacidos por satisfacer su curiosidad, y solo se limitó a decir: "Quiero que Valentín me dé por el culo".

Aquello me divirtió tanto como me fascinó por una razón muy clara: Valentín era el que follaba con más fuerza, pero Hércules era quien la tenía más larga. Es decir, que María iba a recibir la follada más brutal que pudiera recibir, o mejor dicho, la enculada más brutal que pudiera recibir. Parecía que todo se ponía contra de mi hermana para que ésta recibiera los castigos más bestias, como si el destino o lo que fuera supiera de antemano que ella podía soportarlos. Tanto ellos como yo, aunque estábamos bastante recuperados y con ganas de marcha, decidimos esperar y presenciar esa enculada doble que tanto deseábamos ver. Los dos cánidos estaban de un lado para otro regocijándose del alivio que estábamos dándoles, ya que casi nunca los habíamos llevado "de perras" para descargar. Ahora, a nuestra manera, se estaban aliviando y no íbamos a dejarlo así sin más: Vanessa llamó a Valentín a su lado mientras Hércules se acercó a María, lamiéndole las tetas colgantes largo rato, comenzando a excitarse de nuevo a medida que iba explorando a la hembra que se le ofrecía. Vanessa, por su parte, se encargó de abrirse bien para su nuevo amante, pidiendo la ayuda de Teo para que el animal, al tratar de penetrarla, lo hiciera por el orto. Julio lo ayudó, mientras Marcos y yo nos ocupábamos de Hércules y María, la cual era la viva expresión de la sumisión. Su cuerpo y su cara hablaban mejor que sus palabras.

Pasados los preliminares en que estuvieron chupando por delante y por detrás, Valentín pasó a la acción el primero, intentando montar a Vanessa. Estuvo a punto de penetrarla de nuevo por delante, pero Teo lo impidió al ayudar al animal, y efectivamente, ésta se vio dolorosamente empalada por su mascota. María, a su vez, sufrió una más dolorosa penetración anal por parte de Hércules, ya que, según se quejó después de un jadeo de dolor inmenso, reveló que llevaba mucho sin que nadie la diera por detrás, y mucho menos alguien con semejante dotación. Metidos en faena, aquello se convirtió en un delirio de placer, tanto es así que Vanessa se agarró a las trancas de Teo y Julio para ir chupándolas a la vez que aguantaba la brutal enculada, convirtiendo aquello en una especie de Ménage à Quatre absolutamente delicioso. Con María, evidentemente, fuimos a las malas, obligándola a que nos la chupase un rato mientras que Hércules le daba la enculada más violenta que había tenido en muchos años. La follada anterior no les había restado fuerza a ninguno de los dos, embatían a la misma velocidad que antes. ¡¡Quien fuera perro para follar de esa manera!!.

Sí, quien fuera perro para follar así…y para encular también. Después de aquella iniciación en los placeres animales de mi hermana, ésta cada vez se mostraba más tímida con nosotros, lo que era lógico. Una cosa era someterla y follárnosla día sí día también, pero otra muy diferente era dejar que un perro se la follase. Hasta ese momento se mantenía una especie de fingida buena relación de hermanos, pero aquello supuso un punto de ruptura entre nosotros, más aún cuando, unos 10 ó 12 días después de ser convertida en perra por primera vez, nos fuimos de paseo por un parque con ella a nuestro lado, jugando a pellizcarla, acosarla y jugar con su cuerpo sin que los demás se enterasen. Como esas cosas ya las habíamos hechos muchas otras veces, se limitó a seguir su papel de víctima ignorante de lo que nuestras mentes planeaban. Estuvimos allí toqueteándola un buen rato, empitonando sus pezones, apretándole el culo y metiéndole mano entre sus piernas, viendo como se excitaba y se mojaba. A pesar de los años de abusos por nuestra parte, verla mojarse y ruborizarse nos la seguía poniendo muy dura, nos recordaba esos inicios tan morbosos que tuvo cuando aún era una princesita tierna e inocente. Eso nos poníaaa…

Fue empezar a irse la gente y nosotros hicimos lo mismo, aunque no del todo. Pasamos a un parque interior, una zona especialmente vallada debido a su valor histórico, y seguimos tocándola hasta que Vanessa apareció con un perro, pero no con uno cualquiera: lo hizo con "Thor". Encariñada del animal, ella lo había adoptado hacía un par de días, y ella deseaba sobremanera que volviera a desfogarse con mi hermana. Nos apetecía mucho probar un lugar público: el morbo de que nos pudieran pillar, el estar semi escondidos, el tener a los demás vigilando…La idea nos excitaba mucho y no nos demoramos: la desnudamos y la pusimos a cuatro patas para que "Thor" se la hincara hasta el fondo como había hecho antes, solo que en vez de follarla, Vanesa intervino de golpe, y después de lamerla a fondo por todas partes, desvió su verga canina para que entrara por su orto, el cual llevaba mucho, pero que mucho tiempo sin usarse como era debido. Al ver lo que Vanessa se proponía María intentó evitarlo, pero sus esfuerzos hicieron el efecto contrario y acabó enculada por "Thor", que se la metió tan fuerte que mi hermana quedó paralizada allí mismo.

Los demás no daban crédito, apenas lo creían y eso que lo estaban viendo. Allí mismo, en un parque público, mi hermana estaba siendo enculada por un perro y lo mejor era que ella, increíblemente, guardaba un silencio absoluto. Todos nosotros prestábamos una atención total a la escena, era de lo más morboso que se nos había ocurrido nunca. De vez en cuando mirábamos al parque por si venía alguien, pero parecía que toda la gente ya se hubiera ido, lo que nos facilitaba la tarea. "Thor" metía y volvía a meter con su acostumbrada potencia canina, en un desafío soberbio. ¡¡Joder, la estaban dando por el culo y ella aguantaba en silencio todo aquello!!. Llegamos a tal punto de vicio y excitación que hicimos apuestas sobre si aguantaría hasta el final calladita o si gritaría(en cuyo caso, lo teníamos todo preparado para echar pies en polvorosa). Madre de dios, que espectáculo, que pedazo de culeada, que bestialidad, la nueva mascota de Vanessa era inasequible al desaliento. Parecía nacido para aquello. Tras un fortísimo vaivén de su cuerpo en el que nos turnábamos para comerle las tetas y meterle mano al coño sin que "Thor" dejase de estar a lo suyo, Julio y yo perdimos la apuesta cuando, al correrse, María no pudo evitar rechinar levemente entre dientes, lo bastante para ser oída por todos.

Y justo al cruzar la portezuela del parque interior para salir al parque grande, cuando creíamos que todo había salido de perlas, un hombre maduro, de 40ytantos p’arriba, se nos quedó mirando con una cara acosadora, preguntándonos que qué había pasado ahí, que había oído gemidos como de alguien quejándose, y aunque improvisamos diciendo que en realidad uno de nosotros habíamos tenido una jaqueca, el tipo, creyendo que habíamos estado follando allí, amenazó con buscar al primer policía y hacer que nos detuvieran. Salimos disparados como balas, perdiendo al tipo de vista y suspirando aliviados. A punto de llegar a casa, Vanessa, antes de irse, obligó a María a hacerlo de nuevo, a que "Thor" se la follara una última vez, cosa que hizo para nuestro placer, y también como colofón, ya que pocos días después comenzó la universidad y se largó de nuestro lado(no solo por sus estudios, si no también por el hecho de que Vanessa adoptase a "Thor", lo que la motivó para poner tierra de por medio en cuanto tuvo ocasión). Fue la última vez que la tuvimos entre nosotros, y creíamos que nunca más volveríamos a tenerla entre nosotros. A pesar de ello, nos quedó el recuerdo de los años de abusos y juegos con mi hermana, de tantos y tantos polvos a su costa, y en un rincón muy pequeño, nos quedaba la esperanza de que algún día el azar la traería de nuevo hasta nosotros, aunque eso nos pudiera tener esperando durante años…

La enculada de Vanessa estaba siendo tan fuerte que por un momento pensé que se iba a romper como un maniquí. Por amor del cielo, que manera de penetrar, que increíble fuerza. A punto de correrse, Vanessa pidió que no dejaran a Valentín meterla la bola, que no quería pasar por eso, así que Julio se encargó de que eso no ocurriera, y cuando se corrió, nuestra dominadora favorita recibió de buena gana sus chorros de semen que tan merecidamente se ganó, degustándolos con una mueca de sádica victoria que nos puso la mar de contentos. María, que estaba sufriendo la culeada de Hércules, no tuvo la suerte de Vanessa y recibió toda la bola de él en su orto, dilatándolo a tal punto que quedó enganchada con él largo rato esperando soltarse. Sus meneos por hacerlo solo ayudaban a que Hércules echase un par de chorros más. Sus piernas parecían un río de semen, sobretodo en la parte interior de sus muslos, donde ésta rezumaba sin parar. Como último acto de depravación por parte de Vanessa, ella se encargó de coger todo ese semen y dárselo de beber a mi hermana, pero haciéndolo con la lengua, tomándose largo tiempo para que se lo bebiera todo. Y vaya que si se lo tragó.

A pesar de todas las cosas que habíamos hecho, en verdad teníamos que darle la puntilla final al evento, necesitábamos algo cruel, despiadado y rematadamente malévolo por nuestra parte, de modo que se me ocurrió una idea que propuse a los demás a ver si les agradaba(por supuesto, así fue): Marcos se encargó de sujetar a María mientras yo me eché boca arriba en la cama. Luego de clavarse mi polla al sentarse sobre mí, ella recibió la verga de Valentín en su culo(más tarde nos encargaríamos de que Hércules se la follase, pues era lo único que quedaba). El cánido no protestó por aquello y lo cierto es que yo tampoco. En cuanto a Teo, Julio, Marcos y Vanessa, pues nos ayudaron como pudieron: ellos tres se pusieron delante de la cara de María verga en ristre para que se la mamara, chupara y pajeara uno a uno, y Vanessa, colocándose en una buena posición, se dejó follar por Hércules una vez más, pues aquello la había enganchado de verdad y estaba necesitada de una buena verga canina entre sus piernas.

Debo confesar que quedé algo impresionado por ese último polvo a varias bandas, pues no me esperaba algo así. A veces de la improvisación surge una idea genial, como era ese caso: María estaba recibiendo pollas y más pollas por todas partes, y de haber podido, seguro que Hércules se hubiera añadido al grupo jajajaaja. La reina de la fiesta estaba teniendo el sumun de todos los polvos que le eGodfreys en 3 días de auténtica locura, y todos nos entregábamos al máximo para gozarla hasta el delirio, penetrándola tan fuerte como podíamos, aunque evidentemente Valentín era el que se llevaba la palma con sus acometidas en plan violador. Madre mía que escena, si no lo hubiera visto no lo hubiera creído: ¡¡María recibiendo cinco pollas a la vez, dos por sus agujeros y las otras tres para chupar y mamar hasta hartarse!!. Lo que más me encantaba era ver al buenazo de Valentín convertido toda una furia sexual desatada, follándola el culo tal como lo hizo Hércules pero con mucha más fuerza. El clímax sobrevino como una ola gigante, como la onda expansiva de una bomba atómica que nos alcanzase de lleno. Valentín lo gozó primero, después yo, y después Julio, Marcos y Teo, en ese orden, echando todo el semen por su cuerpo para dejarla igual que Cleopatra(bañada en leche pero de burra precisamente jajajajaja). Fue un estupendo broche de oro para un fin de semana maravilloso.

Cuando nos separamos de ella y la observamos, nos quedamos tan complacidos como orgullosos. El estado de María era deplorable: agotada, desnuda, con el cuerpo machacado por todas partes, incapaz siquiera de hablar, ni tan solo balbucear. Quedó tumbada con las piernas abiertas en un estado de cansancio supremo, y lo cierto es que los demás tampoco estábamos para más trotes. Vanesa acabó por correrse por obra y gracia de la polla de Hércules, y después de sacar a los perros y dejarlos donde estaba antes, ella volvió y se abrazó a mí para felicitarme por la velada que habíamos tenido. Hacía muchísimos años que no lo pasábamos tan bien.

-…Y pensar que todo fue por causalidad-repuse airado-…

-¿Por casualidad-preguntó Marcos-?.

-Sí, claro. ¿O es que creías que vine aquí adrede sabiendo que mi hermana, que no había avisado a nadie, también estaba aquí lista para nosotros?.

-Entonces, ¿por qué viniste aquí si no había nadie?.

Miré un momento a Vanessa. Ésta asintió.

-Bueno, no esperaba anunciarlo en estas circunstancias, pero visto lo visto, creo que es el mejor momento para hacerlo: en realidad vine para comprobar si me interesaba esta casa para que fuera mi nidito de amor.

-¿Nidito de amor?.

-Sí Julio, me has oído bien. Veréis, después de intentarlo y de romper, y de hacer vida por separado durante algún tiempo, Vanessa y yo nos hemos dado cuenta de que somos el uno para el otro: ¡¡nos vamos a casar dentro de dos meses!!.

Los pillé a todos con la guardia baja, sobretodo a María. Repuestos de la sorpresa inicial, los tres nos felicitaron por nuestro compromiso.

-Que fantástico Juan, me alegro por ti. Oye una pregunta: ¿aunque sea tu mujer nos la podremos seguir follando?. Da mucho morbo follarse a una casada…

Vanessa rió largo y tendido al escuchar el comentario jocoso de Teo.

-Claro que sí preciosos míos-contestó ella-. Además, yo no podría vivir sin vuestras pollas, las adoro-comentó mientras iba acariciándolas todas-. Seré una perfecta esposa golfa e insaciable, y por cierto-añadió con retintín-…¿adivinas quien va a ser mi madrina de boda-preguntó irónica al mirar a María-?.

-Y adivina quien será uno de los invitados de honor-repliqué yo-. ¿O pensabas que cuando Godfrey se fue a otra ciudad con Azucena nunca volverías a verlo?. Pues que sepas que hemos mantenido el contacto desde entonces, muy escasamente nos hemos corrido alguna que otra juerga juntos…y sé que a él le encantará volver a verte, estoy seguro de que se volverá loco recordando viejos tiempos-dije en tono sarcástico-.

Mi hermana quedó temblando de pies a cabeza. En sus ojos se vislumbraba tanto miedo como odio, a sabiendas de que en la boda nos íbamos a aprovechar de ella todo lo que queríamos y más.

-Lo siento hermanita, pero parece que aún te queda mucho por sufrir a nuestras manos jajaajaja. Y tampoco es lo que lo lamente, ya empezaba a perder la esperanza de volver a tenerte entre mis garras…

María se abrazó temblando de miedo, incapaz de mirarme.

-Bueno, tampoco te aflijas tanto-comenté en plan divertido-, por lo menos te queda el recuerdo de los 20 años que has estado sin nosotros haciendo vida normal junto al cabrón de mi cuñado, que bien se encargó de alejarte de nosotros.

Lo normal hubiera sido que sonriera, que aunque mínima esbozara una débil sonrisa al recordar esos años de vida normal, pero no lo hizo, para nada.

-Oh vamos, no me pongas esa cara larga-repuse algo molesto-. Ni que te hubieran estado dando caña toda la vida. Parece como si…

De repente me quedé quieto, mirándola, sin acabar la frase. Estaba haciendo un ademán de desprecio con la mano, y comencé a bajar ésta a la vez que una idea comenzaba a cobrar fuerza en mi cerebro. Dios mío, ¿podría ser verdad lo que estaba pensando?, ¿podría ser que?...

-… nunca te libraste de ello, ¿verdad-pregunté terminando la frase, aunque en un tono muy diferente-?. Nunca te pudiste librar de que abusaran de ti, ¿me equivoco?. Te escapaste de nosotros pero no de ser sodomizada, de ser sometida, ¿¡VERDAD!?.

Prácticamente me fulminó con los ojos. Y por toda respuesta, las lágrimas le salieron de forma repentina, incontenible. Luego se llevó la mano a la boca intentando contener su desesperación.

-Hija de perra, y nosotros pensando que eras la esposa perfecta y recatada. Mmmmm así que nosotros teníamos razón, naciste la sumisión, para la sodomía. Ahora entiendo tu silencio: confesarlo sería como darnos la razón, como validar nuestras teorías sobre ti. Mientras no lo supiéramos, siempre nos quedaría la duda de que quizás hubieras tenido una vida normal.

Mi argumento, pensando a toda velocidad, resultó tan certero como una flecha lanzada por Robin Hood. Había descubierto su secreto.

-Mmmmmmmmm dios mío, la de cosas que te han podido pasar en todos estos años, ¿os lo imagináis vosotros?. Joder hay para todo: follada en el dependienta de la frutería al ir de compra, o por la típica panda de chicos de su barrio…quizá por los musculitos cachas de un gimnasio si ibas a perder algún kilito de más, o bien por algún amigo de tu marido si ibais de fiesta el fin de semana…

Mi mente no podía dejar de elucubrar. Estaba frenético.

-…te podrían haber follado en los baños de un bar, en un aparcamiento, en el despacho del jefe de mi cuñado, en una discoteca…y seguro que te hubieran obligado a guardar silencio, a ser la perra sumisa que siempre fuiste…callando mientras te violaban, mientras te sodomizaban…incluso puede que alguna amiga también te violó…o una vecina, o la madre de algún chico del barrio…ya te imagino aguantando la humillación mientras te metían mano de arriba abajo, mientras te exploraban y todos y todas te comían el coño…buffffffffffff pedazo de golfa, ya me encargaré de que nos cuentes esos secretillos del alcoba que tan celosamente te guardaste…

Aquello me hizo recapacitar, dándome nuevas ideas.

-Cierto, ¿por qué te lo guardabas tan en silencio?...¿es que en el fondo te gustó?...dime, ¿te corriste cuando te la metieron los gamberros de tu calle, o cuando el vecino de al lado te folló sin que tu cuñado se enterase?...¿disfrutase mientras una pandilla de chicas viciosas se ensañaban contigo y tus supermelones?...¿acaso te gustó ser la víctima de una niñita viciosa a la que todos creen una buena chica?...y dime, ¿gozaste cuando el viejo verde que hay en todo vecindario se aprovechó de ti, eh?, venga, dínoslo…¿¡TE CORRISTE, PUTA DE MIERDA!?...

Los demás también empezaron a fantasear con las todas las vejaciones que pudo sufrir en 20 años de casada. No nos importaba si era verdad o no, el hecho de fantasear con ello ya era bastante premio. María había perdido toda opción de triunfar sobre nosotros, la habíamos vencido de una vez. Ella jamás habló para confirmar o desmentir nada, lo que nos encantaba más aún ya que nos daba la opción de que todo fuera cierto, de que todos la hubieran sodomizado en todas partes sin que mi cuñado se hubiera enterado. A medida que inventábamos cosas nuevas, nuestra excitación iba creciendo en proporción, poniéndonos más cachondos. Si bien no había fuerzas para follarla más después de tanto tute, tampoco se libró de nuestros tocamientos, iniciando un juego en el que mientras uno hablaba la iba masturbando o sobando, y luego la narración pasaba a otro que seguía los abusos. Nos lo pasamos de fábula con nuestro jueguecito, y mi hermana también lo disfrutó, en el sentido más literal de la palabra jajajajajaa. Tantos orgasmos tuvo que quedó convertida en una muñeca de trapo que íbamos manejando de un lado a otro hasta que al cabo de dos horas decidimos parar. Cuando quisimos darnos cuenta, ya había anochecido. Lo poco que quedó del día lo pasamos viendo la TV y conversando sobre lo ocurrido, ideando nuevas maneras para futuros juegos. Debíamos recuperar el tiempo perdido y aunque el fin de semana había sido excepcional, no queríamos que se acabara ahí, ni hablar. Poco después nos fuimos a cenar, y al cabo de un rato nos fuimos a dormir en seguida. Estábamos derrengados.

Nada más despertar a la mañana siguiente nos vestimos y nos dispusimos a volver al mundo real a seguir nuestras vidas, pero lo cierto es que nuestras vidas ya no eran las mismas: María había vuelto a nosotros, y no la pensábamos dejar marchar por segunda vez. Justo antes de irnos, ella y yo cruzamos la mirada y ambos supimos que aquello no había terminado, solo había recomenzado, ahora, en plena madurez, y como que había cielo que ella iba a saber lo que era bueno. La vimos irse en su coche sabiendo que nos volveríamos a encontrar, que no se libraría de nosotros, mientras que todos los demás, y en especial yo, nos quedamos satisfechos, sonriendo como niños con un juguete nuevo, sabiendo que, en adelante, seguiríamos sometiendo a mi hermanita…

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